Recuerdos de Vietnam
"bueno, era otra noche más en el bar, Cheers man, como siempre los automóviles pasaban por aquí y los ciudadanos se iban a dormir.
Pero no para nosotros, sobre todo para mí; Edward blight, el dueño y administrador de este lugar.
Lo heredé hace unos años de mi padre, John blight, lo mismo con mi abuelo, George blight. El fundador del negocio, mi padre que en paz descanse me heredó este lugar cuando terminé de estudiar en la universidad. Siempre me decía con mucho orgullo que mi abuelo se heredó antes de su muerte.
Lo había comprado en la época de 1947, con una apuesta de unos amigos que planeaban conseguir un negocio más chico y venderlo, así que habían retado a mi abuelo a intercambiar el suyo si ganaba en una partida de póker.
Para su mala suerte mi abuelo ganó y al final él se terminó quedando con el bar, y ellos con su tienda de abarrotes
En aquellos años antes del inicio de los 50s mi abuelo había empezado muy bien el negocio administrándolo inclusive invirtiendo en él para hacerlo más rentable a la gente de aquella época.
Pero todo tuvo un cambio de 180 grados en una noche de un viernes si no me equivoco, en la cual él fue visitado por una persona muy muy peculiar. Él jamás puso nombre pero de la nada había ido al bar a las 12 de la noche, el horario de cierre que mi abuelo difunto le había dejado.
Él me había dicho cuando yo era pequeño, la razón de este cambio y era porque esas palabras gente de otras partes venía a verlo a él y a su negocio. A veces venían por una copa de whisky o una simple cerveza fría.
Pero siempre venían a él con historias para contar, y como buen recepcionista en la parte de atenderlos ya que a esas horas casi todos sus trabajadores se iban, no le quedaba de otra que atenderlos.
A veces pasaban horas y horas y mi abuelo no se podía ir pero las historias que le contaban eran tan interesantes que llegaban incluso a cautivarlo, otra vez a deprimirlo y de vez en cuando a levantar el ánimo.
Todas sus historias siempre iban y venían desde aquel viernes cada persona que fuera al bar a partir de esa hora, le contaba una historia.
A veces será una a vencer a otra pero siempre terminaban con mi abuelo feliz o triste, simpatizaba con ellos y siempre deseaba volver a escuchar una historia nuevamente.
Pero lo más extraño era que nunca era de la misma gente, cada quien entraba y salía sus clientes habituales de la mañana eran casi los mismos de todos los días de la semana. Pero de estos, era casi un milagro volverlos a encontrar.
Algunos iban y venían y jamás los volví a ver
Desde aquel entonces mi abuelo Me contaba historias de como gente particular de cada diferente lugar venían a él a comprarle y a contar diferentes anécdotas, experiencias los simples relatos que le llenaban el alma a el; para mí siempre fue extraño pero dejó de serlo cuando mi padre me empezó a confesar que eso era una verdad que le pasaba también a él, ya que había heredado el negocio un tiempo después de la muerte de mi abuelo él lo atendía casi todos los días. E igual que mi abuelo difunto siempre venía gente a esas horas.
Nunca subimos la razón nunca supimos si fuera la misma gente O si era un tipo de broma pero lo que sí era seguro era que esas personas tenían un lugar a donde ir, un lugar en donde pasa la noche y divertirse un rato.
Hasta el día de hoy no sé cómo explicar eso pero la verdad a mí también me ha pasado y espero que esta noche no sea diferente"
-Adiós jefe-
-Adios marry-
"Ya eran las 11:30 la hora perfecta para cerrar. Pero para mí era la hora de los cuentos, en la ciudad de bourban casi todos los negocios cerraban casi todas las tiendas departamentales ya habían apagado la luz, y casi todos mis clientes habían ido a descansar a sus hogares. Pero yo no lo había hecho, era mi costumbre siempre quedarme después de la medianoche, ya que como me había dicho mi padre y mi abuelo, siempre hay que quedarse un rato más por si algo se encomendaba. Y esperaba que esta vez no sea la excepción"
"Después de despedir a toda mi gente decidí simplemente ir al baño y leer unas revistas un rato, revisa la caja registradora llevarme todo el dinero y guardarlo en un lugar especial al lado de mi mochila, algunas veces llevamos un libro O una revista deportiva y me quedaba leyendo hasta que algo pasara, una forma muy vaga pero divertida de detenerme hasta que la verdadera acción empezara"
-11:55 Ya es casi la hora-
"Había dicho en voz alta ni te seguía leyendo una novela de Stephen king,
Era costumbre siempre esperar unos 5 minutos o 10 hasta que en sonara el reloj que tenía encima de la puerta, uno heredado de mi madre, un clásico cucú, que cada vez que llegaba a esas horas simplemente ha sido el típico cuco, cuco. Era la mejor forma de avisarme que ya estaba listo toda mi verdadero trabajo"
"Pasando los segundos y casi los minutos El cucú seguía sonando en un tic tac, hasta que menos de lo esperado termino la espera para mí y la hora para 'ellos'''
-Cuco, Cuco, Cuco-
-bueno, hora de trabajar muchachote-
"Soltando mi libro y dejándolo a un lado, me dispuse a esperar a que el próximo cliente llegara, por lo general no era mucho la espera pero siempre era un aproximado de 10 o 15 minutos. Tal vez menos dependiendo del día de la semana"
"Limpiando una botella de vino que tenía al lado mío simplemente me alisté para atender a quien sea que cruzara aquella puerta de cristal Delgado"
"Clink"
-Ya es hora-
-Buenas noches ¿qué se le ofrece señor o señora?-
"Esta vez mi cliente era muy diferente a los de las otras noches; un joven caucásico de pelo marrón corto y rostro pequeño que venía caminando hacia la recepción en donde yo lo veía, era un de una estatura media de 1:70 con pantalones de mezclilla vaqueros una sudadera/chaqueta roja y una playera blanca debajo de esta. Encima de su cuello tenía un colgante con un crucifijo de plata Que lo adornaba con un brillo parpadeante, aquel joven parecía un tanto desconcertado pero feliz de estar ahí como si ya estuviera en sus planes llegar a beber una cerveza fría o un vaso de vino tinto en la noche tranquila de Burbank"
-Buenas noches señor- -
-Edward, llámeme Edward joven-
-!Oh! Encantando, me llamo Will un gusto-
-El gusto es mío joven, ¿Qué le sirvo?-
-no sería tan amable de servir un vaso de agua tengo mucha sed por favor-
-!vaso de agua en camino!-
"Yendo debajo de la estantería por una jarra llena de agua tomé un vaso cerca de esta y la empecé a servir para que el joven que ya había tomado lugar en uno de los asientos cerca de la barra del bar"
-agua recién salida del grifo-
-muchas gracias señor Edward-
-porfavor, llámame Ed, el señor se lo llevaba mi padre-
-!claro¡, ¿oiga usted a oído de los acontecimientos después de la guerra de Vietnam?-
"Parece que empezamos antes de que me preparara"
-no ¿De que hablan?-en este tipo de situaciones, cuando se empezaba una conversación, siempre debía de seguirles la corriente, no importaba que fuera, una regla puesta por mi padre hace mucho
-ya ve usted, resulta que el presidente Nixon siempre habla de esto y aquello, pero algo que me molestó, es que dijo que la verdadera razón por la que fuimos enviados a participar fue por mera conveniencia política,
¿!usted lo cree!?-Decia mientras bebía su agua de forma rápida y casi sin tragar.
"Pero eso fue hace casi 2 décadas y media, además Nixon ya no es parte de la presidencia"
"Pensaba internamente, ya que esto solía pasar algunas ocasiones, pero no quería pensar en eso ya que era algo que nunca me atreví a preguntarles a todos mis clientes post noche"
-a disculpa Will, ¿Dijiste Nosotros?-
Preguntaba mientras me hacía tiempo limpiando la barra del bar, esto me ayudaba a hacerme el ignorante en este tipo de situaciones.
-a lo siento señ-Ed, estaba hablando demas, pero si es que participe en la guerra hace tiempo-Decia mientras pegaba uno de sus dedos en la barra que empezó a ser golpeada lentamente en forma de tic
"Hay dios, esto es serio"-pensaba mientras dejaba el paño de lado y lo veía con más atención que antes
-lo siento a veces me pasa, es algo que solo sale de mi y ya-
-¿Participaste en la guerra de Vietnam verdad hijo?-Eso ya no era una pregunta, era una aclaración que hacía de forma respetuosa hacia el, no sabía que podría provocar con sus palabras, pero esperaba que nada malo
-si señor, mi escuadrón rozo las costas de los pueblos vietnamitas en su segunda semana, fueron días duros para mí equipo, Se-ñor-Decia mientras le volvía a rellenar su jarra de agua, esto no pintaba bien para el pero no quería forzar la conversación.
-pobre de ti, debieron ser noches duras en las barricadas ¿Verdad?-
-Uff, ni me lo diga, tuvimos que comer tierra con pasto y aveces, teníamos que robar raciones-cada vez su golpeteo era más potente.
-¿a las tropas enemigas?-pregunte suavemente, pero sus ojos perdidos me decían lo contrario a mis pensamientos internos
-lamento decirle que no, robamos a los pueblos vietnamitas en ruinas, había casas tiradas y también había alacenas aún llenas, no es algo que me enorgullezca, pero lo hicimos-
-No debió ser fácil -en el interior no puede sentir tristeza por el, había leído hace años que muchos hicieron cosas que no quería mi recordar.
-si, la verdad yo no quería, pero era eso o morir en una trinchera por hambre y a nuestro escuadrón no seríamos muertos, uffff pero eso no fue lo peor, algunos de mis compañeros, llegaron a caer en instintos bajos y- -sus ojos se nublaron por un segundo y su Vita llegó a quedarse a la deriva como si estuviera pensando en viejos recuerdos enterrados por ahí.
-tranquilo hijo, ten toma mas-yo había instintivamente vertido toda el agua restante en el vaso para el, fue difícil pero logré centrar su atención ya al fin el regreso a la normalidad, después de eso tomo agua como si nada recuperando el aliento.
-lo lamento, no me gusta decirlo en público, pero creo que puedo confiar en usted-tomando aire el solo tomo en su pecho valor para decir lo que tanto lo llenaba de terror -mis compañeros querían abu-sar de las jovencitas del pueblo siguiente que aún estaba en pie, no se porque que tan rápido como me lo dijeron, yo les di una reprimenda con un golpe de mi arma, no podía creer lo que dijeron, quería que se me cayeran los oídos del asco-.
"Esto es grave"
"Llegué a pensar al ver su cara, esos ojos perdidos y sonrisa nerviosa no era natural, lo había visto en la secundaria, la mirada de las 1000 yardas, se daba cuando alguien recordar un evento traumático horrible, no debía hacer nada agradable sentirlo, pero era algo que solo se daba y ya"
-yo jamás lo permitiría, pero tras eso paso algo que no puede evitar y hasta el día de hoy eso me persigue-tomando hasta la última gota Will solo miro detrás de el el reloj cuco que seguía sin activarse, aún le faltaba una hora hasta llegar a la hora final.
-no tienes que decírmelo si lo quieres-trate de ser persuasivo pero no podía, su rostro decía lo contrario a lo que yo le había dicho.
-no está bien. No sé por qué pero siento la necesidad de decirlo- dejando su baso aún lado, Will solo meiro a los ojos, como un pecador lo haría con un sacerdote a la hora de confesarse.
-vamos dilo, no juzgare-
-Vale, al día siguiente después de lo que mencioné, estábamos caminando un pueblo cercano y mi batallón estaba a la defensiva pero por un momento cuando nos dimos la vuelta un machete se clavó en la mandíbula de uno de los chicos de mi batallón, no pudieron reaccionar y cuando se dio cuenta una cha había caído del cielo es riéndose la cabeza de uno de ellos. No pude reaccionar simplemente pasó y disparé, juro que pensé que era una emboscada o algo así, pero cuando di la vuelta resultaron ser aldeanos que atacaron en nuestra contra, no sé por qué pero cuando mire abajo vi que había un niño de 15 años con una bala enterrada en su cabeza, había disparado un niño inocente y no supe porque pero corrí y abandone a mi grupo que yacía muerto en el suelo pero aquella emboscada, eran solo un grupo de 3 y fueron asesinados por un machete, una acha y una estaca en la boca, corrí por horas tratan de escapar sin ningún rumbo. Me sentí un cobarde y también, Un asesino-
"La mirada de will era triste, la mirada más loco que pudo haber visto mi vida, pero en el fondo esos ojos castaños revelaban algún tipo de alivio por lo que acaba de decir"
-Dios santo-no pudo evitar decirlo ya que la información fue tan reguladora que hasta mi mente había hablado sola sin mi permiso.
-no te preocupes Ed, está bien, después de eso pasaron otras cosas y nos retiramos tiempo después, a mandato del presidente Nixon mi batallón jamás volvió Solo quede yo-
Dejando de golpear sus dedos contra la barra del bar El joven solo giró sobre su banquillo y miró las imágenes que había colgado en el muro de atrás, todas mostrando a gente feliz que fomentaba al bar desde 1947 hasta ahora.
-debió ser muy horrible, No imagino el trauma que debiste pasar desde aquel entonces.
-si, fue horrible, Pero sabía lo que estaba pasando por algo me vi enlistado en la guerra. Quería apoyar a mi país pero al final tiempo después me di cuenta que solo estaba apoyando un montón de cerdos gordos, que no les importaba andar a jóvenes buenos a morir por corromperse. Eso sí nunca lo pude olvidar-Diciendo eso solo suspiro con cansancio pero a la vez alivio, como si una carga pesada se lo hubiera arrebatado de los hombros.
-pobre de ti, pero no fue tu culpa-
-Claro que sí, si vas a la guerra será mejor que agarras tu soplete porque es obvio que vas a matar. Es lo que nuestro capitán nos dijo, no podía hacer nada más que obedecer, pero sí pude procesar en contra de eso pero no lo hice-sonriendo con amargura el chico son camino alrededor de una de las mesas para mirar la barra fijamente.
-puede ser, Pero al menos podemos decir, que tu no dejaste que violaran a unas niñas, no te sientas mal por eso- decía de forma alentadora al chico que sin más regreso a la barra no sin antes dejar unos dólares viejos de uno de sus bolsillos.
-tal vez si, pero pude ser mejor, puedo ser una mejor persona y eso nada lo va a cambiar- levantándose de la barra el joven solo camino lentamente hacia la puerta no son antes mirar hacia mi y sonreír con paz.
-no sé por qué pero agradezco verte viste esta noche Ed, no puedo explicarlo pero sí me siento mucho mejor ahora. Gracias amigo-
Abriendo la puerta iba a irse pero se detuvo cuando giro y meneo la mano en forma de agradecimiento.
-en caso de no volverte a ver, solo quiero que sepas, que el agua del grifo estuvo rica-
-...Lo mismo digo mi amigo, y en casa no volverte a ver, buenos días, buenas tardes o buenas noches-
Sin más ambos nos despedimos y aquel joven agradable de vaqueros y sudadera roja abandono el bar e irse tal vez para siempre. Pero al menos lo hizo con una sonrisa en su rostro.
''No sabía el porque pero desde que trabajo su abuelo, padre y ahora el en aquel bar, visitantes extraños iban y hacían lo mismo que Will hizo está noche, no estaba claro pero podía decir que tal vez eran alarmas errantes que venían y se iban como si nada. Algo que dejaría a a cualquier sin boca o lengua, pero para el solo era otra noche más en la ciudad de Burbank".
Tomando su abrigo y sombrero iba a irse hasta que se dio cuenta que el dinero que Will le había dado hacia desaparecido, sin más supo que como todo visitante, su dinero se iba con ellos como si nunca hubiera existido.
"Pero que más daba, no creía que el dinero de presidentes ya viejos le sirviera de algo, tomando sus llaves y más cerro el bar para ir con el viento a su hogar"
~otro día más, en la trágica y caótica Vietnam~
Fin
Puerta lista la próxima semana a la misma hora en el mismo lugar :)
CHEERS MAN ABIERTO PARA TI~
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