Parte 35 Bienvenidos al banquete de los dioses
Al comienzo de la primavera, la temperatura era todavía baja y las flores aún no habían florecido. Solo los viejos palawuimes permanecían impasibles y seguían floreciendo, en especial, en el jardín de cierta mansión.
Al soplar el viento, los pétalos se negaban a caer por completo y volaban hacia el cielo, en particular, algunos ingresaban por la ventana del segundo piso de la casa, estos se posaban sobre la persona que estaba durmiendo en la cama como si quisiera despertarlo, sin embargo, aquel joven no reaccionaria sin importar cuánto se esforzaron.
Una mano pálida retiró el pétalo y dejó que el viento se lo llevara. Levantó su mirada hacia el cielo y su expresión se volvió ligeramente melancólica al pensar en el pasado.
Habían pasado más de diez décadas desde que el banquete de los dioses había terminado y desde aquel día, Shi Qing Xuan permanecía en un estado de profundo coma. Cada vez que He Xuan miraba la apariencia juvenil y sonrisa suave en sus labios tenía la sensación de que en cualquier momento iba despertar.Sin embargo, cada vez que esos pensamientos aparecían en su cabeza, se encontraba que el día había finalizado.
En ese momento la puerta de la habitación se abrió bruscamente interrumpiendo los pensamientos de He Xuan. No se volteó aun cuando escuchó la ruidosa voz del recién llegado.
— ¡Ya es tarde! Debemos irnos — La voz infantil se detuvo abruptamente cuando sus ojos cayeron en Shi Qing Xuan y su estado de ánimo cambió — Madre .. pronto despertará, estoy segura.
He Xuan se volteó y encontró a la niña de diez años de edad con los ojos rojos a punto de llorar. El se dirigió a la entrada y colocó su mano en la cabeza de la niña y habló en voz baja — Bai Hu llama a los demás.
Bai Hu asintió con la cabeza y ocultó su tristeza con una sonrisa. Ella se marchó y desapareció rápidamente sin dejar rastro.
Hace cien años atrás , todos pensaron que era el fin de las deidades locales, los dioses aumentaron su estatus mientras que los cuentos populares dejaron de contarse. Sin embargo ocurrió un extraño fenómeno, al año, la puerta del banquete de los dioses volvió aparecer en el reino mortal.
Bai Hu fue la primera en salir, sin embargo ella apareció sin sus recuerdos de su vida pasada, ni siquiera recuerda su tiempo como una deidad, pero había una sola cosas que su alma no había podido olvidar.
Era el nombre de Shi Qing Xuan.
Cuando vio a ex maestro del viento, Bai Hu aseguró que no lo conocía, sin embargo, lloró amargamente a los pies de la cama como si hubiera roto una gran promesa.
Desde entonces, en cada primavera las puertas traían de regreso a una deidad. Nadie entendía el significado este fenómeno, pero las deidades se estaba reunido de nuevo.
He Xuan salió de la casa y se dirigió a fuera de la ciudad ahí, rodeado por un espeso bosque se encontraba el resto del palacio de la dinastía anterior. El paso de tiempo había deteriorado la arquitectura de los que algunas vez fue el hogar del Emperador.
Al pasar la fauna, apareció un espacio abierto y ahí se encontraba un grupo de niños de alrededor de seis a siete años. Inmediatamente miradas hostiles cayeron sobre él como dagas afiladas. He Xuan estaba acostumbrado a su actitud y los ignoró. Se acercó al centro del espacio verde, se detuvo y al soplar el viento apareció una figura familiar frente suyo.
Túnicas blancas y una máscara medio feliz medio sonriente. Hace cincuenta años era solo un rumor, ahora era un cuento famoso en la capital imperial con el que He Xuan estaba bastante familiarizado.
Ambos no intercambiaron palabras, sus miradas se alejaron hacia el espacio despejado cuando la energía comenzó a cambiar. Luces blancas emergieron del piso en pequeñas cantidades hasta que su número se incrementó y formaron una puerta translúcida.
Las puertas del banquete de los dioses se abrió
Quien apareció fue la última de las deidades locales, Xuan Wu.
A diferencia del recibimiento anterior entre las deidades que fue conmovedor y llenó de alegría, esta vez ninguno se acercó al pequeño Xuan Wu. La sus miradas de los niños eran distantes y sin emociones. Ninguno recordaba el pasado, pero parecían saber que parte de la culpa recaían en Xuan Wu que Shi Qing Xuan cayera en un estado de profundo sueño.
Los ojos de Xuan Wu se llenaron de lágrimas y se encogió en su lugar. Estaba asustado, no entendía donde estaba o quién era, su garganta luchaba por llamar a Shi Qing Xuan, pero no sabía quien era se tal Shi Qing Xuan, solo comprendía que era alguien muy especial para él.
De repente sintió un toque en su cabeza, levantó la cabeza y vio a He Xuan.
— Te llevaré con él.
Xuan Wu asintió con la cabeza. He Xuan lo tomó entre sus brazos y miró a los demás niños con severidad, luego se alejó en silencio para regresar a la mansión.
Las pequeñas deidades se sintieron incómodos y decidieron esconderse por un tiempo, sino He Xuan lo iba a castigar cuando los atrapara.
Al encontrarse con Shi Qing Xuan, la reacción de Xuan Wu fue mucho más grande de lo que He Xuan esperaba, la deidad quien no recordaba ni su nombre, aun así lo primero que pronunció fue — Mi viejo amigo...
Xuan Wu se postró en el suelo hasta que su cabeza tocó el suelo, permaneció en esa posición durante un largo tiempo hasta que se desmayó. Su cuerpo cayó dócilmente hacia un costado siendo atrapado por He Xuan.
Agua Negras había estado observando en silencio desde una esquina, tenía la expectativa de que si llevaba a las deidades a la cama de Shi Qing Xuan y este pudiera escuchar sus llanto despertará de su largo sueño, pero al final del día no hubo cambio.
LLevó a Wu Xuan a descansar a un dormitorio vació y regreso
En algún momento, He Xuan había cerrado sus ojos y había tenido un largo sueño, al despertar de nuevo se encontraba en un estado aturdido. La noche había entrado en su etapa más oscura y la habitación no contaba con lámparas. No veía más que oscuridad a su alrededor
Solo después de mucho sintió el frío ingresar por la ventana y se levantó para cerrarla cuando vió una figura de espalda en el balcón. La brillante luz de la luna caía sobre esa persona como si no fuera de este mundo. Estaba aturdido por aquella imagen que no reaccionó hasta que aquella persona sintió su mirada y se volteó.
Esos ojos brillantes y la sonrisa suave en su rostro era la misma de siempre. He Xuan no pudo moverse aunque quería acercarse a él y comprobar que no era una ilusión suya. Lo vio acercarse y extender su mano para tocar su rostro,
Antes de que pudiera tocarlo, He Xuan lo sujetó y lo arrastró a la oscuridad de la habitación con él.Envolvió fuertemente su brazos sobre la cintura de Shi Qing Xuan y sintió claramente como el otro se quedó rígido. No habló, ocultó su rostro en el cuello de Shi Qing Xuan y sus dedos se hundieron en su cabellos tratándolo como algún muy preciado que temía que se rompiera.
Después de mucho tiempo, escuchó la voz baja de Shi Qing Xuan. — Debo irme, ya esta empezado, no puedo llegar tarde.
He Xuan sabía a qué se refería, había notado la presencia de los niños, pero todavía era ració a dejarlo ir. Escuchó como Shi Qing Xuan ria mientras te daba algunas palmadas en la espalda indicando que se alejara. Inclinó su cabeza hacia atrás y sus ojos se encontraron. Había algo diferente en Shi Qing Xuan, He Xuan no sabía que era, solo inconscientemente alejó sus manos y lo soltó
Shi Qing Xuan todavía sonreía cuando se dio la vuelta y regresó al balcón, el viento se manifestó y su cuerpo se elevó en el aire para luego descender lentamente hacia el jardín. Ahí, lo estaban esperando las deidades.
Los niños tuvieron la premonición de que hoy podría ver a su persona anhelada, cuando finalmente lo vieron estaban inseguros de acercarse y se quedaron a cierta distancia. Acostumbrados a mirar desde lejos, estaban satisfechos con un rencuentro.
Shi Qing Xuan pareció entender lo que pensaba, pero no los presionó. Juntó sus manos y de ellas emergió una brillante luz que transformó todo el jardín en un gran salón para un banquete. Aparecieron una gran mesas con comida y músicos.
En la primera silla, Shi Qing Xuan se sentó y sirvió un poco de vino en una copa. La música comenzó a sonar y las pequeñas deidades fueron tentadas a acercarse y no dejarlo beber solo en una gran fiesta.
Así todo se sentaron juntos por primera vez y celebraron un banquete. Todos rieron y lloraron, durante mucho esperaron poder reunirse y ahora que el momento llegó, las palabras fueron innecesarias. Celebraron hasta que llegó el amanecer, los primeros rayos del sol apareciendo en el cielo marcó el final de la divertida fiesta.
Ninguno estaba triste porque de ahora en adelante, tendría mucho banquete y muchas oportunidades para hablar.
Las deidades se retiraron una detrás de la otra, siendo el último Shi Qing Xuan el que quedó.
Apenas se reincorporo, Shi Qing Xuan sintió un mareo y casi cayó a un costado de no ser porque unos brazos aparecieron desde atrás y lo sujetaron a tiempo. Confundido, levantó la mirada y vió a He Xuan con una expresión sombría.
— Estoy bien, solo estoy un poco cansado — dijo Shi Qing Xuan un poco culpable. Sabía perfectamente que se había excedido en una sola noche.
De repente sus pies dejaron de tocar el suelo, se sorprendió, pero no opuso resistencia. Se relajó en el pecho de He Xuan ocultando el sonrojo en sus mejillas y dejó que lo cargaras de regreso a la habitación.
Al sentirse seguro hizo que sus párpados se cerraran y se quedara dormido.
Cuando despertó de nuevo, Shi Qing Xuan se encontraba en el regazo de He Xuan, este lo abrazaba por la cintura para evitar que se moviera.
Su movimiento despertó a He Xuan, pero fingió no darse cuenta y permanecieron en esa posición por un rato más hasta que la hora del desayuno. Luego llevó a Shi Qing Xuan a recorrer los alrededores.
Hace cincuenta años, la capital imperial quedó devastada por la desaparición de las deidades protectoras y el Emperador mudo la ciudad hacia norte, naturalmente los nobles lo siguieron y en poco tiempo, la población fue abandonando las ruinas, pero no todo podían migrar hacia el norte y los poco que quedaron empezaron a reconstruir la ciudad, ese grupo de personas eran los mendigos del templo del Señor del Viento.
Al principio era solo un medio para sobrevivir, ayudaban a construir casas a cambio de comida, con el tiempo su trabajo se volvió más solidificado y sus servicios fueron requeridos por más personas.
Una década después, la ciudad fue restaurada, los mendigos se volvieron unos famosos arquitectos y alabados por el Emperador. Aunque la nueva ciudad no poseía la riqueza del pasado, su belleza supera incluso la de la nueva capital imperial, por eso fue nombrada la capital de las flores.
Después de escuchar toda la historia, Shi Qing Xuan sintió que su corazón se apretaba fuertemente en su pecho.
La mansión estaba dividida en tres áreas, el último piso estaban las habitaciones y salones privados para reuniones y el piso intermedio era un lugar de almacenamientos mientras que el piso inferior estaba abierto al público. Las personas podían ingresar y ver los materiales disponibles, desde telas hasta maderas, luego podían hablar con el gerente para contratar los servicios de los arquitectos.
Shi Qing Xuan miró el vestíbulo con asombro, había muchos plebeyos y gente rica constantemente llegando. Aunque no podían verlo, se colocó a un costado y observó en silencio.
He Xuan notó su expresión complicada y señaló una dirección. Shi Qing Xuan buscó lo que indicaba y sus ojos se ampliaron con incredulidad.
Al ingresar a la casa había un amplio vestíbulo, al final ella estaba en la recesión. Ahí, había una enorme pintura colgada, por el color de papel era una muy vieja, pero el dibujo todavía era claro, se trataba de un hombre con un abanico en sus manos.
— Entonces este lugar es...- Shi Qing Xuan no encontró las palabras para expresarse, había un nudo en su garganta que le impedía hablar.
— El antiguo palacio del Señor del Viento — confesó He Xuan indiferente. Shi Qing Xuan se volteó a verlo — Ese fue un retrato que hicieron los mendigos en tu honor, como el maestro fundador. Todos aquí son sus parientes.
— Yo... ¿Cómo lo hicieron?
— Me hice pasar por tí ,— He Xuan no lo ocultó — Así nació una nueva historia.
Shi Qing Xuan abrió la boca para decir algo cuando fue interrumpido por una voz que vino desde atrás suyo.
— ¡Qing Xuan! ¿Estás despierto?
Al mirar atrás, Shi Qing Xuan vió a Xie Lian y sonrió suavemente-
Xie Lian estaba sorprendido, se acercó a pasos rápidos con una gran sonrisa y estrechó la mano de Shi Qing Xuan — ¡Qué bien! Estaba preocupado, llevas mucho tiempo dormido.
— Estoy bien ahora — dijo Shi Qing Xuan.
Xie Lian no dudo de sus palabras — Estoy sorprendido, hoy solo vine a ver al maestro He porque San Lang tenía asunto con él, pero no esperaba verte despierto ¿No es bueno San Lang?
Detrás de Xie Lian venía Hua Cheng, la calamidad suprema movió la cabeza estando de acuerdo con su amante y permaneció callado.
Xie Lian estaba emocionado por el regreso de su viejo amigo y decidió llevarse a Shi Qing Xuan a pasear.
He Xuan no los acompañó, se quedó mirando la dirección por donde desaparecieron. En cambió, Hua Cheng se apoyó contra la pared y dijo casualmente — El maestro del viento está actuando raro.
He Xuan lo ignoró.
Hua Cheng continuó sin importarle si lo escuchaba o no — No llamó a gege "su alteza" ni una sola vez desde que llegó, ni siquiera me ha mirado.
He Xuan puso una cara de qué tiene eso de raro. Hua Cheng jugó con el perla en su cabellos, luego miró a He Xuan con severidad — Acaba de despertar de un largo sueño, pero no ha preguntado nada sobre lo que sucedió en aquel entonces,es más, luces demasiado calmado como el agua que fluye sin importarle el caudal.
Ciertamente era extraño, He Xuan también lo encontró fuera de lo normal, pero no quiso presionar a Shi Qing Xuan apenas despertó. No quería que se sintiera incómodo.
Pero Hua Cheng tenía razón era extraño.
¿Porque no preguntó nada?
A la medianoche después de una cena con las deidades, Shi Qing Xuan fue a descansar a su habitación y se encontró con que He Xuan esperándolo. La sala estaba oscura, sin ninguna vela prendida, desde la entrada notó que He Xuan no estaba de buen humor, fue directamente a su lado, levantó su mano queriendo tocar el rostro de He Xuan, este lo evitó dejándolo confundido.
— ¿Qué pasa?
Antes de que retirara su mano, He Xuan sujetó el brazo de Shi Qing Xuan fuertemente — Di mi nombre.
A pesar del dolor, Shi Qing Xuan no respondió.
He Xuan se impacientó y su voz se volvió fría — ¡Dilo!
— Ming Yi ...tu eres mi.. — Shi Qing Xuan cerró la boca.
Lentamente, He Xuan lo dejó ir. Su semblante cambió drásticamente al darse cuenta de la verdad. Al igual que las deidades, Shi Qing Xuan había perdido la mayor parte de sus recuerdos
— Has llamado a la persona equivocada
— ¿Eh?
Todo el cuerpo de He Xuan quedó envuelto en las sombras de la habitación. Shi Qing Xuan dio un paso atrás sin poder ir más lejos porque He Xuan lo acorraló contra la pared. — Ya que has olvidado muchas cosas, haré recordar algunas cosas.
— ¡Mi NOMBRE ES HE XUAN, EL HOMBRE QUE MATÓ A TU QUERIDO HERMANO MAYOR!
Al oír ese nombre, Shi Qing Xuan se estremeció. Su cuerpo se enteró tembló aunque no recordaba todo, el miedo todavía estaba presente en su corazón. Su tez perdió rápidamente color y sus ojos se enrojecieron. -- ¡Lo siento, lo siento! — sollozo y su cuerpo se deslizó por la pared.
He Xuan se dio la vuelta para alejarse cuando su mano fue sujetada por Shi Qing Xuan, lo miró fríamente, listo para alejarlo, pero las siguientes palabras de Shi Qing Xuan lo detuvieron.
— Me equivoqué, lo sé. Ese no es tu nombre, intente remediarlo todo, pero tú me detuviste.
He Xuan no comprendió a qué se refería.
Shi Qing Xuan se limpió la cara y explicó — La puerta del banquete no lleva al infierno, sino al límite de tres reinos. Ahí, hay otras puertas que conducen a otros mundos.
— El segador de almas suele guiar a las alma para que no vayas a las otra puertas sino con la abuela Meng Po, pero cuando llegue, los mensajeros del infierno me dijeron que ese no era el camino que debía tomar, que debía probar en otras puertas para que mi deseo se haga realidad, debía pagar el precio correspondiente.
— Entonces comencé un largo viaje. El tiempo no existe en ese lugar y no se cuanto años habían pasado hasta que pude tener accesos a esos mundos, cuando me di cuenta era un espectador de miles de escenarios sin poder intervenir. No entendía qué era lo que buscaba hasta que lo encontré, un mundo donde nada había empezado y podía intervenir sin que nadie me viera.
Al escuchar esas palabras, He Xuan comenzó a sentir que su pecho se desgarraba, se fijó en rostro de Shi Qing Xuan y notó lo orgulloso que estaba de sus acciones y eso lo hizo sentir incómodo.
— ¿Qué hiciste?
Shi Qing Xuan hizo un pausa de un momento y sonrió alegremente — Solo borre la causa del origen de todo tu desgracia (1)
— ¿El origen?
— Aquel niño con tu mismo nombre.
Shi Qing Xuan no parecía haberse dado cuenta de sus acciones porque no recordaba quien era, pero He Xuan sintió frío en todo su cuerpo. No existía la alegría que imagino, sino una profunda tristeza.
Al ver su cara desolada, Shi Qing Xuan se sintió confundido — ¿Por qué tienes esa expresión? También la tenías en ese momento cuando nos encontramos en la puerta.
He Xuan dobló su rodillas para quedar a su altura lo abrazó fuertemente, su rostro se ocultó en el cuello de Shi Qing Xuan.
Probablemente nunca encontraría la respuesta correcta, no podía perdonarlo aunque sabía que era inocente, lo odiaba, pero no podía alejarlo. Estaban destinados a encontrarse, pero no a tener un buen final.
Entonces ¿Porque tuvieron que conocerse?
Si existía un mundo donde no era una calamidad ¿Porque sentía tanto dolor?
La triste conclusión lo debilitó. La tristeza devoró su alma y lo dejó sin esperanza.
En ese momento sintió un toque cálido en su espada. Shi Qing Xuan le devolvió el abrazo y cepillo su cabeza lentamente como si quisiera consolarlo.
He Xuan solo había llorado por su familia y su prometida. Los fantasmas, ya no podía lágrimas, aún así, todo el dolor acumulado se manifestó en sus ojos.
Shi Qing Xuan seguía sin comprender porque esta persona era infeliz, al igual que en aquel momento cuando corrigió aquel mundo y estaba a punto de cerras las puertas, lo detuvo. Lo miró con asombro y otras emociones que no pudo identificar y le preguntó qué fue lo que hizo. Shi Qing Xuan le dijo la verdad y fue en ese momento que pudo ver un gran dolor en sus ojos.
Deberías volver por donde viniste y cuando me veas dime, después de destruirlo todo, al final solo obtuve una gran tristeza y soledad.
Shi Qing Xuan no lo entendió, pero prometió que se lo diría. Antes de regresar y buscar a las deidades, miró atrás y vio a He Xuan observando cómo se marchaba
Esa imagen todavía estaba impregnada en lo más profundo de su corazón tanto que al despertar, aunque no recordaba quien era, siendo He Xuan la primera que vió su alma supo de inmediato que era alguien muy importante para él. Por eso oculto que perdió sus recuerdos porque no quería lastimarlo.
He Xuan no supo cuanto tiempo lloro, en algún momento había terminado en el regazo de Shi Qing Xuan sollozando como un niño, eso lo molestó bastante y más cuando vió la sonrisa de Shi Qing Xuan.
— ¿Las deidades regresaron por que los trajiste de vuelta?
Shi Qing Xuan asintió con la cabeza. — Me tomó mucho tiempo, afortunadamente todavía quedó un nexo en el reino mortal.
He Xuan dijo — Esos dos aún no han regresado.
Shi Qing Xuan supo a quiénes se refería y explicó — No puede alcanzar a Hei Zheng, la abuela Meng Po lo llevó al ciclo de reencarnación, volverá a ser humano, en cuanto a Xue Feng, es más complicado, no podra ser humano de nuevo, solo puedo hacer que crezca dentro mio para dar un cuerpo espiritual.
He Xuan le preguntó — ¿Crees dentro tuyo?
Las mejillas de Shi Qing Xuan se volvieron rojas — Si.. ya sabe necesito darle energía espiritual para que pueda nacer...
Al ver su cara sin expresión, Shi Qing Xuan rio nerviosamente. Evitó el contacto visual y se enfocó en una esquina cuando escuchó las siguiente palabras.
— Te ayudaré a darle energía.
Su corazón se aceleró, quiso escapar, pero no pudo.
Muchos años después...
Los árboles de arce rodeaban el rió estaba atravesado por un puente que conectaba la Ciudad de la Flores con la siguiente ciudad. Con la llegada del otoño, las hojas caídas teñían el paisaje de rojo y naranja.
En la entrada del puente estaba un hombre con un paraguas rojos mirando a la distancia completamente ignorante de que estaba siendo observado.
El adolescente mantuvo la distancia, no quería molestar a su maestro, sabía porque todos los días aquella persona venía a mirar el puente hasta que el sol caía. El solo pensarlo se sentía molesto, pero nunca se atrevió a quejarse con su maestro.
— ¡Estás aquí de nuevo!
El adolescente miró atrás y vio caminar hacia él a otro adolescente de su edad. Sus túnicas blancas y sonrisa eran tan parecidas a la de su maestro que por un momento cayó en la ilusión. Rápidamente dio la vuelta y lo ignoró.
Esa acción hizo que la sonrisa en el rostro del joven se debilitará, pero se las arregló para mantenerla en su lugar. Se detuvo a unos cuantos paso de él y dijo indiferente — Si tanto te gusta mi padre, deberías confesarte. Hei Zheng,
Hei Zheng fingió no escucharlo.
Xue Feng frunció los labios y dijo — ¿No es esta tu oportunidad? Ahora el corazón de mi padre está vulnerable, debería aprovechar y ganartelo.
Hei Zheng se giró y lo fulminó con la mirada — ¡Cállate! Desaparece de mi vista.
Hubo un silencio largo e incómodo entre los dos. Hei Zheng siempre fue distante y frió con Xue Feng, en cambió, Xue Feng siempre intentó acercarse a pesar de ser rechazado, sin embargo, esta vez se mostró cansado. No hubo cambio en su expresión, se encogió de hombros y se dio la vuelta. — Como quieras, ya no te molestaré. Está vez será la última.
Se dio vuelta y se fue.
Hei Zheng extendió su mano para detenerlo pero sus dedos solo tocaron el aire. Una sensación de pérdida quedó marcada en su piel que rápidamente se transformó en dolor.
— No hagas eso, Hei Zheng.
Al escuchar su nombre, Hei Zheng se volteó y rápidamente evitó mirar a los ojos a su maestro. Sabía que clase de expresión tenía y no quería verla.
— Mírame.
Un poco racio, Hei Zheng levantó la mirada y vió que aunque Shi Qing Xuan lucía serió, en sus ojos había preocupación.
— Maestro...
Shi Qing Xuan usó su abanico para golpear levemente la cabeza de este niño problemático interrumpiendo sus excusas. Hei Zheng quedó desconcertado y miró tontamente a Shi Qing Xuan.
— Yo...
— Hei Zheng. A veces tenemos que ser honestos, de lo contrario algún día podemos perder la oportunidad de decir algunas palabras y arrepentirnos para siempre.
La boca de Hei Zheng se abrió varias veces sin emitir ningún sonido, las palabras se destacaron en su garganta. Shi Qing Xuan pensó que todavía era demasiado joven para entenderlo, sin embargo, la mirada de Hei Zheng cambió de un momento a otro.
— Maestro... No tengo ese derecho.
Shi Qing Xuan dijo simplemente — Entonces decide con tu corazón lo que quieres hacer, porque desde el momento que empiezas a dudar comenzarán miles de años de arrepentimiento.
Hei Zheng dió un paso hacia Shi Qing Xuan indicando su postura, pero luego se detuvo y le dio la espalda. No se movió durante mucho tiempo hasta que sintió un empujón que lo obligó avanzar.
Shi Qing Xuan esperaba que ambos pudieran avanzar, el karma que los unía se había vuelto complejo y lleno de obstáculos. El juicio del cielo todavía no había dictado si ellos podía estar juntos o no.
Regresó de nuevo al puente cuando vió a un viajero cansado llegar . Pensó que, al igual que el resto de días, no podría verlo, sin embargo, el viajero se acercó con su posición con expectativas.
— Disculpe ¿Por donde ingresó a la ciudad?
Shi Qing Xuan sonrió y señaló la dirección con el dedo— Sigue derecho.
— Gracias amigo....- El viajero estaba feliz de estar cerca de la civilización, iba a pedir recomendaciones pero cuando miro a su lado ya no había nadie. Se rasco la cabeza confundido y siguió su camino.
Hasta que su figura desapareció en el sendero, se dio cuenta que Shi Qing Xuan lo despedía alegremente, cuando ya no pudo ver al visitante, miró el cielo pensando que el clima hoy era caprichoso y le estaba jugando una mala broma, eran pocas las ocasiones donde un mortal podía verlo.
Las hojas de arces cayeron de a su alrededor le hizo pensar que el florecimiento de la nueva dinastía era como la primavera, y su prosperidad de la nación terminaba como las flores marchitas. El tiempo pasaba fugazmente, pero él seguía sin cambiar al igual que el cielo y la tierra.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por una repentina voz grosera.
— Estás bloqueando el camino. Muévete.
Shi Qing Xuan giró lentamente, estaba perplejo de que otro mortal pudiera verlo en el mismo día. Antes de girar completamente, sus ojos captaron la figura de el extraño y sus manos soltaron el paraguas para correr hacia adelante.
Inconscientemente, el joven abrió sus brazos para recibir a la persona que se tiraba sobre él, a pesar de que se preparó el impacto todavía hizo que cayera llevando a Shi Qing Xuan.
— ¡Tú!.... — El joven cerró la boca al ver la sonrisa llena de alegría de Shi Qing Xuan. Su ira se dispersó extrañamente y solo sus cejas se fruncieron ligeramente.
— ¡Hola! Mi nombre es Shi Qing Xuan, soy una deidad.
Tomado por sorpresa, el joven dudó en responder — He Xuan...Un académico que viene a tomar el examen regional.
Shi Qing Xuan sonrió — ¡Te estaba esperando He-xiong!
Las hojas de los arces cayeron a su alrededor, lentamente y silenciosamente cada vez que el viento soplaba. En cada brisa se podía escuchar una vieja historia que todos han olvidado, un cuento sobre la capital imperial
Dios cayó al reino mortal, estaba triste y solo, hasta que se le ocurrió invitar a los deidades a un banquete.
Dios robó el sol para dar inicio a la fiesta, pero el sol se apagó. Entonces Dios estaba triste porque el sol se pagó.
Las deidades lamentaron la caída del sol y lloraron, arrepentido Dios hizo que el sol regresará al cielo para que brillara para todos, sin embargo ya era tarde, el sol ya no podía regresar
Entonces Dios tuvo una idea y le dijo al sol.
— Cuando te sientas mejor y puedas brillar de nuevo, por favor invítame a un fiesta. No importa cuánto años pasen, esperaré.
— Esperaremos hasta que pueda volver a sonreír, bajo el cielo azul, en vez de la luz de la luna.
Así Dios y las deidades dieron sus vidas para que el sol pudiera volver a brillar.
Muchos años después. Una nueva historia nació, el sol pudo volver a brillar, pero no regresó al cielo, sino que se quedó en la tierra, cambió su apariencia y abandonó su estatus, aunque ya no podía iluminar el cielo como antes, ahora podía podía asistir al divertido banquete, aunque dios y las deidades se había ido, decidió esperar para darle la bienvenida.
"Dios ya no está solo"
" La fiesta está empezando"
"Se reúnen los dioses para asistir al gran banquete"
FIN
****
Hola queridos, lectores.
A todo lo que me que acompañaron durante esta historias,quiero decirle gracias. A este historia todavía le queda un Extra para explicar algunas cosas, pero la historia principal terminó.
Espero que les haya gustado. Como siempre me gustaría saber que les pareció.
Para lo que no se dieron cuenta (1) es una referencia de mi otra historia, destinos invertidos. Quise agregar este detalle porque a lo largo de esta historia también se mencion mis otras obras y me gusta que tengan una pequeña conexión.
Nos estamos viendo en mis otro trabajo.
saludo izuna29
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