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La heladería completa era poco, los Alfas se habían encargado de llevarle a Jimin todos los sabores habidos y por haber de cada delicioso postre hasta que se cansara y aburriera de tanto helado. En cuanto llegaron ese día a casa Jimin corrió feliz por el jardín, estaba de nuevo en casa y era libre aunque no era como si hubiera estado retenido, en realidad porque Jimin jamás sintió eso, era como si sólo se hubiese mudado unos días a otra casa, pero la verdad es que no había nada como volver a la suya.

Cuando Jimin subió a su habitación, pudo sentir todo el aroma que sus Alfitas habían dejado. Además, aún había una cosa que había quedado pendiente.

Junghyun entró en su habitación llevando en sus manos aquella pecera con el único pez que había ganado en la feria. Jimin, en cuánto, lo vio corrió a su lado.

—¿Papá pez? —Señaló la pecera.

—Sí, Amorcito, aquí está esperando por ti.

Ese pez se mantuvo todo el tiempo en la oficina, esperando por Jimin, ahora debía ir con los demás peces así como el omega había deseado. El rubiecito dio varios brinquitos de felicidad al ver el pequeño pececito que había querido agregar a su gran familia de peces, tomando la pecerita lo llevó hasta su acuario y se sorprendió de ver que sus alfas habian agregado más especies.

—¿Peces Medusa? —Preguntó mirando aquellos bonitos animalitos—. ¡Como de Bob Esponja! —Dijo reconociendalas como los que salían en la caricatura que siempre veía.

Los Alfas sonrieron, Jimin había expresado que le gustaría conocer una medusa real y ahora tenía varias en su propio acuario.

Depositó el pez con cuidado y sonrió al ver como este nadaba por todo el lugar. Suspiró feliz al ver que su familia de peces estaba completa. Pensó que un día iba a tener también una gran familia bonita como la de sus peces, con muchos cachorritos.

—Bienvenido a casa, papá pez. —Murmuró. Fue de inmediato a abrazar a sus dos Alfas, aquellos dos hombres que le consentían en todo y cumplian sus caprichos.

—Bienvenido a casa, Minnie. —Dijeron los Alfas al unísono.

Las manos de Junghyun se enredaron en su cintura mientras Jimin recostaba su cabeza en su hombro, las de jungkook lo rodearon por atrás, colocando tambien su cabeza sobre Jimin, haciendo al omega un sándwich humano muy bonito.

—Te amo, pequeño. —Susurró Jungkook con sus ojos cerrados, aspirando el aroma de su omega.

—Y yo también te amo, algodoncito.

—Gracias por amar mucho a Minnie, También amo mucho a Alfita Koo y Alfita Hyunnie.

Las feromonas de los tres que danzaban en el aire, demostraban lo felices que se sentían estando juntos.

Como buenos Alfas, ellos querían reforzar su marca con su omega, pero debían ser prudentes y esperar al menos unos días para hacerlo. Por el momento, tenían una sorpresa para su pequeño y es que, además, había un par de personas que querían conocer a su lindo omega.

—Minnie ¿Estas listo, mi vida?

El omega, quien se había dado una larga ducha, salía de la habitación, oliendo el característico aroma a vainilla de su jabón de baño, salió vestido con su pantalón de mezclilla y un sueter de colores pastel. Se veía precioso como siempre.

—Listo.

Saltó a los brazos del Alfa frente a él, Junghyun sonrió, sosteniéndolo en el aire con sus manos en sus caderas para aferrarlo bien.

Jimin y Junghyun tenían una conexión bastante fuerte y cercana que quizá ambos podían identificar como lazo inicial, ya que había sido Junghyun quién había comenzado aquel lazo con el omega el día que lo conoció en la iglesia, pero... ¿Quizá eso iba más allá? Era como si en alguna vida pasada sus almas ya habían estado juntas, pero no acabó bien. Como una nueva oportunidad que el destino les daba a esos dos seres de poder estar juntos, reencarnación le llaman. Porque Junghyun sabía que Jimin y él estaban conectados desde el pasado en otras vidas que habían  vivido y que no pudo ser. Era extraño, pero lo sentía.

Y es que nadie lo sabía, pero esos tres seres habían  estado antes ya destinados a estar juntos, a veces los planes de la vida y el destino no salen como están escritos, pero el destino seguía siendo caprichoso, ya que ahora en esta ocasión la vida lo había unido a él a la ecuación para formar esa relación de tres, con esto su alma estaría feliz, compensando lo que no había podido ser feliz en su vida anterior.

A su mente solo venían fragmentos de una vida pasada como un dejavú, recordando como su vida ya estaba enlazada a su ahora esposo Jimin, eran recuerdos barrosos.

Él había dado como sacrificio lo más importante para él, lo que sentía por Jimin solo por ver a su hermano ser feliz.

Amaba a Jungkook y aún adoraba a Jimin; sin embargo, había decidido dejar se der parte de ese triángulo amoroso con todo el dolor de su corazón solo para verlos felices. Tal vez, y solo tal vez así borraría la huella que un chico dejó en él. O quizá, en otra vida, él sea el afortunado de poder ser correspondido por el amor de Jimin.

"Tal vez en la otra vida" podría ser él el dueño de la sonrisa de su algodoncito de azúcar.

En esta vida, los hermanos Jeon podían amar plenamente a su pequeño omega y darle todo lo que podían darle, protección, cariño y felicidad.

—Bien, bebé. Vamos abajo, hay personas que quieren verte.

Jimin sonrió, bajando de los fuertes brazos de su Alfa y caminó de su mano para bajar y ver a todos esos amigos que lo adoraban tanto como él a ellos.

Al llegar al jardín había una gran mesa llena de comida y regalos para el omega.

—Pero no es mi cumpleaños. —Susurró al oído de Jungkook quien se acercó a recibirlo, dándole un beso en la punta de la nariz.

—Amorcito, esto es para ti aunque no sea tu cumpleaños, es porque todos tus amigos quieren verte.

Los alfas llevaron a Jimin hasta el lugar y en cuanto puso un pie en el jardín, todos los que estaban detrás de la mesa salieron gritando y aplaudiendo.

—¡Sorpresa!

El omega chilló de felicidad al verlos, estaba Mingseon, Taehyung, El sacerdote Kim, Nana, Yoongi, Namjoon y dos chicos a los que no conocía.

—Minnie, bienvenido de nuevo.

—Minnie, por favor no te vuelvas a ir. —Gritó Taehyung, corriendo a abrazarlo.

—Minnie, vuelve a casa conmigo porque tus Alfas no te saben cuidar. —Habló Mingseon recibiendo una mirada severa del sacerdote—. ¿Qué? ¡Es cierto!

Yoongi también salió para darle un gran abrazo al omega, quien brincó feliz de ver de nuevo a gatito.

—Minnie, que bueno verte, mira te presento a Jin, es mi hermano.

El mencionado se acercó y de inmediato apretó sus mejillas, el omega se cuestionaba por qué siempre que lo conocían hacían eso.

—¡Ay, tienes razón, Yoongi, es tan adorable! ¿Me lo puedo quedar?

Jimin sonrió dejándose apretar las mejillas hasta que llegó el otro, un Alfa nuevo a abrazarlo, como si ya lo conociera.

—Hola, pequeño, soy Hobi, puedes llamarme Hyung.

El Alfa también apretó sus mejillas sonriente, Jimin también sonrió, pues la alegría que emanaba ese Alfa también era muy contagiosa.

—Ya, Hoba, aléjate de mi Omega.

—De nuestro Omega. —Corrigió Junghyun, poniéndose al lado de Jungkook.

—No me llames Hoba y solo lo estaba saludando.

Yoongi se comenzó a reir escandalosamente.

—Ten cuidado, Hobi, que son capaces de arrojarte a la piscina con todo y ropa por saludarlo.

Hoseok abrió la boca incrédulo, ¿Tan posesivos eran?

—¿Hicieron eso? —Preguntó cauteloso, Yoongi asintió.

Los alfas sonrieron con suficiencia, eran capaces de eso y más, podían preguntarle a la arpia de IU... o ya no, en todo caso, no podría responder.

—¡Ayyyy mi pequeño Jimin, ¿Eres tú? Al fin te conozco, mi niño hermoso, tenía tantas ganas de conocer al omega que robó el corazón de mis dos cachorros.

—Mamá, deja de llamarnos cachorros. —Se quejó Jungkook.

Jimin solo podía sentir como era apresado por una omega que olía a rosas y hierba buena. Relajante.

—¿Mamá de Alfitas? —Preguntó con sus mejillas rojas, estaba conociendo a su suegra.

—Sí, yo los traje al mundo, fue una labor de parto de 16 horas, ven, te cuento.

La mujer se llevó al omega mientras Junghyun y Jungkook corrían tras ellos.

—Mamá, lo vas a traumar...

—¿Y qué? También pasará por lo mismo, es mejor que esté preparado.

Los alfas trataron de arrancar a Jimin de las manos de su madre, pero no pudieron. Esa omega era imposible. Así que dejaron a Jimin con su suegra mientras llegaban los demás.

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