Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte 29 Había una vez ...Parte 1

Una sonora carcajada resonó por toda la habitación. La risa era alegre y llena de emoción, no obstante, Hei Zheng solo percibió frío de parte de Xue Feng.

Siempre fue así cada vez que estaba a su lado. Los demás podrían decir que Xue Feng era tan cálido como la llegada de la primavera, solo él sabía que su sonrisa y su alegría eran solo superficiales.

Así como el agua refleja el cielo, el cielo nunca puede ver el profudidad del mar. Xue Feng era esa clase de persona.

—Siempre fuiste un hombre desalmado — Los claros ojos Xue absorbieron Hei Zheng como si estuviera frente a un objeto nuevo e innovador — Apuñalaste mi corazón y ni siquiera me das una excusa.

—No estoy desalmado, solo nunca seré amable contigo — Dijo indiferente Hei Zheng. Apartó las manos de Xue Feng y se negó a jugar con él.

A Xue Feng no le importó, se levantó y se alejó en dirección a la cama — Ya no puedes seguir deteniéndome, ni en aquel entonces ni ahora ¿Qué harás?

— Los tiempos han cambiado su alteza, mientras dormías, han pasado cientos de años, aun así no puedo hacer nada , en está era hay persona que sí pueden hacerlo— La voz de Hei Zheng sonó fuerte por toda la habitación e hizo que Xue Feng se detuviera.

Estaban apenas a dos metros de distancia, únicamente los separaba unos pocos pasos, aun así, ambos estaban muy lejos del otro desde hace ya mucho tiempo.

Xue Feng se dio la vuelta y el atuendo casual que traía fue reemplazado por un brocado blanco hecho con hilos de plata y oro. Su cabello suelto fue recogido por una alta corona de jade dejando solo una parte caer sobre sus hombros.

De la nada, una brisa ingresó a la habitación y la oscuridad fue dispersada por haces de luz. Hei Zheng quedó aturdido por el cambió y no pudo evitar pensar en el pasado, aquel día de su primer encuentro.

Era la mitad de la primavera y los ciruelos florecían con resplandor,   atravesando un río había un puente de piedra, tenía la cabezas de dragones alineados en filas en cada punto pilar que sujeta la estructura.

En la distancia una figura venía caminando despacio y lentamente hacia el puente, sus túnicas blancas se dispersaron de un lado al otro al soplar el viento. Llevaba un sombrero de bambú con velo que ocultaba su cara y una campana atada a su cintura.

A mitad de sus recorrido, una feroz ventica  desprendió de los árboles los pétalos de cerezos y estos cayeron como cristales blancos sobre el agua y sobre el recién llegado. Aquella persona se detuvo y miró el cielo con despreocupación por un tiempo prolongado, hasta que bajó la cabeza y descubrió que no era el único ahí.

Había un hombre vestido de negro observando el caudal de rio con indiferencia. Pareció sentir la mirada de la otra parte y sus ojos se encontraron.

Se miraron mutuamente durante un prolongado tiempo.

—¡Lo sé! Estás perdido ¿Verdad?

—"..."

—No que no te de pena, yo también estoy perdido. — El de blanco se quitó el sombrero y reveló a un apuesto joven, alto y delgado con una sonrisa divertida en sus labios.— ¿Cómo te llamas? Soy Xue Feng.

—"..."

—¡Vamos, dime! ¿O es que eres un fugitivo? — Xue Feng cayó tras decir esa oración y tosió disimuladamente —Buenos todos tenemos secretos, solo para que los sepas no llevo nada de valor — Dijo con seriedad.

—"..."

El que vestía de negro se dio la vuelta para marcharse cuando una pálida mano sujetó la suya de repente y comenzó a tirar de él. Sus ojos se ampliaron con incredulidad y por un momento se quedó con la boca abierta.

Los rayos del sol cayeron directamente sobre Xue Feng, resaltando sus ojos y sobre todo su sonrisa. Parecía un dios travieso que había descendido para jugar con los mortales. Era tan brillante y cálido, a la vez inalcanzable como el viento que viene y va sin rumbo fijo.

—No me jales, puedo caminar solo.

Hei Zheng cerró sus ojos  y dispersó aquellos recuerdos de su cabeza, al abrirlos de nuevo la habitación comenzó a quemarse con un fuego azul, desde las paredes hacia el centro las llamas comenzaron a consumir todo a su pasó.

Se alejó sin mirar ni una sola vez atrás.

Shi Qing Xuan no podía responder porque sabía que Hei Zheng no le haría daño, hasta ahora no había hecho nada para lastimarlo, en cambio lo ayudó, aunque él era él estaba detrás del despertar de las deidades, nunca sintió algo malo viviendo de él.

Shi WuDu espero que le de una razón, pero el silencio se prolongó por demasiado tiempo. Viendo la cara de su hermano menor entendió que era, no porque tuviera alguna prueba, sino porque creía en la otra parte.

"Que ingenuo. No ha cambiado nada" Hizo una mueca disimulada y volvió a sentarse en la silla. Intentó verse indiferente, pero sus músculos estaban tensos y su expresión estaba llena de amargura — ¿Qué pasó con tu cuerpo?

Shi Qing Xuan le contó sobre Xuan Wu y todo lo que hizo hasta que ama terminó en el territorio de Hei Zhen y como hizo para traer su alma.

Al terminar de redactar los sucesos, Shi Qing Xuan miró a los ojos a su hermano y vaciló — Ge..

— No tienes que decirlo, lo sé.

Una vez que el acuerdo terminará, volvería al lugar donde fue encerrado, no necesitaba que lo mencionara. Lo sabía desde el momento que descubrió que había muerto en manos de Aguas Negras.

Shi WuDu tenía la mirada limpia y sus ojos eran impasibles, era difícil saber si estaba enojado o simplemente resignado. Sentado en aquella  sillas, parecía que estaba escuchando la historia de otra persona y la de él.

Sin embargo, Shi Qing Xuan lo sabía, no era fácil aceptar el destino y que todo había terminado. Con lo orgulloso que era su hermano, verlo ahora tranquilo hacía que su alma doliera.

—Yo nunca le haría daño a Qing Xuan.

Hei Zheng apareció en el medio de la habitación y enfrentó directamente a Shi WuDu, junto sus manos y lo saludó formalmente — Maestro del Agua.

Shi WuDu resopló— Ahórrate los modales ¿Qué quieres exactamente de Qing Xuan?

—¡Ge! – Shi Qing Xuan tenía miedo de que ambos se pusieran a pelear y se colocó en el medio de los dos. De forma suplicante miró a Hei Zheng, luego a su hermano mayor.

— No te preocupes — Hei Zheng le dio una sonrisa suave a Shi Qing Xuan y tomó sus manos gentilmente obteniendo su atención — Te he dicho antes, te daré mi vida si los deseas, si con eso puedo borrar toda tu tristeza.

Shi Qing Xuan sintió una piedra en su corazón ¿Qué había hecho él para merecer esa lealtad? Solo fue un dios falso que salía a divertirse de vez en cuando, ¿Era digno de ese afecto que le expresaba?

Sus emociones se revelaron en su rostro y Hei Zheng lo vio claramente. En un intentó de consolarlo dijo — Todo que hago, es solo por egoísmo propio. No tienes que asumir la responsabilidad.

Shi Qing Xuan negó con la cabeza — Te di tu nombre ¿Verdad?

Hei Zheng movió la cabeza afirmativamente.

—Entonces...

—Hay algo que deseo contarte ¿Me escucharías? — Lo interrumpió Hei Zheng. — Solo quiero que sepas cómo comenzó, si para cuando terminas de escucharme me odias...

—¿Qué harás si no te perdono? — preguntó directamente Shi Qing Xuan. Hei Zheng movió sus labios, no obstante, ninguna palabra salió de su boca.  No había anticipado a esa pregunta y dudo en responder.

Shi WuDu observó el intercambió de ambos y se sintió muy enojado con Shi Qing Xuan por dejarse llevar por algunas palabras buenas. Trago si irá y rompió la atmósfera que se formó.

—Qing Xuan, tu hermano ya no puede cuidar de ti. Si va a confiar en este hombre, prepárate para ser traicionado ¿Entendiste? — Dijo con un tono frío y duro.

Débilmente una sonrisa apareció en los labios de Shi Qing Xuan— Está bien Ge, incluso si lo hace. Ya no importa.

Hei Zheng frunció las cejas — Qing Xuan yo...

—Él era mi mejor amigo, pasamos mucho tiempo juntos. Aunque es mi culpa lo que sucedió después, pensé que ahora... — Shi Qing Xuan no continuó, estar enojado y triste era cansador, no valía la pena, incluso si Hei Zheng solo esperaba algo de él, ya no le importaba.

Camino fuera de la habitación y  Hei Zheng lo siguió.

El paisaje afuera había sido reemplazado. Un camino de pilares apareció, cuando la brisa sopló las banderas  se dispersaron de un lado a otro. Shi Qing Xuan se metió directamente a ese sendero y lo siguió. Al final del trayecto los pilares se dividieron en dos y formaron un círculo. En el centro había una larga mesa cuadrada repleta de comida y a su costado cómodos cojines a la espera que los invitados llegarán para el gran banquete.

Apenas Shi Qing Xuan puso un pie ese círculo, aparecieron instrumentos musicales, desde un guqin hasta un Xiao, además se habían instalado árboles con hermosas flores para entretener la la vista de los invitados.

—¿Esperas que me siente aquí a beber como si nada? — Shi Qing Xuan se detuvo en la punta de la mesa, tomó una jarra de vino y llenó el vaso, luego la recogió y la derramó. — Como el señor que derrama el vino o ¿Cómo el reemplazo de alguien más?

— Esa nunca fue mi intención.

—¿Entonces cuál es?

Hei Zheng no respondió de inmediato — Es una historia de hace mucho tiempo, una que todas han olvidado. Ya no hay nadie que la recuerde a excepción de mí.... Tenía un amigo al cual asesiné con mis propias manos.

Sorprendido por la confección, Shi Qing Xuan dejó de derramar el vino y apretó la pieza en sus manos. Vaciló y con temblor en su voz preguntó —¿Por qué? ... ¿Lo odiabas?

— No es tan simple para describirlo como odio. Solo llegamos a ese punto.

Las palabras de Hei Zheng ocultaban muchas cosas, su tono de voz lo delataba, tal vez ni siquiera se daba cuenta de ese detalle. Shi Qing Xuan podía percibir su arrepentimiento, su dolor y a la vez un susurro diminuto que decía " era la única opción"

Mirando las cosas que se habían preparado para el gran banquete, entendió que esta fiesta no era para celebrar algo grande o para pasar un rato, era una despedida.  La última cena que tendría antes de decir adiós.

Cuando el banquete terminara, sería el único aquí sentado.

—¿Qué es lo que deseas exactamente? — Preguntó en un susurro.

— Solo quiero que vivas— La voz de Hei Zheng se hizo diminuta tras pronunciar la última frase.

Shi Qing Xuan sonrió, Hei Zheng frunció las cejas  confundido.

— Ya he vivido por muchos años.

Hei Zheng perdió el control de sus emociones y gritó — ¡Si mueres, desaparecerás! Nunca más podrás volver a renacer.

— Así está bien — Dijo Shi Qing Xuan mirando a Hei Zheng — Desde el principio, como mortal era mi destino.

Esas palabras hicieron profundamente el corazón de Hei Zhen, había olvidado que el sol siempre está solo y nadie puede alcanzarlo, ni siquiera él.

—Es divertido ¿Verdad? — Continuó Shi Qing Xuan sin ver la tristeza en los ojos de Hei Zheng — Poder celebrar interminablemente, pero todo esto debe acabar algún día. No hay banquete que duré para siempre. Si no termina, no podemos continuar.

—¿No te asusta desaparecer?

—Tengo miedo ¡Por supuesto! — Shi Qing Xuan intento sonar serio e indiferente al hablar de su propia muerte, pero el timbre de sus palabras revelaba sus temores, al mismo tiempo sus manos temblaron, para evitar que Hei Zheng lo viera sujetó sus propias manos y las apretó fuertemente.

—Pero alguien, una vez dijo. Todos reciben lo que se merecen.

Una sombra oscura opacó los ojos de Hei Zheng— Ese bastardo ¿Te convenció que debías morir? ¡Qué derecho tiene, en decidir tu vida y muerte!

— Tiene motivos suficientes, pero no es por eso. — Se apresuró en decir Shi Qing Xuan— Solo quiero que todo termine, estoy cansado.

Los ojos de Hei Zheng se abrieron

"Estoy casando, quiero morir. Solo déjame ir"

Apretó sus puños a cada lado de su cuerpo — ¿Por qué dices lo mismo que Xue Feng?

Shi Qing Xuan cerró sus ojos y sintió el viento soplar contras sus mejillas. Algunas luce cayeron sobre él  y iluminaron sus rasgo.   — Tal vez porque es muy cansador vivir.

Hola queridos lectores, gracias por leer.

Ya estamos en el último arco de la historia. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro