El día había llegado y Jungkook no estaba para nada entusiasmado con ello, hasta se había tardado más de la cuenta tratando de ponerse el saco.

—Vamos, Jungkook, es el día de tu boda —Se recrimina así mismo.

"Es el día de tu muerte, humano torpe"

—Cállate, lobo tonto.

"Suficiente, córtalas para siempre" Gruñó su lobo interior dando la vuelta y rascando el suelo con sus patas traseras como queriendo echarle tierra encima.

El pelinegro volvió a cambiarse ahora de la manera correcta. Suspiró viéndose en el espejo.

—Listo. —Murmuró. Salió de su habitación, en el pasillo se encontró con Junghyun quién también bajaba, este le miró con una ceja alzada.

—¿Es una boda o un funeral? —Bromeó ganándose un gruñido de parte de su hermano.

—Vamos, Jungkook, tú lo quisiste así, entonces te aguantas ese mal humor de perros que traes.

Junghyun terminó de bajar las escaleras. Salió de la casa tarareando para ir por su automóvil y esperar a Jungkook para ir juntos a la iglesia.

—Por favor, cambia esa cara quieres.

—No quiero y deja de molestar o me voy a bajar, prefiero ir caminando a tener que escucharte en todo el camino. —Refunfuñó.

Junghyun resopló. Cuando Jungkook estaba molesto nadie lo aguantaba, así que el resto del camino se la pasaron sin dirigirse la palabra.

Cuando llegaron ya había personas afuera de la iglesia, muy arregladas con sus trajes finos, joyas y zapatos relucientes.

—Bien, bajemos.

Jungkook asintió y bajó primero. Varias personas lo saludaron con cortesía, también estaba la familia de Suran y algunos amigos de ellos.

—Hey, hola, los gemelos Jeon... Tan codiciados y solo uno listo para echarse el lazo al cuello. —Habló una de las chicas que estaba esperando.

Era alta y rubia, muy bonita.

—Hola, Solar.

—Hola, Jungkook, Junghyun, gracias por tomarnos en cuenta para este día especial. —Saludó mirando a los dos jóvenes con una sonrisa encantadora.

—Jungkookie, hola, cielo. ¿Cómo estás? Estás hermoso hoy y tu también Junghyun. —Otra de sus excompañeras de la universidad se acercó, pero ella a diferencia de Solar, de una vez se colgó del cuello de cada uno.

Junghyun arrugó un poco la nariz pues su aroma era algo abrumador: coco y él odiaba el coco..

—Hola, IU, que bueno verte —Mintió Jungkook.

Ella sonrió abiertamente soltando a Junghyun.

—Ven, Kook, no tarda Suran en llegar. Debemos estar adentro.

Jungkook asintió. Entraron al lugar, había más personas esperando excepto los padres de los gemelos quienes no habían podido viajar para estar el día de la boda, lo cual Jungkook agradecía, ya que su madre no terminaba de aceptar aún a su prometida, para ella era importante que sus hijos se casaran con su omega destinado.

El lobo de Jungkook estaba inquieto, podía notarlo porque caminaba de un lado a otro y resoplaba sin parar. Fue peor aún cuando notó en el aire el aroma dulce de su Omega destinado. Volteó en busca de Minnie por todos lados, pero no le veía, seguramente estaría por ahí cerca aunque no visible.

Parecía que Junghyun también había notado la presencia del rubiecito porque miraba para todos lados también.

Y aunque no lo veían,  era verdad, Jimin se había metido en la cabina que usaba el sacerdote para confesar a los feligreses sin que nadie lo viera, sabía que ese día iban a estar sus dos lobitos, pero Mingseon le había hecho prometer no acercarse a ellos o podía pasar algo malo. Minnie lo había prometido con el dedito así que aunque se sentía ansioso por notar al lobito de Chocolatito algo inquieto, no podía ir a calmarlo.

Pronto la iglesia se fue llenando de a poco y Jungkook aguardaba adelante con Junghyun, al poco rato Namjoon, el amigo de ambos, se acercó.

—Hey, Kook, felicidades por tu feliz matrimonio. Ya estás a pocas horas de ser un hombre casado. —Felicitó alegre.

—Gracias, Joon.

El pelinegro se paró frente al altar aún sintiendo el aroma de Minnie en el aire, en su ser sentía que quería salir corriendo a buscarlo, su lobo se lo pedía y él lo deseaba, pero simplemente algo le impedía hacerlo, mientras que Jimin inconscientemente escondido en aquel cubículo lo hacía dudar más y más.

¿Por qué su lobito se sentía triste? Su aroma no era de chocolate dulce como a él le gustaba, se sentía ácido.

Afuera la limusina con Suran había llegado y los fotógrafos contratados comenzaron a salir para tomarle miles de fotos a la hermosa novia.

Fue entonces cuando Jungkook la vio parada en la entrada, tan radiante y bella con su vestido blanco, deslumbrante y despampanante como ella sola. Pero Jeon Jungkook no sentía emoción, no sentía nada al verla, ya no más desde que había conocido a su otra mitad.

Caminó lento hasta donde Suran estaba parada, esperando la marcha nupcial y le sonrió tomándola suavemente del brazo.

—¿Jungkook?

—Suran, en verdad necesito decirte esto antes de continuar.

Ella asintió mirando a su prometido boquear nervioso ante ella y ante lo que estaba por decir.

—No puedo hacerle esto a mi omega, el destino me llama y mi instinto también. Mi lobo quiere estar con él, mi lobo y yo queremos a nuestro Omega. Lo siento, no me voy a casar contigo y perdóname por esperar hasta este momento para decírtelo, pero creo que necesitaba ver de cerca la realidad de mis errores para poder entender que no estoy haciendo lo correcto. Eres muy hermosa, Suran y una mujer maravillosa, pero… Simplemente no siento nada cuando te veo, perdóname.

Los ojos de la chica se llenaron de lágrimas que rápidamente fueron limpiadas.

—Lo sé, Jungkook, ve con él.

El alfa, sorprendido, le miró aún nervioso por lo que acababa de decir.

—Suran, y-yo…

—Ve, Jungkook, sé que ya no me quieres como antes. Lo hacías desde que has conocido a tu pareja Destinada y yo me merezco que me amen enteramente, no a medias y contigo todo iba a ser a medias, te entiendo totalmente, así que ve a buscarlo. Él te necesita y tú a él. Te amo, Jungkook, pero sé que esto es lo ideal para ambos.

Suran se quitó el velo y sonrió dando una mirada a su alrededor donde los curiosos ya habían comenzado a salir para ver por qué era la tardanza.

—Gracias por comprenderme, jamás olvidaré esto que haces por mí. —Dijo sonriendo y despidiéndose de su ahora exnovia y prometida.

Ella sonrió también diciendo adiós con la mano.

—¿Qué acaba de pasar?

—Lo dejé ir con su omega destinado, eso pasó.

IU miraba a su amiga con el ceño fruncido.

—Yo jamás haría eso, es más lucharía por tener a esos alfas a mi lado. —Habló, pero Suran ya se alejaba de ahí para ir adentro y avisar que no había boda.

Mientras Jungkook ya estaba adentro buscando a su Omega sin parar ante la mirada curiosa de todos ahí, su olor lo delataba estaba ahí en algún lugar y cuando por fin lo encontró hecho un ovillo en la cabina de las confesiones, se agachó para abrazarlo con cariño.

—Minnie, perdona a este Alfa tonto, mi lobo solo quiere estar contigo… Yo solo quiero estar contigo.

El rubiecito solo se abrazó a Jungkook, dejando salir una cantidad de feromonas que solo indicaban lo feliz que estaba él y su lobito.

—¿Quieres venir con Chocolatito y Galletita, bebé?

Jimin asintió con sus ojitos llenos de lágrimas, por fin se sentía completo.

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