Al igual que la Literatura tiene un canon, la música también lo tiene; uno universal. 

Para la música occidental, Bach y los cantos gregorianos son como la Biblia en el Canon Literario. Nuestra Iliada es un Requiem de Mozart. Puccini, Beethoven, Stravinsky, lo que un Shakespeare de la literatura o un Velázquez en la pintura. De esa forma llegamos al presente y si tuviera que comparar a Pink Floyd con alguien del Canon Literario, yo diría: Phillip K. Dick, el autor de Blade Runner (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?)

Estamos ante una banda tan fundamental de la música del siglo XX que la concepción de la música de nuestro siglo es una consecuencia de su influencia. Los sonidos sintetizados que un día se convertirán en el EDM, los flangers de guitarra que un día traerían el grunge, los overs que trastocarían al metal. Es imposible concebir nuestra música actual sin los esquemas planteados por Pink Floyd. 

Por eso y mucho más, hoy en la rocola les traigo algunos temas de esta épica banda que ha sabido perturbar mi alma para convertirme en un psiconauta poseso de la nocturnidad. Vi en esta música, las profundidades más ignotas del ser. Montado en el piano, Pink Floyd y yo viajamos increíblemente lejos, para descubrir mundos lejanos y exóticos en las oquedades del espíritu. Una odisea instrospectiva que reveló cosas que creía imposibles. 

Creo que esta es una banda que necesitas escuchar al menos una vez antes de morir, y para ello te sugiero algunas canciones, mis favoritas, para que conectes y halles en esta partitura, esa profundidad que yo encontré.