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Parte 21 Ayuda Inesperada


— ¡Su alteza! ¿No hay algo que podamos hacer? — Ansioso, Shi Qing Xuan esperó que Xie Lian tuviera una solución, pero el dios marcial negó con la cabeza. 

—Hemos probado varias cosas, pero nada funciona. — A cada lado de su cuerpo, Xie Lian apretó sus puños.

Viendo su expresión, Shi Qing Xuan sabía que estaba frustrado, pero esperar sentado y sin hacer algo no era su estilo. Aunque tuviera que hacer uso de los poderes que albergaban en su interior encontraría una forma de detener este fenómeno.

La determinación brillo en sus ojos, desplegó su abanico dispuesto a reunir todo el poder que tenía, pero de repente una punzada de dolor en su cabeza le provocó un mareo y en el segundo siguiente su visión se volvió negra.

—¡Señor del Viento!

Xie Lian vio como de repente Shi Qing Xuan caía sin ninguna explicación, quiso alcánzalo, pero alguien más ya había atrapado al Señor del Viento antes de que tocara el piso.

—¿Qué le pasó?—Preguntó aterrizando al lado de He Xuan.

He Xuan miró el rostro de Shi Qing Xuan y no encontró nada fuera de lugar, tampoco su qi interno estaba mal—Está dormido.

— ¿Eh?— Xie Lian se fijó en Shi Qing Xuan y definitivamente estaba durmiendo y eso era raro, los dioses no necesitaban dormir, aunque no conocía si la Deidades tenía esa misma característica.

—Mi señor llévenselo de aquí—Pidió Xie Lian mirando a He Xuan a los ojos —Esto seguro es obra de Xuan Wu, no sé que planea, pero debemos evitar que se lleve a Qing Xuan.

Sin responder, He Xuan se dio la vuelta y desapareció.

Xie Lian no necesitaba preocuparse por su paradero, se enfocó en aquellos tornados y sacó un par de talismanes. No podía eliminarlo, pero podía detener sus avance.

A su lado, Hua Cheng sabía lo que planeaba e hizo aparecer ciento de mariposas plateadas para ayudarlo.

Soñoliento, Shi Qing Xuan abrió los ojos de forma lenta. Su visión fue borrosa al principio, pero logró distinguir el techo de la pasada donde se estaba quedando en los últimos días.

Se levantó, pero sentía su cuerpo cansado como si no hubiera tenido suficiente descanso, volvió a recostarse para continuar durmiendo cuando escuchó una voz fría, pero por su tono parecía preocupado.

—¡No duermas!

Obedeció y levantó sus pestañas. Miró a su alrededor y vio a He Xuan a su lado, recordaba que estaba en la ciudad con Xie Lian intentando detener el fenómeno natural, entonces ¿Por que estaba durmiendo en la posada?

Como si pudiera leer sus pensamientos, He Xuan dijo— Te desmayaste y has estado dormido por tres días seguidos.

—¡Tres días!

Incrédulo, Shi Qing Xiang esperó que He Xuan le dijera que era una broma, pero el supremo seguía serio,  así que no tuvo más opción que creerle—¿Por qué?

—No lo sabemos.

El ruido proveniente del exterior interrumpió su conversación. Shi Qing Xuan salió de la cama a pasos rápidos y se dirigió hacia la ventana para ver qué pasaba. Al instante sus pupilas se dilataron y su rostro perdió color.

Afuera, varias casa estaban destruidas, había torbellino en varios lugares y se escuchaban los gritos de la gente común corriendo desesperadamente en busca de refugio.

— ¿Qué está pasando?— Su voz tembló al salir de su garganta. La debilidad de sus piernas lo obligó a apoyarse sobre le marchó de la ventana para  no caer— ¿Por qué está pasando todo esto?

—Xuan Wu hizo de la capital todo su territorio, ha estado atormentando a los mortales, como la conexión en el cielo está rota, los dioses no pueden hacer nada. Su alteza está intentando controlar la situación, pero no puede con todos.

— ¿Qué te hay del idiota de Pei Ming?— Shi Qing Xuan se giró hacia He Xuan esperanzado— El podría ser de algo de ayuda.

—Está protegiendo al Señor de la Lluvia. Su alteza sospecha que estos ataques son una distracción para que ir detrás de los dioses que mantienen la barrera.

— ¡Entonces iré a ayudarlo!

Shi Qing Xuan se preparó para saltar, pero su débil cuerpo le impidió moverse, intentó usar su fuerza de voluntad, pero no podía ni moverse.

—Solo serás un estorbo — Dijo fríamente He Xuan —Quédate aquí

Pasó por a lado de Shi Qing Xuan listo para irse, pero el Señor del Viento sujetó sus túnicas— Por favor

He Xuan lo miró por las esquinas de sus ojos. Shi Qing Xuan pensó que sería ignorado y bajó la cabeza, pero de repente su cintura fue sujetada y un parpadeo ya estaba afuera de la posada., más precisamente estaban en el techo de una gran torre donde podía ver claramente lo que estaba pasando en el ciudad.

Sorprendido miró a He Xuan, pero Agua Negras no le prestó atención. Su mirada estaba puesta en lo que tenía delante— Una vez  fuiste el amo del viento, debía ser capaz de controlar estos vientos.

—Es diferente— Shi Qing Xuan miró hacia adelante —Mi poderes de Maestro del Viento provenía de todos los dispositivos espirituales que usaba, seguramente también ... .Hizo algo para poder controlarlo.

No se atrevió a mencionar a Shi WuDu, pero sus propias palabras lo delataban, aún así continuó con lo que estaba diciendo— El poder de la Deidades que está dentro mío es diferente, es más débil al igual su esencia.

La mano de He Xuan se movió hacia la espalda de Shi Qing Xuan. El Señor del Viento supo que iba hacer, así que lo detuvo antes de que lo hiciera.

—No es necesario, solo déjame aquí sólo para que pueda meditar. Intentaré controlar los vientos, pero si hay algo que me distrae no podré hacerlo.

Intercambiaron miradas en silencio. En el pasado siempre había actuado así, uno se encargaba del trabajo de fuerza, mientras que el otro se encargaba del problema principal.

No algo que hubiera acordado, solo salía de forma natural. Ahora Shi Qing Xuan entendía que aquel entonces "Ming Yi "lo dejaba tomar todo el crédito mientras  se escondía bajo su sombra para no llamar mucho la atención.

Las palabras no fueron expresadas, pero la mirada del otro podía adivinar cuáles eran sus pensamientos. He Xuan lo soltó y desapareció, pero Shi Qing Xuan sabía que lo ayudaría.

No distrajo su mente con más pensamientos, sacó su abanico y lo desplegó. Cerró sus ojos buscando sentir aquella sensación que le permitía ser libre como cuando era un dios, pero por más que sentía su presencia, le era imposible aceptarlo.

Sabía que la razón era porque había perdido la fe en sí mismo.

"No quiero ser un dios"

"Nunca fue mi destino"

Su concentración se rompió y debido a que aún estaba débil su rodillas hicieron que cayera al suelo, pero no se rindió, siguió intentando obteniendo el mismo resultado una y otra vez.

Gotas de sudor bajaban por su frente, su rostro perdía color entre más intentaba controlar los vientos. Frustrado apretó sus puños fuertemente.

No fuiste el Maestro del Viento solo por nombre.

Aquella voz que sonó en la cabeza de Shi Qing Xuan lo sorprendió. Lo busco en todas las direcciones, pero no lo hallo, quiso llamarlo cuando escucho de nuevo su voz.

Fuiste su amo por cientos de años, si lo llamas te responderán de nuevo.

—Pero. No soy el verdadero Señor del Viento, y-yo...Solo soy una farsante.

Desde la antigüedad, se ha dicho que los dioses tienen elementos que los representan. Si no fuera tu elemento el viento jamás podrías controlarlo.

Escucha con atención de nuevo, el viento espera de nuevo regresar con su maestro.

Aún inseguro, Shi Qing Xuan cerró de nuevo sus ojos. Esta vez todos los sonidos a su alrededor desaparecieron como si fuera el único que quedaba en la ciudad.

Podía sentir la energía del viento rodearlo, pero era temeroso para extender su mano y recibirlo de nuevo. Lo había olvidado pero sin olvidar, siempre estaba ahí, pero fingía que no lo estaba.

Solo quería vivir una nueva vida normal, una que realmente merezca, pero aquella presencia nunca se fue y el pasado seguía prevaleciendo recordándole  que su hermano pecó, que por su culpa y una persona inocente sufrió su destino.

Pero no había forma de remediarlo, la deuda ya fue pagada. Ya no había necesidad de pensar en el pasado, eso pensaba, pero lo seguía teniendo presente en algún lugar de su corazón por eso su nombre era "Feng "

Lentamente junto sus manos e hilos de energía llegaron en sus palmas creando una esfera de luz lo cuales ingresaron a su cuerpo.

Levantó sus pestañas y se puso de pie. Con su abanico en mano, solo vasto que lo agitara de forma suave.

Por un momento nada ocurrió, solo una brisa recorrió la tierra y parecía que nada iba a ocurrir, sin embargo, en el segundo siguiente los remolinos comenzaron a perder su forma, incluso algunos desaparecieron de repente.

—Sabía que serías un problema.

Shi Qing Xuan miró hacia la torre que tenía en frente y vio Xuan Wu

— ¿Por qué estás atacando a las personas inocentes de la capital?

— ¿Inocentes?— Xuan Wu sonrió de forma fría —No hay un alma inocente en la Capital, todo son unos pecadores, aun así lo defiendes. Qué idiota.

—No sé qué pasó cuando eras un mortal, pero la gente de esta época no te han hecho nada—Shi Qing Xuan le apuntó con su abanico — Si tienen algún rencor contra mí, solo desquítate conmigo.

—Realmente no soporto verte — Xuan Wu frunció las cejas. Levantó su mano y de la nada fuerte ventisca se dirigieron a Shi Qing Xuan.

Shi Qing Xuan tuvo que retroceder ya que era vientos cortantes, se preparó para contrarrestarlo y controlar el viento, pero sintió dolor en su cabeza-

—Que ingenuo ¿Crees que no me he preparado para luchar contra ti? — Se burló Xuan Wu—Sabía que tarde o tempranos iba recuperar el control del viento, con las deidades en tu interior  no sería imposible que no intentaras suprimirme por la fuerza, por eso tome medidas de antemano.

Aquellos vientos no tenían como objetivo a Shi Qing Xuan sino la torre en donde estaba, está comenzó a derrumbarse y estaba débil Shi Qing Xuan no podía escapar y cayó.

Aprovechando eso, Xuan Wu voló hacía él con una espada en mano. Su intención asesina lo decía todo, quería matar al Señor del Viento de un solo golpé.

Con su conciencia desvaneciéndose poco a poco, Shi Qing Xuan se preparó para recibir el golpe.

Antes de hacer contacto la espada de Xuan Wu fue repelida por otra, no logro ver quien fue, solo una sombra se movió delante de sus ojos llevándose a Shi Qing Xuan lejos de su alcance.

—No había alguien tan poderoso capaz de ingresar a mi territorio sin que yo me diera cuenta.

Sin sentirse decepcionado, Xuan Wu sonrió— No importa, de todas formas morirá tarde o temprano.

Al no sentir dolor, solo la suavidad de estar flotando encima de una nube, Shi Qing Xuan levantó la cabeza pensando que era He Xuan quién lo ayudó, pero se encontró con una máscara medio sonriendo medio llorando.

No reconocía a esta persona, sin embargo, solo una palabra abandonó su boca — ¿Mi señor?

Aterrizando sobre una calle deshabitada, Bai WuXian bajó a Shi Qing Xuan y retiró la máscara que cubría su cara.

—Nos encontramos de nuevo, Feng.

Aunque estaba sorprendido  por su llegada, Shi Qing Xuan también estaba feliz— ¡Mi señor! Sabía que vendría.

Bai WuXian no estaba acostumbrado a la bondad y alegría de Shi Qing Xuan. En su corazón todavía la desconfianza habitaba y solo podía rechazarlo.

—No te dije que te ayudaría aunque viniera.

—No sea tímido—Con completa confianza, Shi Qing Xuan palmeó el hombro de Bai WuXian —Ya me ha ayudo a salvarme de Xuan Wu y dándome un poco de su poder.

Antes de que Bai WuXian pudiera justificarse cerró la boca al ver llegar unas caras familiares.

— ¡Aléjate de él Qing Xuan!— Ordenó Xie Lian. A su lado, Hua Cheng preparó su cimitarra, aunque He Xuan no mostró señales de atacar, estaba en guardia.

—Xie Lian tanto tiempo—Tranquilo, Bai WuXian se fijó primero en Xie Lian y luego en los dos supremos— ¿Todavía sigues jugando la Lluvia Carmesí? ¿Qué pasó con lo salvar la gente común? Ya te aburriste.

—Cállate—Dijo con frialdad Hua Cheng. Movió a E-Ming en su mano listo para atacar, pero frenó de repente.

Shi Qing Xuan se colocó delante de Bai Wu Xin sorprendiendo a todos.

—Mi señor Hua, baje su arma por favor— Pidió Shi Qing Xuan serio y sin temor a que el filo de la cimitarra cortara su cuello. Hua Cheng no mostró señales de retroceder y la tensión creció en el aire.

Incluso, Bai WuXian estaba asombrado de que Shi Qing Xuan lo defendiera, pero recordó que Shi Qing Xuan le había dicho en Tong Lu.

"Si alguien se mete contigo, lo golpearé"

Sus labios se curvaron hacia arriba, no había tomado esas palabras en serio porque era ridículo. Él fue el máximo dios durante miles de años, ni siquiera Hua Cheng y Xie Lian juntos pudieron hacer algo en su contra, aunque se debilitó, todavía su poder era muy superior.

—¡Qing Xuan!— Xie Lian no soportó ese ambiente y lo llamó. He Xuan le contó que Shi Qing Xuan se había reunido con el Ex Emperador, aunque no sabía de qué hablaron, sabía que el Señor del Viento podía fácilmente ser engañado por Bai WuXian.

—Su alteza— Shi Qing Xuan le sonrió de forma tranquilizadora —No se preocupe, sé lo que estoy haciendo. —Vio que sus palabras no alivió a Xie Lian, pero ya no le prestó atención, sino que miró Hua Cheng.

—Mi señor retírese, este es mi territorio.

Hua Cheng alzó una ceja e iba a burlarse, pero sintió una opresión en el aire que provenía de Shi Qing Xuan.

No solo él lo sintió, también He Xuan al igual que Xie Lian y Bai WuXian lo persibieron. Cuando un dios estaba en su territorio era más poderoso, pero la presión que estaba experimentado no era la de un dios, sino de una Deidad. En su territorio no podrían hacer lo que quisieran.

Shi Qing Xuan sabía que habló en grande, pero las palabras escaparon de sus labios antes de que pudiera detenerla, tampoco sabía porque lo dijo, algo dentro suyo, tal vez el poder de la Deidades del sol y la luna le había dado esa autoridad para reclamar la Capital su lugar.

Finalmente, Hua Cheng bajo a E-Ming, no porque le importara Shi Qing Xuan sino porque sería muy molesto lidiar con esos dos. Por la esquinas de su ojos vio a He Xuan por un momento y luego, en la distancia sintió la presencia de Hei Zheng.

— ¿No te has cansado de que te usen?

Esas palabras hirieron a Shi Qing Xuan, pero no lo mostró. Respiró aliviado al ver que Hua Cheng se retiraba —Su alteza lo siento, fui yo quien le pidió ayuda, solo nosotros no podremos resolver esta situación.

Xie Lian lo entendía, pero no podía confiar en Bai WuXian.

Por supuesto, Shi Qing Xuan lo entendía — Me haré responsable, pero ¿No les parece que exageran? Su majestad ya está viejo y lo intimidan de esa forma.

Todos—"..."

—Señor del Viento le agradezco su ayuda—Dijo Bai WuXian y tosió una vez—No estoy viejo.

— ¡Esa es la actitud correcta de mi señor! Aunque sea un viejo de miles de años de años, será joven si sigue con esos ánimos.— Shi Qing Xuan le sonrió

Bai Wu Xian—"..."

—Su alteza me irá por un rato.

Sin darle tiempo a Xie Lian a oponerse, Shi Qing Xuan tomó la mano de Bai WuXian y usó el viento para desaparecer rápidamente de su vista.

He Xuan frunció las cejas al verlo partir.

Xie Lian suspiró, no entendía lo que estaba pensado Shi Qing Xuan—No podemos confiar en su majestad.

—Puede estar tranquilo su alteza.

Al escuchar esa voz, Xie Lian se dio vuelta y sus pupilas se ampliaron al ver un rostro familiar— ¡Sacerdote principal!

Mei Nian Qing caminó hacia ellos, a pasos lentos como si estuviera haciendo un paseo por la tarde. Sus túnicas blancas se desparramaron con el soplar del viento. Ya no llevaba la apariencia de un anciano, sino la de un hombre joven de unos treinta años.

— ¿Por qué está aquí?? —Xie Lian todavía estaba algo asombrado por la llegada de Bai Wu Xian, pero no la de su antiguo maestro.

— ¿Lo dejaste escapar? —Le cuestionó Hua Cheng de forma fría antes de que Mei Ninag Qing se explicará.

La frente de Mei Niang Qing se arrugó —No lo hice, fue ese niño.

—¿Qing Xuan?—Xie Lian lo miró incrédulo —Él no podría.

—Pensé lo mismo —Mei Ning Qing suspiró —Pero, después de su visita fui a verlo y la barrera que lo mantenía sellado estaba rota, pudo haber escapado, sin embargo, permaneció ahí.

Algo en su príncipe heredero había cambiado, pero no supo que era. No creía que Shi Qing Xuan haya cambiado su corazón resentido o su forma de pensar, solo que después de su encuentro Bai WuXian estuvo muy pensativo y fue una sorpresa verlo ir a buscarlo para venir a la Capital Imperial.

—Su alteza yo no sé cuales sean sus motivos, pero definitivamente no ha venido a estorbarles— Mei Ning Qing no podía asegurarlo, solo tenía una corazonada.

—Espero que tenga razón—Xie Lian rogaba por que Mei Niang Qing no se equivocara, las personas no cambian tan fácilmente.

A varios kilómetros, Shi Qing Xuan llevó a Bai WuXian al bosque de glicinas que estaba dentro del los territorio del  palacio del rey, solo entonces lo soltó y caminó despreocupadamente entre los árboles admirando la vista.

—¿No temes que te use?— Bai WuXian lo siguió sabiendo que no habían venido a este lugar porque sí.

Sin detenerse, Shi Qing Xuan respondió— No es que no me importe, pero no soy bueno desconfiando de las personas, prefiero confiar en mi señor, incluso si solo soy una herramienta, el único culpable soy yo.

— ¿Por qué confiarías después de que ha sido usado?— Sin poder creerle, Bai WuXian quería escuchar la respuesta de este niño ingenuo.

Los pasos de Shi Qing Xuan se volvieron lentos hasta detenerse por completo, su respuesta demoró en llegar—Por más que duela, siempre eligiera volver a creer.

—Me es difícil ponerlo en palabras, pero algún día moriré. No quiero no tener nada que lamentar cuando llegue ese momento.

Mirándolo fijamente, Bai WuXian sacó una espada de entre sus mangas, en ese momento Shi Qing Xuan se dio vuelta y se encontró con que el filo del arma que estaba apunto atravesarlo.

Parpadeo varias veces intentando asimilar que lo estaba pasando, una vez que lo comprendió. Su cuerpo tembló ligeramente delatando su miedo, pero sus ojos se mantuvieron fijos en Bai Wu Xian.

—Eres diferente a Xie Lian que cree que puede salvar a todos. Él es muy ingenuo,  tu también lo eres, pero de una diferente forma, una que me repugna. Posees una luz propia que no se desvanecerá por más que intente manchar tu alma.

—Entonces mátame.

Shi Qing Xuan tomó con sus propias manos la hoja de la espada y lo apretó fuertemente hasta que se clavó en su carne. Le dolió, pero ya le había dicho muchas palabras hirientes, comparado con ellos casi no le prestó atención a su herida.

—Ciertamente no soy como su alteza, quien es una buena persona —Dijo presionado la hoja de la espada contra su cuello— No puedo ayudar a nadie, tampoco soy como describió.

—Si quiere matarme solo hágalo, pero antes prométeme que detendrá a las Deidades sin lastimarlas. Han hecho todo esto por mí.

Bai WuXian no tenía la intención de detenerlo, pero cuando vio que realmente Shi Qing Xuan estaba a punto de cortarse el cuello, retrajo su mano.

Shi Qing Xuan lo miró.

—Aun tienes a las Deidades de la luna y el sol adentro tuyo, si mueres el equilibrio del Yin y Yang se romperá—Fue la única explicación que dio Bai WuXian adelantándose a través del bosque de glicinas, ni él mismo entendió porque se detuvo.

Solo cuando se alejó, a Shi Qing Xuan le temblaron las manos, algo estaba muy mal con él hoy. Estaba haciendo muchas cosas que no le eran propias. Suspiró y rompió un poco de tela para vendar su mano herida, luego se apresuró en buscar a Bai Wu Xian.

No lo buscó demasiado porque el ex Emperador ya había llegado al lugar que quería. En le medio del bosque de glicinas había un templo dedicado a la Deidad de la Longevidad.

— ¿Por qué me trajiste aquí?— Bai WuXian ya sabía qué lugar era, pero quería escuchar una respuesta de Shi Qing Xuan.

—El santuario donde Xuan Wu es adorado. No he escuchado muchas historias de él, por eso supuse que la verdad sobre lo que le paso  cuando era mortal está aquí.

Hola queridos lectores.  Gracias por leer.

Feliz navidad!!!


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