83
Antes de continuar quisiera aclarar nuevamente que todo es ficción y que no se tomen las cosas tan literal. Jajaja, continuamos.
Todo era calma esa mañana, Jimin se había levantado como siempre a desayunar, ahora veía una serie muy cómodo en la sala de entretenimiento.
Juugnkook había tenido que salir, Junghyun se quedo con él para cuidarlo.
Comía uvas recostado con sus pies arriba para estar más cómodo. Últimamente no había estado durmiendo muy bien, casi tenía que dormir sentado para que los bebés estuvieran cómodos. Pero sus Alfas no paraban de elogiarlo y alagar todo el esfuerzo que Jimin estaba haciendo por llevar a esos bebés en su pancita.
Ellos estaban orgullosos de Jimin y no dudaban en hacérselo saber.
El rubiecito sintió la necesidad de ir al baño así que, con gran dificultad, se puso de pie y caminó para el baño de la planta baja. Junghyun había ido por su mantita favorita.
—Minnie, muchacho. ¿Qué haces levantado?
—Nana, Minnie quiere ir al baño. —Le sonrió a la señora.
Ella también le sonrió de vuelta.
—Ven, te llevo. —La mujer lo ayudó a caminar hasta llegar al baño. Jimin le agradeció.
Cuando salió, Nana ya no estaba así que lento caminó de regreso ignorando el pequeño pinchazo que le estaba molestando en su espalda, exactamente en la cintura.
—¡Ah! —Fue su quejido de dolor pero no era tan fuerte lo ignoró por completo. Cuando volvía hacia la sala de entretenimiento, Junghyun llegó hasta él, poniendo un rostro visiblemente aliviado al haberlo encontrado.
—Bebé, te buscaba. ¿Todo está bien? ¿Necesitas algo?
—Minnie está bien, Galletita.
Junghyun lo ayudó a caminar hasta la sala de nuevo, lo sentó.
Jimin estaba a punto de cumplir los nueve meses de embarazo, ellos estaban muy nerviosos porque en cualquier momento sus hijos iban a nacer. Tenían ya la fecha programada para la cesárea.
—Minnie tiene hambre, tiene ganas de comer alitas de pollo en barbacoa.
Junghyun le sonrió sacando su teléfono de su bolsillo del pantalón.
—Claro, mi vida, le diré a Kook que pase comprando alitas de pollo. ¿Algo más?
—Mmm. Sí, carne mucha carne.
—Wow si que tienes mucha hambre, cielo. Está bien, le pediremos todo eso. —Junghyun texteó a su hermano para pedirle que trajera la comida de su omega cuando viniera de regreso a casa.
Jimin estaba tan cansado, el día anterior había ido a la boda de Suran. Había sido una ceremonia muy bonita y bastante sencilla, a Suran le gustaban las cosas así de simples y no tan ostentosas en realidad.
Jimin se había maravillado con las palomas blancas que habían soltado cuando Suran y Shin Hyo-seob salieron de la iglesia.
La fiesta también fue muy bonita aunque Jimin se había puesto un poco triste porque no podía bailar.
Sus Alfas le habían dicho que luego de que diera a luz a los bebés ya podía comenzar a estudiar baile y danza como él había deseado en la universidad.
Cuando Jungkook llegó, Jimin lo esperaba con ansías y casi corrió cuando lo escuchó entrar.
—Ohh, bebé, con cuidado. —Junghyun corrió detrás de él.
—Déjalo, me extrañó por eso está así, ¿Cierto, bebé?
Jimin ni siquiera lo saludó, solo le arrebató las bolsas de comida y luego se fue a buscar un sitio donde comer tranquilamente.
—¡Oh Alfita Koo, mi hermoso hombrecito de chocolate, Minnie también te extrañó mucho y no puede vivir sin ti! —Musito Jungkook con una vocecita muy aguda que hizo a Junghyun soltar las risas.
—Está hambriento. —Murmuró Junghyun.
—Siempre está hambriento, Hyun... ¿Todo bien?
Junghyun asintió y, luego de descalzarse, Jungkook los siguió hasta la sala donde Jimin seguía mirando su serie.
Comieron juntos, luego de eso y de que Jungkook le acariciara el cabello, Jimin se quedó dormido.
En la noche parecía que no tenia intenciones de despertar así que, con sumo cuidado, Junghyun lonsubió hasta la habitación.
Lo acomodó bien y al poco rato ambos alfas ya estaban a su lado, rodeándolo con sus brazos.
Paso poco tiempo para que ambos se quedaran dormidos, la noche era relativamente tranquila.
Pero, en medio de la madrugada, un quejido despertó a Jungkook. El Alfa abrió los ojos atento por si escuchaba algo más, quizá solo fue producto de su sueño.
Miró a Jimin, parecía dormido, suavemente extendió su mano para darle unos delicados toquecitos, pero Jimin no se movió.
Se volvió a acomodar en su lugar para poder seguir durmiendo.
Al poco rato, otro quejido más fuerte se oyó, en ese momento ambos alfas se sentaron en la cama.
—¿Minnie, estás bien cariño? —Preguntó Junghyun, inclinándose para verle mejor.
El omega tenía sus ojos bien cerrados, pero se quejaba en sueños, sudaba un poco y apretaba su mandibula.
Jungkook negó cuando Junghyun le devolvió la mirada, ambos comenzaban a estresarse y a preocuparse.
El omega volvió a soltar un quejido más fuerte, esta vez sí lo hizo abrir sus ojos de par en par.
—Duele... ¡duele mucho! —Se quejó, sus ojitos se le llenaron de lágrimas.
—¿Los bebés? ¿Llegó la hora? Pero no es el día...
Jimin asintió, el caos se apoderó de todos en la habitación.
Jungkook fue el primero en saltar de la cama, se colocó lo primero que encontró.
Junghyun ayudó a Jimin a sentarse en la cama, Jungkook ya le llevaba su bata para colocársela sobre la ropa de dormir.
—Vamos, bebé, iremos al hospital. —Junghyun lo cargó, mientras Jungkool corría escaleras abajo para encender el auto, Junghyun lo seguía.
En el camino Nana se topó con ellos debido al alboroto que se producía.
—¿Es la hora? —Preguntó mirando como Junghyun entraba hacia el garaje y lograba meter a Jimin al auto.
—Sí, Nana, los bebés ya van a nacer. —Respondió Jungkook, entrando también en el auto—. Por favor llama a nuestros padres y a los padres de Minnie avisales que estaremos en el hospital central de Seúl
Luego se acomodó el cinturón de seguridad y esperó a que auto se moviera. Al voltear a su lado pudo ver a Junghyun fulminándolo con la mirada, y a Jimin devolviéndole una mirada curiosa con el entrecejo fruncido.
—¿Y quién se supone que manejará? —Espetó Junghyun mirando hacia el asiento de adelante que iba vacío.
Jungkook se dio golpes mentales y se volvió a quitar el cinturón de seguridad.
—¡Es la costumbre de que JiHyun el que conduce! No me culpes. —Se defendió el Alfa, pasándose al asiento del conductor y poniendo en marcha el automóvil.
Eran justamente las 3 de la mañana.
—¡Ahhh! —Volvió a quejarse Jimin, apretando su panza.
Junghyun abrió sus ojos asustado cuando notó como el pants de dormir que Jimin usaba se llenaba de lo que parecía ser agua y sangre.
—¡Mierda, Jungkook, apúrate c-creo que se le rompió la fuente! —Habló el rubio algo nervioso—. Ya, amorcito, llegaremos pronto al hospital.
Jungkook se había puesto más nervioso cuando Junghyun le dijo que Jimin había roto la fuente. Según los médicos un embarazo gemelar estaba para ser asistido con cesárea, pues había alto riesgo de que un parto normal sea muy complicado.
Así que sin importarle nada más que la vida de su omega y sus cachorritos aumentó la velocidad, estaba tan nervioso que en una intersección un auto casi los choca debido a que no esperó la luz verde.
—Ahhh A-alfitas, duele mucho.
Jimin sentía como una especie de fuerza que le iba apretando poco a poco su estómago, lo cual era lógico ya que el líquido amniótico de los bebés había salido de su cuerpo así que adentro los bebés hacían presión para salir por la falta de oxígeno.
Llegaron al hospital en menos de diez minutos, el primero en bajar a pedir una camilla fue Junghyun en lo que Jungkook se encargaba de quitar el cinturón de Jimin y bajarlo del auto. Un par de enfermeras llegaron rápido para ayudar a subir al omega a la camilla que llevaban.
—¿Cuántos meses tiene? —Preguntó una de ellas.
—A punto de cumplir nueve meses. —Respondió Junghyun—. Pero la cita para la cirugía estaba para dentro de una semana.
Junghyun en verdad estaba preocupado.
La enfermera asintió, debía asegurarse de que así fuera para no correr el riesgo de que fuera un nacimiento antes de tiempo o requerirían mucho más cuidado.
—Es totalmente normal que se adelanten una semana o incluso que se lleguen a pasar semanas. Lo llevaremos de inmediato a hacer una ecografia, al parecer ya viene dilatado y queremos asegurarnos de que todo esté bien para que sea un parto normal.
Los Alfas asintieron, siguieron a las enfermeras y a Jimin hacia adentro al área de maternidad del hospital.
En cuanto la camilla con Jimin entró, varios doctores más llegaron para ver el estado de salud del omega.
Uno de ellos realizaba la ecografía y otro le instalaba a Jimin las sondas para conectarlo a las vías intravenosas.
Los Alfas se habían quedado afuera, se comían las uñas de los nervios.
—Tenemos un problema, uno de los bebés trae el cordón umbilical enredado en el cuello, están a falta de oxígeno por la pérdida total del líquido amniótico. El omega ya está dilatado en 10 de centímetros, no es suficiente para hacerlo tener a los bebés por parto normal.
—¡Pero los bebés ya vienen! —Gritó el otro doctor mirando como Jimin gemia del dolor mientras una cabecita se asomaba por la abertura—. ¿Qué hacemos? Lo que sea es de hacerlo rápido o puede haber complicaciones.
—Prepararlo para la cesárea es la opción más viable pero ellos no quieren esperar... Haremos lo que la madre Luna elija, esos bebes van a nacer ya. —Sentenció el doctor—. Me aseguraré de traer al mundo a esos dos bebés sanos y salvos.
El otro doctor sonrió y asintió.
—¡Minnie quiere a sus A-alfas! —Chilló desesperado.
El doctor asintió y una de las enfermeras salió corriendo a llamarlos.
Pasaron unos cinco minutos cuando los Alfas entraron totalmente vestidos de celeste con mascarillas a la sala de parto, iban lívidos y pálidos, sudando por los nervios.
—Minnie, amorcito, estamos aquí, se valiente y fuerte.
El omega asintió y tomó la mano de sus dos Alfas.
—Bien, bebé, quiero que cuando sientas dolor pujes fuerte, ¿si? No grites o te llenarás de aire, solo puja.
Jimin asintió.
Jungkook miró al doctor, solo por el hecho de que era el hombre en el cual estaban puestas las vidas de sus amados seres no le gruñó por decirle "bebé" a su omega.
Cuando Jimin sintió el dolor automáticamentenla necesidad de pujar lo invadió y así lo hizo. Sus dientes estaban totalmente apretados y sus manos se aferraban con fuerza a sus alfas.
—Eso es, corazón, lo estás haciendo bien, amorcito. —Lo animó Junghyun.
El médico maniobraba al primer bebé que se asomaba, era pequeño, venía totalmente lleno de líquido y sangre.
—Un poco más y sale por completo.
Jimin dio un empuje más y finalmente el dolor que había tenido desapareció por completo haciéndolo respirar nuevamente con normalidad.
—Muy bien, eso estuvo bastante bien. Es un precioso varoncito. —Dijo el doctor.
Jungkook y Junghyun abrieron sus ojos con asombro y amor incrustado al ver al pequeño ser que era tomado por la enfermera y llevado lejos para asearlo. Era tan precioso.
De pronto esa burbuja de felicidad que los había envuelto reventó cuando las máquinas comenzaron a pitar fuerte.
—15 milímetros de Talio y 7 milímetros de trombolítico. —Gritó el médico—. ¡El Omega está sufriendo un paro cardiaco!
A los Alfas se les vino el mundo encima cuando escucharon al doctor decir aquello.
—Doctor...
—¡Deben salir de aquí!
Otro doctor que también estaba de guardia entró y los hizo salir de la sala de partos.
—¿Qué pasa con nuestro Omega? —Preguntó Jungkook, quien en ese momento sentía su voz quebrada, pero de los dos era el que más cordura tenía.
—El parto del omega estaba destinado a ser cesárea por los posibles riesgos que un embarazo de omega hombre conlleva, son más complejos y complicados por no decir peligrosos. Pero los bebés se adelantaron un poco, lo que no hizo posible que se pueda realizar la operación. El cuerpo de su omega no estaba listo para pasar por un proceso de parto normal así que todas sus fuerzas se están yendo en dar a luz. El paro cardíaco es producto a una baja total de la presión. Ahora mismo lo están estabilizando. Como el bebé que aún no nace, trae el cordón umbilical enredado en su cuello, es posible que se le practique de igual forma una cesárea.
Jungkook y Junghyun asintieron mirando al doctor que les había explicado todo.
—Por favor, hagan lo que tengan que hacer y salven a nuestro omega y a la bebé. —Pidió Junghyun con su voz entrecortada.
El doctor asintió y volvió a entrar a la sala de parto.
La situación adentro no había cambiado mucho, habían logrado estabilizar el corazón de Jimin, pero era muy baja. Su presión estaba a la posibilidad de sufrir otro paro.
—¿Cómo vamos aquí?
—Logramos estabilizar al omega, pero el otro bebé no lo hace tan fácil, quiere salir más su cordón lo puede asfixiar. Lo preparamos para una cesárea.
El médico asintió y comenzó a ayudar para el siguiente nacimiento.
Jimin, por su parte, había recuperado la conciencia, pero se sentía muy débil. Su vista era borrosa, un pitido era lo único que sus oídos podían escuchar y una sensación de querer vomitar lo invadía, sudaba frío.
—Está muy débil también corre el riesgo de no soportar la cirugía. —Habló el médico que había estado afuera con los Alfas.
El contrario asintió, sabían que era un estado muy critico.
—¿Qué hacemos?
—Habla con los alfas antes de tomar una decisión. —El doctor asintió y volvió a salir de la sala.
Afuera ya no estaban solo los Alfas, habían más personas.
Los dos Alfas se levantaron al ver al médico salir de nuevo, con su rostro crispado en sudor.
Habían estado con todas sus fuerzas enviando buena vibra y ánimos a Jimin por medio del lazo.
—¿Cómo está Minnie? ¿Ya nació la bebé?
El doctor negó
—El estado es muy crítico.
Los padres de Jimin se acercaron para oír la situación de su hijo. La señora Tae Hee estaba visiblemente muy asustada.
—¿Qué pasa, doctor? Hable...
—Su Omega está muy débil y delicado debido al paro cardíaco que tuvo. —Los padres de Jimin jadearon al oír aquello—. Tenemos dos opciones, podemos intentar traer a ese bebé de manera natural y que sea lo que Dios quiera, puede sobrevivir o podemos practicar esa operación corriendo el riesgo de que el omega sufra otro paro. Si sufre un paro más es imposible saber si puede soportarlo.
Jungkook se llevó las manos al rostro restregando con frustración, Junghyun soltó un quejido desesperado.
La madre de los Alfas rápidamente se acercó para abrazar a sus hijos. Jungkook se veía afectado, pero a pesar de ello era quien más consciente estaba. Junghyun en cambio no dejaba de llorar por su Omega y el cachorrito faltante.
—A ver, hijos, por favor mírenme. —El padre de los dos se acercó para poder hablar con ellos—. Es una decisión que deben tomar de manera inmediata. Piensen en ustedes y en Minnie... en lo que ustedes sientan en su corazón.
Los Alfas sintieron.
—Doctor... ¿Cómo es el cachorrito nació? —Preguntó Jungkook conteniendo sus ganas de llorar a mares—. Un varón, es rubiecito, seguramente es suyo. —Indicó señalando a Junghyun.
Las lágrimas de Jungkook no pudieron detenerse más, así que limpiando sus gruesas lágrimas se acercó a Junghyun.
—Salve a mi Omega. —Dijo sin más.
Los ojos grises de Junghyun chocaron con los suyos y los brazos de su hermano no se hicieron esperar para abrazarlo.
—¡Jungkook!
El Alfa pelinegro solo negó y se dejó caer a los brazos de Junghyun mientras más allá los padres de Jimin lloraban en silencio, los de ellos igual.
No se percataron cuando a la sala entraron más personas.
Personas que sin duda se habían ganado un lugar en el corazón de Jimin y Jimin en el de ellos.
Taehyung, Yoongi, Jin, NamJoon y Hoseok estaban presentes. Suran y su esposo también estaban ahí.
Rápidamente hicieron una rueda al rededor de los Alfas para darles ánimo, en ese momento necesitaban de toda la fuerza posible.
Adentro en la sala de parto, Jimin ya estaba listo para poder dar a luz al siguiente bebé, la orden había sido salvarlo a él así que la operación no se iba a realizar.
—¿D-doctor? —Balbuceó en cuanto pudo recobrar el conocimiento.
—Tranquilo, muchacho, vas a pujar cuando sientas dolor nuevamente. —Indicó.
Jimin asintió.
Cuando los dolores comenzaron de nuevo, el bebé ya venía, traía sus piecitos por delante, lo que significaba que iba a sufrir mucho dolor.
Un grito invadió por completo la sala cuando el bebé comenzó a salir. Afuera sus Alfas solo podían llorar ya guantar las ganas de entrar a la habitación.
Jimin también comenzó a temblar del dolor mientras poco a poco lo invadía el sueño.
—No, amigo, no cierres tus ojos. —El otro médico trataba de mantener a Jimin despierto, pues era bien sabido que los o las Omegas en cinta durante el parto si se dormían algunos ya no volvían en sí. Era lo que se demandaba sueño de parto o también muerte de parto.
Pero era imposible, Jimin solo sentía el sueño. invadir su cuerpo, sus párpados estaban tan pesados que no lo podía evitar.
Sus ojos finalmente se cerraron mientras a lo lejos la voz del médico lo llamaba con insistencia, el sonido de las máquinas era más y más lejano.
Los alfas afuera estaban tan asustados por lo que podía pasar adentro. Nadie más había salido a darles ninguna noticia.
—Tranquilos todo estará bien. —Los animaban. cada cierto tiempo.
Pero la verdad era que Junghyun y Jungkook estaban tan angustiados que no sintieron que el lazo con su omega se sentía cada vez más débíl.
Cuando un médico salió al fin, los Alfas se levantaron abruptamente sobresaltando a los demás.
—¿Doctor, qué ha pasado? ¿Cómo está nuestro Omega?
El médico negó limpiando su sudor con un pañuelo.
—Lo sentimos mucho, pero no pudimos salvar a la bebé.
Jungkook sollozó fuerte mientras los brazos de su padre lo sostenían. Habían perdido a uno de sus cachorros. Al suyo para ser más específicos.
—¿Doctor, y Minnie? —Preguntó su madre separándose de Mingseon.
—Sufrió otro paro cardiorespiratorio. Su estado es muy crítico y no creemos que pase la noche.
Los Alfas lloraron sin contenerse, la reciente pérdida de la bebé los tenía adoloridos en su pecho. Su cachorrita no lo había logrado y Jimin quizá tampoco.
Jungkook se dejó caer al piso llorando sin siquiera hacer el intento de evitarlo, él que no solía demostrar su dolor ahora no lo podía ocultar.
Su cachorra.
Los demás lloraban también en silencio viendo cuan desgarrados estaban los Alfas en aquel momento.
—¿Cuándo podemos ver a mi hijo? —Preguntó Tae Hee. Ella también estaba llorando por su nieta, pero también quería ver a Jimin.
Mientras el doctor le indicaba a la madre las cosas, Junghyun se dejó caer al lado de Jungkook.
—Kook, lo lamento t-tanto por nu-nuestra cachorrita. —Sollozó sin dejar de llorar.
—Está bien... Minnie es lo que importa. —Murmuró sin dejar de llorar.
La puerta de la sala de parto se abrió de par en par alarmando a los presentes, una de las enfermeras comenzó a correr hacia el doctor.
—¡Doctor! ¡Es urgente... algo pasó!
El médico se alejó de todos y se perdió de nuevo, dejando a todos con el alma a punto de salirse de sus cuerpos.
¿Qué estaba pasando?
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