Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

¿EL AGUA ES VIDA?

La sangre aún recorría la pierna del bardo. Lo que siguió a continuación se podría describir como la propia naturaleza humana, con su propia sangre, Dane plasmó una huella roja en la pared.
Con un poco de tela de su ropa, Dane se cubrió la herida, le dolía bastante, pero no podía permanecer por siempre en ese lugar. Se apoyó con ayuda de su espada y suspiró con pesadez. La herida le punzaba amargamente y varias veces tuvo que contener un grito y tomar varios descansos.

El bardo examinó el lugar donde se encontraba. Ahora estaba en lo que parecía ser una caverna. Avanzaba cojeando y con la espada lista para cualquier monstruo que le saliera de la nada, Dane deseaba no tener que enfrentar otro monstruo en mucho tiempo. El lugar estaba lleno de túneles y ninguno contaba con un aspecto amigable. Dane dudaba si debía aventurarse a explorar por lo menos uno de esos túneles, no sabía dónde podía terminar, tal vez podría quedar atrapado y nadie sabría donde perecería.

Al final, Dane tuvo que decidirse por uno, esperando que su decisión fuera acertada. Sin embargo, había algo en aquel túnel que hizo que los vellos de su espalda se erizaran, había algo que no se sentía natural, algo que se sentía muerto. Cauteloso, Dane agudizó su oído y a lo lejos logró escuchar un sonido que lo reconfortó de manera significativa, era el sonido tan reconocible del agua fluyendo.

El bardo andaba lo más rápido que podía, ignorando el punzante dolor que crecía sobre su pierna derecha, al final llegó a su ansiado destino. Un pequeño riachuelo se abría paso sobre el suelo del túnel, Dane dudó un segundo en si debía tocar el líquido, pero su sed fue demasiada y no resistió la tentación.

Se hincó a duras penas y se dispuso a beber, pero antes de que sus labios tocaran el agua, una voz detuvo el impulso de Dane.

—Bienvenido —Dane cayó de espaldas y trató de reconocer a quien le hablaba, pero no le veía por ningún sitio.

—¿Dónde estás? —preguntó el bardo mientras trataba de tomar su espada.

—Estoy en todas partes, mi amigo. Puedo estar en el aire, en el agua, incluso en tu persona. Puedo ser aquello que más amas o aquello que más odias.

Dane alcanzó su espada y la sostuvo en alto tratando de amenazar a quien sea que le estuviera hablando.

—Muéstrate —ordenó.

Un pequeño remolino de polvo se formó frente a los ojos del bardo y poco a poco comenzó a formar un cuerpo humanoide. Dane lo veía temeroso, pero trató de mostrarse estoico ante semejante manifestación.

La figura humanoide tenía la cabeza calva, los ojos eran como los de un búho, cosa que estremeció los nervios del bardo. Su piel era de un color rojizo y vestía también una capa negra, sus manos solo tenía  tres dedos y el extraño ser no dejaba de cruzarlos.

—¿Satisfecho? —preguntó el extraño con una macabra sonrisa.

—¿Quién eres tú?

—¿Acaso eso importa? Yo podría hacerte la misma pregunta y no afectaría más que en hacerme perder mi tiempo. Y tiempo es lo que no tienes con esa herida en tu pierna.

—De donde yo vengo se acostumbra la presentación de uno. Mi nombre es Dane.

—¡Ahh, educación! —aplaudió el extraño ser —, una de las cosas que no se ven en estas tierras tan hostiles. A lo largo de mi inmortal vida he tenido varios nombres, pero puedes llamarme Achlys, encantado de conocerte, Dane.

—Veo que no eres hostil como las otras criaturas que viven aquí —dijo Dane con algo más de confianza.

—¿Quién te dijo que no soy hostil? —Dane se puso tenso al instante y Achlys sonrió de manera divertida, aunque con esos ojos de búho cualquier sonrisa era perturbante —Descuida, no te haré daño, no voluntariamente. Quisiera saber, ¿Qué haces en mi río?

Dane recordó su pequeño encuentro con Romavina y se preguntó si serían parientes, es curioso que se haya encontrado con dos "protectores de agua" pero rápidamente olvidó ese pensamiento, pues su boca comenzó a secarse, lo que lo volvió a traer de nuevo a lo que realmente le apremiaba.

—Yo… tengo demasiada sed y también quisiera limpiar mi herida —el bardo le mostró su pierna y Achlys abrió de más sus enormes ojos.

—Debe ser un deseo inconmensurable —comentó Achlys —. Puedo dejarte beber de mi río, pero tengo que advertirte que no es una experiencia agradable para aquellos que no son de aquí.

—¿A qué te refieres?

—Esto aunque parezca agua, no lo es; si tú tocas el agua sentirás como pequeñas cuchillas se incrustan en tu piel y si bebes será un calvario. Pero tengo que admitir que tiene unas grandes propiedades curativas.

Dane lo pensó un momento, ¿Valdría la pena ese dolor para saciar su sed e incluso poder curarse la pierna? Dane se percató de que Achlys sonreía y juntaba sus tres dedos como si supiera lo que él estaba pensando. Su conciencia le gritaba que no lo hiciera y que se iba a arrepentir, pero sus instintos deseaban con ansias el líquido que al parecer no era agua.

—De acuerdo —dijo el bardo y Achlys extendió su brazo en señal de que podía tocar aquel líquido.

Dane trastabilló para llegar de nuevo al río, se hincó y lo dudó de nueva cuenta por solo un segundo, decidió que primero introduciría un dedo para probar que tan fuerte sería el dolor.

Su dedo meñique fue el elegido (por si alguna vez volvía a tocar el laúd), apretó los dientes y lo introdujo en el agua. Dane sentía como cientos de pequeñas cosas afiladas se incrustaban en su dedo. Era un dolor fuerte, pero soportable.

Ahora que sabía a lo que se enfrentaba, junto sus manos para poder beber con facilidad, suspiró y con rapidez tomó un poco de ese líquido. Era espeso, como si bebiera agua con lodo, pero cuando tuvo que pasarlo, sintió un dolor espantoso.

Intentó escupir, pero no pudo. Sintió como su garganta tragaba fuego y por unos instante recordó su profesión, si alguna vez salía de ahí, ¿podría volver a cantar? Dane se tomó el cuello como si eso pudiera aliviar el tormento que estaba sintiendo, pero no puedes librarte del dolor interno.

—Te lo advertí, mi amigo. A tu salud —dijo Achlys.

Dane tosía, y el dolor poco a poco se desvanecía.  El bardo tomó coraje de dónde podía y metió la pierna herida. El dolor que sintió lo quebró por dentro, gritaba con todas sus fuerzas, pero en el fondo, muy en el fondo para ser exactos, sabía que era por su bien.

—Descuida, el dolor es mental, pronto pasará.

—¡Cállate! —exclamó Dane, pero su voz se le quebraba.

Sacó su pierna y sintió un alivio, se quitó la venda improvisada que tenía y examinó la herida. Para su buena fortuna Achlys no le había mentido. La herida se cicatrizó casi por completo.

De tanto gritar su boca se resecó y tuvo que volver a beber de ese líquido maldito. Nuevamente sintió como su garganta era desgarrada por dentro, se retorció de dolor, pero no podía hacer nada para que esa sensación se esfumara.

—Olvidé decírtelo, puede que tengas alucinaciones, e incluso puede que caigas inconsciente.

—¡¿Qué?!

De pronto un fuerte dolor de cabeza ablandó al bardo, sentía como si pequeños insectos caminarán dentro de sus oídos y pudiera sentir todas y cada una de sus patas. Dane gritaba de dolor y se retorcía. Pero de un momento a otro todo se detuvo.

Dane abrió los ojos y no había señales de Achlys, el dolor se había esfumado como si nada y Dane no comprendía el porqué.

—¿Achlys?, ¡¿Dónde estás?!

Dane no obtuvo respuesta, tomó su espada y se puso en guardia. Recordó la primera lección que le había dicho Hanna; "atento a cualquier sonido o movimiento". Dane avanzó un par de metros hasta que escuchó con claridad algo que lo dejó helado, esos gritos solo los había escuchado una vez y eran un recuerdo horrible.

—¡Dane, ayúdame!

El bardo buscó en todas direcciones, pero no encontró de dónde provenían aquellos gritos.

—¡¡¡Dane!!!

—¿Lisus? —preguntó el bardo con tristeza y temor.

Los gritos cada vez eran más fuertes y frecuentes, Dane no tuvo más remedio que taparse los oídos. De la nada los gritos cesaron, pero unos susurros los reemplazaron. Eran voces que Dane escuchó a lo largo de toda su vida, voces que le causaron dolor escucharlas.

—Eres un inútil, Un bardo no sirve de nada, Estás muy lejos de casa, ¿no?, Das asco, Perdedor, Estoy decepcionada de ti, Auxilio, No vales la pena, Me hubiera encantado ir a tu boda amigo, Estás solo. Solo.

Solo.

—¡¡¡Aaahh!!!

Dane blandió su espada con fiereza, tratando de golpear algo, intentando alejar a aquellos que le causaron dolor o sufrimiento. Manejaba la espada con fiereza y lloraba con tristeza, pero sus ataques no servían de nada ya que él se encontraba completamente solo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro