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—Bien, Minnie, ¿Podríamos iniciar hoy con el día en que viste por última vez a tu madre? Me gustaría profundizar más para conocer tu entorno, cariño. ¿Podrías relatarnos un poco de eso?

Jimin, quien estaba en medio de sus dos Alfas y ambos le tomaban la mano, asintió.

—Minnie recuerda ese día. —Habló despacio, recordando cada detalle del último día en que su mami lo dejó para ir a comprar dulces—. Minnie ir y vender flores ese día temprano cuando mami de Minnie fue a trabajar.

Comenzó su relato...

Flashback

Eran exactamente las cinco de la mañana cuando su madre se fue a trabajar, si no llegaba temprano se quedaba sin lugar, el dueño de la empresa le daba su puesto a otro. Ella se encargaba de vender paquetes de viaje y por cada uno vendido le pagaban una miseria, al menos le alcanzaba para llevar de comer a casa.

Su esposo, un Alfa muy violento, no trabajaba, pues en un accidente en su antiguo trabajo había caído de un sexto piso y se quebró dos discos de la columna y jamás pudo caminar bien, renqueaba y sin hablar de que el accidente le había dejado secuelas como el terrible dolor de espalda que debía tratar solo con medicamentos fuertes que lo drogaban, y eso en combinación con el alcohol lo hacían peligroso para todos a su alrededor así que ya no pudo mantener un trabajo, por eso mismo lo despedían al ver que era alcohólico y abusaba de las drogas medicinales.

La madre de Jimin se encargaba de llevar lo poco que ganaba para comer y pagar la renta, era para todo lo que le alcanzaba. Y si no llevaba nada, no comía nadie en esa casa.

La noche anterior, Jimin había llorado porque llevaba dos días sin poder comer siquiera un pan frío y sus tripitas le chillaban del hambre.

Su padre se había fastidiado tanto de oírlo llorar que le golpeó con un palo de golf viejo en el estómago diciendo que el dolor le haría olvidar el hambre. La mujer se había entrometido así como siempre hacía para evitar que le pegara a su hijo, pero como siempre la que salía más golpeada al final era ella. Por supuesto que sabía dónde le iba a pegar, evitaba el rostro, pues sabía que si le veían con moretones, podía llegar la policía. 

—Es tu culpa por dejar nacer a ese engendro, mujer inútil, te dije que lo abortaras en cuanto supimos que venía defectuoso.

Y es que el embarazo tampoco fue nada bonito, una caída tan simple podía significar mucho y ese pequeño desgarre del saco gestacional podría ser grave, desafortunadamente para Jimin si lo fue cuando nació. Así que arrastras la mujer se lo llevó hasta lo que era su "habitación" –un rincón acomodado de la casa donde una cortina lo dividía de la sala y la cocina–.

A la mañana siguiente, cuando ella se fue adolorida y con heridas abiertas en la piel hasta casi agarrar infección, el hombre que no se conformaba con el esfuerzo que hacía la mujer, echó la cubeta de agua fría a Jimin para levantarlo.

La rutina era la habitual, Jimin limpiaba la casa, iba por el desayuno del hombre al comedor de la esquina y lo veía comer mientras él esperaba sentado en el rincón. Luego de ello, le mandaba a la calle a vender ramos de flores que contenían drogas a sus clientes especiales y con ese dinero que ganaba compraba alcohol y más drogas.

Jimin solo sabía que vendía flores con regalito especial y nada más. Tenía rotundamente prohibido contarle a su madre o a alguna otra persona, de lo contrario, ella pagaría las consecuencias de ser "bocón" como lo amenazaba el Alfa.

Pero ese día había sido de mala suerte para Jimin, ya que un policía lo vio vendiendo flores a un hombre al que vigilaban por robo y posesión de estupefacientes. Jimin, al ver a la policía acercarse, salió corriendo, perdiendo en su huida las flores y el dinero ganado. 

Jimin ni siquiera sabía el peligro que corría, pues si lo atrapaban era seguro que iría a la cárcel por distribución de drogas. Y su padre le decía "cuídate de los policías"

Al llegar a casa, llegó sin mercancía y sin dinero, eso fue suficiente para que aquel Alfa metiera a Minnie al baño para empujarlo al retrete con el pie y luego golpearlo con el mismo palo de golf.

Pasó la mañana parado en un rincón castigado, mojado, con hambre de días y cansado. En un descuido del viejo Alfa que se había quedado dormido, robó las llaves para sacar de la nevera una manzana que el Alfa tenía ahí y un vaso de leche el cual su madre a duras penas compraba para que bebiera, pero el que se lo bebía era el Alfa y el pequeño Jimin no probaba ni una gota.

Él no solía desobedecer a su padre, pero es que de verdad tenía muchísima hambre, tenía náuseas y dolor de cabeza.

Así que se escondió en un rincón y se bebió un vaso de leche y la manzana, para su mala suerte el Alfa lo encontró comiendo. 

—¡Maldito engendro, me has desobedecido! —Golpeó duro a Jimin, haciendo que cayera al suelo con violencia lastimando sus codos.

—¡P-perdón, Minnie no vuelve hacer!

—Claro que no lo volverás a hacer, fenómeno, porque no vas a vivir para volver a hacer eso ni nada.

A la fuerza se llevó a Jimin al baño donde volvió a golpearlo, luego llenó la bañera con suficiente agua y, no bastando eso, fue por grandes cubos de hielo que metió al agua e hizo a Jimin entrar ahí.

Pasó gran parte de la tarde metido en el agua fría, tiritando y llorando llamando entre sollozos a su "mami"

—Minnie malo... Minnie merece castigo, Minnie mało, Minnie fenómeno. —Repetía una y otra vez. 

El hombre sacó a Jimin de la bañera cuando no le vio moverse más, ya estaba bastante morado. Jimin, entumecido, se fue a hacer un ovillo en el suelo esa noche antes de que su madre volviera. Cuando ella llegó y lo encontró así, supo que Jimin podía morir mientras ella estaba trabajando. 

Tomó una difícil decisión esa noche, pero ella prefería dejar a Jimin en la iglesia a ver su nombre escrito en una lápida.

—Tu hijo es un fenómeno, causa problemas, es tu culpa que lo trate así. —Había excusado el Alfa cuando ella le preguntó qué hacía Jimin empapado y frío, temblando sin parar. No fue necesario que su hijo le dijera nada, ella al entrar al baño vio la evidencia.

Su pequeño betita ya no merecía tanto abuso. Pero ella, como una omega sumisa, jamás podía rebelarse contra su Alfa. Debía hacer algo, ella no tenía más dinero, ni más familia para poder dejar a Jimin con ellos o a donde ir si escapaban juntos de ese infierno. Ella sabía que cuando volviera sin Jimin a casa de nuevo, le esperaba un infierno a ella, pero no le importaba.

Así que se lo llevó luego de cambiarle la ropa, feliz de la mano, mientras Jimin, por primera vez, salía a dar un paseo con ella.

.  . • ☆ . ° .• °:. *₊

Jungkook se lamentó tanto de no haber asesinado con sus propias manos a ese Alfa cuando se enfrentó con él en la iglesia. De haber sabido todo eso, no habría titubeado a hacerlo trizas.

—¿Podemos hacer una denuncia contra ese hombre? —Cuestionó Junghyun también conteniendo la furia, todo lo que había relatado Jimin hizo que su sangre comenzara a hervir.

—Claro, pero necesitan que Minnie vaya con ustedes y diga todo lo que ha dicho aquí, deben conseguir un buen abogado para que no acusen a Minnie por vender drogas.

Junghyun y Jungkook conocían a los mejores abogados que podían ayudar con eso, tal vez Jimin ya no vivía en ese infierno, pero no debía quedar impune.

Su bebé merecía que se le hiciera justicia.

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