Como lo mencioné alguna vez, soy un entusiasta muy apasionado por la política, la geopológica, la filosofía, la historia bélica y universal, los conflictos de esfera de influencia y el devenir en la actual configuración civilizatoria "estado-nación". Porque sí, antes del siglo XIX, el concepto actual de países que hoy tenemos, ese que parece haber existido desde siempre, era muy diferente. La forma en que hoy entendemos los países y las nacionalidades es un evento de factura reciente. Antes la figura era "rey-estado", el concepto de nación aún estaba en gestación. Y de todas las épocas en que el nacionalismo ha pegado duro, sin duda el siglo XIX fue uno de los más emblemáticos, a despecho de la Guerra Fría. Pues sí, hablamos en toda regla de la famosa Epoca Victoriana. 

No me voy a aventurar a explicar los ardides históricos que envuelven este convulso periodo de la historia humana, sino más bien al juego que mejor representa lo que era gobernar un país en aquella época. Y claro que sí, aquí debo habla de uno de mis juegos preferidos: Victoria II.

Llamar Victoria II denso sería un eufemismo grosero. Es un bizcocho, con cada ingrediente (la política enredada, las guerras vastas y las economías simuladas) que agrega una mayor profundidad y sistemas de entrelazado cada vez más complejos. Incluso para aquellos que se consideran experimentados en juegos de gran estrategia tales como Europa Universalis.

El juego es brutalmente complejo, no os voy a engañar. Me tomó más de un año aprenderlo, pero una vez lo logré, me hice adicto pues realmente se siente como gobernar un país. Y para más inri, te ofrece opciones de eventos aleatorios históricos con los cuales puedes pibotar sobre una serie de posibilidades muy extrañas. Como por ejemplo, que Bolivia no pierda el mar en la Guerra del Pacífico o ver a un Paraguay ganador en la Guerra de la Triple Alianza. Y eso solo por citar eventos sudamericanos, pues en el apartado europeo, el juego se lleva la joya de la corona. 

Debajo de los menús, a veces confusos, y el colorido sabor histórico, hay juego de estrategia que te hará volver al mundo real diez horas después, preguntándote cómo lograste perder un día entero colonizando, luchando. y tratando de complacer a las masas eternamente ruidosas de tu nación elegida. 

Hay luchas electorales, pugnas de poder, movimientos económicos, guerras sangrientas, maldita sea, lo hay todo para ser un premier de lujo o un tirano peor que Stalin.

El juego explora el racismo de la época, la explotación que hicieron posible la colonización europea del continente africano, revelando la depravación de la violación del 'Continente Oscuro' por parte de las potencias imperiales. Victoria II, sin embargo, no condena ni glorifica tales cosas, y en cambio pone a los jugadores bajo el disfraz de los políticos y líderes que dividieron el mundo, no solo África, durante el siglo XIX. Es un juego amoral, no pretende darte lecciones éticas sino históricas.

Como buen bolviano que soy, medio franchute a rato, reconozco que pasé mis mayores partidas al mando de Bolivia o Francia. No saben cómo se sintio, era vivir la historia en un juego de simulación. Me sentí como todos los gobernantes de mi país de origen que fracasaron miserablemente en mantener a mi nación fuerte y saludable. Y luego de jugar este juego entendí porqué. No es fácil ser un presidente bolviano en la época victoriana. Pero a su vez, entendí cosas importantes sobre la economía y la geopolítica que me dieron la ventaja en cada partida que jugué. Así es, para ser bueno en este juego es bueno saber algo de historia, política, economía y otras ciencias de administración de estado. 

Victoria II es tan maravilloso que hasta ahora no ha pasado un día en que no recuerde mis aventuras en el juego y me pregunte cómo habría sido la historia, si los líderes del pasado hubieran tomado decisiones distintas. 

Por eso y mucho más, Victoria II asciende al podio de juegos que amo al nada despreciable puesto Nº 5, lugar de donde ya nadie lo va sacar.

Aunque sea algo pesado, recomiendo mucho este juego, en especial si eres una apasionada por la época victoriana y quieres saber cómo fue la política y las guerras de aquellos tiempos.