La lluvia era intensa y los truenos resonaban en los alrededores de la residencia Jeon. El omega se encogía cada vez que un relámpago caía cerca. Tenía miedo, pero no tenía el valor de levantarse, el único alivio era su lámpara de noche encendida.

Estaba abrazado a sus dos lobitos de peluche mientras temblaba de pies a cabeza. Sus lobitos que olían a chocolate y galleta, cada noche los Alfas se encargaban de llenar de su aroma, pero simplemente esa noche no era para nada suficiente.

Un relámpago más cayó cerca de la ventana y fue más que suficiente para que Jimin se armara de valor y saliera de la cama. Lento se puso sus pantuflas y salió de su habitación en busca de sus Alfas. Ellos dormían separados, cada uno en su habitación, así que fue primero a la de Junghyun, tocó suavemente tres veces y en cuanto la puerta se abrió se dejó ir con todo su cuerpo sobre el Alfa.

—Minnie, bebé...

—Minnie tiene miedo, quiero Alfitas.

Junghyun tomó a su pequeño omega de la mano y lo llevó con él a su cama donde lo dejó meterse en las sábanas, él también lo hizo. Se abrazó a su Alfa en cuanto este se acomodó a su lado.

—¿Estás mejor, bebé? —Preguntó.

Jimin negó.

Junghyun entendió que solo él no podría calmar a su Omega, eran Tres, una sola conexión, una sola alma.

Estiró una mano para tomar su celular y, cuando lo alcanzó, marcó el número de Jungkook. No habló ni nada, simplemente dejó la llamada abierta, no pasaron ni diez segundos cuando un adormilado Jeon Jungkook entró en la habitación.

—¿Qué sucede, Minnie? —Preguntó al ver al pequeño bulto bajo las sábanas de su hermano.

—Minnie miedo, tormenta no deja dormir.

Jungkook comprendió y antes de meterse en las sábanas dio una rápida mirada a su hermano quien le indicó con la mirada que también podía entrar.

Jungkook levantó la sábana para poder meterse y entonces los tres se abrazaron.

Junghyun jugueteaba con el cabello del menor y Jungkook acariciaba su pequeña cintura. Era la primera vez que se metían los tres en una sola cama y al parecer era muy cómodo.

—¿Estás mejor, mi amor? —Cuestionó Junghyun, mirando a los ojos a su Omega.

—Poquito. —Murmuró Jimin.

El alfa se acomodó mejor, tomando su carita en sus dedos, apretando para que se formara ese tierno puchero en sus labios y luego dejó un besito.

—Más. —Pidió y Junghyun sonrió, su Omeguita siempre quería más. Pero quizá era momento de llevarlo a un nivel más alto.

Se incorporó, recostando su espalda sobre el respaldo de la cama.

—Ven aquí, precioso. —Indicó, tomando una de sus manos, lo hizo sentar sobre él. —¿Quieres besitos cosquillosos?

Jimin asintió más contento, le gustaban mucho.

Entonces Junghyun fue más rudo esta vez, buscando los suaves labios de su omega mientras sus manos se detenían en sus caderas y acariciaban buscando llegar abajo del pijama. Metió sus manos para tocar la suave piel del Omega.

Junghyun mordía los labios de Jimin provocándole leves jadeos.

Jungkook solo veía tal y como la última vez, solía ser el último en unirse. Cada uno por separado había intentado ir más allá con el lindo omega, pero, cuando estaban por lograrlo, Jimin pedía por la compañía del otro Alfa.

Junghyun dejó de besarlo y fue cuando Jungkook se acercó por detrás para también besarlo en su cuello, su parte favorita.

—¿Te gusta esto, Minnie?

La voz ronca de Junghyun hizo que Jimin abriera sus ojos y volviera a pedir más besos de su Alfa.

—Minnie quiere más besos...

—¿Y si me dejas darte más besitos en otro lado?

El omega pensó que si su Alfa lo decía entonces era algo bueno, asintió. Junghyun no perdió el tiempo para indicarle que subiera sus manos para sacar la camisa y dejar su pecho desnudo.

Ambos alfas jadearon a la vez al ver la piel tan fina y delicada que los llamaba a acariciar, y así lo hicieron.

Las manos de Junghyun se fueron de inmediato sobre su pecho y las de Jungkook a los costados delineando sus caderas y entonces, una vez más, los dos Alfas llevaron sus labios a la suave piel. Jungkook por la espalda y Junghyun por el cuello y el pecho.

¡Sabía tan bien! ¡Demasiado bien! Y al parecer a Jimin le gustaba eso, pues se notaba que lo estaba disfrutando.

—Mmm, Minnie, tu piel... es tan delicada y adictiva. —Susurró Jungkook por detrás.

Los besos se volvieron más intensos, el pequeño omega se sentía bastante acelerado, algo en su interior emergía, tratando de salir, pensó que quizá era su lobito tratando de escapar.

—Ah…

Ese tierno e inocente gemido que se escapó de los labios de Jimin fue una bomba de tiempo para aquellos alfas que estaban ya demasiado empalmados bajo sus pijamas.

Y no solo ellos, su omega también.

—M-minnie duro... —Balbuceó casi sin sentido por las poderosas olas de calor que los besos de sus Alfas le provocaba.

—No te preocupes, bebé, vamos a ayudarte con eso.

La mano grande y temblorosa de Jungkook bajó con cuidado el pantalón de dormir de Jimin, dejando libre su erección. El pantalón de dormir fue a parar al suelo, frente a ellos había un hermoso omega desnudo sentado sobre aquella cama con sus piernas ligeramente flexionadas hacia atrás, Jungkook tenía una excelente vista trasera y no dudó en acariciar aquellas abultadas pomposidades.

Jimin volvió a jadear por el tacto.

Una de las manos de Jungkook viajó hasta rodear el falo por completo, comenzando a dejar caricias en vaivén.

—Ah… Alfita. —gimoteó el omega cuando sintió aquello, una corriente que arrasaba con todos sus sentidos.

—¿Te gusta eso, pequeño?

El menor asintió con un poco de dificultad.

—Esto te va a gustar mucho más. —Fue Junghyun quién habló, inclinándose hacia adelante y llevó sus labios sobre aquel bonito miembro, lo lamió y después se lo llevó a su boca.

El omega jadeó tratando de alejarse, esa sensación era tan impactante para él, pero los brazos firmes de Jungkook por detrás lo detuvieron.

—Shh… ya, tranquilo, bebé, esto te gustará ya verás. —Le hablo al oído.

Y, mientras Junghyun chupaba su miembro, Jungkook lo masturbaba
Era una doble combinación fatal que al poco rato provocó en Jimin una explosión dentro de él.

Sintió que su cuerpo se ponía duro y que le faltaba la respiración cuando los movimientos de los dos Alfas en su entrepierna se hicieron más intensos.

Abrió sus ojos y se llevó una gran sorpresa al ver a su Alfa frente a él haciendo lo mismo con su propio miembro, bombeando con fuerza. Y atrás unos movimientos más le indicaron que Jungkook hacía lo mismo.

Jungkook también había liberado su miembro en su totalidad y también bombeaba con fuerza.

—¡Ah… Alfitas!

Entonces Jimin sintió la cosa más extraña y más deliciosa de su vida, se había corrido por primera vez, en la boca de su alfa. Sus ojos estaban fuertemente cerrados mientras aquella sensación le llenaba todo su ser.

Los movimientos de sus alfas aún no cesaban, eran más rudos. Minnie había dejado caer su cabeza hacia atrás cuando abrió sus ojos, sentía su cuerpo liviano y sudoroso.

Jungkook sintió que sus colmillos comenzaron a retraerse, estaba también a punto de correrse, y Jimin con su cabeza hacia atrás era una gran tentación. Una rápida mirada a su hermano quien también estaba por correrse le indicó que podían hacerlo.

—B-bebé dolerá un poco, pero pasará, lo prometo. —Indicó Junghyun antes de acercarse más a su omega y morder en el lado derecho de su cuello, una mordedura superficial que correspondía a una marca temporal.

Jimin jadeó cuando volvió a sentir otra mordida del lado izquierdo. Jungkook se corrió, al mismo tiempo había insertado sus colmillos superficialmente sobre la fina piel. Ambos alfas lamieron la mordida respectiva con gran dulzura.

El omega cayó con sus ojos cerrados sobre el cuerpo de Junghyun quién lo sostuvo y lo acomodó sobre la cama.

—¿Estás bien, bebé? —Jungkook preguntó, acostándose a su lado.

Minnie asintió.

—¿Más? —Dijo sonriendo con sus dulces ojitos. Parecía tan inocente.

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