[REFERENCIAS] Saint Seiya
No se imaginan cuánto tiempo estuve esperando para poder hacer este capítulo. Hay tantas cosas que podría decir sobre esta serie que si no me ciño a un hilo conductor, podría terminar escribiendo toda una tesis sobre Saint Seiya y este no es el caso.
Siendo que he colocado la reseña sobre los Caballeros del Zodiaco en la sección de referencias, voy a enfocarme en aquello que es foco de atención referencial en relación a mi propio trabajo. Pero antes, un poco de contexto.
Saint Seiya es el título original de los Caballeros del Zodiaco. El autor de la historia es el mangaka Masami Kurumada. La animación estuvo gran parte dirigida por Shingo Araki. Con la música del maestro Seiji Yokoyama. Empezó su difusión en 1986 y la franquicia sigue viva hasta nuestros días.
El éxito de la obra fue tan colosal como sus propios desaciertos. Pero fuera de las polémicas de producción y salseo empresarial, en el corazón de la historia existe algo más que un montón de flacos melodramáticos sacándose la mierda y cayendo de cara sobre el piso una y otra vez. Detrás de todas las escenas de sangrientos combates y tristes despedidas, existe una auténtica historia de lucha irrenunciable por una finalidad. ¿Y saben por qué eso es valioso? Porque nuestro presente nos ha desposeído de toda finalidad y significado. Entonces ver a un grupo de muchachos haciendo lo imposible por un fin común es casi romántico.
Siendo contundente, la obra tiene muchos mensajes sobre amistad, honor, lealtad, coraje, estoicismo o amor; y aunque presenta inconsistencias e incoherencias a menudo, da mucho sin pedir nada a cambio. Nos regala personajes entrañables, historias inolvidables, imágenes trascendentales.
Cuando estaba afrontando la construcción de mi saga, me choqué contra el muro de mi ineptitud para crear un alma que conecte el aspecto violento de mi narrativa con la parte emotiva. Entre la ira de batalla y el momento para lamentar una pérdida debe existir un equilibrio a fin de proveer fluidez a las emociones que se quieren transmitir. A eso, sumar que tenía muchísimos personajes sueltos a cuáles no sabía cómo presentar en la historia. Pensé que no iba a dar con la salida hasta que volqué a ver mis recuerdos y encontré la solución que tenía siempre frente a mis ojos.
La trama de mi obra me exigía amalgamar doce personajes de forma fluida y coherente. Por su lado, los caballeros de oro son doce igual que las constelaciones del zodiaco. Era casi una epifanía numérica. Ahí estaba mi referencia, mi simbología, la forma en que quería que mis personajes sintieran. Dicho y hecho, "El Arco de Artemisa" no tiene doce protagonistas por mera casualidad, sino que fue causalidad. Una vez más me vi rindiendo tributo a una de las obras más importantes en mi vida. Todo encajó perfectamente y hoy puedo confesar que hay mucho de los Caballeros Dorados en las formas y temperamento de los protagonistas de mi saga.
Si alguna conclusión se me pidiera enunciar, como remate o resultado final, no puedo sino aplaudir lo que el equipo de Toei ha logrado. Hasta la saga de Hades hemos visto un viaje maravilloso de un guerrero buscando a su hermana perdida mientras le salva la vida a una Diosa. Es que es casi la novela perfecta. Te deja emociones dentro del pecho que nunca se olvidan. Sin duda, cita recomendada. No te mueras sin darte una maratón de Saint Seiya, de principio a fin y con todos sus spin-offs y películas. Le dará a tu alma mucho más alimento del que te imaginas.
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