Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5. Propuesta indecente no tan indecente.

5. "Propuesta indecente no tan indecente"

Freya.

—¿Es...es eso un mosquito?—pregunto a Annie, una de las meseras del bar que había llegado a marcar su entrada al libro de asistencia que tenemos en la cocina.

Hoy desafortunadamente no estaría Diego para alivianar mi turno ni reírnos al contarle como es que encontré un mosquito en la freidora de patatas. No puedo creer que los clientes las coman. Carlos es un tacaño.

El olor a fritura con aceite más que quemado hacía que mi estómago se revolviera y me provocara náuseas, así que cada vez que podía—o que no sonaba la tonta campana indicando una nueva orden cada cinco segundos—iba al baño a mojar mi cuello con agua helada.

—¡La orden de patatas a lo pobre!—gritaba Annie— ¡Freya, un chico es muy insistente con sus patatas a lo pobre, date prisa!—volvía a gritar.

Altísimo, dame paciencia, y recuérdame que soy lo suficientemente pobre como para que mi orgullo me haga perder mi trabajo. Frío la orden de patatas del insistente cliente y saco la carne recalentada del horno. La señora Gertrudis haría todo mucho más rápido que yo, porque sabía a la perfección como funcionaba todo por acá en las sombras, como solíamos llamarle en el equipo de meseros. La verdad, es que eso parecía, y en cualquier momento sería absorbida por las sombras de esta espeluznante cocina.

Annie vuelve a ingresar a la cocina frustrada.

—El cliente quiere saber por qué su orden aún no está lista. Quiere que tu vayas personalmente a dejarle su comida. Parece ser importante y muy lindo.—lo último lo añade ruborizándose.

Definitivamente Disney y las novelas románticas tienen la culpa de que reaccionemos así frente a cualquier chico con ojos bonitos y olor a peligro.

Lastimosamente— o por fortuna— jamás fui fanática de las historias románticas de Disney. Y si tuviese que escoger una, sería Elsa de froten—claro por lo fría, diria Leah— o bien, valiente. Ninguna necesitó de un príncipe que las rescatara. Tal cual es la vida real.

—Freya, el chico!— volvía a insistir Annie.

¡Jodidas patatas a lo pobre, se las meteré por el agujero negro!

Frustrada y acalorada, sequé mi frente con mi codo, tomé el guante de cocina y quité del horno la carne recalentada. Sirvo todo rápidamente en un plato y salgo de las sombras a ver la luz.

Las mesas repartidas dentro del pub estaban repletas, así que me costó divisar al impaciente cliente.

—¡Freya, siete! Mesa siete—susurraba Annie mientras llenaba un vaso de cerveza en la barra.

Camino de prisa hasta la mesa siete, un tanto nerviosa y asqueada, producto de algunas miradas provenientes de mesas cercanas. Cuando llego a la mesa siete diviso una nuca de cabello ondulado, debido a que el insistente cliente se encontraba de espaldas.

Dejo el plato sobre la mesa y espero que hable, sin mirarlo al rostro. De seguro creerá que gano un dineral y que eso le da derecho a apresurarme, cuando apenas su orden había sido pedida hace cinco minutos.

—Tardaste mucho, Frida.

Una especie de electricidad recorre todo mi cuerpo. Observo el suelo, luego la mesa, luego nuevamente el suelo, una zapatilla negra y luego un montón de cabellos ondeados de color negro.

Toma su tenedor y pincha una patata para luego llevarla a la boca—Hm-mm... está un poco helada, ¿no crees mentirosilla?

— Tú.— es lo único que soy capaz de decir.

— ¿Pasa algo conmigo, Frida?—pregunta en tono burlón remarcando el "Frida"

—¡Ya basta de llamarme así!

— Lindo trabajo.–responde ignorando mis palabras. Busca algo en su bolsillo que aparentemente era su móvil, porque una vez que lo tiene en las manos me enseña la pantalla.— Freya Cárter, veintiún años, hija de una de las familias más ricas de forks, ardiente, no busco amor, solo un poco de sexo, compañía y diversión. Recalco, sexo, nada de sentimientos. Acepto suggar daddys.

No.puede.ser.

¡Leah no me contó acerca de los suggar daddys!

Un momento... ¿cómo es que él tiene mi perfil de tinder?

—Y-yo...yo... ¡se puede saber cómo es que encontraste eso?—pregunto furiosa. Es mejor que piense que lo rojo de mis mejillas es por furia en vez de vergüenza.

—Yo soy tu Cita, Freya. Fui tu cita desde aquel día en que te golpee en sanchopanza, siempre fui yo. Lo que me resulta extraño es... ¿por qué jamás te he visto en las comidas de negocio que hace mi padre si eres hija de una de las familias más ricas de Forks?

¡Jodida Leah y sus mentiras!

— Emmm...

—¡Freya una orden de nachos, a la cocina, pronto!—Grita Esteban uno de los meseros que estaba de turno hoy.

— Nachos... ¡Sí, nachos! Yo...discúlpeme señor nachos, irme tengo, ¡patatas disfruta tu!...—maldición Freya, ordena tus palabras—digo, tengo que irme, por unos nachos discúlpame, disfruta tus patatas!— termino por decir apresurada, para luego huir de aquella mesa.

¿Patatas disfruta tu? ¡Hasta cuando cambiaré el orden de las palabras cuando estoy nerviosa!

Recuerdo cuando mamá dijo que eso lo heredé de mi desaparecido padre, quien cuando mamá le dio la noticia sobre mi llegada, dijo:— ¡No yo, disculpa, puedo no, irme debo!

No puedo creer que aparte de huir, me haya heredado su peor defecto.

Cuando llego a las sombras, Annie me espera con una ceja alzada.

—Ya, dilo. Quien era ese y por qué estás roja como un tomate.—se acerca rápidamente y luego abre sus ojos exageradamente— ¿acaso te pidió el número?

Pongo los ojos en blanco— Annie... enserio crees que alguien como el puede ser

—Su novio. Pues sí, Freya es increíble ¿no?—agrega Max, apoyado en el marco de la puerta que da a las sombras. ¿Cómo es que llegó hasta aquí!

—¿Tú y Freya son... novios?— pregunta Annie incrédula.

— Sip, lo que oyes. ¿Freya no te ha dado la noticia? Qué mala compañera de trabajo eres, amor — sus palabras van cargadas de ironía— se me olvidaba, disculpen por ingresar así, es que mi coche se ha averiado y pensé qué tal vez Freya pueda prestarme su Mercedes Benz, prometo regresartelo, amor.

Otra vez el amor. Aish!

¿Y Mercedes Benz, de donde sacó eso? Déjenme adivinar, ¡tinder!

—¡Pfffffff!—Annie escupe saliva en una risa:— ¿Freya con un Mercedes benz? Sí claro, y las vacas vuelan. Me agradas, tienes buen sentido del humor, tal vez a Freya le sobren monedas para el autobús, o puede sacar de la propina si desean, por mi parte no hay inconveniente—Annie camina fuera de las sombras y luego regresa para añadir:—Freya, si quieres puedes irte temprano, Carlo no vendrá a supervisar hoy, yo te cubro aquí en las sombras, me las puedo arreglar con Esteban y Rodrigo, así ayudas a tu novio.

Max le dedica una gran y falsa sonrisa:—Eres un Ángel. Gracias.

Annie se ruboriza y luego desaparece de las sombras, que hoy están oscurisimas y parecen arrasar con todo a su paso. Incluida yo.

Cuando ya estoy sola con Max camina hasta la mesa donde cortamos los vegetales y se apoya en ella.

—Lindo lugar—miente.— ¿cómo es eso de que no tienes un Mercedes Benz? Recuerdo claramente cuando tu amiga nos dijo a Marco y a mí que tú te ibas en tu Mercedes Benz a ver a tu tía Petunia, el día que te conocí.

Altísimo es hora de que me envíes ayuda, ¿no crees?

Max da un par de pasos hacia mi.

También recuerdo cómo horas después, te vi bailando sensualmente para mí en esa discoteca.—da otro par de pasos, acortando la distancia:— también recuerdo cómo tus labios sabían a licor y buscaban con desesperación los míos, Frida.

Por favor recuérdenme por qué decidí besarlo.

—Y-yo... beso ese no darnos debimos...

— ¿siempre sueles hacer eso cuando estás nerviosa?

Estupida Freya.

— Ese fue el beso que no debimos darnos. Eso quise decir. Y no, no me pones nerviosa.—intenté lucir convincente aunque las piernas me temblaran.

No sé si el leer sexo, repetidas veces en mi perfil de tinder provoca que mis hormonas se vuelvan locas, o el que el calor de esta cocina me esté sofocando, o quién sabe, el recordar aquel beso que me metió en este lío, pero la cosa era que tener a Max tan cerca mío, no ayudaba para nada.

—Dime Frida, ¿Estás segura que no te gustó el beso?

Su voz era irresistiblemente seductora, y el que no haya tenido sexo en los últimos dos años no ayudaba en nada. También porque el mentir me ponía nerviosa, y ese beso no fue para nada asqueroso, fue satisfactorio, pero no lo quería reconocer delante de Max.

—Estoy segura de que tus besos no producen nada en mi.—una de mis piernas flaquea así que retrocedo hacia la mesa que está a mis espaldas y me apoyo en ella.

Max acorta la distancia quedando frente a mis narices.

—Te aseguro que puedo hacerte cambiar de opinión.—su rostro se acerca demasiado al mío. Mi pulso se acelera, mi respiración se agita y su olor se impregna en mis fosas nasales logrando hacer desaparecer el olor a fritura de esta asquerosa cocina.

Por unos segundos flaqueo y sus labios rozan los míos enviando electricidad a todo mi cuerpo. Una de sus manos ágilmente se ubica en mi espalda dando suaves toques a lo largo de mi columna vertebral, los suficientes como para ignorar todo pensamiento racional acerca de no besar a alguien en mis horas de trabajo, sobretodo a un desconocido que se hace pasar por mi inexistente novio.

Quiero besarlo, la química o tensión sexual qué hay en el ambiente es innegable pero no puedo. No quiero darle la satisfacción de que tiene razón, ni tampoco tragarme mis palabras.

Max pega sus labios a los míos y hace algo que me descoloca, succiona mi labio inferior disfrutando su tortura. Quiere que sea yo quien lo bese. Como la primera vez.

Tomo con una mano su ondeado cabello y cuando estoy a punto de caer como un ratón en la trampa, oigo a Annie gritar.

—¡Tortolitos ya consíganse una habitación, y por favor no quemen el pub, Carlo se infarta si ve este lugar quemado! Desde fuera llega el humo de estas patatas Freya— grita Annie mientras corre a cortar el gas de la cocina.

Me separo rápidamente de Max arrepintiéndome por mis torpes hormonas, y corro a ver las patatas. Están negras flotando en el aceite caliente de la freidora y el humo por la cocina era evidente y visible, es solo que estaba lo suficientemente embobada con los labios de Max.

Una vez que Annie se va, saco las patatas de la freidora ignorando que Max esté en el mismo lugar en el que estaba a punto de besarlo. Apago la cocina y dejo mi delantal en el perchero que tenemos en la cocina, cuando ya estoy lista tomo mi bolso y huyo de allí antes de que Max pueda decir algo.

—¡Adiós Freya, cuida a tu novio, uno así no se consigue dos veces en la vida!—grita Annie de manera para nada indiscreta, desde una de las mesas.

Desato el tomate formado en mi cabello, dejándolo caer. Agradezco que mi cabello sea extremadamente liso, y que no sea un desastre cuando me ato el cabello.

Me apresuro por llegar a la parada de autobús y cuando estoy en ella y ya han pasado cinco minutos, agradezco porque el cretino de Max no venga tras de mi.

¿Quién se cree que es para aparecer en mi trabajo y llamarme mentirosa? ¿o para decir que es mi novio?

Mentirosa soy, eso es por culpa de Leah, pero lo demás no tiene sentido.

Pateo una piedra que estaba en el suelo de la parada de autobús y está se desliza rápidamente hacia la carretera. Luego observo como un jeep paraba junto a mi.

Los vidrios polarizados me impedían divisar al conductor pero no tarde demasiado en averiguarlo, porque el oscuro vidrio se deslizó hacia abajo evidenciando el rostro del conductor.

—Sube Frida.

Me cruzo de brazos ignorando su existencia.

—No me gusta repetir las cosas Frida, sube, te llevaré a casa—al notar que no obtendría respuesta comenzó a tocar su bocina repetidas veces, provocando que todos a nuestro al rededor se quedaran viéndome.

—¡Detente!—grité y luego comencé a caminar en dirección a la siguiente parada de autobús.

Me siguió por la orilla de la barandilla sonriendo. Aún arriba de su jeep negro.

—Si piensas que escapando de mí evitarás que te encuentre, estás equivocada, ya mandé a investigar todo acerca de ti, mentirosilla.

¿Qué?

—¿Por que hiciste eso? ¿Acaso eres sicopata?—ironicé. Aunque en verdad me aterraría que fuera cierto.

—No lo soy, pensé que tú si. Pero si quieres averiguar por qué sé todo de ti, deberías subir.

Pensé en la posibilidad de huir y así no tener que ver su rostro pero luego pensé que de todas formas llegaría hasta mi departamento si lo que decía era cierto, así que ignorando las probabilidades de resultar muerta, me subí a su tonto Jeep.

Dentro pude divisar que la fotografía de una mujer mayor estaba colgada en el espejo retrovisor, junto con la de la señora Ross, la abuela de Max.

—Y bien—interrumpí el incómodo silencio— ¿Por qué sabes todo de mí? Dilo ya, para luego entregarte a la policía.

Max me dedica una torpe sonrisa para luego acomodar su ondeado cabello:— No puedes hacer eso, mis detectives tenían que hacerlo.

¿Detectives?

— De que hablas. ¿Tienes detectives?

Asiente mientras conduce por la carretera.

—Técnicamente son de mi padre, pero les pedí ayuda cuando una misteriosa chica me besó en un lugar público y la prensa capturó el momento.

Se refiere a mi. Yo fui quien lo besó en esa discoteca. Tonta Freya, tonta Freya.

—Y se que no eres millonaria, ni te llamas Frida, como me dijiste esa noche. Se que tu nombre es Freya Violeta Cárter Hall, vives en un departamento compartido con tu amiga y trabajas demasiado para poder ingresar a la universidad. También se que tú madre falleció hace un tiempo y que eres tú contra el mundo. Pero esto no se trata sobre lo que averigüe de ti, se trata de lo que hiciste. ¿Por qué me besaste Freya? ¿Por qué ocultar tu identidad?

—Yo... solo lo hice porque quería desafiarte y ya. No sabía quién eras ni tampoco quería colgarme de tu fama o dinero por si eso es lo que piensas—respondí ofendida. En verdad lo besé porque estaba ebria, no porque deseara sacar provecho de su dinero.—puedes dejarme en la siguiente parada, no hace falta que me lleves a casa.

Max se detuvo en una orilla.

— No pretendo ofenderte, desde que me dejaste en casa de mi abuela y me golpeaste, supuse que estabas igual o más confundida que yo. Es por eso que quiero proponerte un trato.

—¿Un trato?

Asiente— Sí, un trato.—sonríe—Una propuesta indecente, no tan indecente, Frida.

—¿A que te refieres con no tan indecente?

Me dedica una mirada cargada de burla y diversión.

Altísimo, ayúdame.

Leah, ¿en qué me has metido?

____________________________________

Nota de una Dom❤️‍🔥

¿Cómo están por aquí? Volvimos con Freya y Max, más locos que nunca.

¿Ustedes son Team Max o team Diego? Los leo!

En el próximo capítulo sabrán cuál será la propuesta indecente no tan indecente:o

No olviden seguir los redes sociales:
Instagram: _iamalex_xx
Twitter: dbadisbetter
Tiktok: badisbetter

Besos,

Dom❤️‍🔥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro