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🎖️Capítulo 1🎖️

Buenos Aires, 2018

Celeste y Alan se habían quedado huérfanos desde hacía una semana atrás, lo único que los mantenía en el departamento y abasteciéndose para lo que necesitaran, era el abogado de su padre que dentro de todo intentaba cuidarlos como podía, aunque no estaba presente para ellos.

Un par de días después una llamada inesperada fue atendida por Celeste. La misma era posible que le cambiara la vida a su hermano y a ella porque estaban con deudas que se fueron acumulando con el tratamiento que tuvo que hacerse el padre de ellos, pero que al final había sido en vano.

Lo único que Celeste recordaba de aquel hombre era que con su padre eran como hermanos y que todos los días este lo llamaba por teléfono para saber cómo se encontraba.

—Sé que te parecerá muy raro el llamado, pero necesito comentarte algo.

—Dígame.

—¿Estarías dispuesta a que en estos días viaje a verte una abogada?

—¿Para qué? —formuló sorprendida y con nervios—. ¿Quiere comprar el departamento donde vivimos? ¿Nos dejará en la calle? —preguntó asustada.

—No, Celes. No te preocupes por eso, no compraré el departamento, pero sí haré lo que tu padre me pidió en una charla que tuvimos por teléfono.

—¿Qué le pidió? —Su voz sonó temblorosa.

—Que me hiciera cargo de ustedes y con hacerme cargo me refiero a que vivan en Italia, pero tú casada con mi hijo.

—¿Eso se lo pidió mi papá?

—Sí, me pareció extraño al principio, pero después entendí que lo estaba haciendo porque los dos son adolescentes todavía, aunque tú tengas diecinueve años, tu hermano es menor y no tienen a nadie más para que cuiden de ustedes, piénsalo. Seguramente te resulte muy descabellado, pero creo que es la mejor solución para ustedes dos, incluso me haré cargo de la deuda —admitió con sinceridad.

—Es muy generoso de su parte, pero... no creo que sea lo ideal.

—Yo sé que cuesta entenderlo, pero debes poner las cosas sobre la balanza, Celeste. Es por el bien de ambos, es su bienestar. Algo que necesitan sí o sí.

—No me parece bien que tenga que casarme con su hijo, dudo mucho que esté de acuerdo con esto —expresó con seriedad.

—El abogado de tu padre sabía de esta petición, pero no te lo dijo porque quedamos en que yo te lo iba a decir.

—Aun así, me parece una locura y perdón si me opongo, pero no estoy de ánimos para continuar hablando.

—Entiendo, si cambias de opinión, pídele al abogado de tu padre que te pase mi número.

—Buenos días.

Celeste le cortó la llamada antes de que el hombre pudiera decirle lo mismo.

La chica regresó donde estaba su hermano almorzando y se volvió a sentar frente a él.

—¿Quién era? —preguntó con curiosidad.

—El amigo de papá.

—¿El tío Vitto?

—Sí, él.

—¿Qué quería?

—Saber cómo estábamos. Te manda un beso —le mintió—. Termina de almorzar y te llevo a la escuela.

De regreso a dejar a su hermano en el establecimiento educativo, compró algunos alimentos necesarios y se cruzó con el vago del hijo del pizzero que cada vez que la veía la molesta con su presencia en acompañarla hasta el departamento donde vivía y eso a Celeste no le gustaba ni un poco.

—No hace falta que me acompañes, Lautaro. Tendrías que ayudar a tu papá en vez de acompañarme.

—Lo hago con ganas, no me cuesta nada.

El joven, mucho más grande que ella, intentó tomar las bolsas de la mano de la chica, pero esta se negó.

—Te agradezco, pero no quiero que me ayudes.

—¿Por qué no? —El chico quedó desconcertado.

—Porque me doy cuenta de tus intenciones y sinceramente no estoy para salir con nadie, mis planes no son conocer a alguien, no por el momento.

—¿Tampoco puedo decirte que me gustas?

—Ya lo dijiste. Lautaro, no vas a conseguir nada de mí, lo lamento, pero no me gustas.

Había sonado mal, pero era la única manera para que al hijo del pizzero se le fueran las ganas de perseguirla cada vez que la veía.

—Es mejor que vuelvas a la pizzería, sos un buen chico, pero no quiero nada con vos, solo amistad —le dijo con sinceridad.

—Yo prefiero no serlo, si no me querés como novio —respondió y Celeste abrió más los ojos—, tampoco quiero ser tu amigo —admitió tajante.

—Más vale decir la verdad, ¿no? No me molesta, hasta pronto —se dio media vuelta y siguió caminando varias cuadras más hasta llegar al departamento.

Celeste no estaba para pavadas como esas, tenía cosas más importantes que le quitaban el sueño y la preocupaban cada vez más, porque ni un trabajo de medio tiempo, aprovechando que Alan estaba en la escuela, había encontrado y la deuda se iba acumulando cada vez un poco más.


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Dos días después, la chica le pidió a su hermano que se quedara en el departamento y que no le abriera a nadie excepto al abogado de su padre, si iba a visitarlos. Este le preguntó dónde tenía que ir con tanta prisa y ella solo le dijo que a pagar un par de servicios generales, cosa que era verdad.

Al regresar a la vivienda en cuanto pudo, se encontró con Alan llorando. Esta dejó caer la cartera y fue enseguida a su encuentro porque se había asustado al verlo así.

—¡Alan! ¿Qué te pasó? —preguntó preocupada.

—Me caí —dijo llorando.

—¿Cómo te caíste? —Quiso saber mirando que se sostenía la mano.

—Intenté agarrar del mueble de arriba unas galletas y resbalé, y me duele la mano —respondió sollozando.

—Dejame ver la mano —él la apoyó sobre la suya—, voy a moverla de a poco para saber si te duele o sentís alguna molestia, ¿sí? —Alan asintió con la cabeza.

De a poco la fue moviendo y con suavidad.

—¿Te duele en algún lado?

—No, solo siento una molestia en los dedos, caí apoyando la mano.

—Normal si caíste así, en unas horas seguro que se te pasarán las molestias, ¿querés que te pase un poco de crema?

—Está bien.

Celeste se irguió y caminó hacia el baño para buscar la crema para aliviarle un poco el dolor y mientras la buscaba y volvía hacia él, pensó en la llamada que le había hecho Vitto dos días atrás.

Nada iría a justificar la decisión, pero dadas las circunstancias en las que estaban y viendo que su hermano podía accidentarse peor que esa vez no estando ella en el departamento, pensó que quizás lo mejor era aceptar lo que su padre y su mejor amigo habían decidido para ellos.

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