—Si la puedes ver...—dijo, causando una hermosa sonrisa que se borró a los segundos— Pero no hoy...

—¿¡Por qué!? —BeomGyu cruzó sus brazos algo ofendido. Se había emocionado en demasía al escuchar las primeras palabras del pelirosa y ahora le decía, indirectamente, que debía esperar.

—Me gusta el suspenso, cariño —le contestó con un guiño. BeomGyu bufó.

—Está bien, esperaré. ¡Pero! Mientras no te quites el antifaz no me vas a volver a besar —chantajeó pensando que el pelirosa cedería a quitarse de una vez el objeto de la cara, pero este solo asintió de acuerdo.

TaeHyun no caería ante los chantajes de BeomGyu. No quitaría ese antifaz de su cara hoy.

El pelirosa se levantó y extendió la mano al pelinegro en una petición silenciosa para bailar. Los dos estaban agotados pero aún así volvieron a abrazarse para mecerse de lado a lado al ritmo de la música.

—Te prometo que mañana me voy a quitar el antifaz —le susurró al oído.

Solo... No me odies cuando lo hagas. Quiso susurrarle también, pero se contuvo y siguió con el lento movimiento.

TaeHyun se estaba arriesgando más de lo que pensó.

El plan era ser Park TaePyung, disfrutar y luego desaparecer a tal personaje. Pero todo dio un giro de ciento ochenta grados en cuanto BeomGyu insistió en ver su cara despejada de aquel antifaz, TaeHyun no contó con ello, claro está.

Sabe que BeomGyu no lo odia, sabe que BeomGyu no lo a olvidado como su mejor amigo, sabe que BeomGyu tiene esa fachada y sobre todo, sabe que a pesar de que los dos quieran estar juntos, ya sea amorosamente o amistosamente, no podrán estarlo.

Hay impedimentos. Hay normas. Hay castigos. Por la parte de BeomGyu.

No espera un abrazo, tampoco un beso en cuanto quite su máscara, puede predecir lo que vendrá, y eso hace que su corazón se encoja de una forma indescriptible.

Duele.

—TaePyung... Te estoy hablando —la suave voz del pelinegro le sacó de sus pensamientos. Separó el abrazo y vio las orbes ajenas en espera del habla ajena— Te pregunté si te parece encontrarnos fuera de aquí.

Su cara se puso pálida de repente. Carraspeó y volvió a retomar el paso de baile.

—Por mi está bien... —murmuró— Si te gusta como me veo sin el antifaz, saldremos a donde quieras y cuando quieras —soltó despertando una gran curiosidad en el pelinegro.

BeomGyu lo haló y juntó sus labios haciendo el mismo ritmo con que se habían prácticamente saludado. Las manos del pelirosa en sus caderas y las suyas alrededor de su cuello trazaron un lento camino hasta su nuca, sus yemas rozaron con la cinta del antifaz y sintió que jalando cualquiera de las tiras quitaría el objeto de la cara de TaePyung.

TaeHyun frunció el ceño mientras se tomaba el atrevimiento de adentrar su lengua en la cavidad del pelinegro, a su vez, movió sus manos para sujetar los brazos de BeomGyu, evitando a tiempo que desnudase el objeto en su cara.

Se separaron en un dulce chasquido, sus pechos subían y bajaban mientras que sus labios tenían un brillo y grosor peculiar.

—Te dije que lo haría mañana —habló frunciendo el ceño.

—No quiero esperar hasta mañana —se quejó BeomGyu intercalando su vista del antifaz a sus labios.

—Tendrás que hacerlo, BeomGyu.

—¿Por qué te importa tanto si es hoy o mañana? —el pelirosa se dio la vuelta y tomó asiento en la banca para empezar a servirse un poco de vino y devorar uno que otro aperitivo. No respondería esa pregunta.

BeomGyu bufó y pateó una pequeña piedra en el suelo, la música resonaba a todo volumen pero ninguno la escuchaba, estaban perdidos en su mente.

TaeHyun observó las paredes decoradas con flores y se acercó curioso, a simple vista parecían de mera decoración, de plástico o algún material de esos. 

Pero al tomarla en su mano sintió el suave pinchazo en su dedo. Llevó la flor a su nariz e inhaló.

—Salud —le dijo el pelinegro a unos metros de él cuando escuchó un estornudo.

TaeHyun se acercó con la misma flor en manos y se la entregó al pelinegro.

—Ya te dije que me gusta causar intriga, BeomGyu —respondió a la pregunta de hace unos minutos.

Las orbes del pelinegro le escudriñaron por breves segundos mientras su boca hacía una mueca.

—Me estás mintiendo —no fue una pregunta. Fue una afirmación— Pero no importa... Esperaré hasta mañana —le sonrió y volvió a besar castamente sus labios.

—Dijiste que no podía besarte —habló más animado y despegado de la leve incomodidad anterior.

—No me estás besando, yo te estoy besando —le contestó quitando distraídamente las espinas de las rosas.

El pelirosa carcajeó.

—Lo que tu digas. De todas formas, no me molesta —y retomó aquella coquetería junto a los besos algo... Apasionados.

Sus cuerpos estaban cansados de bailar, pero sus labios iniciaron una danza animada y sensual, la espalda del pelinegro chocó con la pared y algunas rosas cayeron de su posición.

Las mentes de los dos se desconectaron y solo se concentraron en mover sus labios para no perder la batalla.

Sus lenguas se juntaron y sus labios se hinchaban cada vez más, el cosmético en sus belfos se fusionó y quedó esparcido por el mentón y alrededores de la boca ajena.

Esta vez BeomGyu no pensó en hacer cualquier movimiento para despejar el antifaz de la cara de TaePyung.

Después de todo, su cuello estaba recibiendo besos húmedos y su mente no pensaba en otra cosa que no fuera abrazar con manos y piernas al pelirosa.

Por alguna razón, los dos estaban algo... Apasionados esa noche.

Y aunque su encuentro no pasó de ósculos y roces, siquiera llegando a una liberación plena, los dos habían quedado embobados y encantados con el otro.

Okey, no iba a subir esta cap hasta dentro de unos días pero sus comentarios me impulsaron a hacerlo rai nau xd

Y si, nuevamente, este mini fic está a nada de terminar.

Denle mucho amor plis :c ♥