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[1] Clase alta, media, baja... ¡Pura mierda!

Él no era de la clase alta, tampoco era de la baja. Él era de la clase media así que no debía ser tratado como lo estaban tratando en ese momento.

—¿Acaso no oyes? ¿El sueldo de tus padres no alcanza para algunos hisopos o para el agua? Te dije que te quitaras volteó su mirada para detallar con disimulo las prendas que cargaba ese día el chico que hacía a su corazón latir más rápido. Su cabello negro estaba meticulosamente peinado y aguantado con una boina de un azul oscuro, sus ropas con el simple mirar se notaban lo caras que eran, no las celaba ni un poco, después de todo también podría comprarlas.

Frunciendo el ceño se hizo a un lado para darle el último espacio que había en el transporte de la Unidad Educativa Sharom, aquella privilegiada y paga universidad a donde asistía desde hace algunos años. Ésta sería su última semana, sólo irían a recoger sus resultados finales, reclamar si su resultado no es de su agrado y dar tiempo a aquellos que tengan que volver a presentar algunos trabajos del semestre.

Miró la ciudad pasar con lentitud, contó autos y también algunos caninos que veía mientras inhalaba con disimulo la fragancia que desprendía el chico a su lado que sabía, tenía una mueca de disgusto por su simple presencia a pocos centímetros de él.

Para TaeHyun no era una sorpresa, tampoco una novedad que el pelinegro lo tratase así, Choi BeomGyu era de la clase alta y, gracias a su crianza, él solamente hablaría con aquellos que tuvieran la misma cantidad de ceros y puntos en su cuenta bancaria que él.

Y la suerte de TaeHyun era poca, así que los ceros y puntos de su cuenta no eran los mismos que el pelinegro, siendo la diferencia solo dos puntos y dos ceros. Por eso era un clase media.

Él, junto a otros cinco chicos eran los únicos clase media que estudiaban en aquella prestigiosa universidad, no diría que eran los marginados del lugar, tanto él como los demás chicos tenían sus grupos de amigos para pasar aquellos ratos libres, pero aún así... No se salvaban de la lengua de Choi BeomGyu, quien no dudaba para dar a conocer de manera pública el disgusto de aquellos seis chicos de clase media.

Clase alta, media, baja... ¡Pura mierda! Eso era lo que pensaba TaeHyun de aquella división de clases que se había tomado en toda Corea hacía unos cuantos años ya. Contrario a lo que ustedes piensan, la clase baja actualmente era lo que antes era la clase media, la clase media actualmente eran los que antes eran clase alta y los de clase alta eran los gobernadores, artistas, etc.

La economía en el país había cambiado de aquella forma.

Pero, en vez de irnos por las ramas, retomemos con una pregunta que seguramente se hacen.

¿De quién es hijo BeomGyu? ¿Por qué su opinión importa e influye tanto en la universidad?

Fácil, BeomGyu era hijo de nada más y nada menos que de un militar, quien es, aparte de la mano derecha del presidente, un hombre que defendió a su pueblo a capa y espada en cuanto llegó su momento en los cambios de leyes.

Aquel pelinegro era hijo de un hombre que muchos respetaban y que han visto muchas veces a un lado del presidente. ¿Qué más importante que eso? Aunque TaeHyun veía totalmente estúpido aquel trato que recibía en la universidad.

Por otro lado, TaeHyun confirmaba que la suerte no estaba de su lado ni hoy ni nunca, porque el café que llevaba en manos como un snack de los tiempos libres, se derramó nada más y nada menos que en los pantalones del pelinegro.

El autobús se detuvo en su destino, abrió sus puertas, pero nadie bajó. Todos estaban absortos y atentos a los gritos que soltaba BeomGyu al pelirrojo.

—¿¡Sabes cuánto valen estos pantalones!? —señaló la húmeda prenda horrorizado por ver su ropa del día arruinada.

—Valen lo mismo que mis zapatos, no te alteres —contestó en un suspiro levantándose para bajar. BeomGyu lo detuvo colocando una mano en su pecho, relamió sus labios.

Aquí venía otra vez...

—¡Toda mi ropa vale más de lo que vale tu maldita casa! ¡No sé como vas a hacer pero yo no me bajo de éste autobús hasta que no pagues mi pantalón!

—Existe el jabón y el agua, ¿sabes? No derramé petróleo, derramé café.

—¡Están arruinados! —TaeHyun solamente le miró con el ceño fruncido y le hizo detener sus gritos. Muy caprichoso, criticón y gritón, pero le temía a las peleas y eso lo sabía el pelirrojo que, haciéndolo a un lado se bajó del autobús dejándolo con la palabra en la boca.

Todos al ver que se había acabado el espectáculo empezaron a bajar, ignorando el berrinche que había formado BeomGyu por sus pantalones húmedos.

TaeHyun dio paso a un día normal luego de pasar por aquel encuentro con BeomGyu. Seguramente el chico estaba enfurecido, buscándolo por todo el plantel tal como un depredador buscando a su presa, solo que en vez de devorarlo, le gritaría hasta que su garganta doliera o el pelirrojo se alejase.

—Ya me parecía raro que ustedes dos no tuvieran uno de sus encuentros —un chico de cabello azul tomó asiento frente a él tomando de un té de menta— Habían durado un mes sin pelear.

—Solo derramé café en sus pantalones, hyung —TaeHyun rodó los ojos terminando lo que le quedó de café luego de aquel derrame que tuvo— Que él sea un exagerado, niño rico, no es mi problema.

—Hasta hay un vídeo de sus gritos, todos se asombraron cuando de quedó callado y tú seguías al frente —el peliazul extendió su teléfono para mostrar el vídeo. Choi SooBin, clase alta y muy unido a nuestro protagonista— ¿Y si ya lo estás enamorando? —TaeHyun carcajeó golpeando su muslo una y otra vez.

Su amigo sabía sobre su enamoramiento por BeomGyu y cada que tenía oportunidad sacaba aquello a flote.

—Veo que amaneció bromista, hyung —dijo luego de secar sus lágrimas a causa de la risa. SooBin solo guardó su teléfono en su bolso con la misma risa.

—No puedo creer que suspires por ese engreído —rodó los ojos. Si, a pesar de ser de la misma clase tanto económica como educativa, es decir, asistían a la misma aula y clases, BeomGyu no era del completo agrado de SooBin por el hecho de tratar así a su amigo por solamente ser de una clase diferente.

Algo estúpido pero que TaeHyun consentía, alegando que así fue criado y defendiendo diciendo quien sabe cuantas cosas para defender al pelinegro.

Por si, así TaeHyun no lo acepte, aveces se ponía en el plan de defender a su enamorado.

Y SooBin le llamaba masoquista.

Es que, ¿qué otro apodo podríamos ponerle a eso? TaeHyun estaba enamorado de una persona que le miraba con desprecio, por encima del hombro, que le insultaba y bromeaba de su clase económica, que era dividida por insignificantes números pero que para el pelinegro eran material de burla.

Todo eso le decía masoquismo, pero el peliazul no podía simplemente decirle a su menor que dejase de un día para el otro su enamoramiento por el pelinegro, ya aquello era un asunto muy personal y en que él, a pesar de ser un amigo cercano, no podía meterse.

Por otro lado, TaeHyun comprendía que su amor nunca sería correspondido, sabía de más el disgusto que el pelinegro sentía por él y por los de su clase, a pesar de que aquel disgusto lo veía completamente ridículo, él lo respetaba y no buscaba pelea con el pelinegro. Algo que no sabía su amigo, y duda que algún día se lo diría, es que él conoció a BeomGyu de pequeño, cuando era sólo un niño de unos cinco años.

Casualmente los dos asistieron al mismo cuidado infantil y entablaron una pequeña amistad a raíz de unos juguetes y fresas.

El pequeño TaeHyun se sentía encantado por el pelinegro, jugaban toda la tarde y hasta había veces en donde compartían sus desayunos y meriendas. Tal vez el pelinegro no se acuerda pero él si.

Los dos crecieron, obviamente, los pasaron a lo que sería la primaria y su amistad siguió, solo que ésta vez, en los recesos ya que no habían quedado en la misma aula. Pero igualmente TaeHyun seguía encantado con aquel bonito pelinegro.

En la secundaria, se podría decir que con sus orientaciones sexuales definidas, TaeHyun entendió que le gustaba aquel pelinegro que luego de unos meses en aquel instituto se fue al exterior a estudiar, para luego volver a la universidad con aquel egocentrismo y vanidad que tanto destilaba junto al disgusto por las otras clases.

Y tal vez BeomGyu no se acuerda de su presencia en su infancia, tal vez no recuerda la canción infantil sin rimas que los dos habían inventado, pero TaeHyun si lo hace.

Después de todo, el primer amor no se olvida.

"-Luna azul~

-¿Dónde estás tú?~

-Quiero ver tu luz~

-Abrázame y dame un besito~

-Para ser feliz~

-Uno, dos, tres estrellas~

-Mírame nada más a mí~

-Mi luna bella~

-¿Qué viene, Tae?

-Ummm... No lo recuerdo, BeomBeom, ¿quieres galletas?

-¡Si!"
























Ya ven que los caps son cortos xd

Espero le den mucho amor y apoyo a este fic, que vendría siendo mi primer TaeGyu en sí.

¡Nos vemos!

The_Dark_Diamond

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