capítulo 14
Advertencia: este capítulo contiene escenas de violencia, si no es de tu agrado, a partir de lo asteriscos deberías no leerlo, si quieres saber sobre lo que contiene, en la nota final te lo diré para que no pierdan contexto
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Jisung despertó esa mañana, sintiéndose extrañamente feliz, se estiró por la cama, alzando los brazos, con una sonrisa sin abrir los ojos. El lado izquierdo de su cama de repente se sintió... vacío. Abrió los ojos con rápidez dándose cuenta que Minho, ya no estaba ahí; en su lugar un papel perfectamente doblado y una flor del mismo material descansaban en la cama.
La noche la pasaron juntos entre platicar banalidades, unos cuantos besos, risas, un poco de la vida de cada uno y caricias que les llegaban al alma, hasta que en parte de la madrugada, se quedaron dormidos, abrazados y calentitos en la cama.
Al despertar, Jisung sintió el frío que no sintió al dormirse. Se movió rápidamente hasta alcanzar la carta, la abrió y ésta decía lo siguiente.
"Jisung
Mi amor, lamentablemente no pude despertarte, luces muy tierno mientras duermes, no tenía el corazón de no dejarte descansar más rato. Aunque abrazas peor que un koala y eso que nunca he visto alguno, supongo que abrazan así, ¿No? Con sus adorables bracitos y su peludo ser, Deberías ver uno algún día.
Tuve que levantarme a trabajar para mí desgracia, me quería quedar más rato acostado, pero mi deber llama y no debo abandonarlo aunque lo odie.
Jamás pensé dormir tan a gusto como hoy lo hice, y ahora que ya sé que se siente dormir abrazado a ti, querré hacerlo todo el tiempo. ¿nos vemos esta noche? te espero a las nueve en nuestro lugar.
Con amor, Minho "
Tomó la flor de papel, y la olió como si fuera una flor de verdad, sonrió por su acto tonto, obvio no olería a nada más que papel y luego un ruido en la sala lo alertó, un fuerte ruido lo hizo pararse de golpe; Salió de la cama con la flor en las manos, abrió temeroso la puerta de la habitación y se encontró con Minho sobándose la pierna y haciendo una mueca de dolor.
Jisung a verlo fue a su rescate y le tomó el brazo, haciendo la pregunta más tonta del mundo.
- ¿Estás bien?- Minho asintió, el lugar golpeado le dolía como un demonio.
-Me metí un golpe con la mesa.- comentó mientras seguía sobando parte de su muslo lastimado.
- Lo siento- Jisung se disculpó sin razón aparente, cómo si él fuera la mesa que golpeó a Minho, se acercó y le dio un pequeño beso en la mejilla, Minho le dió una sonrisa de lado, tímida y el pelinegro no pudo hacer nada más que soltar una sonrisa boba.
Minho le tomó de la cintura, y le dió un besito en los labios, Han lo tomó de las mejillas y le comenzó a repartir besos por toda la cara, dándole los buenos días.
-Llego tarde al trabajo-Han asintió y lo dejo ir, con una sonrisa coqueta y la flor aún en sus manos, Minho la notó.- ¿te gustó la flor?
- La mejor flor de la vida, mi amor.- Han no mentía, jamás le habían dado flores, y que él le diera una, la hacía la mejor flor del mundo.
Salió a despedir a Minho a la puerta, aún con la bata puesta, el sol apenas si se asomaba, así que no habría ningún problema, nadie los vería, o eso pensó. Sin saber que alguien los observaba, con mucho detalle, aquella persona vió todo con asombró, incluso cuando Han acercó el rostro al de Minho y le dió un largo beso de despedida, después le dió una ancha sonrisa y el hombre que los vigilaba no cabía del asombro, no cuando vió que aquel hombre, que había besado a Han en ese momento, era nada más y nada menos que Lee Minho.
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John Castle, era un hombre que podría tacharse de aprovechado, egoísta, machista, tirano, etc. En general, un completo hijo de puta, pero había algo de lo que jamás podías tacharlo, para nada, y era de tonto. John Castle jamás sería un tonto, porque lo que tenía de cabrón, lo tenía de inteligente, era simplemente un hijo de puta inteligente y es por eso que había llegado al poder. Aunque claro, el poder tiene sus desventajas y es que, si bien tenía en sus garras a todo el poder, no podían quitarle de la mente las palabras de una gitana antes de mandarla a fusilar, y estas fueron así:
---El poder no es suyo, señor.- la adivina dijo mientras le tomaba la mano, John había decidido ir a verla, luego de que una de sus amantes se lo propusiera, la mujer le dijo "deberías ver tu suerte, conozco una persona que sabe sobre esto" y entonces ahí estaba, sentado en esa pocilga, viendo todo a su alrededor.
-Yo no creo en esas pendejadas que dice- contestó un joven Castle, uno que a penas si había llegado a su triunfo, a la presidencia, John era la esperanza de un país. La adivina le rió descarada, levantó una ceja.
-Usted no merece el puesto que tiene, lo sabe, ¿no?- dijo con voz gruesa, viéndolo sonriente, con burla.
- Más respeto para mi, soy el presidente de su nación- comentó John viéndola con cierto miedo, la mujer la causaba miedo, no solo por sus fachas descuidadas y su aura tan misteriosa, si no por la mirada que le daba, como si no le tuviera miedo.
- Mi respeto lo tendrá en cuanto se lo gané, mi señor.- le comentó la mujer mientras que John la miraba atento y alerta.
-Yo merezco todo el respeto de cada habitante, yo estoy al mando, ¿Qué no ve?- trató de verse imponente, pero al no conseguirlo el enojo surgió de sus venas.
- Yo no le debo respeto a alguien que se mancho las manos para tener el poder.- John palideció ¿Cómo es que ella sabía eso?
- Ni se porque vine- se levantó de su asiento claramente alarmado, la señora soltó una estruendosa risa mofándose.
- ¿Le molesta qué sepa su secreto, señor presidente? - comentó ella levantándose de su vieja silla, John estaba pálido, enojado.
- No sabes nada.- le respondió entre dientes, Castle caminó hacia la puerta.
- ¿Entonces tu no mataste a quien sí merecía el lugar?, Lo sé, John Castle, no puedes mentirme a mi, porque sé lo escoria que eres.
- Maldita vieja.- John está desesperado, nadie podía saber su secreto, y nadie lo sabría.
- ¿También vas a matarme?, que patético eres. Recuerda que si yo abro la boca, tu sales perdiendo.- John estalló en cólera.
- GUARDIAS- gritó desesperando, los hombres entraron, lo vieron de pie, alarmado a punto de dar una orden- enciérrenla... enciérrenla y luego, sin derecho a juicio la llevan a la plaza, sufrirá una muerte publica.- los hombres no se movieron - ¡PERO QUE ESPERAN, LLEVÉNSELA RÁPIDO!.
-¡Un hombre terminará con su vida, señor. Y no solo con eso, si no que junto con eso, le quitará todo lo más preciado para usted, su poder, su familia, todo, TODO- grito la mujer siendo arrastrada por los policías.
Desde que tuvo aquella extraña charla con esa mujer que tenía años descansando para siempre, John Castle se tomó la predicción muy, muy apecho. Y es por eso que cuando Han llegó a su vida, siempre fue una amenaza, las palabras de la adivina se tatuaron en su mente. Cuando Amanda confesó el romance con el moreno, él quiso desfallecer, toda su familia amaba a Jisung, y la predicción de la bruja sonó aun más en sus adentros. Cuando supó que el amor y respeto que su hija le tenía, fueron arrebatados y entregados al pelinegro, supó que le había robado lo más preciado que tenía, a su pequeña pelirroja.
Luego de eso, la repentina desaparición de Han, el que ya no pasará mucho tiempo cerca de su hija, para mantenerlo vigilado, lo alarmó en demasiado y más que por coincidencia, desde que Han se alejó, los revuelos del sur comenzarán, era mucho, se estaba volviendo paranoico, más de lo que ya era; mandó a vigilar a Jisung en cada uno de sus pasos, para saber que si esa predicción era cierta, y si Jisung era el culpable.
El vigilante de Jisung entró como alma que lleva el diablo, pidió verlo a los hombre de la entrada, lo dejaron pasar y por suerte, John Castle se encontraba en su casa, desayunando con la única mujer que quería, su pequeña hija, en el comedor.
Llegó al comedor nervioso, tocó la puerta y la ronca voz del viejo lo hizo pasar, entró con una mueca molesta, pálido por lo que debía decirle a Castle.
-Buenos días Señor, Buenos días señorita Castle, Se~Señor, disculpe la molestia, pero tengo que hablar urgentemente con usted.- habló después de pasar saliva, la voz no le quería salir, así que cuando lo hizo, le salió aguda.
- ¿Y no podías esperar a que terminará de desayunar?, estoy ocupado, esfumate.- le dijo el hombre con molestia, Amanda permaneció callada, pero atenta, muy atenta.
- No señor, realmente debo hablar con usted.- insistió con urgencia, John lo miro con fastidio.
-Bien, pero si es algo irrelevante te corto la lengua y se la envió a tu madre.- la amenaza lo hizo temblar, paso saliva, pero siguió implacable.
- Le juró que es urgente.- John asintió, se paró de su asiento, puso aún más mala cara y le dijo que lo siguiera. Caminaron a su oficina, el detective detrás del presidente, a la atenta vista de Amanda quien no dijo nada.
Entraron al despacho de John, el hombre cerró la puerta después de su entrada y continuó caminando al escritorio de este, no tomó asiento, y John tampoco, por eso le indicó.
- Señor, le recomiendo que tomé asiento.- John alzó una ceja por el atrevimiento del hombre, pero no dijo nada, se sentó en su silla que bien podría ser un trono.
- Habla rápido, ¡joder!, no tengo tiempo y me has puesto de malas.- gruñó el mayor con un horrible gesto, el hombre sacó la carpeta con todo el informe, lo puso en su escritorio.
- Señor, lo que tengo que decirle, no le va a gustar, es una aberración.- le dijo con horror, John se emocionó más al saber que tenía algo jugoso para destruir a Jisung.
- ¿De que hablas?- estaba ansioso por saber que era lo que le tendría que decir, el hombre paso saliva nuevamente, nervioso.
John no contaba con que Amanda los había seguido sigilosa salió al jardín sin ser vista y se citó en la ventana de su padre, estaba tan cerca de la ventana fuera de la oficina de su padre, que todo podía escucharse con claridad si prestaba suficiente atención.
- Señor, encontré a su yerno.- comenzó el investigador.
- Esta planeando algo, ¿verdad?- soltó un gruñido del enojo, quería verle la cara de estúpido a él- sabía que no era un paranoico, ese jodido idiota quiere verme la cara de estúpido, pero no lo voy a permitir, no señor, tengo que matarlo.
- Señor... no, no es eso.- lo interrumpió el investigador, John calló de golpe, se puso aún más de mal humor.
- ¿Qué más puede ser?- frunció el ceño, el investigador se rasco el cuello.
-Señor... lo que voy a decirle es... algo indecente- comenzó, cómo decirle a John que si yerno era un... Raro, un inmoral.
- De que hablas, ve al grano hombre.- lo alentó a seguir.
- Señor, su yerno no estaba planeando nada en rebelión, si no algo peor.- ¿Qué podría ser peor que una rebelión en su contra?
- ¿Algo peor que estar en mi contra?- el hombre asintió, nervioso.
- Un pecado señor, Jisung esta cometiendo un pecado. lo vi... lo vi, hoy~ hoy confirmé mis insanas dudas.
>>Lo llevó siguiendo desde hace más de cuatro semanas, cómo me lo indico señor. La primera vez que lo vi, fue una salida con~ con él, era... en un- carraspeó- en un restaurante, se encontraron ahí, pensé... pensé que no era nada raro, pero... pero anoche, anoche lo seguí, aunque por la lluvia solo lo vi entrar a una casa, nunca... nunca vi a la otra persona y hoy, hoy al salir...
John lo miro incrédulo ¿Eso era lo muy importante que debía decirle?
-Bueno, ese cabrón esta cometiendo adulterio en contra de mi pequeña, maldito, juro que le voy acortar lo huevos en cuanto me de nietos.- juró con muy pocas ganas de prestarle atención a eso- pero eso no es grave, Julio. Somos hombres, tenemos ojos, no lo justificó, pero eso no es grave, si mi hija aún no le da la que quiere, tiene que buscarlo en otro lado, somos hombres Julio.
Amanda fuera del despacho, escuchó todo, sintió su corazón chiquito, quería llorar, gritar, salir y buscar explicaciones de la misma boca de Jisung, quería escucharlo con su propia boca, ¿es por eso que Jisung había estado actuando extraño?, ¿tenía a otra?, Esto no podía ser cierto, Jisung~Jisung no podría hacerle eso, ¿Verdad? Este hombre mentía. Jisung jamás volteaba a mirar a nadie más, ninguna otra mujer le había llamado la atención, jamás había volteado a mirar a nadie más que no fuera ella, solo tenía ojos para ella, ¿Cómo era posible que dijera eso de él?
- Señor... señor, Jisung esta engañando a su hija.- Amanda cayó de rodillas, ese hombre jamás fallaba en su trabajo, pero... ¿Cómo esto era posible?
- Ya me lo dijiste, ¿es eso lo importante que tienes que decir?- Castle dijo con desinterés, el hombre negó, Amanda sollozó, Castle solo miró más atento.
- Con un hombre, señor.- susurró, Castle abrió la boca con demasiado, demasiado exageró. Casi se cae de la silla.
- ¿Qué dices?- dijo el viejo en un hilo de voz.
- Es un hombre. yo lo vi esta mañana, ese~ ese hombre se esta burlando de su hija,señor. la esta utilizando para... para tapar esa aberrante situación.- dijo con asco, era increíble eso de tan respetable muchacho, como era posible que sea un... Desviado.
- ¿Con quién fue?- dijo- ¿CON QUIÉN CARAJO FUE? conoces a ese... otro sujeto.
- Usted también lo conoce- Le contestó el hombre.
- ¿Ah si?- Julio asintió, John no se componía del Shock, Amanda estaba que no cabía de la sorpresa, se fue antes de seguir con la charla, no quería oír nombre de aquel... Aquella otra persona, si es que existía.
- Sí, señor, Es Lee Minho, hijo heredero de los Lee.- John hizo una mueca extraña, no sabía cómo tomar la noticia.
- ¿A quién más le has dicho de esto?- estaba fuera de si, enojado, muy, muy enojado, sorprendido, asqueado.
-Nadie más que usted lo sabe, señor.- le comentó nervioso, ver a John enojado era algo que no muchos quería ver, el hombre daba miedo, mucho miedo.
-Bien, nadie debe saberlo, ¿Entendiste?, aquel quien lo mencioné o lo sospeché siquiera, al primero que mataré será a ti, ¿entendido?, investígame también a Minho, quiero información suya para mañana a primera hora, lo que hace, lo que dice, a quien ve, todo, TODO de ese maldito marica.
-Sí, señor. una disculpa por las noticias tan indecentes- salió del despacho después de dar una reverencia con la cabeza. Castle está a nada de explotar, su cabeza maquinaba a diez por hora, ni siquiera entendía como era posible que Han fuera un más despreciable de lo que ya era.
Castle rebobinó al momento del desayuno por su cumpleaños; ese tono ácido de Lee al hablar con Han y Amanda, esa mirada de enojo que les dió, los celos que mostró, Han estaba tan nervioso, lo miraba como cachorrito, agachaba la cabeza, lo buscaba con la mirada, la desaparición de ambos en un momento de la fiesta, se sintió asqueado, todo eso había pasado ante sus ojos y lo paso por alto, no lo notó hasta ese momento y el estómago se le revolvió, ¿Cómo era eso posible?. No pensó muy bien en cuanto mando a traer a su mano derecha.
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Jisung recibió un llamado de Castle esa tarde, uno de los trabajadores de Castle, que era conocido por ser el sirviente estrella de John, había ido al trabajo de Jisung a avisarle que el presidente lo quería con urgencia, según le había dicho; incluso había llevado un carro para llevarlo a su casa, solicitaba tener una junta en su casa urgente. Así que acomodó la carpeta de trabajo, junto sus cosas de forma rápida, y siguió al trabajador al auto en completo silencio, todos en el despacho lo vieron, pero absolutamente nadie pregunto nada, ni siquiera su jefe.
Entró al carro con prisa, saludo al chofer quien le contestó alegre, Jisung tomó asiento en la parte trasera del auto, el trayecto fue corto, más corto de lo que esperaba; llegaron a casa de Castle lo más rápido posible y le abrieron la puerta para que saliera. Bajo del auto con un suspiro y entró a la casa en cuánto le abrieron la puerta, los sirvientes le sonrieron amables, y el regreso los saludos y las sonrisas.
Un hombre robusto se paró a lado de la mano derecha de Castle, le sonrió a medias y dió indicaciones.
-Buenas tardes, joven Han. El señor lo espera en el despacho, dice que vaya con urgencia sin desviarse, joven Han.
-Gracias, voy en seguida.- le contestó, camino por los pasillos que muchas veces ya había caminado, ese ambiente se sentía tan... Pesado.
Fue a la oficina de John, dió un fuerte suspiro antes de tocar, no sentía buena espina, menos cuando vió a los dos guardias que siempre cuidaban de Castle, soltarle una sonrisa extraña, tétrica, cómo si supieran algo que él no. Tocó y entró en cuanto Castle le dió pase de entrada con esa ronca voz, entró torpe, el hombre ya lo esperaba con su usual cara enojada y de mal genio, aunque esta vez su cara no solo era de enojo, si no también era acompañada con algo más, asco. Una cara de asco tan profunda que descolocó a Han, se acercó sigiloso al escritorio.
- Toma asiento.- le dijo Castle con un tono bastante... ácido, Han no entendía absolutamente nada.
- Buena tarde, señor...- comenzó Han conteniendo las ganas de salir corriendo del lugar.
- Ni se te ocurra decir mi nombre.- le espetó con desdén, Han frunció el ceño.
- ¿Pasa algo?- preguntó con toda la calma, cómo si él maldito hombre que tenía enfrente no le diera miedo, lo que era verdad es que estaba por cagarse del miedo.
- Tu dímelo, Jisung.- Jisung, jamás, en todo lo que llevaba conociendo de cerca a Castle, lo había llamado por su nombre, es más, gracias a él se creó esa máscara que era Han, porque él comenzó a llamarlo de esa forma.
- No entiendo señor.- susurro entre dientes, esto ya no le gustaba.
- Oh, es cierto, Jisung- le dijo con una sonrisa torcida- Cuéntame. ¿que tal está Lee Minho?- Han se hizo el desentendido y aplicó algo que le enseñaron en la carrera, fingir que no te importa en lo absoluto lo que hablaba.
- ¿Disculpe?- frunció el ceño actuando desentendido.
- No te hagas el idiota, Han.- Le soltó el presidente entre dientes, Han estaba tenso, el aire olía a tensión, Han rezaba por qué solo fuera algo que no le llevará a Castle a su romance con Minho.
- No~ no conozco a ningún Minho, señor.- Mierda, había tartamudeado y John también lo notó.
- ¿no?, que mal- dijo en tono burlesco- Porque según lo que yo sé, ustedes se conocen más de lo que deberían
-N~no, no, señor, yo no sé quién era él, hasta que lo conocí ayer, señor.- joder, debía aprender bien a mentir,porque por Dios, no era tan fuerte como para fingir que no conocía a Minho.
- Entonces no eres un jodido marica- Castle se levantó de su lugar alarmando a Han, Han palideció al instante- ¡ERES UN MALDITO MARICA, HAN!. UNA ABERRACIÓN Y YO NO VOY A PERMITIR ESO.
* * * * * * *
Llegó a Jisung y este se alarmó aun más, se encogió en su lugar sin saber que hacer, estaba preso del pánico, quedó tieso en su lugar, la presencia del anciano era tenebrosa, a quien mentía Jisung si decía que no le tenía miedo a Castle, le tenía miedo, un miedo muy horrible, más sabiendo sus fechorías y que la mano nunca le temblaba al matar. Dos toques en la puerta se oyeron y ni aún así Castle se alejo de él, solo dijo:
- Pasen.-Dos hombres, guardias suyos, entraron con esa cara de matones, Jisung tenía el corazón en la garganta por el miedo, estaba entumecido, asustado, no podía ni moverse- ¿Y sabes que se le hacen a los maricas, como tú, Jisung?- la sonrisa tan tétrica que se formó en la cara del viejo fue horrible- exacto, se corrigen.
Eso hizo que sudor frío le recorriera la espina dorsal a Jisung, su cuerpo no reaccionó, quería correr, salir de ahí, huir, esconderse, salir del país, joder, quería irse, pero su cuerpo no lo permitió. No, en lo absoluto. Se quedó abatido en su asiento esperando aquello que lucía como el final de su vida, no, Jisung no quería morir así, sin embargo, quizá ese sería su final, uno demasiado cruel.
Y en cuanto el hombre dejo de hablar, él le propuso una bofetada que hizo que Jisung volteará la cara, fue un golpe que se sintió seco, los anillos se le marcaron en la suave piel, el labio se le rompió, pero no se tocó el rostro, no lo hizo por impotencia y quiso defenderse, pero en su lugar, se dejo caer en la silla aún más por lo fuerte que fue el golpe, tan desorientado que ni las manos pudo meter, veía estrellitas. Tampoco pudo defenderse, en cuanto un puñetazo fue directo a su otra mejilla tirándolo al suelo por el impacto con todo y silla, Castle ni siquiera lo deje meter las manos, Han tosió de forma estrepitosa cuando la sangre comenzó a salir de su nariz, se sentía enfermo ahí, se arrastró un poco en el suelo, pero los hombres que veían las acciones del presidente, pararon su huida.
- Y si bien me enoja que mi hija este involucrada y sea fachada de tus... cochinadas. No voy a tolerar que tu le arruines la vida, Jisung. menos si piensa que se van a casar, y que mejor forma de interrumpir una boda que desapareciendo al novio, ¿no?- soltó una nueva patada y junto a esta otra en el pecho, Jisung sentís un dolor que jamás sintió antes, jamás lo habían golpeado nunca, pero aquella patada le quitó el aliento, sintió que su corazón se paró un momento por el fuerte impacto. Castle volvió al ataque, le metió una patada en el estómago ante la atenta mirada de los dos guardias, luego de eso Jisung ya no pudo contenerse y solo se hizo bolita esperando otro golpe.
Jalo la cabeza de Jisung en sus manos, lo tomó de los cabellos con saña, su nariz sangraba, su boca llena de sangre y los ojos vidriosos, uno de ellos de color rojo, conteniendo las lágrimas por el dolor que sentía, se sentía machacado, dolorido y solo quería que se parará, que Castle simplemente tuviera piedad y lo dejará, pero Jisung sabía que eso no pararía y ese era su fin.
- Aún no voy a matarte, Han. Por supuesto que no, primero, primero toda tu familia, sufrirá y lo verás- le sonrió el viejo con las manos maguyadas por los golpes que le dió con tanta fuerza en la cara de Han.- Y todo el mundo se enterará que eres un cerdo, un maldito desviado, un patético marica. aunque eso no quita que está noche, te quedes sin uñas, ¿No?, También sin libertad, porque estás preso por tentar contra la moral, ¿Si sabes que eso es un delito? ¡Claro que lo sabes! Eras un abogado, ¿No?.
Le propinó otro golpe fuerte que hizo que Han cerrará por fin los ojos y entonces la puerta se abrió.
- ¡PAPÁ!- grito Amanda interrumpiendo las acciones de Castle.
-Amanda, vete, estoy ocupado.- Amanda negó.
- ¡DÉJALO! ¡DÉJALO!- se acercó corriendo pero los guardias se opusieron, ella pataleo en contra de ellos y mordió la mano de uno quien grito.- DÉJALO, DEJALO O SI NO LE CONTARÉ A TODO EL MALDITO MUNDO LO QUE HAS HECHO.
-Amanda, bien, debo decírtelo, este inadaptado al que tengo y tu tanto defiendes - dijo de forma burlesca, no soltó la cara de Han quien tenía los ojos rojos, el corazón de Amanda se sintió aún más dolido que cuando se enteró que él la engañaba. - este hijo de puta, Mandy. Te ha estado viendo la cara, mi niña, este hijo de puta es un maldito ¡MARICA!
- DÉJALO, ¡CARAJO! DÉJALO JOHN CASTLE, PORQUE SI TU LE HACES CUALQUIER COSA DE LO QUE DIJISTE PARA AMENAZARLO Y-YO...
- ¿TU QUÉ?- le gritó a su hija, ella estaba roja del coraje, enojada, muy enojada.
- YO CONTARÉ TODO LO QUE SE DE TÍ, YO, TU HIJA, SERÉ LA ENCARGADA DE QUE TU PERFECTA VIDA SE VAYA A LA MIERDA, NO ME IMPORTA IRME JUNTO A TI A LA MIERDA, PORQUE LO HARÉ, LO HARÉ PAPÁ.
- ¿Me estás amenazando?- negó, enojadísima peleando por salir del agarré del guardia.
- NO, NO, ESTO ES MÁS QUE UNA MALDITA AMENAZA, SI LE VUELVES A TOCAR UN PELO, UN SOLO PELO, John, TU MALDITA VIDA SE VA A LA MIERDA.
John enojado, dejo caer la cabeza de Jisung, lo miró con desprecio y luego se levantó, vió a Amanda herido, ella le sostuvo la mirada enojada, muy enojada, le dió una indicación a los guardias de que la soltarán, y en cuanto lo hicieron ella corrió a ayudar proteger a Jisung.
Castle vio la escena desde el marco de la puerta, lo supo, Jisung si era su perdición.
-¡Y NO VOLVERÁS A SABER DE MI, PORQUE YA NO ERES NI MI PADRE, ME DAS ASCO.!- Castle salió por la puerta, sintiéndose por primera vez... Herido. Él iba a vengarse.
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CHINGA TU SUERTE CASTLE.
Hola hola, ¿Cómo están? Yo enojada mientras escribo esto, me costó mucho, mucho trabajo escribirlo, es muy fuerte, demasiado fuerte diría yo.
Contexto: John descubre la relación de Minho y Jisung, reacciona violentamente a las acciones de Jisung, Amanda lo defiende de su padre y protege a Jisung a pesar de ya saber la relación de su prometido ( se enteró en la conversación de Castle con el investigador, no sabe con quién, pero sabe de una infidelidad) .
Sin más que decir, cuidense mucho, feliz fin de semanas. Lxs tqm, besitos, bai.💚
2024
CHANGA TU SUERTE CASTLE X2
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