Maratón 1/3

Luego de inventar una pésima historia, con un toque de diversión, TaeHyun ya estaba salvado de las preguntas curiosas de BeomGyu.

Se habían levantado otra vez a bailar, les resultaba muy cómodo solo abrazarse y mecerse de lado a lado.

—Me han criticado mucho... —habló el pelinegro que, en ocasiones, era sostenido por el pelirosa debido a los mareos contantes que lo hacían querer darle un gran beso al suelo y es que en toda la conversación que mantuvieron, BeomGyu no dejó de beber del vino, mezclándolo en su organismo minutos después con whisky.

TaeHyun también había bebido pero había sido el que más había hablado en aquel momento y necesitaba parar de beber por un buen rato para poder relatar como era debido.

—A-aveces me hacen sentir mal... O eso fue al principio —escuchó atento a sus palabras. La canción ya había cambiado y era una mucho más rápida y animada pero la pareja se mantuvo abrazada y meciéndose de lado a lado— ¿Pero sabes que me duele más? —la mejilla del pelinegro estaba posada en su hombro y su aliento rozaba su cuello causándole constantes escalofríos.

—¿Qué? —preguntó en un susurro.

—Que mi mejor amigo lo haga... Y-ya no es mi mejor amigo y yo sé que lo alejé pero...—TaeHyun detuvo sus pasos y el pelinegro se separó mostrando que el alcohol ya estaba saliendo de a poco de sus venas— ¿Qué pasa?

—Me tengo que ir, lo siento —dijo tomándolo de las manos y dedicándole una sonrisa. El otro también se la devolvió.

Aún quedaban horas de estadía en el lugar,

—Supongo que vendrás mañana también —TaeHyun asintió. Era más que obvio— Entonces te espero aquí, apenas llegues ven para acá —dijo antes de acercarse hacia él.

TaeHyun tragó grueso sintiendo sus labios resecos. Pasó su lengua por sus belfos y, siendo Park TaePyung apresó las caderas ajenas para acercarlo más a si mismo. BeomGyu soltó una risita y rodeó sus hombros con sus brazos, tal como horas atrás sus respiraciones se fusionaron y sus narices se rozaron con suavidad.

El pelirrojo sintió una corriente eléctrica recorrer cada centímetro de su cuerpo cuando los húmedos y brillantes labios del pelinegro colisionaron con los suyos. Ninguno se movió, solo fue un toque de labios.

Pero eso fue suficiente para que los fuegos artificiales que no habían arrojado aún para hacer la escena más perfecta detonaron en el estómago de TaeHyun.

Había deseado e imaginado como sería besar al pelinegro, había fantaseado muchas veces antes de dormir como se sentirían los labios de BeomGyu sobre los suyos.

Y ahora que lo sentía, ahora que sentía su cuerpo contra el suyo, sus labios pegados y las leves caricias que el otro repartía en su nuca haciendo uso de su dedo le confirmaban que ninguna de las múltiples imaginaciones que había tenido de ese momento se comparaban a la realidad.

No quiso separarse, quería quedarse besando sus labios y abrazando su cuerpo pero su mente se sentía aglomerada, se sentía cansada mientras acumulaba y resguardaba toda la información que le brindó el pelinegro frente a él para luego unir y armar lazos con el pasar de los años.

Por eso se iba, necesitaba pensar.

—Nos vemos mañana —susurró sonriendo. El pelinegro asintió separándose de él con la misma sonrisa, TaeHyun le dirigió una última mirada.

—¿Qué ocurre? —ladeó su cabeza haciendo que sus cabellos ya alborotados y sin una dirección determinada se hicieran a un lado.

—¿Puedo decirte BeomBeom? —preguntó— Creo que es un lindo apodo para ti.

—No —abrió su boca sorprendido por esa respuesta que a sus oídos sonó molesta.

Volvió a acercarse a él, sentía como si BeomGyu fuese un metal y el fuese un imán, no podía despegarse de él.

—¿Por qué? —también ladeó su cabeza haciendo reír al pelinegro que se enderezó para tomar su copa de vino y beber de ella.

—Ese apodo está reservado por una persona... Digamos que especial —quitó la copa del pelinegro y terminó su contenido. Robó otro beso de sus labios fríos por la reciente bebida y habló mientras de alejaba con lentitud.

—Creí que el beso se significó algo, Gyu —el otro carcajeó.

—Eso no tiene nada que ver —le contestó vertiendo lo último que quedaba de vino en su copa.

Desde un inicio pidieron a los meseros que les llevaran una botella entera debido a que no querían tener interrupciones cada cierto tiempo por una bebida.

—¿Qué tengo que hacer para ser tu persona especial? —metió las manos en sus bolsillos y caminó de espaldas.

BeomGyu solo rió y le lanzó un beso, el cual TaeHyun atrapó en el aire y lo llevó a su sus labios.

El pelirosa se retiró suponiendo que el pelinegro no respondería a su pregunta.

Supuso mal.

—Ser Kang TaeHyun —fue lo que murmuró el pelinegro a su última copa de vino de la noche.

Su persona especial era Kang TaeHyun, nadie suplantaría su lugar.

Ni el atrevido Park TaePyung lo haría.

—¿Ya te vas? ¡La noche es joven! —SooBin apareció en su camino sosteniendo una copa en su mano derecha mientras que en la izquierda tenía su antifaz, su cabello estaba húmedo de sudor, su piel se veía perlada con las tenues luces del lugar, se notaba a leguas de que había bailado hasta más no poder.

—Necesito pensar, hyung. BeomGyu dijo muchas cosas d-de mí... De Kang TaeHyun y p-puede que yo le guste también, pero como le dije tiene sus motivos y-y...

—Hey hey hey, ¿me estás diciendo que tu antifaz si sirvió?

—Si —nuevamente un silencio en donde vio al mayor empinarse la copa y beber todo el contenido en menos de dos parpadeos.

—No te estás marchando porque el villano se escapó, ¿o si? —y cuando escuchó la estruendosa risa de su mayor se dio cuenta de que este no estaba apto para escuchar lo que había pasado.

Mucho alcohol en su sistema. Pensó dándole unas palmaditas en la cabeza antes de retirarse, salió del recinto y encontró a la prensa también festejando y probando los aperitivos, logró escuchar a una de las numerosas reporteras que el recinto ya había alcanzado su límite de personas y que algunas habían pasado el festejo a las salidas del lugar.

Caminó por el medio de la fila de autos y limusinas en las que habían llegado los entes importantes hasta llegar al auto de la familia Kang.

—A casa, por favor —pidió al chofer sin quitarse el antifaz.

—Lo siento, debe estar confundido, no soy su chofer —le contestó el hombre con amabilidad tomando un aperitivo de las bandejas con las que pasaban cada cierto tiempo los meseros.

Y sí, es lo que están pensando, a los choferes que quedaban afuera cuidando los autos y esperando indicaciones de sus jefes les daban aperitivos y bebidas sin alcohol. Incluso al amanecer les daban un ligero desayuno.

Muy buen servicio, ¿no?

TaeHyun abrió la boca para decirle al chofer, del que era muy amigo por cierto que no le gastase una broma. Pero solo salió una disculpa, seguía siendo Park TaePyung después de todo.

Caminó hasta que llegó a un árbol y quitó su antifaz, su cabello era rojo de nuevo, su voz era la misma de antes, era Kang TaeHyun.

Ocultó el objeto en su saco y volvió a caminar al hombre.

—¿Me lleva a casa, por favor? Luego podrá venir a esperar a mis padres —el hombre asintió y le abrió la puerta para luego subir a su respectivo asiento y empezar a manejar.

—¿Te cansaste mucho? —preguntó amistoso mirando al chico desparramado en el asiento de atrás.

—Demasiado —fue lo que contestó haciendo reír al hombre. TaeHyun estaba diciendo la verdad.

Después de todo, fingir ser alguien que no eres es cansado.