60
Los Alfas no habían querido moverse de la habitación de Jimin por nada del mundo, esperando con ansias ver a su Omega abrir sus ojos, pero parecía que el proceso iba más lento. Los minutos se volvieron horas y finalmente esas horas pasaron a ser tres interminables días en los cuales la desesperación de los Alfas se acrecentaba más y Jimin seguía sin despertar.
Pero no perdían la esperanza y tampoco dejaban de hablarle cosas bonitas y de dejarle caricias, de esa manera ellos podían sentir como el lazo con Jimin poco a poco iba regresando, lo sentían de nuevo débil, pero ahí estaba otra vez. El aroma de Jimin de apoco se hacía presente en la habitación, esporádica y escasamente, los alfas podían percibir el suave aroma a algodón de azúcar y cerezas.
La madre de los Alfas tuvo que entrar una vez cada día para relevar a los alfas mientras ellos iban a casa a asearse y luego volvían a tomar su puesto, ya que no querían demorar nada, no comían mucho y dormían poco; esperando pacientes el progreso de Jimin.
Taehyung, Mingseon y los demás también habían ido a verlo y dejarle regalos los cuales estaban dispuestos todos sobre una mesa. Cajas de chocolates, galletas, dulces, flores, globos, osos de peluches y tarjetas.
—Vamos, bebé, tus Alfas te están esperando. —Repetía por milésima vez Jungkook sin soltar su mano.
Estaban cansados, tenían ojeras y los dos estaban un poco demacrados, pues la espera los desgastaba, pero el deseo de ver a Jimin despertar los sobrepasaba.
Junghyun, del otro lado de la cama, dormitaba un poco sin soltar de la mano a Jimin, en un momento el sueño le ganó y su acabeza quedó cómodamente colocada cerca del estómago del omega.
Jungkook también cerró sus ojos para descansar, pero se resistía a caer en los brazos de morfeo, acomodó suavemente su cabeza sobre la cama cerca del pecho del omega.
La habitación olía deliciosamente, las cosas más bonitas y deliciosas del mundo. Se sentía paz, armonía y quietud, por ello el corazón de Jimin estaba tan relajado y regocijado, así que sonrió aspirando aquel aroma que lo hacía tan feliz, una mezcla como de un postre delicioso: Galleta, Chocolate y Cerezas. ¿Había un postre perfecto? Porque si lo había, entonces para Jimin era ese.
Abrió sus ojitos miel, tratando de acostumbrarse a la claridad de la luz de la habitación en la que descansaba. Vio el techo blanco, miró a su lado unas máquinas que hacían ruidos curiosos, otra que medía su pulso y varias cosas conectadas en sus manos, con delicadeza comenzó a quitar todas esas cosas en sus manos y en sus brazos, tenía un gancho que le apretaba su dedo, le monitoreaba el pulso, lo arrancó despacio, el suero también, cuando sintió sus manos libres se pudo sentar mirando bien a su lado.
—¿Chocolatito?
Jungkook, quien finalmente se había quedado dormido, no sintió hasta que una de las manos del omega acarició dulcemente su mano, la cual descansaba sobre una de sus piernas.
—¿Chocolatito? ¿Galletita?
Junghyun también dormía del otro lado, finalmente después de tres días sin dormir, su cuerpo les exigía descanso.
El primero en despertar lentamente fue Jungkook, quien sintió primero el aroma de Jimin a la perfección, abrió sus ojos de inmediato cuando sintió la mano cálida del omega acariciar la suya.
—¡Minnie! Por fin despiertas... Dios, bebé, nos tenías tan angustiados.
Jungkook se levantó para acunar el rostro de Jimin en sus manos y darle un beso esquimal.
—¿Galletita?
Junghyun también se removió, alzando la cabeza y sus ojos brillaron de total felicidad al ver al pequeño omega al fin despierto.
—¡Minnie, precioso, mi pequeño! Estás despierto, Amorcito.
También se levantó para poder abrazarlo, llenarse por completo de su aroma dulce y relajante. Lo apretó con poca fuerza, de manera delicada para no lastimarlo.
—¿Cómo te sientes? Llamaré al doctor.
—Minnie bien, Minnie quiere helado. —Sonrió.
Los dos alfas también sonrieron, suspirando con tranquilidad ahora que su omega había despertado.
—Sí, Amorcito, te daremos helado pero primero debe verte el doctor.
El omega hizo un puchero con su boquita y Junghyun apretó sus cachetitos como le encantaba hacer.
—¿Después si puede Minnie comer chocolatito y galletitas, y helado?
—Sí, bebé, ahora viene el doctor. —Le explicó Jungkook—. Ahh mi bebé,me alegro que despertaras, nos estábamos muriendo del miedo de perderte, Minnie.
—¿Minnie se durmió?
—Así es, bebé, dormiste mucho. Por favor no vuelvas a dormir tanto.
—Siento haber asustado a Alfitas, Minnie promete no soltar la mano de Alfita Koo y Alfita Hyunnie nunca más.
Los ojos del omega se llenaron de lágrimas, él sabía que su imprudencia había causado que sus Alfas se sintieran preocupados y asustados, todo era culpa suya.
—Lo sé, bebé, y tus alfas tampoco soltarán tu mano nunca más, lo prometo. —Respondió el Alfa rubio acariciando sus manos—. Me alegro que estes despierto por fin, te extrañe mi bonito, extrañe tus berrinches y travesuras... —Susurró, echándose a llorar a su lado—. Lo siento, amor, perdóname por no prestarte atención, por soltar tu mano. Perdóname, Minnie, de verdad lo siento mucho, siento que hayas pasado esto por mi culpa.
Junghyun miraba a su pequeño omega, quien no podía creer que había hecho llorar a su gran y fuerte Alfa.
—No, Alfita Hyunnie no tiene la culpa, fue ella, la omega fea... ella tiene la culpa. Alfa Hyunnie es un buen Alfa, no Ilorar por favor. —El omega pidió con su voz quebrada también.
Jimin limpiaba las lágrimas que resbalaban del rostro de su Alfa, con sus deditos suavemente los pasaba sobre sus mejillas y luego se acercó para darle un tímido, pero suave beso en sus labios.
Junghyun dejó de llorar inmediatamente al sentir los labios de Jimin con los suyos, su tierno atrevimiento le había endulzado el alma y el nudo apretado que tenía en su pecho desapareció.
Jungkook solo podía mirar aquella escena con una gran sonrisa y sus ojos humedecidos por la ternura, el alivio que toda la situación le causaba; además, debía darles el espacio para que hablaran. Junghyun se había sentido culpable todo el tiempo aunque no lo era.
—Lo bueno es que ya estas aquí con nosotros. —Suspiró Junghyun, limpiando ya sus últimas lagrimas que le habían quedado rezagadas en sus mejillas.
—Minnie, ¿Estas herido? ¿Te han hecho daño? ¿Te tocaron, bebé? Si se atrevieron a tocarte un solo cabello...
El omega negó rápidamente.
—Minnie tuvo miedo al principio.
Comenzó a relatar.
—Pero señor cuidador fue muy bueno con Minnie, le traía helado de chocolatito y galletita siempre que Minnie pedía, y Pizza y galletas. Minnie se bañó todos los días como niño bueno, jugó en la piscina y descansar en hamaca del patio.
Los Alfas se miraban con el ceño fruncido, la manera curiosa en la que Jimin le llamaba "cuidador" a su secuestrador les hacía cuestionarse en donde estuvo en realidad.
—Bebé, parecía que estabas de vacaciones en lugar de secuestrado. —Junghyun dijo a lo cual Jimin asintió.
—Señor JiHyun muy bueno con Minnie, y además señor cuidador lloraba mucho por separar a Minnie de Alfitas.
—¿Qué?
—Sip, decir a Minnie a cada rato que lo sentía' pero que hacía eso por su hermanita.
—¿Hermanita? ¿Cuál hermanita? ¿Te cuidó el hombre que te llevó, Amorcito? —Cuestionó Junghyun, sintiendo alivio de saber que al menos su bebé no había sido lastimado.
—Sí, aunque Minnie hacía berrinche el señor cuidador nunca golpeó a Minnie, ¡Minnie bien! Minnie dormir bien en cama cómoda, comer de todo, jugar mucho.
—Oh vaya, parece que no solo sus Alfas miman mucho a Minnie. —Jungkook sonrió, apretando sus mejillas.
—Es que es una cosita adorable ¿Cómo no lo van a mimar? —Preguntó Junghyun, fingiendo ofensa.
La puerta se abrió y el doctor entró en la habitación para poder revisar a Jimin.
—Minnie, eres el primer paciente que despierta de un coma Mixedematoso tan rápido, es el lazo doble con tus alfas el que ayudó mucho. —El Alfa sacaba instrumentos para revisar a Jimin, su estetoscopio el cual usó para escuchar su corazón, sus pulmones y la lámpara para ver sus pupilas.
—Déjame sacarte una muestra pequeña, veremos que no tengas anemia o algo por el estilo después de estar encerrado por cuatro días.
—¿Cómo sacar muestra? —Preguntó Jimin con recelo, mirando desconfiado al doctor.
—Ah, pues con...
Los alfas interrumpieron al doctor, no debía decirle a Jimin que iba a sacarle sangre o se iba armar una guerra ahí dentro.
Jungkook abrazó a Jimin y Junghyun comenzó a dejarle muchos besitos en sus mejillas, tapando al doctor quien entendió la indirecta mirada de Jungkook. El doctor negó mientras reía e hizo su labor, rápido introdujo la aguja en la vena del brazo del omega y sacó la muestra.
—Bebé, eres un omega muy lindo, precioso ¿verdad, Junghyun?
Jimin reía a carcajadas por las cosquillas que le provocaban sus Alfas.
—Así es y muy valiente. —Repitió Junghyun cuando Jimin abrió sus ojos grandes al sentir la aguja, pero era demasiado tarde para hacer algo, pues el doctor ya había acabado.
—Alfas tramposos con Minnie. —Puchereó una hora más tarde, aun seguía enojado con el doctor por haberle pinchado.
Jungkook sonrió acercándose para darle un besito en la punta de la nariz.
—Bien, Minnie, estás mucho mejor, tus resultados no arrojan nada malo, estas realmente increíble, estar al lado de tus Alfas resultó muy bien. —Habló el doctor, entrando de nuevo con unas hojas blancas en sus manos.
—¿Ya puedo ir a casa con Alfitas, doctor? —Preguntó fulminándolo con sus ojitos miel.
—Así es pequeño.
—¿Mimos, galletas y chocolatitos?
Ambos alfas sonrieron, mirando a su adorable omega.
Finalmente podían ir a casa y ser felices de nuevo. Ya estando al lado de Jimin todo era color de rosa de nuevo, debían cuidarlo mucho más y además tenían que reforzar su marca dos lunas llenas más como les había explicado su madre.
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