LA CANCIÓN DEL BARDO
En una era desconocida se encontraba un bardo que transitaba por pueblos y ciudades en busca de dinero a cambio de sus canciones, pero no iba solo. Junto a él siempre estaba su fiel compañero, un caballo llamado Topacio y abrazándolo por detrás se encontraba el amor de su vida, la arquera Hanna.
Juntos llegaron al humilde y pequeño pueblo de Ameyali, un pueblo donde la gente miraba con malos ojos a los extraños y cuando ellos llegaron no se salvaron de las miradas juzgonas del pueblo.
Se adentraron al pueblo, cautelosos y se dirigieron a la posada más cercana que tenía por nombre “La nutria fresca”, un nombre bastante familiar. Al entrar los embistió el aroma a alcohol, había poca gente en el vestíbulo, el mismo vestíbulo donde alguna vez el Bardo tuvo un altercado con el malhechor de Bill. Sin embargo, está vez no tenía miedo y más importante aún, ya no viajaba solo. Sin más demora se dirigió a la barra para pedir prestado el pequeño escenario que estaba al centro del vestíbulo.
—Claro que sí, hijo, ¿Cuál es tu nombre…? Un momento. —el viejo dueño de "La nutria fresca", Lou jamás podría olvidar aquel día donde un bardo llegó a cantar una de las mejores canciones que jamás había escuchado.
—¿Cómo estás, Lou? —lo saludo el bardo.
—Mi querido señor bardo, después de tanto tiempo lo tengo frente a mis ojos. Cuénteme, ¿Trae alguna nueva canción? Después de todo el alboroto que se armó me imagino que sí
—Se lo dije una vez, cualquier cosa digna de contarse me interesa y está vez, fui testigo en carne propia.
—¡Pues oigamosla de una vez!
Dane se acercó al viejo escenario y sacó el laúd que le habían regalado. Hanna se sentó en primera fila acompañada de Lou. Dane comenzó a raspar las finas cuerdas creadas por manos talentosas y mientras sentía la música fluir en su interior entonó la siguiente canción:
Siéntese y escuchen, mis hermanos, pues les contaré una historia que asombrará hasta magos.
Todo comienza en un pueblo con gente vil, y me vi envuelto en problemas por mil
Monstruos con garras y patas y otros tantos con sucias artimañas
Fui rescatado por una gran belleza, de la cual estoy enamorado esa es una certeza. Las sombras nos persiguieron como presas, pero mi amada oh mi amada les dió su merecido con sus flechas.
Nuevos amigos hice por el camino, más el peligro nunca paraba. Una bruja despiadada nos topamos y con crueldad a niños embrujaba.
Osvál "El valeroso" le hizo frente y eso siempre será reconocido por su gente.
Un nuevo viaje una nueva aventura, realmente espero estar a la altura.
Las tierras de Syrah tan grandes y elegantes fueron testigos de la primer masacre.
La Dama de Nimag rompió la paz en el mundo, sin embargo, nosotros luchamos como uno.
Varias bajas y la moral decaída no bastaban para el mal que se avecina.
Las costas tampoco se salvaron de la terrible guerra pues fueron atacadas sin ninguna barrera.
Yo estuve ahí mis hermanos, no tengan duda de que el mal no se tienta y la muerte es muy cruda.
El infierno se desató frente a mis ojos y yo solo me interné a sus aposentos rojos.
Caos y destrucción se desataron, y los corazones de los hombres se agotaron, sin embargo salimos victoriosos y al final cantamos con gran gozo.
He llegado al final de mi relato mis amigos, espero verlos pronto y tenerlos de vuelta conmigo.
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