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Como iban muy temprano, Junghyun y Jungkook decidieron que podían pasar a desayunar en algún lugar, el Zoológico quedaba en Ahsimang y era el zoológico central de Seúl, pero para la zona rural donde vivían los Jeon quedaba algo lejos.
Así que bajaron en un restaurante familiar muy bonito, Seúl BBQ, que estaba rodeado de muchos árboles y naturaleza.
—¿Minnie, quieres Yogur con fruta? —El pelinegro esperaba la respuesta de su omega—. ¿Minnie?
Jimin no estaba por ningún lado, Jungkook se asomó a la puerta donde Junghyun estaba entrando.
—¿Y Minnie dónde está?
Junghyun arrugó el ceño.
—Pero sí venía detrás de ti.
Ambos alfas se pusieron alerta, ¿Cómo habían perdido de vista a Jimin en un segundo?
En el estacionamiento no había rastro de él. Los alfas, por medio del lazo, trataron de sentir si estaba en peligro, pero Jimin no estaba asustado o con miedo ni temor, más bien era un sentimiento de nostalgia.
—Debe estar adentro. —Junghyun señaló, ambos volvieron a entrar.
Pasando su mirada por todos lados, lograron divisar una cabellera rubia a lo lejos cerca del área de los juegos.
Jimin estaba parado, mirando para el área trasera, su mirada estaba fija en un pequeño y su madre, tenía una sonrisa en sus labios mientras miraba a la mujer, al parecer una Alfa jugando en el columpio con su hijo Los alfas llegaron a su lado colocándose cada uno a un lado del rubio, respetando su espacio y sus pensamientos, seguro sus recuerdos invadían en este momento su mente.
—¿Quieres jugar ahí, Minnie? —Preguntó Junghyun, colocando una mano en su espalda y acariciando suavemente, dándole confort al omega mientras señalaba el columpio que estaba del otro lado,
Jimin negó sin despegar los ojos de la madre e hijo. Quizá jamás tuvo tiempo así con su madre, pero entendía perfectamente el porqué y ahora que estaba con sus Alfas no renegaba nada que le haya pasado antes, pues sabía que la vida le había regresado el premio doble por haber sido un niño valiente y haber aguantado hasta que encontró el amor de una familia real desde Mingseon y el sacerdote Kim hasta sus Alfitas Junghyun y Jungkook, Nana y Taehyung.
—No... Minnie niño grande ahora. —Aclaró.
Los alfas se dieron unas miradas cargadas de orgullo antes de asentir, podía ya no ser un niño pequeño, pero la diversión no tenía por qué irse, ¿cierto? Junghyun lo tomó de una mano, haciéndolo caminar detrás de él mientras lo dirigía hasta el juego del Balancín.
—¿Minnie, quieres ver quién es más pesado? —Preguntó, animándolo a subir en un extremo.
El omega asintió subiendo de un extremo y Junghyun del otro, en cuanto subieron los pies, el balancín quedó totalmente al paralelo
Los tres rieron, pues ahora nadie podía bajar. Era divertido, era como poner en una balanza todo y darse cuenta de que todo estaba totalmente calculado a la medida perfecta ni un poco más o un poco menos, no hacía falta algún ingrediente y tampoco había ingredientes de más en aquella extraña mezcla. De ella salía la receta más exquisita de la vida, la cual venía a darle el toque especial.
Lo mismo pasó cuando Jungkook probó, el balancín quedó totalmente equilibrado, como todo en ellos.
Jimin reía, moviendo sus piecitos en el aire, era la primera vez que subía a uno. Luego Junghyun ayudó a bajar al omega haciendo que el otro Alfa se quejara.
—Minnie no es divertido jugar al balancín sin ti. —Riñó, pero no enfadado. Tratando de crear nuevos recuerdos que en el futuro extrañara con nostalgia, pero logrando que en su corazón se mantuvieran cálidos y alegres. No dolorosos ni tristes, Jimin merecía recuerdos buenos con él y su noble corazón.
—Alfitas hacer reír mucho a Minnie, y Minnie amar mucho eso. —Sonrió acercándose a sus Alfas para abrazarlos a ambos a la vez.
. . • ☆ . ° .• °:. *₊
Después de un rico desayuno, emprendieron de nuevo el viaje al Zoológico, lo bueno de llegar temprano era que no había aglomeración de personas y se podía disfrutar mucho más del recorrido. Los primeros en llegar podían alquilar bicicletas para hacer el recorrido sobre ruedas.
—Minnie no sabe usar esas, jamás tuvo una. —Comentó viendo como los dos alfas se subían a una cada uno.
—No te preocupes por eso, bebé, tú irás con nosotros, no es necesario que lleves una.
—Después te enseñaremos a usar una, cariño, así que por hoy disfruta. —Añadió el pelinegro. Jimin obedeció, se subió en la parte de atrás agarrado de la espalda de Junghyun y comenzaron el recorrido.
El omega exclamaba con emoción cada vez que veía un animal diferente. Se tomó foto dándole de comer a la jirafa y al elefante.
Jugó con los monos capuchinos y gritó de emoción al ver a los pandas y a los koalas.
—Ese parece a Alfita. —Señaló al lobo gris que dormía rodeado de su manada.
Era verdad, se parecía al Lobo de Jungkook.
—Oh, vaya, Algodoncito, tienes razón. —Exclamó Junghyun—. Se parece hasta en lo pulgoso.
Jungkook gruñó, sacándole el dedo de en medio sin que Jimin viera.
—Bien, bebé, es hora de ir conmigo, así que sube, dejemos perdido a Junghyun, su familia de orangutanes debe extrañarlo mucho.
Ahora era el turno de Junghyun de gruñir.
—Somos hermanos, baboso, si soy un orangután, tú también.
—A ti te adoptaron. —Se defendió Jungkook, pedaleando con Jimin atrás.
—Nos parecemos, no podemos ser adoptados. ¿Verdad, Minnie, que somos iguales?
El omega frunció el ceño y negó
—Mmm Chocolatito es holgazán, Galletita es
divertido, Chocolatito es celoso con Minnie, Galletita es dulce, Chocolatito besar más fuerte a Minnie y hacer sonrojar y Galletita encanta decir cosas bonitas. Pero Minnie ama a los dos por igual.
Jungkook sonrió, Jimin había aprendido bien a conocer los caracteres de los dos. A Jungkook lo dominaba la posesividad, amaba intensamente a Jimin con locura y le encantaba sentirlo solo suyo. Junghyun adoraba apreciar la belleza de su omega, decirle a cada momento que lo amaba intensamente. Eran tan opuestos y diferentes, pero extrañamente muy similares porque los dos daban la vida por su omega.
Después de ese gran recorrido y de calmar a Jimin luego de haber entrado al mariposario –salió casi traumado–. ¿Qué iban a saber los alfas que a Minnie tenía pánico a las mariposas?
Había corrido y corrido como loco tratando de alejarlas y, para hacerle olvidar el mal rato, le compraron un globo amarillo que no soltó hasta que llegó a su casa.
Le puso nombre al globo también.
Cuando entró en su habitación y encendió la luz se llevó una enorme sorpresa.
—¡Chocolatito, Galletita, venir a ver a Pez!
Los dos Alfas corrieron asustados hasta la habitación del omega, abrieron los ojos con asombro.
—¿De dónde trajo pez a más pececitos? —Preguntó Jimin.
—Creo que era una pescada. —Sonrió Junghyun, acercándose a ver los montones de pececitos dorados que ahora había en la pecera.
—Creo que necesitarás una pecera más grande, bebé, y se dice pececita, Hyun. —Corrigió.
Jimin chilló de la emoción, ahora tenía más mascotas de pez, debía pensar los nuevos nombres que tenían que ponerle.
—¿Dónde está Pez papá? —Preguntó cuando los Alfas le explicaron que Pez había tenido crías.
—Seguro era un pez irresponsable que al enterarse de que sería padre de muchos hijos se fue lejos. —Dijo Junghyun, examinando la pecera.
—¿Alfitas no irse cuando Minnie tenga cachorros? —preguntó mirando a sus Alfas.
Jungkook sonrió, acariciando los cabellos del omega. Eso jamás pasaría, ellos tenían muy claro que querían tener a sus cachorros y ser unos padres orgullosos, si eran una familia numerosa sería mejor.
—No, precioso, te amamos y amaremos a los cachorros que nos des. —Jimin sonrió, seguro sus futuros cachorros serían igual de lindos que sus Alfas.
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