03
──Hoy es mi cita── la mayor de la habitación habla pasiva, poniéndose la blusa negra que se extendía en la cama, minutos antes Sana la había puesto ahí para ella.
Trajeada como era usual, la observa desde su lugar, tomando a Minju en brazos, acomodándola contra su cuerpo, la bebé se mantiene con los ojos abiertos, succionando de su chupón lila.
──¿No era hasta el fin de semana?
──Hoy no tengo nada que hacer así que será hoy.
──¿Qué te harán?
Tzuyu apunta a su espalda, sin decir nada pero Sana entiende. Las alas que traía ahí no estaban terminadas por lo que este día sería cuando por fin las acabaran, llevaba meses con ellas incompletas pero con el trabajo y atender a Minju el tiempo se vio comprometida.
──¿Aún irás a la oficina para el almuerzo?
──Sabes que sí, Shasha── sonríe para tranquilizarla, había visto sus cejas juntas en preocupación.
Una vez todas listas, el chofer de la presidenta le ayuda con las cosas que llevará a la oficina, acomodándolas en el maletero del auto mientras ella misma pone a su bebé en la sillita adaptada a su auto empresarial, no fue nada fácil hacerlo pero después de tres horas rascándose la cabeza Chang pudo ponerla y asegurarla como fue debido.
──Si pasa algo me llamas.
Tzuyu gruñe, negando con la cabeza ante las bromas de su novia. Besa sus labios una última vez con el fin de ahora si, despedirse.
──¡Shasha!── la presidenta sustituta la abraza apenas la ve, evitando ser muy ruda debido a la pequeña bebé en los brazos de su jefa ──es increíble tenerte otra vez aquí.
──Hola, Jihyo.
──Perdón por no haber ido antes a conocer a Minju pero el trabajo aquí es mucho, no sé como lo aguantas.
Se encoge de hombros, cambiando la posición de su hija para que su amiga la observase a más detalle.
Observa a la bebé con las cejas fruncidas en molestia por haber sido movida de la cómoda forma en la que estaba acostada, disfrutando de ese olor tan rico que su madre tenía. Además de la piel blanca como la misma nieve y los ojos pequeñitos.
──Sinceramente lo es, Shasha.
Complacida por eso, asiente.
Sana deja a Minju descansar en el tapete, este mismo cuenta con el arco del que cuelgan animales de la selva.
Minju en verdad trata con todas sus fuerzas alcanzarlos, estira sus manitas y brazos, moviendo sus piernas desesperadamente. La música proveniente del juguete la incita a seguir con su tarea.
──¿Conseguiste lo que te pedí?
──¿Tengo algo a las 9?
──Sí, señorita. La señorita Hirai organizó una reunión para que se vea como va el manejo de las pastelerías, citó al equipo de publicidad e inversionistas, al parecer una televisora quiere usar una sucursal para un programa nuevo de televisión.
──Espero que ese chico llegue antes, me interesa esa junta.
Así que en el portabebés Minju se transportó divertida, pataleando feliz de escuchar la voz de su mami diciéndole que era la bebé más linda de todas y cuantos mimos más se le pudieses ocurrir. Nayeon observaba la escena enternecida, asintiendo a cada halago que su jefa expresaba a su bebé.
La sala de juntas estaba llena de alfas vestidos de trajes, bien peinados y de buen porte, cosa que no intimidaba a Sana en lo más mínimo. Todos acomodados y en sus puestos, la presidenta dejó a su bebé sobre la mesa, ahora estaba adormilada, moviendo el chupete entre sus labios de manera lenta.
Momo entró unos segundos, tarde como siempre. Se presentó ante los invitados a la reunión y con el control del proyector, estuvo a punto de comenzar su junta hasta que...
──¿El bebé va a estar presente?
──¿Algún problema?── la omega volteó hacia dicho alfa, quien en su rostro se notaba lo irritado que estaba.
──Es mi oficina y lo que usted crea profesional o no, no es mi problema. Ahora, si no le gusta, la puerta está abierta para usted── Sana dijo y señaló el camino de la salida.
──No se preocupe, señor Son, la hija de la presidenta no molestará── Nayeon se apuró a remediar el asunto para no llegar a una discusión.
Sin más, todos permanecieron callados, sabían que si querían conservar sus puestos no debían objetar ante las palabras de la presidenta, quien siempre les recordaba que en la empresa nadie era indispensable más que ella misma.
Su prima comenzó con su exposición sobre la actualización del estado de manejo de las pastelerías, mostrando gráficas y números en la pantalla. Todo se veía perfecto hasta que los quejidos de Minju se hicieron presentes, cosa que a Momo no le molestaron para nada, hasta se le hacía tierno escuchar a su sobrina quejarse.
Sana entendió, sacando a la bebé de donde estaba metida, trayéndola a su pecho para darle de comer. Desabotonó su camisa ejecutiva, oyendo los sonidos incómodos de todos en la sala, algunos suspirando, removiéndose para evitar mirarla.
Increíblemente Momo seguía con su ardua explicación.
La pequeña Minju pronto comenzó a beber del pecho de su mami de lo más gustosa, casi tarareando cuando sintió el sabor de la leche tocar su lengua chiquita. Su madre siempre sabía lo que quería.
Miró a su alrededor y varios alfas le veían disgustados por lo que hacía. Y si a ellos les enojaba, a Sana le enojaba el doble su actitud.
──¿Qué? ¿nunca han visto a una omega alimentar a su bebé── cuestionó para los que le miraban mal ──bola de ignorantes. Momo, se acabó la junta, sálganse todos.
──Pero, Sana, yo mismo hice mis diapositivas── se quejó, dándole un pisotón al suelo.
──Seguiremos otro día ¿si? felicidades, lo has estado haciendo bien.
Dijo sinceramente, la sonrisa en el rostro de su prima fue altanera. Aceptando su adulo, apagó todo, saliendo en compañía del demás equipo de trabajo.
Nayeon le dijo que eso no había sido correcto, a lo que solo le respondió con un puchero, sintiéndose culpable. Pero no iba a dejar que ningún tonto alfa quisiera pasarse de inteligente con ella.
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Sana gime bajito cuando su alfa la besa de una manera intensa, sus grandes manos ahora tocan su trasero sin pudor, apretujándolo. La omega estira sus brazos, acariciando el cuerpo de su pareja, pasándolas por sus mejillas, cuello y espalda. Ante este último se queja la mayor.
──Oops, lo olvidé── se disculpa en voz baja, volviendo a besar a la alfa, buscando su perdón así.
──Hueles increíble, mi amor── su nariz se pasea con un tacto casi invisible en la unión de su cuello y hombro, lugar donde salía su dulce olor a omega.
──Huelo a nuestra bebé.
Se ríe de manera bajita a lo que su alfa asiente.
Para su suerte, Kim Dahyun había llegado después de aquel incidente en la sala de juntas. A pesar de que no le gustaba la gente impuntual, la chica se veía confiable y decidida a cumplir con su trabajo de cuidar a Minju, sus mejillas sonrosadas delataban que no traía malicia alguna. Por lo que Sana decidió confiar en ella para el trabajo, entonces estaba a su cuidado mientras sus padres tomaban el almuerzo, el cual había pasado a segundo plano una vez que sus labios se juntaron.
──Nayeon me contó un poco de lo que hiciste hoy.
──Esa chismosa...
──No fue correcto, Sana.
──¿Qué querías que hiciera? ellos me miraban mal, yo solo le daba de comer a nuestra cachorrita, Tzuyu.
Su loba gruñó en molestia al oír que más alfas veían a su omega.
──Bien, pero ahora que está Dahyun contigo espero no vuelva a suceder, no puedes cancelar reuniones solo porque te enojaste.
──Sí puedo, por eso lo hice hoy.
Un suspiro es abandonado desde la boca de la alfa, antes que pudiese decir algo los labios rellenos y rojos de Sana vuelven a besarla.
¿Por qué su tonta novia prefería hablar que comerle la boca? no lo entendía.
Comieron tranquilas entre mas mimos, caricias y palabras de amor. En serio Sana no sabía como es que había caído tan enamorada de aquella alfa tan diferente a ella. Mientras a ella le gustaba el orden, las cosas en su lugar y los números, Tzuyu parecía más interesada en que sus canciones salieran a la perfección o que la pasta no quedara muy cocida.
Sana creía que eran el dúo perfecto y se complementaban de una manera única.
Minju vuelve a ellas más tarde, se ve tranquila a pesar de haber pasado varias horas con Dahyun, pero al parecer su hija estaba encantada con la omega, ya que jugaba mucho, lo mecía en sus brazos y le cantaba lindas melodías que tenían al bebé embelesado, aunque tuvieses sus cejitas casi inexistentes fruncidas, Sana sabía que su hija estaba feliz.
Tal vez contratar a Dahyun era de las mejores decisiones que había tenido en mucho tiempo.
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Chou Tzuyu decide que su hija es de las bebés más tranquilas que jamás ha visto, a veces se portaba berrinchuda y como no, si era hija de la mismísima Minatozaki Sana.
Besa su tierna cabecita llena de cabellos azabaches, meciendo suavemente en la silla mecedora donde están, tomando el aire fresco de la tarde. Domingo y se suponía que no había trabajo por hacer, pero su omega había sido solicitada para una reunión urgente sobre un caso que hubo en la oficina, donde se requería a sus abogados y ciertos empleados, al parecer una situación de acoso por parte de un alfa hacia una omega, ambos laboraban para Sana entonces ella estaba involucrada.
Minju golpea con sus deditos las teclas del mini piano de juguete, su madre se lo compró meses atrás y es uno de sus favoritos. Está encantada de recibir mimos y palabras dulces de su madre que huele fuerte. Sin embargo, ahora está aburrida y gatear hacia Dahyun sería más divertido.
La bebé regordeta de un año se remueve en su regazo, buscando ser bajada para llegar a su niñera.
Kim Dahyun se quedó con ellas y no planeaba irse, la paga era increíble, quería muchísimo a Minju y la familia lo trataba bien, como si fuese un miembro más. La chica hace una de sus tareas en el suelo, Tzuyu le había dado tiempo para que pudiese acabar sus deberes, por lo que se dispuso a mecerse con su hija.
──Puede bajarla, señora Chou, después terminaré la tarea.
──¡No!── se quejó, ceñuda ──no puede ser que mi hija te prefiera a ti que a mí, yo la engendré.
La omega ríe, divertida de ver a una de sus jefas tan ofendida.
La bebesita grita de alegría una vez su destino a terminado en los brazos de Dahyun, esta la aprisiona en ellos repartiendo besos ruidosos por todo su rostro. Minju en serio adora la atención, más si venía de Tzuyu o Sana, de omegas más que nada. Todo apuntaba que sería una alfa, y una muy coqueta por lo que parecía.
Cuando la presidenta suelta un gran bostezo, cierra sus ojos. Era su día de descanso, quería pasarla con su hija, con su novia, Dahyun también tenía su día de descanso pero todo se vio arruinado por ese estúpido alfa acosador.
Al tener los párpados hacia abajo recuerdos de la mañana le llegan a la mente. La cara de su alfa bañada en placer cuando llegó al orgasmo cuando hicieron el amor. Había sido bueno, como cada vez que lo hacían. Aún puede sentir el caliente tacto de Tzuyu por todo su cuerpo, su marca latente de tantas veces que intentó reabrirla, ella se negó diciendo que no tendría tiempo después para cuidarla como era debido. Le había gruñido de enojo, más bien era su loba interna pero nada que unos buenos besos para distraerle no hayan servido.
La puerta de su estudio en casa se abre dejando ver a una alfa triste, con los hombros hacia bajo y un tierno puchero. Chou Tzuyu sabía bien como chantajear a su omega para conseguir lo que quería.
──¿Chewy?── deja de prestar atención a lo que el abogado dice, centrado su completa atención en aquella alfa de aura tristona.
──Hola, Shasha.
──¿Qué te pasa?
Dramática como ella mismo, suspira fuerte, dejándose caer en una de las cómodas sillas delante de su novia, lleva una mano a su frente para hacer mejor su actuación.
──Creo que he fallado como madre.
──¿Qué? ¿qué sucedió?── preocupada, cuestiona.
──MinMin prefiere a Dubu que a mí ¿qué he hecho mal?
Una bola de papel aterriza en su frente duramente.
──¡Sana!── le regaña, sobándose donde fue golpeada.
Deshace la bola de papel, riendo suavemente ante lo que está escrito en ella. Sana y Tzuyu varias veces, y corazones a su alrededor.
──No te burles.
──No me burlo. Sabes que yo soy peor, escribo canciones para ti, mi amor.
Chilla enternecida y decide que ha sido suficiente de esa reunión. Sabe que lo que tiene que hacer es despedir al alfa ese, entonces le dice al abogado que sería mejor seguirlo en persona, otro día.
Sorpresivamente aterriza en el regazo de su alfa, como imán las manos de este se alojan en su cintura curvilínea, frotando con cariño debajo de su camiseta, en realidad es de ella porque después de tener sexo ama usar ropa de Tzuyu para seguir oliendo a ella.
Sus narices se rozan juntas, un acto tierno que hace sentir a la loba de Sana ronronear a gusto con tal cercanía, la besa en la boca, húmedo. La ávida lengua de su novia toca la suya, un gemido agudo se ahoga en su garganta por la sensación tan conocida.
Mantiene una mano en el rostro ajeno, la otra recorre el pecho y estómago de la mayor hasta llegar al botón de sus pantalones, sin prisas lo abre, ahora va por el cierre y...
──¡Toc, toc!── es Dahyun ──MinMin quiere comer pero no acepta la fórmula.
──La hiciste muy caprichosa── se queja su alfa por lo bajo.
──Es mi hija ¿que esperabas?
Sana recibe a su bebé en brazos, quien abre y cierra sus manitas para ser, lo antes posible, tomada por su mami. Se ríe muy emocionada, aplaudiendo de alegría al ver que la omega está subiendo su camiseta para darle de comer, siempre conseguía lo que quería.
Dahyun se retira diciendo que terminará sus deberes y si necesitaba algo de ella podían llamarle.
Se mantiene sentada sobre su novia, quien arrulla a ambas, bañándolas con su aroma protector. La bebé aprieta el índice de Sana, sintiéndose así en confianza.
Tzuyu besa la tierna cabeza de su hija, sonriendo a la mitad.
Que linda se veía la vida así, frente a sus ojos.
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