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[11] Bonus de agradecimiento

Maratón 3/3


—Hijo... Despierta, debes comer algo —la suave voz de su madre le sacó del mundo onírico en el que estaba. La mujer rió suavemente cuando el pelirrojo cerró la boca en un sonido parecido a un ronquido— Te espero abajo —le susurró la mujer antes de irse de ahí.

TaeHyun se levantó en un quejido, no se había movido de su posición en toda la noche y su espalda le recriminaba aquello. Con pereza, se despojó de su traje y lo arrojó a una esquina de la habitación.

Con ropa interior se metió a su baño para tomar una ducha y poder destensar todos sus músculos y despertarse.

En medio de su baño esbozó una pequeña sonrisa, los empleados estaban libres y eso quería decir que...

—Hace tiempo que no hago un desayuno, espero no haber perdido mis cualidades culinarias —dijo su madre luciendo jovial mientras colocaba la comida frente a su padre y frente a él. Ya se había quitado la pereza de encima y se quedó con una bata de baño, después de todo en la tarde empezarían los preparativos para lo que sería el segundo día del baile.

El segundo día cumpliendo su más anhelado sueño.

TaeHyun esbozó un sonrisa en cuanto probó el omelet que había preparado su madre. Desde hace unos diez años no había recibido un desayuno preparado por su madre.

—Está muy bueno, cariño —alagó su padre con una media sonrisa. El pelirrojo metió su mirada en su omelet en cuanto miró a sus padres besarse.

Si, tenía diecinueve años, casi veinte, pero aún le avergonzaba ver a sus progenitores besarse.

—¿Te emborrachaste? —preguntó su padre arqueando su ceja. Su madre soltó una risita recordando la posición en la que encontró a su hijo en la mañana.

TaeHyun negó.

—Solo estaba cansado... Demasiado baile en un solo día —dijo en una risa.

—¿Chico? —preguntó su madre halagando mentalmente su propio desayuno.

Y para los que se lo preguntan, si, TaeHyun desde que descubrió su gusto hacia BeomGyu les dijo a sus padres y estos por supuesto no reaccionaron bien al principio, pero luego de tener una seria conversación de pareja en la que llegaron a mentalizarse la siguiente frase: "Es nuestro hijo pero aún así, no podemos decidir que le gusta y que no, así comparta nuestra sangre no tiene porqué compartir nuestra ideología" fueron a disculparse con su hijo y le dejaron en paz en aquel tema de la sexualidad y gustos.

Al principio fue difícil para los Kang aceptar y admitir con las personas ajenas a su núcleo familiar el que su hijo fuera homosexual, pero el tiempo pasó y hasta los padres del pelirrojo hacían algunas bromas sanas referentes a su orientación.

—Un chico, pero nada importante —subió la mirada y encontró la mueca burlona de su padre— ¡Papá!

—No estoy haciendo nada, TaeHyun. ¿No puedo mirar a mi hijo? —la mujer también rió terminando su plato.

Algo que TaeHyun agradecía pero a la vez lamentaba era el que pudiese ser abiertamente gay. Lo agradecía porque no le agradaba el hecho de resguardarse en una imagen de chico heterosexual, pero lo lamentaba ya que a raíz de su descubrimiento de orientación sexual y que todos se enteraran, sus posibilidades de ser de clase alta bajaron considerablemente.

Porque si, la familia Kang en una época estuvo a nada de pertenecer a la clase alta pero gracias a los pocos ingresos que tuvieron sus padres en cierto tiempo les quitó aquella posibilidad.

Y ustedes sabrán porqué TaeHyun lamentaba aquello.

—Espero que esta noche no llegues en el mismo estado, cielo. Recuerda que solo compraste dos trajes —habló su madre llevando los platos vacíos al lavadero— Antes de acostarse como un borracho quita tu traje y cuélgalo.

—Si, mamá —asintió levantándose. Volteó a ver a su padre con una mueca— ¡No estaba borracho, papá! —y subió las escaleras con algo de dolor en sus piernas.

Bailó hasta más no poder, el dolor de piernas se lo recordaba.

Como un método de distracción empezó a peinar su cabello húmedo perdiéndose en sus pensamientos por un momento.

La suerte que tienen algunos. Pensó.

Él había nacido en una familia amorosa, si bien sus padres eran estrictos en cosas específicas como calificaciones y comportamientos en ciertos lugares no dejaban de decirle que lo amaban, no dejaban de decirle lo orgullosos que estaban de él.

Su padre no le había levantado la mano en ninguna ocasión, el hombre solamente le retaba cuando era necesario y cuando pasaba por su etapa de rebeldía e inmadurez, aunque habían sido pocas veces.

Su padre no le había dejado en el jardín toda la noche, mojado.

La familia de BeomGyu era muy diferente a la de TaeHyun.

Pero BeomGyu pensaba igual que TaeHyun.

Sonrió sin ser consciente de ello.

Hoy volvería a ser Park TaePyung, hoy volvería a bailar con él y volvería a sentir sus labios contra los suyos.

Era el segundo día de ilusión.

Era el segundo día de latidos rápidos.

Y era el segundo día que tenía para atesorar en su memoria la sonrisa de BeomGyu dirigida hacia él.

Se levantó con rapidez recordando algo:

Debía llevar el dinero faltante y un poco más a la señorita Momo.

Tomó las primeras ropas que vio y bajó las escaleras.

—Papá, iré a pagar mi antifaz —le dijo al hombre.

—¿Ya no lo habías pagado?

—No... La señorita de la tienda y yo hicimos... Un trato —dijo no queriendo explicar todo el enredo de el antifaz mágico que tenía en la caja de su habitación.

—¿Ahora eres bisexual? —rió el hombre acomodando su camisa con una sonrisa— Ve, solo no tardes, en un momento vendrán nuestras estilistas a arreglarnos  —asintió y salió de ahí con una sonrisa.

Momo estaba estresada.

Si, estaba estresada.

Hace unas horas había llegado un pelinegro en busca de el antifaz más hermoso del local. Y ella, como buena dueña y trabajadora, le sacó más de veinte antifaces, todos de los más finos y elegantes que había recibido en el año.

Pero al pelinegro no le gustaba nada.

Juraba que tenía un tic en el ojo.

Soltó un suspiro guardando el último antifaz en su vitrina y volteó al toque en su hombro, imaginó que sería el pelinegro al que había estado atendiendo pero esbozó una sonrisa cuando halló al amigable pelirrojo.

—Buenos días, señorita Momo —le dijo haciéndole una reverencia. La mujer solo rió y le despeinó su cabello.

—¿Vienes a buscar otro antifaz o a pagarme lo que falta? —preguntó guiñando un ojo al pelirrojo que soltó una carcajada mientras sacaba todo el efectivo que había llevado.

Momo empezó a caminar por la tienda en busca del pelinegro mientras contaba los billetes en sus manos con agilidad.

—Ten, te pasaste un poco —le dijo entregándole el sobrante del dinero. TaeHyun negó y le devolvió el dinero.

—Es para usted, señorita Momo —dijo sonriente. La rubia negó avergonzada— Es como... Un bono de agradecimiento. El antifaz me ayudó mucho a decir verdad —pero la rubia solo negó.

TaeHyun insistió a la mujer en quedarse con el dinero hasta que esta se lo aceptó con la condición de que se llevase otro producto.

Y ahí estaba el pelirrojo caminando por todo el lugar viendo los antifaces, no necesitaba ninguno, ya tenía el perfecto en casa y ustedes saben de lo que hablo. 

TaeHyun estaba distraído, mirando a los estantes mientras un pelinegro caminaba con rapidez tecleando en su teléfono igual o más distraído que el otro.

—¡Arg! —TaeHyun bufó y frunció el ceño cuando sintió un gran peso encima de su pié. Lo habían pisado.

—¡Lo siento, no estaba... Ah, eres tú —BeomGyu cambió su expresión de disculpa a una de aburrimiento. TaeHyun seguía quejándose del dolor en su pié— Eso te pasa por arruinar mis pantalones, Kang.

TaeHyun le miró con una ceja arqueada. 

—¿No son esos los que traes? Yo los veo perfectos, el agua y jabón ayudaron —dijo señalando los pantalones del pelinegro. Este negó alzando su mentón.

—Compré unos nuevos —contestó. TaeHyun solo asintió sabiendo que eran los mismos por el hecho de tener un pequeño corazón amarillo hecho a mano y con pintura en el bolsillo derecho. 

Si, TaeHyun era una persona muy observadora.

—No te vi por ningún lado en el baile —comentó el pelinegro empezando a caminar con lentitud por el pasillo. TaeHyun lo siguió.

—¿Querías bailar conmigo acaso? —lanzó. BeomGyu solo lo miró por sobre su hombro con el ceño fruncido y bufó antes de irse a otro pasillo

TaeHyun solo rió y siguió caminando solo. 

Eres buen actor, BeomBeom. Pensó antes de salir de la tienda sin nada en manos, luego volvería a llevarse cualquier artículo. 

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