capítulo 19
John Castle estaba fastidiadamente irritante, estaba enojado porque Han Jisung no daba un indicio de dónde se encontraba, a pesar de que la noticia de que Lee Minho estaba preso se había expandido por todo el país. Lo único que había conseguido con eso, era que los Lee estuvieran histéricos, enojados y a punto de perder la cabeza gritando que querían ver a su hijo libre y Choi, había amenazado con romper convenio con él, diciendo que todos los beneficios de su amistad se verían afectados. Y realmente esto lo tenía sin problemas, si era necesario, mandaba a matar a todos los Lee que existieran, no le veía problemas a eso; solo quería que Jisung regresará para poder destruirlo antes que este lo destruyera a él, el problema estaba en que John culpaba a Jisung, pero este sinceramente no era el culpable, incluso estaba a nada de ir en búsqueda de la familia Han para poner aumentar más el chantaje hacia Han. Aunque este no pintaba en nada a ser el culpable, porque el verdadero presagió no veía a Jisung, si no alguien que había llegado en ese mismo momento a sus tierras, ese mismo alguien que impidió que pusiera sus manos en algún familiar de Han.
— Señor— un sirviente del cual su nombre no sabía, entró apurado, las gotas de sudor corrían por su cara, había corrido casi por toda la ciudad para llegar con la noticia al presidente.
—No tengo tiempo para ti— contestó levantándose de su asiento, estaba por ir a un interrogatorio que disfrutaría.
—Pero señor...— dijo tomando una bocada de aire, le costaba respirar por tremendo esfuerzo que hizo de llegar al lugar.
—Desaparecete, ¿No me oyes?— John estaba irritable, y odiaba que alguien le interrumpirá o le quitará tiempo de esa forma.
— Es que señor...— John giró los ojos.
— ¡Ay Dios!, me estás hartando, habla y vete si no quieres desaparecer en este mismo momento, yo lo haré con mis propias manos — el hombre palideció, lo acababan de amenzar de muerte; pasó saliva ruidosamente y lo miró con miedo, ni siquiera pudo mirarlo a los ojos.
— Se~señor, llegó un tren del país Vecino, pide urgentemente verlo, no se le ha dado algún permiso para que nada, ni nadie suba o baje. — al parecer era el día de fastidiar a Castle. Odiaba con todo su ser a Jung Hoseok, lo odiaba inmensamente, y no había realmente un porque, solo sabía que odiaba a ese jovencito que jugaba con tener a todo un país en las manos.
— ¿Qué está quién?— se sobó la cien, le dolía la cabeza por tanto; su hija había huido, Han no aparecía por ninguna parte y estaba seguro de que tenía a Amanda, ¿Qué tal si la secuestró?, Aunque sabía que Jisung era muy idiota para hacer eso. Era obvio que su hija se había ido por voluntad propia y se sentía tan irritado porque por fin Jisung había robado el amor de Amanda y ese era el principio de su presagio. Han era el culpable y debía eliminarlo, era lo único que su cabeza podía pensar.
— El presidente del país Vecino, señor. El señor Jung.— estúpido, cuánto lo odiaba, con sus ideas de querer "igualdad" para todos, cómo si eso fuera algo que le beneficiará. Odiaba a Jung porque el muy maldito fue quien derrotó a su buen amigo, con el cual tenía un trato muy favorable y Jung le había quitado el poder, por eso lo odiaba, porque lo encerró solo en su país sin derecho a buscar convenio, lo odiaba inmensamente.
— Correrlo a patadas, no tengo su tiempo.— se puso el saco y a paso lento caminó a la puerta, dejando al sirviente con la palabra en la boca. El sirviente, aunque cansado, iba a volver a protestar, pero alguien se adelanto y sin tocar, abrió la puerta. Era el mismo detective que vigilaba a Minho, al parecer su más fiel sirviente.
—Señor, ya está listo el interrogatorio para el joven Lee— le dió una inclinación como reverencia, Castle solo asintió.
—Lo notas, estoy ocupado.— le dijo al sirviente—Correlo a patas y esfumate.
— Señor,—John lo miró amenazante— pero la señorita Amanda viene en su compañía.
Castle palideció, palideció, la boca se le abrió casi como caricatura, no, no podía ser cierto, su hija... Con ese bastardo, no, esto era una broma. Camino rápidamente al sirviente y lo tomó del cuello, el pobre señor solo se volvió tres tonos más pálido, el agarre en su cuello lo tenía casi sin aliento.
— ¿Qué. Carajos. Estás. Diciendo?— puntualizó cada una de sus palabras, no, esto tenía que ser una puta broma, debía de estar bromeando— No estoy para putos juegos infantiles, dime la verdad.
— Es~es la ver~rdad señor, es la verdad se lo juro, su hija fue la que pidió hablar con usted, merece verlo con sus propios ojos.
Castle lo soltó de golpe, lo empujó a la pared y se dispuso a ir al lugar donde se encontraba el tren presidencial, tenía que ver eso con sus propios ojos.
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—La cosa está así, nosotros distraemos a Castle y tú te encargas de Lee, ¿Okey?— dijo Jung de mala forma, realmente comprendía el que estuviera enamorado, pero hacía sufrir a la chica tan bonita y eso no era algo que lo hiciera su persona favorita, no lo odiaba, claro que no, Jung no odia a Jisung, solo digamos que le tenía recelo.
— ¿Solo eso?— no le habían explicado nada en todo el camino, solo supó que a las ocho de la mañana ya estaba en el vagón de viaje, sentado a lado de Amanda y con el presidente viéndolo juzgonamente, frente de ellos.
Todo el viaje fue silencio por parte suya, y por parte de los otros dos, una charla muy amena a la que Jisung no prestó atención. Y cuando cruzaron por milagro la frontera, gracias a que Amanda lo ordenó, solo se dedicaron a hablar de algún plan que tenían en mente, pero Jisung no presto atención nuevamente, no le importaba ver cómo Hoseok le decía lindos cumplidos a la chica entre algunas frases, con que Amanda se sintiera cómoda con ello era suficiente para él y la chica se sentía bien con ello, digo, Hoseok era guapo, tenía voz bonita y aunque Amanda no quisiera, de verdad que no quería, pero le recordaba de alguna forma a Jisung, es como si Hoseok fuera todo lo que siempre quiso que Jisung fuera con ella.
En cuánto llegaron a la capital y nadie los dejó bajar del vagón, le comentó Hoseok "el plan", pero solo dijo que unos sería la distracción y él ayudaría a Lee, no explicó más.
— ¿Querías más? — Hoseok habló burlonamente, estaba nervioso, irritado e intranquilo, quería ayudar a todos, claro que sí, si no, no estuviera ahí. Pero no le gustaba explicar muchas veces un paso, quería que lo entendieran a la primera, ¿Pedía mucho acaso?.
—Hoseok— le regañó Amanda, el mencionado solo giró la vista a la ventana y bajo la mirada, ¡Jamás lo había hecho!, Hoseok jamás bajo la mirada para nadie y para nada, y ahí estaba, bajando la mirada por Amanda. — Sung, el plan es así: ahorita no bajarás del tren, no hasta que veas que no haya nadie, y todos estén citados en el pueblo, conociendo a mi padre, es obvio que dejará a alguien merodeando el tren, esperó encontrarme con Jeongin, para mandarlo como distracción, pero si no lo encuentro, bebé, te las tendrás que ver tu solo, por tu propia cuenta para llegar a Minho sin ser descubierto. Yo estaré ocupada, creeme que si queremos que esto funcione, debo dejarte, aunque no quiera hacerlo.
—Entiendo, Mandy. Pero... ¿Cómo distraerán a todos?— Amanda bajo la mirada, no quería reconocerlo, pero creía que de alguna forma, lo lastimaría, digo, su compromiso ni siquiera se había roto realmente, ninguno de los dos dijo: "ya no podemos continuar comprometidos", aunque obvio, se supuso eso, ya que Jisung le había confesado los sentimientos que tenía por su amigo de la infancia; Amanda no quería confesarlo, pero que no rompieran con palabras, le hacía sentir esperanzada.
— Fácil, pediré su mano, ante todos, en la plaza de la ciudad, lo quiero hacer en grande.— la boca de Jisung cayó, ¿Este hombre estaba cuerdo?, No, esto era una locura.
—Pero todos saben que Amanda está comprometida conmigo.— dijo Jisung frunciendo el ceño, sabía que realmente nadie creería eso, cuando claramente hace tan solo una semana, ellos estaban juntos en la fiesta del padre de Amanda. Ella quedaría desprestigiada y Jisung no podía permitirse eso.
—No puedes tener las dos glorias, Jisung.— Hoseok soltó con burla, una burla que ciertamente al moreno ya lo tenía harto.
— Esto es una farsa, Sung.— le aclaró rápido la pelirroja, Hoseok solo resopló indignado.
— Deja de actuar como un bufón.— Le encaró Jisung, y claro que eso permitió que Hoseok se sorprendiera— Y no, no quiero "las dos glorias", cómo tanto alegas. Pero soy consciente que el honor de Amanda se verá manchado y eso no voy a permitirlo.
—¿Honor que pisoteaste Tú?, No me hagas chistes, Jisung. Que está bien que Amanda se niegue a verlo, pero yo si veo que tú la traicionaste, y ahí no te importó su honor, ¿No?, ¿Por qué sería diferente está vez?, ¿Por qué tú no estás en la ecuación?, ¿Por qué no tendrás a Amanda y a Minho al mismo tiempo? O ya sé, porque eres un cobarde y quieres mantener a Minho cómo secreto y Amanda como tapade...— Jisung le soltó un golpe, no le importó que sus guardias estuvieran a solo unos paso del vagón, no le importó nada, solo su enojo y las palabras que circulaban en su cabeza, Hoseok solo se tambaleó atrás, sin realmente recibir mucho daño.
— NO VUELVAS A HABLAR DE ALGO QUE NO SABES— Le gritó exhausto de sus palabras, joder. Sabía que la había cagado, y que gracias a él estaba ahí, y él apunto de salvar a Minho, pero es que su actitud le cansaba por completo y no iba a permitirse volver a ser pisoteado por alguien. —vuelves a pronunciar su nombre, o hablar sobre asuntos que no te importan, y la verás conmigo, sin importarme que seas otro maldito al poder, ¿entendido?
Amanda salió del Shock en ese momento, es que todo había pasado rápidamente, solo le dió tiempo de ver a Hoseok hablando incoherencias y a Jisung soltándole un golpe y amenazándolo, realmente daba miedo, Jisung enojado daba miedo y Amanda jamás lo había conocido en ese estado, ni siquiera, cuando lo vió siendo brutalmente golpeado, o cuando su padre se burlaba de él en su cara. Al parecer a Jisung no le importaba que lo atacarán a él directamente, pero es que de todo lo que Hoseok habló, mencionó su relación con Minho, y eso lo había enfurecido.
Abrazo a Jisung por la espalda para separarlo de Hoseok, este tenía el pómulo rojo, pero le sonreía con burla a punto de atacar de regreso. Pero la pelirroja se metió enmedio de ellos.
—Nosotros no somos los enemigos—dijo de forma amenazante, agarrando los pechos de ambos, tratando de que no se agarran a golpes— él va ayudarnos, Jisung. Así que no te conviene meterte en guerra con él.
—No voy a dejar que nadie me pisotee de nuevo, Mandy.
—Ni yo quiero que lo permitas, pero él no es quien te rebajo, Jisung.— le habló dura, giró la cabeza a Hoseok.— y tú, mejor te conviene no meter las narices dónde no te meten, agradezco todo lo que estás haciendo por nosotros, por mí, pero lo que pasó entre Jisung, Minho y yo no te concierne, no tengo porque explicarte más de lo que ya sabes conforme eso.— le dolió lo que soltó después, pero era necesario — mi relación con Jisung terminó, el compromiso se disolvió, pero las causas no son discusión tuya, ¿lo entiendes? Si yo te dije que Jisung no me traicionó, no lo hizo y ya. No necesito un machito baboso que quiera defender "mi honor", porque es lo más patético que alguien haya dicho, no necesito que nadie me defienda de nada, ¿me oyen?, Así que se callan, tú te escondes dónde se te indicó, Jisung. Y tú Hoseok, me acompañas con mi padre, ¿Entendido?
Ambos hombres solo asintieron, callados, mudos, mejor dicho, Amanda los había dejado mudos, sin nada que renegar. Jisung fue el primero en separarse, fue a su lugar de escondite y ahí aguardo, viendo todo pero sin que nadie lo viera, Realmente estar ahí era incómodo, se sentía incómodo en ese lugar, y más cuando los toquidos en la puerta se hicieron presentes.
— Señor Jung, el presidente está aquí.— comentó el guardia desde fuera, Hoseok guardó aire en los pulmones y soltó una sonrisa enorme.
—¿Estas lista?— le preguntó Hoseok en voz bajita. La pelirroja soltó un suspiro y asintió inmediatamente, ella se acercó a la puerta y ella fue la que abrió la puerta, encontrándose con la cara de su padre, seria.
Aunque realmente no duró mucho la mueca seria, está realmente se convirtió en una mueca de sorpresa, una sorpresa real y bruta, su hija, su pequeña estaba ahí, viendolo como si fuera su peor enemigo, ¿era esto una pesadilla?, No, era el fin de Castle y este lo sabía, aunque realmente no quiso creerlo. Se subió al vagón del tren y caminó para enfrentar la mirada de odio que le daba su pequeña. Nadie se esperó la que realmente hizo, absolutamente nadie, pues Castle solo se acercó a darle un abrazo fuerte que no fue correspondido.
Amanda amaba a su padre, pero amaba realmente el concepto que de niña tenía de él, amaba al hombre que llegaba del trabajo y jugaba con ella, quien le enseñó que no debía dejarse de nada y de nadie, Amanda amaba al padre que fue en un pasado, el padre que la arrullaba antes de dormir y se daba tiempo para contarle un cuento, pero también sabía, que fuera de ese padre amoroso que fue con ella, existía todo una gente sufriendo por culpa suya, está vez el villano la amaba a ella, Con un amor paternal, pero eso no debía ser suficiente para perdonarle todos los actos que había cometido a su alrededor.
Y es que había algo que Castle amaba más que el poder y era a su pequeña niña. Castle amaba a su hija, pero Amanda sabía que no debía cegarse, su altruismo y su bondad eran más grandes que los buenos recuerdos de su niñez, y es por eso que estaba convencida de que su padre debía caer. Sabía que era un monstruo, lo supó desde siempre, aunque su padre le tapará el sol con un dedo, siempre vivió en una mentira siendo la niña mimada de papá, y solo abrió los ojos, dolorosamente, cuándo lo vió haciéndole daño a la persona que más quería en la vida.
—Papá— dijo Amanda apunto de romper en llanto, estaba sintiéndose una traidora, si subconsciente le gritaba traidora, pero su conciencia, la parte racional, le indicaba que era lo correcto, que hacer caer a su padre era lo correcto, para que no hiciera más daño.
Creo que deberíamos entender un poco más sobre ella. Y es que Amanda estaba desecha, su mundo a como lo conocía estaba cayendo a pedazos en mil cien cachitos de vida, su amor, su familia, el país entero, todo lo que conocía iba a caer pronto. Su gran historia de amor no era realmente como se la imaginó, su padre era un hombre enmascarado que la había mantenido ciega para que no pudiera ver el mal que hacía a su paso, el país que conocía al ser de clase alta, realmente no existía, no para todos; la gente sufría carencias, había gente que ni comía, mientras que ella estaba en una burbuja, no podía permirselo, no podía realmente y es que la chica tenía un buen corazón.
En la vida nos representa a la justicia con alguien que no ve, y es con justa razón, porque la justicia no ve más que actos justos, y los defiende sin que nada se interfiera en su camino. Y así era Amanda, la chica solo estaba siendo justa, aunque esto implicará que al serlo, perdiera a su padre, la persona que más la amaba en la vida.
—Mandy, mi pequeña— le acarició la cara, viéndola a detalle, el cabello rojo rizado, los ojos grandes y de un verde bonito, la nariz de botón, tan pequeña, las mejillas rojas que iluminaban su blanca piel, la boca pequeña que siempre le daba sonrisas y está vez no; ahí estaba su hija, pero como decir que no se sentía como si fuera su hija realmente, vió directo a sus bonitos ojos, esperando ser visto como siempre, con esperanza, adoración, cómo si fuera su superhéroe, pero en esos bonitos ojos, ya no vió nada de eso, y John Castle quiso llorar en ese mismo instante— ¿Estás bien?
—Lo estoy papá— le quemaba la garganta al decir la palabra "papá" y es que las peores batallas, es cuando peleas con alguien a quien quieres mucho, más si es parte de la que consideras tu familia, Amanda estaba en una lucha interna, y también estaba en una lucha contra su propio padre, y el que él la tratará de esa forma no era fácil, no era para nada fácil, pero, ¿Cuándo en la vida algo ha sido fácil?.— debo hablar contigo.
— ¿Qué quiere hablar conmigo?— Amanda quitó las manos de John de su mejilla, lo miró directo a los ojos mientras iba retrocediendo lentamente, John no entendía, no hasta que vio que su hija tomaba la mano de Jung Hoseok y entrelazaba sus dedos con él.
— Papá, esto quería decirte desde hace mucho tiempo— John estaba con la boca abierta, no entendía absolutamente nada.
— ¿Qué quieres decir?— la pelirroja paso saliva nerviosa, Hoseok fue a su ayuda.
— Señor Castle, un gusto hablar con usted.— le saludo el presidente con una de sus tantas sonrisas, a pesar de que el golpe que recibió hace no mucho le dolía en la mejilla, el joven nunca paró de regalarle una sonrisa, aunque no la merecía.
—¿Qué carajos haces aquí?— le espetó grosero, Jung solo subió los hombros quitándole el peso al asunto, sostuvo fuertemente la mano de Amanda y le dió un apretón para que ella dijera lo siguiente, aparte quería darle fuerza, creía entender que se sentía estar en su posición aunque nunca lo estuvo realmente.
— Papá, debo hablarte sobre lo que siento por Hoseok.— John palideció, no, esto no podía ser cierto, quería agarrarse de alguna parte para no caerse, quería que le dijera que era una broma.— papá, amo a Hoseok desde hace muchísimo tiempo, es quien me mandaba cartas cada que nadie veía, es quien se robó mi corazón...
— No esto es mentira— espetó— tu... Tu estabas tras del hijo de puta de Jisung, tu... Decías que~que, por amor de Dios Amanda, ¡te vas a casar con Jisung!
— Ya no más, papá — eso le dolió. Pero joder con lo buena actriz que era.— Jisung sabía que yo amo a Hoseok...
—¡NO!, Tu me pediste hasta hace tan solo unos meses que obligará a Jisung a pedirte matrimonio, tu... Tu me convenciste para hacerlo, para darle un puesto, para que ganará bien y pudiera mantenerte bien, esto no es verdad, Amanda.
Jisung sintió un vaso de agua directo a la cara, ¿Amanda había presionando para que él le pidiera matrimonio?, ¿Amanda siempre estuvo detrás de todo lo que consiguió?, Se sentía un real idiota, inservible en ese momento, ¿Nada de lo que consiguió, lo tenía por cuenta propia?.
La chica solo paso saliva, consciente de sus malos actos, consiente que realmente esa verdad que tanto temía estaba siendo revelada a Jisung, quien escuchaba todo, Bien, pues ahora ambos estaban a mano y se habían hecho daño de cierta forma.
— Lo hice porque quería alejar lo que sentía por Hoseok, lo hice porque quería que el amor que sentía por Jisung regresará y se fuera lo que sentía por él. ¡Sabía que no lo aceptarías, y tuve miedo! Por eso te pedí que le dijeras a Jisung que se casará conmigo, por eso te pedí que lo obligarás. Pero no pude papá, le estaba arruinando la vida a Jisung y a mí de paso. Lo golpeaste por mi culpa, papá. Cuando él jamás tuvo la culpa.— ¿Cómo es que era tan buena mentirosa?, Todos los hombres que estaban ahí, estaban sorprendidos, Han y Jung, por la buena mentirosa que era, Castle, por todo lo que su hija soltaba. — pero no más, papá. Quiero ser feliz, quería serlo y por eso escapé con Hoseok. Pero el quería hacer las cosas de buena forma, es por eso que volví, volvimos porque...
— Por qué quiero pedir la mano de Amanda, señor— John casi se cae de culo al suelo nuevamente.
—Piensa en mi felicidad, papá — le recordó la pelirroja.
— ¿Y que puedo hacer yo a eso?— estaba sintiéndose atado de manos.
— Decir que sí— Hoseok soltó una sonrisa casi burlona— pero no piense que mi interés por Amanda debe ser confesado así simplemente; soy presidente de un país, así que esto amerita público, un público grande, mi señor. Es por eso que he venido aquí, para pedir está misma tarde, un momento en la plaza de la ciudad, para ante todo público, poder pedir su mano sin ningún impedimento.
John, si bien no cabía de la cólera, sabía que si su hija era feliz, debía dejarla ser feliz, debía dejar que su hija decidiera, así que solo la vió de manera profunda.
—Debo ordenar que adornen la plaza, ya luego hablaremos las condiciones.— se giró sin dar la cara, salió por la puerta y al bajar solo grito— los quiero en la casa antes de que está cosa pase, así que vendrán conmigo.
Hoseok tomó sus cosas, el primer paso estaba más fácil de lo que esperaron. Amanda solo se acerco al escondite donde se encontraba Han y susurro bajito.
— Hablamos mañana sobre el tema, nos debemos explicaciones, bebé.
—Sí — dijo simple, Han se sentía un poquito traicionado.
— Yo sé que podrás salvar a Minho, váyanse a alguna parte y después, mañana antes de las cinco de la mañana, nos vemos aquí, ¿Está bien?, Cualquier cosa, busca a Jeongin, él sí sabrá cómo comunicarme. Te amo, no lo olvides nunca. — Y así Amanda partió junto con Hoseok y su padre, estaba nerviosos, todos estaba nerviosos.
Han esperó aproximadamente por tres horas ahí en el vagón, absolutamente nadie se acercó a abrirlo, pero si lo merodeaban, esperaba que no abrieran el otro vagón, porque justo ahí, iban las armas y recursos que le entregarían a Minho, no sabían cómo le harían para bajar todo, pero lo harían, y esos recursos serían ocupados para abastecer partes que no estaba cubiertas. Aparte de eso, Hoseok se había comprometido a dar refugio a gente que lo necesitará, incluso en la madrugada había citado a toda su mesa redonda para que apoyaran el plan, y estos aceptaron, así que ahora el plan de las mariposas contaba con el apoyo de Hopeland. Sin que los mismos participantes lo supieran. Minho sin querer, hizo bien al hablar del plan con Amanda, pues realmente el apoyo lo había dado ella.
Vió que nadie merodera por la zona, miró el reloj y eran solo las cuatro de la tarde, era la hora acordada, debía irse en ese mismo momento, era momento de buscar algo que ayudará a Minho a escapar. Así que silenciosamente, abrió una ventana y joder, era tan alto. Por un momento se sintió como el chiquillo que trepaba árboles y se caía. Reunió todo el valor que pudo y sin meditar tanto sus acciones, saco el cuerpo por la ventana, se aventó al suelo sin pensarlo y rodó su cuerpo de forma en que el impacto fuera como si tacléara el suelo, el golpe dolió, obvio que lo hizo, pero no demasiado, así que sin hacer más ruido, con el brazo ardiéndole por el impacto contra el suelo tierroso, comenzó a correr como si su vida dependiera de eso, bueno, relativamente era eso cierto.
Corrió, corrió todo lo que pudo con sentido a una sola dirección, las celdas. Corrió hasta que su pecho pidiera aire, su piernas descanso, sus boca un respiro, su cuerpo entero le pedía detenerse pero no lo hizo, corrió, corrió tanto sin siquiera tropezarse con nada, tenía años que no corría, no lo necesitaba, pero en ese momento, poco le importó que el cuerpo le quemara, no paró hasta que se encontró fuera del lugar y ver qué fuera del lugar había seis policías y dentro quien sabe cuántos más, lo desalentó, el solo no podría con todo ellos, él solo podría hacer absolutamente nada en contra de tantos, el ruidero de la plaza se hizo presente, Jisung sabía que estaba pasando en ese momento.
Amanda estaba nerviosa, muy nerviosa, aunque dijera que no le importaba lo que dijeran de ella, ella sabía que eso no era cierto, a todos de cierta forma, nos importa lo que digan los demás, queriendo o no, la sociedad nos ha amoldado de esa forma; Amanda no era la excepción. Sabía que todo el mundo la miraría como una chica fácil, cómo alguien quien estaba con uno y luego con otro, su cabeza la estaba llenado de dos pensamientos. Hace tan solo una semana estaba muriendo de amor por Jisung, y ahora tan rápido era su compromiso con otro, eso sí que era ir rápido. Suspiró, guardo todas sus inseguridades en una caja, calló la vocesita que la atormentaba, apago el modo "me importa lo que diga la gente" y salió de su casa, junto con su madre quien no había soltado una sola palabra hasta el momento.
Llegó a la plaza lo más rápido que pudo, el carro llegó más rápido de lo que esperaba. Esto era falso, cierto, pero eso no quitaba los nervios, no en lo absoluto. Ver a tanta gente, reunida, a Hoseok en la plataforma y a su padre a lado de ella, todo la estaba abrumando. Pero no desistió, bajo del auto con la sonrisa más grande que pudo y continuo el camino a la plataforma. Su padre le seguía los pasos, su madre no subió, se puso a lado de sus hermanos, cargo al menor de sus nietos y vió a todo mundo con vergüenza, esto sería un gran chisme para la señora Castle, para toda la familia Castle.
— Me alegra ver qué todos estamos aquí reunidos— soltó Castle con esa voz autoritaria, todos guardaron silencio, la gente de clase alta sentados en la sillas que les correspondía, incluso hasta los Lee estaba ahí con mala cara. Todos estaba ahí reunidos, para ver la forma de quitarle el honor a Amanda.— no haré esto más largo. Mi hija, Amanda Castle, rompió matrimonio con Han Jisung, ya que este está siendo buscado por actos delictivos, cometidos junto con Lee Minho. Y antes de que esto continúe, debo reiterar que la Homosexualidad— dijo lo último con despreció— es un delito penado en este país, pero sobre todo es un acto de pecado ante el nombre de Dios, y quién lo cometa no solo irá a la cárcel, si no también irá al infierno.
Toda la gente comenzó a susurrar, comenzó a hablar entre ellos causando un borlote, todos hablaban, Amanda estaba que estallaba en cólera, Hoseok también y Jeongin solo veía como su amigo era desprestigiado ante un pueblo de ignorantes. Los Lee estaba siendo señalados, la clase alta se burlaba a sus espaldas ahora.
—No difames a MI hijo, Castle, él es inocente de esos actos— dijo Choi tratando de defender a Minho.
— Ni se te ocurra volver a mencionar que mi hijo es esa aberración — gritó la señora Lee, Castle solo se rió en su cara.
— Si su hijito, está encarcelado, es porque es un marica, y hay testigos de eso. Así que sí, señores. Confirmó que Lee Minho, está preso, por actos homosexuales con Han Jisung.
Otra ola de murmullos, otra ola de habladurías, los Lee se levantaron de su asiento, dispuesto a irse.
— NADIE SE VA DE AQUÍ, HASTA QUE MI DISCURSO TERMINE, ¿ME OYEN? — se volvieron a sentar en su lugar, llenos de coraje. — Y bueno, continuando con las buenas noticias, Hoseok, el presidente vecino, hablará en este momento.
Hoseok se levantó de su lugar, miraba a todas partes con una sonrisa, casi cínica, todas estas familias ricas iban a caer pronto, estaba tan feliz de ser participe de todo lo que se avecinaba.
— Señores, señoras, aquí presentes.— miró a todos con una sonrisa, se acercó a Amanda de forma lenta, está se levantó de su asiento, mirándolo con cara de amor, no entendía como era posible que ella pudiera fingir amor de esa forma, pero era tan buena mintiendo.— Estoy completamente enamorada de la mujer más hermosa del planeta. Así que con todos aquí presentes— se arrodilló ante ella — y con mi corazón en la mano. Amanda, ¿Puedo ser tu esposo?
—Sí— acepto en seguida, la segunda vez, que le proponían matrimonio, la primera vez fue real, ella lo sintió real aunque no lo fue con sentimientos de parte de quién lo pidió, está era diferente, era falsa, ella no sentía nada, pero él a diferencia de Jisung, si se sentía mínimamente enamorado de ella.
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Han estaba ahí, las grandes rejas le daban la bienvenida, estaba apunto de entrar, sin ser bienvenido, por supuesto. No tocó siquiera, solo cruzó las rejas y camino por el gran jardín de la casa de los Bang. Llegó a la puerta apresurado y toco la puerta desesperado, una sirvienta abrió.
—Buenas tardes, señora— la señora lo miró con el ceño fruncido—¿Está Bang Chan?
— ¿Quién lo busca?— dijo con desconfianza.
— Han. Han Jisung, ¿Podría decirle que lo buscó?— la señora solo asintió, cerró la puerta y lo dejo esperando. Solo esperaba que Bang pudiera ayudarlo, porque no veía otra forma de hacer eso, no podía el solo con tanta gente.
La puerta se abrió rápidamente, Chan lo miró como si no creyera que él estaba ahí.
— Han, estás aquí.— este asintió completamente.
—No puedo dejarlo aquí, Chan— este asintió, estaba sorprendido, le hizo señas de que lo siguiera, Y este ni tarde, ni perezoso lo siguió por todo el patio hasta llegar al búnker, le dió el paso, pero dejo abierto.
— Jisung, creo que ya sabes que tienen a Minho.— este asintió.
—Por eso estoy aquí. Y déjame decirte que ya lo sé, lo sé todo, el baile de las mariposas está a salvó conmigo, pero antes de que...— Chan palideció.
— ¿Cómo que ya lo sabes todo?— no sabía si eso era bueno o malo.
— Amanda y yo estamos dentro. Te explico rápido y después ¿Prometes que me ayudarás a rescatar hoy mismo a Minho?— Chan asintió — Minho me contó todo. Yo tengo papeles que pueden ayudar a hundir a Castle, yo maneje el caso Marshall, tengo todo lo que inculpa a Marshall, a Castle, a los Lee, y a otras dos familias. Amanda ha pedido apoyo de parte de Jung Hoseok, el tren donde llegamos está lleno de armas, comida, él ofrece protección, estamos bajo la protección de Hopeland. Está de nuestro lado, ustedes deben saberlo.
— ¿Qué dices?— Chan estaba atónito, eso era una mejoría al plan.
— También si es necesario, pone a tres tropas militares a su orden.
—Joder— soltó Chan emocionado, esto sonaba estupendo, jodidamente estupendo.
— Es todo lo que hay, ahora es momento de que me ayudes a sacar a Minho de dónde está, son muchos Chan, no puedo solo contra ellos.
—Claro, sí, hay que ayudar a Minho— dijo saliendo de su sorpresa, esto debería saberlo hasta Hyunjin.— ¿Tienes plan?
— No — dijo tímidamente.
—Bien, Jeongin estará aquí en cualquier momento, nosotros haremos que los demás se distraigan de alguna forma, este es el plan.
— ¿Están de acuerdo?— Jeongin asintió, agradecía que Han estuviera ahí, tratando de rescatar a Minho. Joder si estos dos no se amaban, estos dos era verdaderas almas gemelas y Jeongin lo sabía ahora.
— Ahora, recuerda Han, solo tienes 15 minutos exactos para estar fuera, ¿Lo tienes?
—Sí— Han asintió, Jeongin le dió las llaves.
Se escabulló hasta el callejón oscuro que estaba en la parte trasera, estaba lodoso, pero por suerte, un bote de basura estaba ahí presente, lo arrimó con todas sus fuerzas, o las fuerzas que le ameritaba un cuerpo con moretones y golpes que no daban aún, y lo puso debajo de la ventana por la que entraría. Se subió al bote y con fuerza en las manos trepó al borde de la ventana, se sostuvo hasta que se sentó en ese lugarcito y con las manos trato de empujar la ventana, la cual cedió rápidamente por las malas condiciones en las que se encontraban, lo cual Jisung agradeció, al entrar el olor a humedad golpeó su nariz. Metió las piernas por el pasillo y de un solo salto entro al lugar. Se sacudió las piernas y sin perder tiempo, antes de que la luz dejara de verse, busco la cara de Minho entre las rejas, pero en ese pasillo no estaba. Así que busco encontrándose con mucha gente en ese lugar, nadie le habló, es más, hasta ni lo tomaron en cuenta. Llegó al final del pasillo pero un policía custodiaba la zona y eso lo hizo retroceder.
La luz se fue, para su suerte, el policía custodio también se fue a ver qué era lo que había pasado. Se escabullo rápidamente hasta el otro pasillo que separaba del otro solo por una puerta. La abrió sin hacer el menor ruido posible, pero joder, no se veía nada y se estaba desesperado.
—Minho— susurró levente, esperando que este lo escuchará en el silencio.— Pss, Minho.
Minho estaba dormido, lo están hasta que escuchó que alguien susurraba despacio su nombre, entre sueños escucho la voz de Jisung en un susurro "Minho", este creyó que estaba quedando loco, así que tomando su estómago dolorido, se acomodó para volver a dormir.
—Minho— otra vez la voz, — joder, Minho, ¿Estás aquí?— Han se estaba dando por vencido, estaba a nada de salirse e ir otra vez al primer pasillo de celdas, hasta que escucho levente.
—¿Jisung?— el corazón le dió un salto, Minho estaba ahí, Minho, su Minho estaba ahí, en ese pasillo.
—Mi amor, ¿Eres tú?— su voz sonaba estrangulada, quería llorar de la emoción, realmente quería llorar en ese momento.
— Jisung, ¿De verdad estás aquí?— Jisung camino rápido a dónde sonaba la voz de Minho. — Mi amor, ¿De verdad eres tú?
— Sí, soy yo y vine por ti, mi amor— las manos le temblaban, busco una de las llaves, la metió a la cerradura pero no era, intentó con otra y el mismo resultado, después se vino un tercer intento, junto a un cuarto, un quinto, un sexto... Estaba desesperado, Minho apenas se había levantado de la cama con dolor en el estómago, se acercó a la reja y tocó la mano de Jisung que temblaban buscando la llave.
—Tranquilo, amor— le consoló, este suspiró sintiendo el tacto caliente en su mano. Busco otra llave y... Listo, la reja cedió. Abrió la puerta con rápidez y cerró el espacio que los separaba, aún con la oscuridad, Jisung y Minho supieron distinguirse mutuamente, se abrazaron sintiendo el alma volviendo al cuerpo.
— Debemos irnos— Minho asintió, ni tarde ni perezoso salió de la celda, cerrándola para ganar tiempo, salieron por el pasillo, Minho aguantando el dolor de cuerpo. Caminaban tomados de la mano a otro pasillo, pero de repente, la luz volvió.
Y eso causo que Jisung se alterará agarró más fuerte la mano de Minho y lo jalo por el pasillo de donde él salió, caminaron presurosos sin ver atrás, la adrenalina les llenaba el cuerpo, sentían el corazón a mil por hora, no sabían si por el reencuentro o por estar rompiendo la ley. Jisung le indicó por dónde salir y le ayudo a salir por la ventana, no hablaron en ningún momento, mientras Minho salía, Jisung miraba atrás esperando no ver al guardia. Al ver a Minho abajo, el decidió salir de la misma forma y apoyado en el bote de basura, bajo.
Minho le ayudo a bajar del bote y entonces en ese momento, los labios de ambos se unieron en un profundo roce necesitado, se besaron por todo ese tiempo que no pudieron hacerlo. Los ojos de Lee se cristalizaron y los de Han también, era un beso de esperanza, un beso que irradiaba paz. Se separaron solo porque era momento de hacerlo.
—Debemos irnos, mi amor— recordó Han, que Chan y Jeongin los esperaban. Las calles ya estaba oscuras completamente.
— ¿Dónde vamos?— Han le extendió la mano, Lee se la tomó gusto, pero con una mano en el estómago que Han por la emoción no tomo en cuenta.
—Chan y Jeongin nos esperan en el auto de los Bang, así que apresúrate — caminaron por todo el callejón, hasta que vieron el elegante auto blanco en el que había llegado, Han le pidió que subiera primero y Minho así lo hizo. Solo un día estuvo preso, pero para sus amigos y para Han se sintió eterno, completamente eterno.
— Honnie— gritaron ambos amigos emocionados de verlo, lo abrazaron fuertemente y luego, Chan se puso en el lugar del conductor, Jeongin en el de copiloto y Han se sentó junto con Minho, el mayor se recargo en su brazo, Jisung beso su cabello. Después de eso, muchos besos pequeños y largos fueron compartidos en la parte trasera del auto, el amor se sentía en el aire y la seguridad también, pero todos estaban de acuerdo, en qué solo era la calma después de la tormenta, pues está estaba a la vuelta de la esquina y nadie podía evitarla, porqué eso era lo que ellos buscaban realmente.
— Hoy hablaremos con Hyunjin, todos, hasta Amanda y Jung, así que iremos a mi casa, ¿Está bien?— todos asintieron. Era momento de adelantar la fase final.
El baile, estaba en su mejor momento, el último baile, estaba por comenzar, todos agarren su pareja, preparen sus mejores pasos, este es el baile de las mariposas, todos sean bienvenidos.
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Hola hola,
aquí el penúltimo capítulo, estoy de nervios, esto me tiene nerviosa. Nos vemos en el baile final, les tqm, besitos.🦋💚 Bai.
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