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—Minnie, amorcito. ¿Estás listo?

Los alfas sentados en el sofá esperaban pacientemente a su lindo omega que estaba muy entretenido, arreglando dos obsequios que quería llevarle a Mingseon y al sacerdote.

—Listo, Alfitas, Minnie solo dar de comer a Pez. —Bajó corriendo las escaleras y de un salto cayó limpiamente en el piso

Estaba muy contento.

—¿Estás feliz, Algodoncito? —Caminó hacia Jimin, quien lo rodeo con sus brazos en un abrazo prolongado, cerrando sus ojitos porque decía que solo asi podia sentir en su corazón esos lindos abrazos de sus alfas

—Sí, Minnie muy feliz de ir a ver a amigos. Mingseon bueno con Minnie.

—Creo que Mingseon fue como un padre para ti. —Jungkook llegó a su lado para también unirse a ese abrazo.

Era una escena muy linda ver, Jimin envuelto entre dos cuerpos grandes y bien trabajados que lo abrazaban con mucha dulzura.

—¿Besito para Minnie? —Preguntó abriendo sus ojos de manera traviesa.

—Claro, principito, ¿Quién soy yo un simple mortal para negarle un besito al Dios de la dulzura? —Contestó Junghyun, apretando sus cachetitos para formar el piquito que adoraba besar.

Se acercó lento y besó los lindos y rosados labios de su omega. Cuando este se separó de Junghyun, rápido volteó hacia Jungkook, lo atrajo hacia él para besarlo con mucho amor.

—Más besito de Alfitas para Minnie, por favor. —Pidió el omega haciendo unos adorables ojitos, pestañeando repetidamente.

Los alfas sonrieron y complacieron a su Omega mimado. Se lo merecía, Jimin había estado asistiendo a sus terapias con el psicólogo y tomaba el medicamento que el psiquiatra le recetaba.

De primera mano, los Alfas pudieron saber que su Omega siempre vivió solo en su casa mientras su madre trabajaba. En la primera sesión había entrado solamente Jimin y había costado que le sacaran alguna información sobre su vida cuando no conocía a los Jeon. Luego de dos sesiones más, la Beta se dio cuenta de que Jjimin no hablaría sin la presencia de sus Alfas, así que en las siguientes reuniones le pidió a ellos que entraran con el omega. Logró sacar más datos, como que no comía nada durante todo el día, esperando a que su madre regresara, que la nevera tenía una cadena con candado para impedir que sacara comida sin permiso.

Jungkook y Junghyun estaban muy indignados al enterarse de lo tan atroz que era prohibirle la comida.

¡Dios que mierda de vida! Pensó Jungkook, acariciando suavemente la mano de Jimin para que siguiera hablando.

También contó que su padre lo levantaba a las seis de la mañana para hacer los quehaceres y si Minnie estaba muy cansado y no se levantaba rápido, le dejaba caer un balde de agua fría encima, mojando su "nido”.

Así mismo le contó que si no iba a vender a escondidas de su madre unas flores con "regalito especial" que su padre le daba, al llegar a casa le iba mal porque lo golpeaba sin parar y amenazaba con golpear a su madre si contaba algo. 

—¿Nido? Osea, tu cama, cariño. —Había preguntado esa vez la beta.

—No cama, nido... Cartón, mantas y colchón viejo.

Junghyun vio como Jungkook apretaba su mandíbula, no lo culpaba, él se sentía igual de impotente que su hermano. Su pequeño y adorado Jimin vivía en un infierno y ellos estaban de estúpidos, peleando y poniéndose de acuerdo para no buscarlo y dejarlo sólo a su suerte.

Algo dentro de ellos dos se había quebrado, Jiminestaba vivo porque el destino se había apiadado de él al ponerlo en su camino, de no ser así, quizá ellos jamás lo hubiesen buscado en su necedad y su omega habría tenido un final trágico en manos de ese maniático.

Ahora, después de esas sesiones, Jimin era un poco más extrovertido, los Alfas estaban convencidos de que, si seguía así, podría mejorar un poco.

Iban de camino hacia la iglesia, Jimin iba sentado en el regazo de Junghyun mientras Jungkook conducía. Cantaba feliz una canción que se reproducía en la radio, los alfas amaban escucharlo cantar, tenía una vocecita muy armoniosa y angelical.

—Minnie haré que lances un álbum. —Anunció Jungkook, sonriendo mientras miraba a su lindo omega.

Jimin no entendió a qué se refería Jungkook, solo siguió cantando sin parar y cuando se dio cuenta ya estaba frente a la casa donde comenzó su aventura.

Bajó corriendo luego de que Jungkook le abriera la puerta del auto, abrió la puerta de rejas que daba hacia el jardín para poder entrar en busca de Mingseon.

El beta se asomó por la puerta cuando escuchó el revuelo en el jardín y vio llegar a Jimin junto a sus alfas.

—Hey, Minnie, qué alegría ver que no te olvidas de tus amigos.

El rubiecito salió corriendo a su encuentro y le dio un gran abrazo.

—¡Seon Hyung, Minnie feliz de verte otra vez!

El beta repasó a Jimin de pies a cabeza, se asombró de ver sus dos marcas en el cuello.

—Ah, caray, Minnie, veo que no han perdido el tiempo.

Los alfas llegaron donde ellos, Jungkook con sus manos en sus bolsillos y Junghyun con sus brazos cruzados.

—Ustedes —gruñó Mingseon, mirando a los Alfas.

—¿Nosotros? —Dijeron al unísono.

—¿Me han cuidado bien a Minnie? —Cuestiona también con sus brazos cruzados, parecía un padre pidiendo cuentas de cómo estaba su hijo.

—Minnie bien, Seon Hyung, Alfitas cuidan bien a Minnie y consienten mucho y dar mimos y...

—Minnie, ve a saludar al señor Kim. —interrumpió Junghyun con sus orejas coloradas. Jimin no tenía filtro, debía distraerlo para que no revelara de más.

Jimin asintió y salió corriendo hacia la iglesia por la puerta del fondo, iba tan rápido que no pudo frenar a tiempo cuando un muchacho se le atravesó, era castaño de cabello ondulado.

—¡Auch! —Jimin había dado contra el piso al irse de espaldas al igual que aquel ¿Alfa? Porque olía a Alfa.

—L-lo lamento mucho, ¿te hice daño? Soy un torpe siempre haciendo todo mal. —Murmuró levantándose y levantando a Jimin también.

—No... Minnie no hizo daño. Estar bien.

El extraño Alfa analizó a Jimin detenidamente, le pareció muy curiosa su manera de hablar, sonaba muy extraño y raro. Sonrió con una bonita sonrisa rectangular. Él amaba las cosas extrañas y raras fuera de lo normal.

—Soy Taehyung, llámame Tae. —El chico que olia a Alfa le extendió una mano y Jimin la tomó sin dudar, ese chico le agradaba mucho.

—Minnie. —Dijo el omega.

Aquel chico de sonrisa rectangular era alto y muy bonito, había algo que a Jimin le llamaba la atención.

—¿Ser amigo de Minnie? —Preguntó.

—Mmm sí, ¿Por qué no? Me siento solo y extraño aquí... y tú eres muy amable y… apapachable, ¿puedo apretar tus mejillas?

Jimin sonrió haciendo sus ojos desaparecer, luego asintió. Ya tenía un nuevo amigo.

💌: Volvemos con las acts, espero que hayan tenido un feliz año nuevo 🥰💗

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