Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Demasiado tarde

Darien miraba de un lado a otro con los ojos desbordados sin comprender nada. Aunque había una cosa que estaba clara. Quien fuera aquella persona estaba muy por encima de Anubis, tanto que él podía sentir su poder invadiendo el destruido cuarto de baño. El hombre se giró y lo recorrió desde la punta de la cabeza hasta el final de sus piernas enrojecidas.

Sintió un estremecimiento y comenzó a arrastrarse como podía hacia atrás obviando el dolor.

-Quieto- le ordenó y el solo pudo obedecer cuando sus brazos se quedaron inmóviles, no por el efecto nulo de sus palabras, sino por el miedo que le infundía- Así que tú eres la razón por la que estos inmaduros dioses están peleando. Me esperaba algo mejor la verdad-

Darien se encontró en una encrucijada con solo unas pocas palabras. No supo si defender a Anubis por el insulto o sentirse ofendido por el desprecio. Él no era un dios ni mucho menos, ni la gran belleza del siglo 21 y menos después de los "maravillosos días al lado de Horus", pero no tenía que restregárselo en la cara.

El hombre se acercó y el chico se sintió intimidado pero este solo se arrodilló analizando sus piernas.

El tipo estaba en su forma humana, si así imponía, no quería ver su versión de dios. Tenía el cabello de un color oscuro lo que tan brillante que parecía metalizado, recortado pulcramente dejando un mechón grueso muy largo que acariciaba sus muslos adornados por un grueso aro de oro en la punta. Mandíbula fuerte con rasgos que no apenas si se suavizaban con una falsa sonrisa. Sus ojos verdes le recordaron los musgos de las rocas de los ríos, que cambiaban de color dependiendo por donde le diera la luz. Su cuerpo grande, alto, estructurado de envidia estaba cubierto por un shenti largo hasta los tobillos abierto estratégicamente para dejar ver las piernas torneadas y que dejaba el torso semidescubierto de un hombro contrastando con el color bronceado de su piel. Oh si, era la magnificencia en persona, si a Darien no le GUSTARA Anubis, este hombre estuviera en su inexistente lista de galanes a conquistar, pero algo en él le decía que no se relacionara.

-Por lo visto otra vez fuiste víctima de sus descontroles. Hay, estos niños que no tienen límites. Tengo cosas más importantes que hacer, que estar pendiente de su vida- el humano escuchaba al recién llegado hablar con tanta calma que hasta él se alteró.

-¿Quién eres?-

-No te di permiso para hablar- Su tono de voz cambio a brusco, para volver al anterior- Tus piernas están hechas un desastre, quieres que las cures-

Darien miró al individuo y después buscó a Anubis que seguía en la misma posición como si nada a su alrededor ocurriera.

-Eres bastante maleducado para no responderme cuando te hablo- el rostro del chico fue tomado entre la palma inmensa del dios que lo atrajo con un movimiento fuerte.

-Y bien quieres que te sane- Darien tembló. Sentía el sudor correr por su sien mientras sus piernas palpitaban.

Asintió con la cabeza como podía, a saber tú que podía hacerle este dios si le llevaba la contraria.

-Vez, mucho mejor- lo soltó para restregar su cabello húmedo.

El hombre acercó su mano a sus piernas y las recorrió sin tocarlas desapareciendo inmediatamente las lesiones como por arte de magia, bajo la tenue luz que las acariciaba. Pero tras el extraño suceso Darien sintió como algo se revolvía dentro de él, un sentimiento muy parecido a cuando había desvanecido el hechizo de Horus. Su cuerpo estaba repelando la ayuda que le estaba brindado o eso creía él.

Una sonrisa se mostró en el rostro del dios que entrecerró los ojos al apartar la mano.

-Tú aura es hermosa, solo me pregunto- giró su rostro hacia un lado- qué hiciste para estar vivo.

El brillo de los ojos no le gustó a Darien que al no sentir el dolor en sus piernas, toda la adrenalina iba para su cabeza ordenándole que saliera huyendo de ahí y no podía recordar las palabras de advertencia de Anubis.

-Ya entiendo la razón de porque Horus perdió los estribos contigo, eres un hueso duro de roer-

El chico tragó en seco

-Ahora, respóndeme, qué hiciste-

Pero no respondió, no sabía de qué hablaba, todos mencionaban su supuesta aura especial. De donde había salido, que es lo que hacía, tenía la misma idea de ellos.

El dios se quedó mirando el rostro petrificado de terror de chico que no le respondía.

No le respondía

No le hacía caso

Obviaba su orden.

¿Quién demonios era él? Esperaba que no fuera lo que le cruzó por la mente.

Levantó la mano con un leve brillo en dirección al cuello del muchacho que levantó los brazos para protegerse. Lo próximo que supo fue que la punta de sus dedos picaba tras una onda del extraño aura del humano que lo había repelado. Se miró la zona atacada con curiosidad con su mente trabajando a 1000%. Extraño, realmente extraño.

Posó su atención nuevamente en el menor.

Darien despegó los brazos de su rostro después de que una oleada de electricidad lo recorriera. El hombre frente a él había apartado la mano y ahora no se movía, y él no iba a ser el idiota que se quedara allí

Con un rápido movimiento se incorporó torpemente y se apartó corriendo poniendo distancia, cuando su camino fue bloqueado por un ser que le heló la sangre y más al ver la espada alzada sobre su cabeza en dirección hacia él.

Y recordó las palabras de Anubis. Que había una sola persona de la cual no debía huir, porque sus guardias lo matarían de inmediato.

Qué iluso había sido, como no se había dado cuenta.

Todo este tiempo, había estado delante de él. El dios más fuerte del Imperio, el Todopoderoso Ra.

Demasiado tarde.


Nota: Gracias por los comentarios y los votos de antemano, besos y paciencia con el pobre de Darien, auqneu se que algunos me van a matar con el final del cap


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro