CAPÍTULO 6
CARLA
Bradd sube y me quedo observando la sala. Es amplia. Vale, estoy nerviosa. Algo en esa chica me dice que no le caigo demasiado bien, me ha mirado como si ... mi presencia aquí le molestara.
No soy capaz de decir lo rara que me siento ahora mismo.
De repente me siento como si sobrara.
Me paseo por la habitación observábandolo todo. Hay un retrato pintado muy viejo que llama mi atención, me acerco. Hay una mujer rubia y muy delgada de rasgos delicados, ella está sosteniendo el brazo de un hombre enorme y fornido que muestra una expresión muy intimidante ; el hombre tiene los ojos grises y el cabello largo y oscuro cayéndole en los hombros.
Arrugo el ceño observando el retrato y no me doy cuenta de que sucede hasta que siento el estruendo del jarrón que había debajo chocando contra el suelo. El sonido del cristal rompiéndose me hace dar un respingo y doy un susto de la impresión.
Mierda. Mierda. Mierda.
¿Por qué demonios me pasan estas cosas?
Me agacho a recoger los trozos de vidrio con el corazón latiendo a toda velocidad en mi pecho con la vergüenza.
Siento unos pasos bajando las escaleras y me pongo tan nerviosa que me apresuro y me corto en la mano con un trazo de vidrio.
Auch.
Al instante comienza a brotar la sangre.
BRADD.
Veo el momento exacto en el que Carla se corta y apresuro el paso para ayudarla pero me detengo de golpe al sentir ese olor.
Mierda.
Mierda.
Mierda.
¿Desde cuándo la sangre huele así ? ¿Desde cuándo su olor me abruma? ¿Cómo es que ahora no soy capaz de comtrolarlo? Esta mierda no me afecta hace más de trescientos años.
Doy un paso hacia atrás , abrumado por el olor metálico y delicioso que me penetra la nariz como si fuera el legendario aroma de la magia en los cuentos. Siento los tacones de Bella bajar las escaleras justo cuando el dolor en mis encías es insoportable.
—¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?—le pregunta, llevándose la atención de la rubia que frunce el ceño en mi dirección.
—Lo siento...he...he roto sin querer el jarrón de cristal y...me he cortado...—Bella toma su mano y veo el momento en el que huele la sangre y arruga la nariz.
Al menos no solo a mí me parece jodidamente dulce.
—No pasa nada...Carla. — dice Bella haciendo una ligera mueca por el olor.—Ve a la cocina , al fondo del pasillo a la izquierda, allá verás una llave de agua potable con climatizador. Usa agua fría para lavar la herida , hay alcohol en la alacena y luego , por favor, vete a casa para que Royer te lleve. Esa herida lleva un par de puntos.
Ella va a la cocina. Pero el olor sigue ahí. Maldigo y ella vuelve unos minutos después con la mano vendada.
Cuando vuelvo a sentir ese olor no puedo evitar hacer otra mueca y trato con todas mis fuerzas de disimular lo que me provoca pero no lo consigo del todo.
Carla se ve altamente confundida, pero parece notar que es mejor que no haga preguntas al respecto.
Se dirige a la puerta y , dejando de lado lo mucho que me incomoda el olor —que no entiendo por qué— desprende su sangre la acerco a mí y dejo un beso en sus labios que la deja en shock unos segundos. No dice nada más, solamente me da una sonrisa de labios cerrados y despide a Bella con un gesto de mentón antes de perderse en la puerta.
A penas se ha marcado me siento en el sofá con las manos en la cabeza.
—Ok, Bradd...—Bella se sienta a mi lado— ¿Por qué la sangre de tu ligue olía como si yo no hubiera probado sangre en doscientos años?
Trago saliva.
—No tengo ni puta idea, la verdad es que estoy flipando ahora mismo.
—Pues vamos a ver a Darkness , de seguro ella tiene una respuesta.
—¿Qué?
—¿Cómo que qué ? ¡Puedes brincarle a la yugular en cualquier segundo! y no estoy dispuesta a convivir contigo en la miseria nunca más, Bradd Floyd.
Bella luce abatida. Pocas veces la veo así.
—Te ha dejado mal el olor , ¿Eh?—lo digo en tono de broma , pero hablo muy en serio.
Ella se encoge de hombros.
—Ñeh...tal vez si no llevara trescientos cuarenta y ocho años luchando contra el olor de sangre estuvieses llorando ahora sobre el cadáver de la Barbie.
—No hables así de ella —le recrimino y veo como poco a poco el olor de va disipando del lugar.
—¿Es que la has visto?¿No parece una Barbie? Rubia , delgada...y ligeramente plástica .
—Si te dieras la oportunidad de conocerla te caería genial.
Ella hace un mohín.
—En primera, no tengo el más mínimo interés en conocerla y , en segunda , no soporto que hables como si llevaran años tonteando. De hecho, ni ha pasado una semana desde que se conocen.
Suspiro.
—A mí me ha parecido una eternidad.
Ella me observa , en silencio.
—Recoge tu chaqueta, nos vamos a casa de Darkness.
Hago una mueca.
—Vamos.
Nos levantamos y gracias a nuestra enorme velocidad de transportación llegamos a la cabaña de Darkness en una media hora. Es alejada , tétrica y da un miedo que te cagas. Por lo menos por dentro es un poco más acogedora. Darkness es una mujer de unos treinta años físicos —a pesar de sus ciento y tantos reales— , de cabello blanco y mirada avellana. Nos da una sonrisa y se quita de la puerta para que entremos.
—Ustedes dos siempre con su mala leche. No os saldrán arrugas por sonreír un poco. —sonrío al ver a Bella voltear los ojos.
—No tenemos muchos motivos para reír , Darkness ... Hay algo que necesitamos consultarte.
🥀
—...y se fue , dejando el aroma de su sangre dulce impregnada en el ambiente como si fuera un perfume caro.
Pongo los ojos en blanco ante la narrativa de Bella.
—El punto es que su sangre es demasiado atractiva al olfato , más que cualquier otra. Y nos ha costado muchísimos años que el olor no nos afecte. —aclaro—¿Puede haber algún motivo en específico que cause que su sangre parezca almíbar?
Darkness se pasa las uñas por el mentón, pensativa.
—Veamos...—se acerca al libero y pasa el dedo índice por los lomos hasta detenerse en uno de color rosa opaco. Lo examina y lo extrae con una sonrisa en el rostro —Este , este es. Vamos a ver...—lo ojea , Bella repica el tacón impaciente en el suelo y yo juego con mis dedos dentro de los bolsillos de mi pantalón. No tengo idea de qué pasa —¡Aquí! Mirad , ...Los humanos a veces tienen un gen de hace años de criaturas sobrenaturales que han evolucionado hasta ser humanas. Por tanto , quedan algunos que conservan el dulzor del aroma de su sangre. A lo mejor , quién sabe , tu rubita tiene ascendencia de alguna criatura sobrenatural.
—No...— digo—Ni de coña. Ella ni siquiera sabe que existen las criaturas sobrenaturales.
—¿Se lo has preguntado?— consulta Bella, acusatoria.
—N-No..., pero ...la ....la conozco, no lo sabe.
—Y dale con que la conoce —murmura Bella y la fulmino con la mirada.
—Bueno, Bradd—me dice Darkness—, es la única explicación. Tal vez es cierto y no lo sabe. Ya está. No peleen. Parece que estoy toreando a dos niños de trescientos cuarenta y ocho años.
Bella hace una mueca.
—¿Por qué no olía así antes?—le pregunta Bella. Me sorprende su repentino interés en Carla. —He estado allí quince minutos antes y no olía de esa ...forma.
Darkness lee con la vista algo en el libro.
—Al parecer solo se siente su olor cuando está fuera de la vena.
—¿Hay alguna forma de que ...desaparezca?
Ella aprieta los labios.
—Solamente pierde su esencia si ella se transforma en otra criatura lo suficientemente fuerte que luche contra sus genes.
Bella me observa al instante.
—Un vampiro—asegura Bella ,—después de los genes lobos somos los más fuertes ...
—No—la interrumpo—ni lo sueñes. Ella ni siquiera sabe que existen los vampiros. No hoy a convertirla en uno...No...—observo al suelo.
Bella se detiene a mi lado.
—Bradd, no tienes que convertirla si no quieres. Pero si quieres seguir con ella lo mejor es que le digas de una vez lo que somos. Mientras más te demores peor se lo tomará.
Trago saliva.
—No sé cómo voy a decírselo, Bella. Es sensible y muy orgullosa. Está con el orgullo herido y el hecho de que le cuente esto solamente la va a apartar de mí. No he explorado nuestra relación aún...no puedo...no puedo perderla todavía ¿Entiendes?
Darkness y ella comparten una mirada de lástima. Odio que me miren así pero finjo que no me doy cuenta.
—Ya lo resolverás—asrgura la bruja y mi hermana solo se limita a asentir.
Pero sé que ambas mienten.
Ambas saben que Carla no se lo tomará nada bien.
🥀
CARLA.
—¡Cuida tus palabras!—le exige mi madre a Jules en la mesa. Siento que estoy teniendo un lapsus como el día que vino a casa. —Eres una Brown , debes cuidar ese lenguaje tan...soez.
Miro el plato con los labios apretados. Siempre trato de defenderla , pero usar la palabra «fornicar» en una mesa es descortés , en especial para alguien como mi madre que lleva toda su vida siendo alguien de etiqueta .
—Carla.
—¿Sí, madre?
—¿Cómo te fue en la prueba de psicología adolescente?
Su voz se oye más como un reclamo que como una afirmación, me tenso.
—Sobresaliente.
Ella sonríe, satisfecha.
—¿Y tu examen de Leyes, Jules?
Ella se acomoda la ropa con nerviosismo, pero en su expresión parece darle igual.
—Suspenso.
Cierro los ojos. Mi madre solo la observa, con los labios apretados y el ceño fruncido por el enojo.
—Mi esposo y yo te trajimos aquí para que fueras alguien de provecho , Jules. No una muñeca de plástico que no hace nada de importancia. O sales mejor o te vas a recorrer el mundo con la irresponsable de tu madre.
Veo a Jules apretar los cubiertos con tanta fuerza que los nudillos de le tornan blancos.
—¡Pues sí!—estalla mi prima haciéndome dar un respingo. Mi madre la observa con los ojos muy abiertos— ¡Carla saca mejores notas que yo! ¿Pero se ha detenido usted, tía Sophia, a preguntarse por un segundo por qué? No, ¿Verdad? Porque le da igual. Le damos igual tanto yo como su hija , solo quiere tener alguien de quién presumir en sus aburridas reuniones con gente de la alta sociedad. ¡No puedes ir por ahí obligando a jóvenes a ser máquinas , tía ! Métete en la cabeza de una vez que tenemos vida a parte de la universidad.
La observo, anonadada.
¿En serio ha hecho esto?
Mi madre se levanta, después de lo que parece un siglo, lentamente de la mesa. Pone los nudillos sobre el mantel y respira profundo, algunos mechones de su cabello le caen en la frente.
—Id a sus habitaciones. Hablaremos de esto mañana cuando mi esposo vuelva a casa.
Suspiro y subo a mi cuarto a toda velocidad, pero me detiene un brazo a media escalera. Mi madre me observa con detenimiento.
Hasta que baja la vista a mi mano izquierda.
—¿Qué te pasó?
Me encojo de hombros.
—Nada... tumbé un jarrón de cristal en casa de unos amigos y...me corté intentando recolectar las partes.
Asiente.
—Después quiero hablar contigo, Carla—hace años que no me habla en ese tono.
—Vale...Nos vemos mañana , mamá.
Ella asiente y sigo mi camino. No he tenido noticias de Bradd desde lo que ocurrió en su casa. Ha sido muy raro. Tal vez, no sé...tal vez compartan una fobia por la sangre o algo así. No lo sé. Ha sido muy confuso. De repente Bradd se ha quedado en shock y Bella , de manera muy poco disimulada , me ha mandado a casa.
Aprieto los labios mirando mi móvil.
¿Será qué debo escribirle? ¿Y si no me contesta?
Estoy lista para abalanzarme a tomar el móvil cuando el sonido de una notificación me interrumpe.
Besador gilipollas : Hola , mano suelta , ¿Qué tal tu mano? Siento lo de esta mañana . Ojalá pueda explicarte más adelante qué sucedió.
Sonrío.
Yo : No tiene importancia, ya estoy mejor. Aunque duele como la mierda. Gracias por preocuparte.
Besador gilipollas : Nuestra cita sigue en pie, ¿Verdad?
Yo: Claro, imbécil. Has insistido mucho para que venga a tus estúpidas citas , si te rechazo ahora me sentiría como la peor persona del mundo.
Tarda unos segundos en contestar.
Besador gilipollas: No solo te sentirías , lo serías. El punto es que no quiero que lo que pasó entre nosotros hoy destruya lo que hemos creado.
Yo : admito que eso ha parecido a que llevamos años saliendo.
Besador gilipollas: ¿A caso admites que estamos saliendo?
Me pongo roja al instante.
Yo:No, solo digo que te estás montando una peli en la cabeza.
Besador gilipollas : Si así fuera...sería director de películas porno.
Ahora siento que mis mejillas explotan.
Yo : Vuelve a hacer un comentario de ese tipo y no te dirijo la palabra en lo que te reste de vida.
Besador gilipollas: Eso es mucho tiempo...
Sonrío, y escribo de nuevo.
Yo: ¿Por qué? ¿A caso eres inmortal?
Deja de escribir varios segundos. Creo que mi broma no le ha hecho gracia porque sigue en línea y no ha hecho ni un ademán por escribir desde que ha leído el mensaje.
Besador gilipollas : Te escribo en otro momento, mano suelta. Estoy algo liado en unas cosas de la discoteca y eso.
Yo : Vale , adiós Bradd.
Se queda en línea unos segundos hasta que me llega otro mensaje.
Besador gilipollas : Un beso, mano suelta.
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