capítulo 11
Hay decisiones que tomamos con el impulso de nuestras emociones, no siempre nos detenemos a ver si es correcto o no lo es, solo las tomamos por la candela del momento, un impulso, al fin de cuentas, somos humanos y reaccionamos muchas veces por instinto.
Me gustaría decir que todo está escrito por nosotros, que realmente todo depende de nosotros mismos, pero para nuestra lamentación, nuestro destino no solo depende de nuestras acciones, no en esta sociedad, y Jisung lo sabía, lo sabía más que nadie, lo sabía, porque era víctima de, no solo sus decisiones, sino también del mundo que lo rodeaba, de todo su alrededor que siendo muy joven lo envolvió y hoy era victima de todo el conflicto que lo rodeaba.
Él sería feliz si en ese momento a nadie le importará su existencia, si la ignorarán simplemente. Así podría acercarse a Minho y pedirle huir del país, alejarse, sin importarle nada más, ni siquiera el agradecimiento a Amanda, le gustaría ser un poco más egoísta. Aunque ahora, en ese momento en qué el frío de la noche daba en su cara y él se abrazaba a si mismo porque, por la emoción del momento, olvidó el suéter en su casa, se dió cuenta que debía apostarlo todo si Minho aceptaba su perdón, todo, realmente un todo, todo lo que tenía, que bien no era mucho.
El plan era fácil, le comentaba todo, le contaba todo lo que sucedía conforme su compromiso, era transparente con él, comentaba el porque estaba junto a la muchacha, sus motivos, sus vida, el como fue realmente y al final le proponía eso de huir a algún lugar. No era muy difícil ¿Cierto?, Aunque ciertamente, el plan no era muy bueno, la gente tenía muy pocas oportunidades de salir del país, y es obvio que de manera legal ellos no podían hacerlo, no tenían un motivo justificable, todas las salidas eran avisadas al presidente, porque este daba la confirmación del viaje. Así que era obvio que no los dejaría ir, no sería como decirle: " disculpe, señor Castle. vengo a pedir un permiso de vuelo a un lugar lejos de aquí, ya sabe, con eso de que estoy comprometido con su hija, o estaba, y con lo mismo de que me amenazó con colgarme en la plaza, ni se diga, no puedo quedarme en el país. Pero no se preocupe, no voy solo. Me enamoré de un hombre, sí, de un hombre, que cosas ¿no?, su nombre es Minho, estoy seguro que lo conoce, es hijo de los Lee, amiguísimos suyos. Entonces... ¿si nos da el permiso?"
Eso no solo sonaría patético, sino también sería contraproducente, mas en un país en donde su relación no era bien vista, no para nada posible, no, no en lo absoluto.
Jisung estaba nervioso, le sirvió tanto ir caminando de camino al bar, le sirvió para pensar, pensar en si...¿Realmente dejaría a Amanda por Minho?, en ese momento, Jisung dijo que sí. Aunque, bueno, sabía que a penas si conocía a Minho, no sabía si el cariño que el castaño le brindaba era real, o si realmente era ese amor posible. Aunque no importó, esas a penas dos semanas que estuvo sin verlo se sintieron... Vacías, sin ninguna razón por la cual realmente seguir adelante, sintió que toda su vida sería de esa manera, sintió que realmente podía volver a pintar sus días grises de nuevo, encerrarse en la monotonía y no volver a molestar a Minho, realmente se dió por vencido muy fácil, muy, muy fácil, pero no contó que lo volvería a ver, no pensó en jamás volver a verlo siquiera, no por voluntad propia, pero si el destino era un caprichoso, y lo había vuelto a poner en su camino, era por algo ¿no?... eso fue lo que lo orilló a tomar la decisión de dejarlo todo.
Volver a ver a Minho fue... un choque, un choque entre lo frío de su corazón y lo cálido de sus sentimientos por él, Han, irremediablemente esta enamorado de un él, y ya no podía ni quería ocultarlo, no, Minho no merecía ser un sucio secreto, algo que se escondiera, porque Minho merecía ser admirado ante los ojos de todos, Minho... este era el color de sus días y todos deberían saberlo, pero, lamentablemente existían muchos peros.
Jisung se sintió como un robot esos días que no estuvieron juntos, sin corazón, sin ganas, tratando de convencerse en ser alguien más, ¿Realmente el agradecimiento podía más que el amor? No, realmente Han si amaba a Amanda, pero la amaba por gratitud, y esa unión era por eso mismo, gratitud a los buenos actos de la chica, pero por más que quisiera amarla, quitarse el corazón y entregárselo como ofrenda por haberlo ayudado, no podía, no podía porque Jisung ya no era dueño de su corazón, este había sido robado por una linda sonrisa de conejito. Se sabía que el dejar todo por ese romance, que bien podía ser pasajero, era casi considerado una estúpidez, digo, dejar a la mujer que lo había apoyado, que lo había defendido a capa y espada, dejar a ese flamante puesto, esa enorme casa, esos cuantos lujos, bueno, muchos podrían pensar que Jisung sería muy egoísta al dejarla. Pero Jisung quería ser egoísta, si eso implicaba estar junto de Minho, no importaba si su relación seria un secreto toda la vida, no importaba si ellos eran fugitivos, o si el mundo entero los odiara por ser diferentes, con tener su amor, con tenerlo a él, era más que suficiente para el moreno.
Caminó con destino al bar, estaba por llegar cuando lo vió, ahí parado junto a la pared, con un cigarro en las manos y abrazándose a si mismo, aunque llevara una chaqueta encima, era como si no solo sintiera el frío de fuera, que a pensar de ser verano se sentía arrasador, sino también, un frío interno lo consumiera.
-No sabía que fumabas- dijo acercándose, Minho dejó de mirar sus zapatos para verlo, el corazón le dió un vuelco, se sintió lleno con solo su presencia.
-Solo cuando estoy estresado.- contestó cortante, más de lo que quería sonar, sus sentimientos estaban contradictorios, se sentía triste, enojado, feliz, enamorado, de todo. Se maldijo a si mismo por las emociones que el menor le hacía sentir.
-¿Mucho trabajo?- Jisung trató de romper el hielo, aunque el muro ya estaba puesto ahí, alto, inalcanzable, frío... Demasiado frío.
- No te incumbe.- soltó bruscamente, Jisung asintió abatido, miró sus pies y eso hizo que Minho suspirará, no podía ver al joven en ese estado, tan... vulnerable- Disculpa Jisung, estoy cansado ¿si?, so~solo habla, por favor.
- Okey, entiendo- sonrió sin pizca de alegría, nada más tenía por hacer ahí- Quieres que sea rápido.
- Lo más rápido posible,- asintió dándole la razón - Tengo que dormir.
- Bien, hablaré rápido,- sonrió melancólico, el plan ya no sería de ayuda, solo diría la verdad y ya, lo dejaría ir para siempre.- Pero... no aquí Minho, ¿Vamos a otra parte?- Lee hizo una mueca, algo incómodo.
- No es por ser grosero Jis~ Han, pero realmente no hay donde ir.- dijo rascándose la nuca, no podía mirar a Jisung, su corazón se sentía herido, tan desamparado, ¿Así se sentía el amor? Que jodido era.
- ¿No hay dónde podamos ir?- Jisung frunció el ceño, la frialdad del otro lo estaba matando.
- Es que no quiero ir contigo,- susurró bajito, casi inaudible, carraspeó para seguir hablando. La mirada de Jisung dijo lo dolido que estaba.- Me siento... ¿raro?, sí, raro ante tu presencia, me siento dolido ¿Okay?...y~yo, no puedo Jisung, no puedo estar en el mismo lugar que tú.
-Entiendo- susurró bajito, se aclaró la garganta, dolido, jamás creyó que el desprecio doliera tanto.- Entiendo qu~que no quieres saber de mi. Pero mereces una explicación...
- Mira, no debes explicarme nada- suspiró ruidoso el mayor, lo vió por primera vez a los ojos, verlo le dolía, verlo le recordaba el "me voy a casar, Minho" y eso era algo que le tomaría tiempo superar, le dolía el corazón de solo recordar ese día. - No me debes nada, de verdad Sunggie, no debes nada... S~solo, solo fue algo q~que paso, no~no me debes nada, ¿Sabes? Entiendo... Te entiendo, esto no debió pasar y está bien que terminará.
- Déjame hablar, mi amor.- respondió Jisung viéndolo a la cara, el amor les desbordaba por los poros, verse a los ojos era torturoso.
- De verdad Jisung, no me debes nada solo... Solo hay que dejarlo pasar.- le sonrió turturosamente, sonreírle le dolía, ¿Por qué le dolía tanto?, La mirada que Jisung le dió, fue un vuelco al corazón.
-¿Ya me olvidaste, amor? - susurró el menor de forma distanciada, con los ojos llorosos, le dolía, le dolía verlo de esa forma... Tan vulnerable, Jisung vulnerable era un fuerte golpe para él.
- ¿Cómo podría? - susurró bajito el mayor, por primera vez en la noche, viendo sus ojos profundos, tan oscuros como la noche.- Yo... No podría Jisung, ¿Quién te dijo esa mentira? ¿Quién te dijo que eras fácil de olvidar? Porque joder, yo lo que menos he hecho es olvidarte. No sé que me has hecho, pero no puedo... No puedo permitir que me lastimes así, Jisung... Me has hecho mucho daño la última vez que te vi.
- No quiero lastimarte, nunca quise... Nunca quise hacerlo-le susurró con esa extraña lejanía.
- No querías hacerlo, Jisung- suspiró apoyando la cabeza en la pared, cerró los ojos y luego de soltar un suspiró al cielo, abrió los ojos lentamente, y lo vió con una sonrisa triste.- Pero lo hiciste, me lastimaste, corazón y... Nunca me había sentido así.
- Fue sin intensión- susurró Jisung dando un paso adelante, lo miró directamente y la fortaleza de Minho flaqueo-Creí que era mejor alejarte, quería ser sincero contigo, en verdad creí que sería lo mejor, pero...
- Pues fuiste sincero demasiado tarde...- le Reclamo Minho, frunció la cejas, lo vió directamente, las bonitas mejillas rosadas, los hermosos ojos negros que en ese momento demostraban devoción y arrepentimiento.
- Lo sé, lo sé, ¡Mierda!- aceptó Jisung- te juro que lo sé, se que... que no soy la mejor persona para ti, pero...
- Vamos al lago.-interrumpió Minho, Jisung asintió sin rechistar, caminó siguiendo a Minho en silencio, el corazón le dolía, le dolía tal vez demasiado, sabía que la guerra ya la tenía perdida al ver los bonitos ojos marrones, vio las facciones de dolor que lo acompañaban y su corazón se sintió vulnerable, todo en él se sintió vulnerable, ¿Cómo unos bonitos ojos marrones le hicieron sentir tan vulnerables? Era injusto lo que le hacía sentir, injusto saber que lo quería tanto.
Caminaron el camino que alguna vez recorrieron juntos tomados de la mano, la calles obscuras directo al lago, el silencio era inmundo, tenía tantas ganas de hablar, de decirle por lo menos que lo extrañaba. ¿Cuánto había cambiado todo esto?, ¿cuánto había cambiado desde ese día?, un mes atrás, ellos... Ellos lo eran todo. ¿Cómo pudo ser que todo cambiará? Ahora Minho estaba tan... Frío, distante, ese no era su Minho, su Minho, que bonito sonaba eso... Como un sueño, Minho solo sería suyo en sueños, debía aceptarlo.
Minho era un bonito sueño, un pase de libertad, un momento en la vida que nunca se repitiría, pero solo sería eso, nada más que eso. Un sueño en el cual ambos debía despertar tarde o temprano tan difícil sería dejar todo atrás, aunque debía intentarlo, intentarlo por él, por ambos.
Ya no le diría el plan, solo le daría explicaciones y luego... Luego debía dejarlo ir, fácil, sencillo, cómo si nunca se hubieran pertenecido, ni ahora, ni nunca, ¿Acaso alguna vez se pertenecieron? Ahora Jisung lo dudaba, no por el comportamiento recio del otro, sino porque sentía que todo ello era un sueño, un mal sueño en el cual le costaría mucho despertar, aunque debía hacerlo, debía despertar, aunque no lo quisiera, Jisung no quería despertar nunca del sueño llamando Lee Minho.
Camino a su espalda, no le importa si realmente estaba arriesgándolo todo, debía arriesgarlo todo, todo por el chico que ni siquiera podía mirarlo a los ojos, ¿Por qué todo era tan difícil?, Suspiró pesadamente, mientras caminaba entre las hojas y maleza que ocultaban el bonito desemboque del río.
Llegaron al lugar de forma silenciosa, el silencio era incómodo, casi se podía cortan en el aire, ¿Por qué se convirtieron en eso?, ¡Ah sí!, ya lo recordaba, eso estaba tan jodido por su culpa, si tan solo hubiera sido directo desde el principio...
Se sentó en el pasto enfrente del lago, el silencio era un poco incómodo, Minho espero que el otro hablará, quería inconscientemente que el otro hablará, quería escucharlo, escucharlo hablar de cualquier cosa que el otro quisiera explicarle, aunque hacerse el duro solo era una fachada, una fachada para no caerse de nuevo.
- Minho...- soltó un suspiro ruidoso cuando el castaño se sentó a su lado, no sabía ni como empezar, nunca en la vida Jisung había exteriorizado lo que sentía, no era mucho de hablar de su sentimientos, no sabía cómo ser sincero con alguien más.
-Sé que no querías lastimarme.- susurró Minho empezando, veía el lago correr con calma, como la última vez en la que estuvieron ahí.
- De verdad no quise.- comenzó el menor, no quería ver al castaño a lado suyo, al tenerlo tan cerca, pero a la vez tan lejos le dolía, porque era como solo contemplarlo sin tenerlo de lado. Le dolía no tenerlo.
- ¿De qué quieres hablar, Jisung? - dijo más calmado el mayor, aún le dolía el pecho, quería abrazarlo, ocultarse del mundo en ese momento, quería quedarse con Jisung para siempre, eso no se podía, no en ese momento, no nunca, no mientras Jisung pertenecería a alguien más.
- De... Tengo que explicarte esto.- susurró, se giró a verlo, su perfil de bonito, todo de Minho era bonito, su piel clara, el cabello castaño sedoso, la nariz fina, recta, los labios carnosos, Minho era bonito, más que eso, Minho era hermoso y nadie podía negarlo.
-¿Qué quieres explicarme?- el castaño se giró a mirarlo, el aire se les fue a los dos, las sonrisas que se brindaron fueron tristes, muy tristes, una despedida.
- Yo...- comienzó Jisung, giró la vista al lago esperando las luciérnagas, cómo si estás pudieran salvarlo.
-Tú...- lo ánimo Minho, sin dejar de verlo, quería verlo por lo menos esa noche, antes de que todo se completará, antes de que Hyunjin lo investigará, antes de que dejará de verlo definitivamente.
- Yo estoy comprometido con Amanda Castle.- Minho miró al suelo, su corazón dolió, eso ya lo sabía.
- Dime algo que lo sepa.- murmuró con descontento, no era como que saberlo de la boca de él lo hiciera más feliz, no se sentía feliz en lo absoluto.
- Yo... Yo no la amo.- murmuró Jisung, la primera vez que lo decía en voz alta, se abrazó a las rodillas sintiendo el frío de la noche colarse.
- Te vas a casar con ella.- le recordó Minho, Jisung suspiró harto de saberlo.
- Lo sé, pero no es porque la ame.
- Si te vas a casar es porque la amas...- Jisung negó repentinamente, lo miró como si quisiera convencerlo con la mirada, convencerlo que eso no era cierto, que realmente Jisung no amaba a Amanda, trato de convencer al mayor de que nada de lo que dijera ers cierto, sí, él estaba comprometido con Amanda pero no era por lo que Minho pensaba, no era por amor.
- Sí, pero no de la forma en la que lo crees- Minho negó, creyendo que Jisung le mentía, se supone que si te casas, es por amor ¿No?, Ay Minho, estaba tan equivocado.
- Mi madre dice que solo puedes casarte ñcon alguien a quien amas, Jisung, tu te vas a casar con ella- Jisung negó, a veces Minho era tan inocente, tan... Romántico, si supiera que la gente no solo se casa por amor.
-Pues te equivocas, tu madre se equivoca, mi amor.- le comentó de forma ligera, era verdad, Lee se equivocaba, se equivocaba porque era poca la gente que se casaba por amor, por lo menos por verdadero.
- Mi madre se casó por amor...- defendió el mayor mirándolo a los ojos, estaban sentados juntos, pero se sentían tan lejos.
- Pero no solo por eso puedes casarte.- trato desesperadamente de convencer al castaño.
- No trates de convencerme.
- No quiero hacerlo- susurró - No quiero convencerte de nada, solo quiero que sepas que sí me voy a casar, pero es por agradecimiento, no por amor, yo... Yo nunca he amado a Amanda, nunca había amado a nadie Minho.
- ¿Agradecimiento de que?- dijo dudoso, interrumpió al menos porque sabía que sí seguía hablando caería en sus mentiras nuevamente.
- Por todo lo que ella ha hecho por mí- dijo suspirando, ella había hecho mucho, realmente mucho por él.
- ¿Qué ha hecho por ti? - dijo más ligero, más conforme con saber que ciertamente no la amaba, sonaba egoísta, pero Minho era egoísta si se trataba del moreno, quería todo su amor para él, todo lo que Jisung pudiera ofrecerle.
- Más de lo que crees... Si me deja explicarte, te lo diré.- Jisung apoyó la cabeza en las rodillas, lo miro de costado y Minho lo miró, asintió pidiéndole continuar, más Jisung no lo hizo.
- Dime.- espeto sin sonar brusco, quería escucharlo, debía escucharlo.
- Ella... La conocí cuando era un niño- dijo mirando a sus recuerdos, hizo amago de sonrisa- mi madre pedía limosna en la esquina del centro y yo... Yo quería buscar a mi hermano mayor.
- De verdad que no me debes nada, menos una explicación Jisung- le dijo Minho al ver reflejado dolor en la expresión del menor, este negó y continuó con su relato.
- Déjame explicarlo.- le pido viéndolo directamente- Ella me conoció en esa plaza, yo me había raspado la rodilla y estaba en un mar de lágrimas. Ese día nos conocimos y ella fue... Mi protectora, desde ese día ella y yo... Ella y yo, bueno, fuimos inseparables, siempre iba dónde ella iba, o donde yo fuera, ella iba, siendo tan extrovertida, tan alegre, y yo siendo un tonto niño tímido y llorón.
-Ya. Se conocen desde niños, yo igual la conocí de niña, ¿Por qué nunca supe de ti?, Yo pasé mucho tiempo con Amanda cuando niños, ¿Por qué nunca, nunca te vi?
- No sé, la conocí cuando tenía ocho años, ella tenía ¿Seis? Sí, seis años. Ella estuvo para mí siempre, ¿Sabes?.- suspiró, dejo de abrazar sus rodillas y estiró un brazo a Minho, estiró la mano y dijo- Hola, mi nombre es Han Jisung, tengo 22 años y vengo de ciudades bajas, soy de familia de bajos recursos, pero aún así, soy un abogado. Uno un tanto prestigiado, me gradué apenas hace un año con honores, solo tenía 21, pero se supone que soy tan bueno en lo que hacía, que no dudaron en darme un título y un trabajo. Aunque no todo fue fácil, estoy agradecido con Amanda porque por ella... Por ella pude ser quien soy ahora.
- ¿Y quién eres? - Minho estrecho su mano estirada, que Jisung estuviera siendo tan abierto con él le gustaba.
- Un abogado, uno que ya no está tan orgulloso de serlo y soy un hombre... un hombre que te ama, Minho.
- No digas eso, no digas eso, por~ porque me lo creo y eso no es bueno- Han sonrió, ganarse la confianza de Minho nuevamente le costaría mucho, aun así no importaba, Jisung haría lo posible por tenerlo a lado nuevamente.
- Lo digo enserio Minho, lo digo enserio.- estaba vulnerable, Han tenía tiempo que no se sentía tan vulnerable ante alguien, pero Minho... Minho le hacía bajar las defensas.
- ¿Por qué ya no quieres ser abogado, Jisung?
- Porque...- se rasco la cabeza nervioso- bueno, el primer caso, el que me llevó al estrellato fue el caso de un importante hombre, ¿Conoces a Tristán Gill? - Minho asintió, el nudo se le formó en la garganta, ya sabía a dónde iba el tema, ya lo había conversado con Jeongin alguna vez en la vida, se negaba, no, Jisung no podía ser ese hombre que tanto le había hablado su amigo, no, se negaba.
- Sí lo conozco, fue muy sonado cuando llegué al país.- Jisung frunció el ceño.
- Bueno, pues logré que se notará la inocencia de Gill, Gill realmente si era inocente, lo que tiene es que es fanfarrón, pero ese desfalco económico no lo hizo él, no lo hizo él, aunque nunca supe quién lo hizo. Todo mundo creyó que era culpable, pero logre que se notará lo contrario, me queme las pestañas, no dormí durante días, revise los papeles uno por uno, letra por letra, nadie creía en él, nadie, y yo... Yo creí que era un caso perdido, pero Gill confiaba en el yerno del presidente y, bueno, fue el primero en creer en mí.
- ¿Gill es inocente?- abrió la boca sorprendido el mayor, esto era importante para el plan de las mariposas, ya que Gill era un hombre al que atacarían primero.
- Sí, tengo muchos papeles que lo demuestran, el hombre es inocente, yo le salve el culo, gracias ello me pagó demasiado dinero, tanto que no creí que fuera real, con ese dinero le compré a mi madre una casa, ¡Una casa! No podía creerlo, no podía creerlo, de verdad que no podía, sin embargo, eso me hizo ganar fama, fama y reputación.
- Si eres bueno eso, ¿Por qué lo odias ahora? - la cara de Jisung cambia a una mueca rara, disgusto, enojo, asco.
- Yo... Bueno, cómo sabes, mi vida cambio en cuanto estudie~ en cuanto estudie derecho. Yo al ser de clase baja no podía estudiar, mi padre había muerto, mi madre no tenía dinero, en este maldito país las mujeres no pueden trabajar, mi hermano mayor se fue a la milicia, el menor era un bebé, todo, todo lo sentí en mis hombros, pero Amanda me ayudó a liberarme del peso y me ayudó a meterme a la escuela.
- ¿Ella te ayudo?- Jisung asintió
-Amanda es el ser más bondadoso que conozco, ella estaba enamorada de mi desde niños pero yo... Nunca pude corresponder, antes creía que sí, cuando me beso la primera vez creí que sí, que la amaba de la misma forma en la que ella lo hacía, creí que la amaba, hacía sentir cálido mi pecho, supuse que así se sentía estar enamorado, de verdad que sí, creí que el amor era estabilidad, calidez, un cosquilleo en el pecho, hasta~ hasta que te conocí Minho, hasta que te conocí y supé que nunca, nunca yo había amado, no de esa manera. Porque contigo siento una tormenta y una calma insuperables, el pecho me arde por el fuego de los sentimientos, siento el estómago revuelto, el cerebro atolondrado, muy nublado el juicio, tu no eres calidez Minho, eres Fuego, fuego que arde, que arde en mi pecho y eso no sentí nunca con ella.
Minho lo miró perdido en esa mirada, realmente su pecho brinco enormemente, se sentía de la misma forma, ellos eran fuego y no una simple calidez.
- Me haces sentir igual Jisung.- Jisung comenzó a llorar viendolo a los ojos, no, el no merecía a Minho, no nunca lo haría.- Dios, Sunggie, porque... Porque nunca hablaste de eso, amor, ahora entiendo todo.
- Le pedí matrimonio a ella el día en que te conocí, realmente no quería pedirle matrimonio, no estaba listo, aunque Castle, Castle cómo siempre impuso su palabra, exigió que me casará con ella, le convenía que nos unieramos, yo tengo la fama en el mundo de las leyes, está unión era conveniente para él y su nueva campaña política.
- Es un hijo de puta.- susurró el mayor.
- Yo... Yo ya no quiero ser un abogado, Minho.- murmuró Jisung y lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, eso desconcertó al mayor, lo miró curioso y se acercó un poco más a él sin tocarlo.
- ¿Por qué?- Han se abrazo a si mismo, las lágrimas seguían saliendo al recordar aquella amenaza, amenaza que le perseguiría por siempre.
- Porque, porque él, en el último juicio que tuve... Joder decirlo me hace sentir tan mal, no puedo Minho, no puedo, la culpa me está carcomiendo.- sollozó, Minho le tocó un hombro como apoyo, no le gustaba verlo de esa forma, no le gustaba verlo tan triste.
- ¿Culpa de que?- Han se acurrucó en su mano, y se sintió romper en cuanto el tacto del mayor se hizo presente de forma cálida, lo extrañaba tanto.
- De verdad que no quería- susurró sintiéndose tan culpable.
- ¿Qué paso, Sunggie?- le pasó el brazo por los hombros dándole tranquilidad, aunque el menor soltó en llanto, un llanto más pesado- Sabes que puedes contarmelo, mi corazón.
- Él~ él dijo que si no lo hacía... que sí no lo hacía, todos... Mi familia, mi pobre familia pagaría las consecuencias.- Minho sintió un frío que le calo, el enojo comenzó a surgir de él, comenzó a quemarle- Que mi madre, que mi pobre madre volvería a rogar por comida... Yo no quiero que ella vuelva a pedir por comida, no quiero que pase hambre.- Han soltó gruesas lágrimas, lágrimas que le dolían al mayor, verlo soltar esas lágrimas era tan doloroso, Han estaba desesperado- También dijo q~que mi hermano sería mandado a la guerra sin entrenamiento, es solo un chico, Minho el es solo un niño y yo~yo no tuve opción.
-¿Qué paso Jisung?- le acarició el cabello con cariño y le pasó los brazos en un abrazo que lo consolara, puso su cabeza sobre la del menor y lo escucho en todo momento mientras esté se acurrucaba en su pecho.
- En el último juicio... En el de Marshall- soltó un sollozó -¡Dios!, me siento tan sucio al decirlo, pero yo~yo sabía que el caso estaba perdido, Marshall es un estúpido, un maldito, él, él es culpable, yo lo sabía, mierda el general Hwang siempre tuvo razón, siempre tuvo razón, todo ese fraude, todo ese jodido fraude es culpa de Marshall y del presidente.
- ¿Qué dices? - eso estaba demasiado aliado con su plan, con el baile de las mariposas, todo lo que Jisung decía era importante.
- Mierda, que el maldito presiente, el hijo de puta, él, él dijo que si, que si no salvaba a Marshall, que si no lo salvaba él iba a matarme, que él me mataría no sin antes hacer sufrir a los que quiero, no me importa morir... Pero los iba a tocar a ellos y yo~yo no podía, ellos son lo más importante que tengo, ¿Lo entiendes Min?
- ¿Qué paso? - Minho lo siguió abrazando, sentirlo tan débil le dolía, el enojo que tenía contenido era caliente, me quemaba, tanto enojo le había ver rojo, odiaba a Castle, más ahora que lo había amenazado a él, a su Jisung.
-Mentí, mentí Minho, mentí. Hwang Hyunjin tenía razón, mierda, yo... Por mi culpa él está libre, por mi culpa está libre,- lloriqueo de forma inconsolable- soy tan culpable, pero es que debía ganar, debía hacerlo, era mi deber, sino, si no... De lo contrario, Yo no estaría aquí hablando contigo.
Minho palideció, eso no podía ser posible, no, no, no, se negaba.
Jisung había confesado, Jisung había confesado su culpa, eso implicaba que... Joder eso implicaba que ahora, ahora Jisung estaba en la lista negra, en la lista de investigados, y Minho... Minho lo había puesto ahí, lp había dado en charola de plata, él le puso el dedo, tal cual era su labor, maldita sea... Jeongin se lo advirtió y él... Maldita sea.
Suspiró sintiéndose culpable, culpable porque ahora ya tenía todo el contexto y sí, Jisung era culpable, pero, pero realmente no era culpable, no lo era, había sido amenazado, aún así, aún así sabía que Jisung era culpable de eso, de ese fraude, lo había encubierto, Minho soltó el aire, él debía arreglar eso.
-Minho, ¿Me odias? - susurró el menor en su pecho.
- No podría odiarte nunca, mi corazón.-la acarició la mejilla con los dedos.
-Minho, de verdad que nunca, nunca jugué contigo, nunca, y se que no soy digno de tu confianza pero... Pero de verdad quería que lo supieras, que supieras todo de mi.
- Ahora lo sé, corazón, ahora lo sé y siento... Siento mucho esto, ese hijo de puta debe pagar todo lo que te ha hecho, es un cabrón.
- Minho- volvió a susurrar aún en su pecho- ¿Aún me quieres?
- Con el alma, Jisung, con el alma.- suspiró viendo el lago.
- Entonces...- comenzó Jisung- Hay que irnos, debemos irnos, escapemos, Minho, vámonos, yo... Yo puedo dejar todo por ti, todo.
-Amor, aquí está nuestra vida- aquí está mi plan, tengo un compromiso, tengo cosas que hacer, un compromiso con toda esta gente.
- Podemos~ podemos irnos lejos, yo... Yo voy a dejar a Amanda- soltó, abrazando a Minho- no puedo seguir en esta mentira, no cuando al que quiero es a ti.
- Mi amor, no podemos abandonarlo todo- suspiró el mayor, aunque lo que el más quería es encerrarse con Jisung en un lugar del mundo y ser felices- Si vas a dejarla, será por ti, y no porque me quieras ¿Lo entiendes? Con ella... Con ella tienes historia.
- No importa, no si eso me aleja de ti.- el menor hizo un puchero inconsciente.
- Tampoco debes dejarla así como así, tienen historia, han hecho mucho el uno al otro, tu y ella... Si pueden tener algo que todo el mundo acepta.- dijo rendido, lo había meditado demasiado.
- ¿Qué dices?- el pelinegro frunció el ceño.
- Que... Que aún si la dejas, un nosotros no podrá existir realmente, Sunggie, amor, aquí un tú y yo no puede existir.- el pecho le dolió al soltar aquello, estaban destinados a ser un simple secreto, unos bonito, aunque al final de cuentas secreto.
- ¿Qu~qué sugieres?- paso las manos por el pecho del menor, cómo en una inocente caricia- Yo digo que podemos irnos, vámonos Minho, vámonos, seamos felices juntos, en otro lado.
-No- suspiro ruidoso, Jisung se levantó de su pecho, viéndolo dolido, sin comprender la negativa- Jisung, no podemos, no debemos, aquí está nuestra vida.
- ¿Tienes miedo a irnos?- preguntó viéndolo directo a los ojos- Podemos... Podemos hacer una nueva vida.
- Sunggie, no, no puedo irme.- dijo impasible, viendo como los ojos de Jisung de cristalizaban, él paso saliva.
- ¿Entonces que sugieres? Que nos Dejemos- a Han le dolió decirlo en voz alta-que... Que dejemos por fin todo esto entre tú y yo.
-No.- negó repentinamente el mayor, no, no, no podía dejarlo, no ahora que sabía todo de él, no al verlo víctima de un mal destino
- ¿Entonces?- Minho tomó sus mejillas en las manos, y lo acerco para darle un casto beso en los labios, labios que extraño tanto.
- Hagamos... Hagamos esto el tiempo que tengamos disponible, antes de... De que te cases- susurró, ¿Realmente Minho estaba aceptando ser su amante? No era justo, no, no era justo para nadie, pero... ¿Qué podían hacer?, Era obvio que ninguno podía abandonar su guión de vida.
- ¿Quieres qué me case? - Minho asintió, lo miró a los ojos unos eternos segundos.
- No, pero es lo mejor.- claro, claro que era lo mejor, Minho solo era un intruso en su vida, si él no hubiera aparecido... Jisung no estaría dudando del amor a su prometida, continuaría su vida, aunque Minho era egoísta no quería dejarlo ahora.
- ¿Para quién? - Han le dió otro pico en la boca.
- Para ti, para Amanda, ella... Ella lo merece.- suspiró, no, la chica había sido suficientemente buena con Jisung cómo para cambiar sus planes de vida.
- ¿Debería casarme?- preguntó Han mirándolo a los ojos, estos brillaban por las lágrimas contenidas.
- ¿Por qué no hacerlo?- Minho le sonrió triste, Han negó.
- Porque te amo.- le soltó sin rechistar, al mayor se le paró las respiración.
- Nuestro amor un día pasará.- el reflejo del dolor en ambos rostros fue notorio, algún día pasará, Minho estaba siendo muy cruel con sus palabras.
-¿ Lo crees? - dijo Han en un hilo de voz, se giró y se puso de rodillas mirando al mayor aún más cerca, esperando que sus ojos le dijeran que todo lo que están diciendo era mentira.
- Debe pasarse, debemos dejarnos ir un día.- Jisung paso saliva, debería sentirse molesto, si, debería, pero no podía, no podía, se merecía eso, realmente se lo merecía.
- ¿De verdad quieres eso?- Minho volvió a besarlo lentamente.
- Es lo que podemos- susurró en sus labios, no quería alejarse nunca, pero ¿Qué podía hacer?
- Entonces, aquí termina.- el temblor en la boca de Jisung fue evidente, el fin... que rayos era el fin, el estúpido fin, el maldito fin. Sin embargo, para su consuelo, Minho negó, no, no quería dejarlo ir, no tan pronto.
-No, no hoy...- han suspiró -Hasta septiembre, antes de tu boda, antes de que seas de alguien más.
- Entonces aprovechemos el tiempo que nos queda, mi amor.
Cuando Minho llegó a casa, intento cancelar de todas formas posibles su carta, no podía hacerle eso a Han, no debía ser investigado, debía protegerlo a cómo de lugar. Lo malo, lo malo fue que la carta ya había llegado a sus destino y que había sido contestada lo más rápido posible.
"Lee Know.
He tenido el deshonor de encontrarme con Han Jisung, lo conozco y me alegra que quieras investigarlo, es más que obvio que encontraremos algo, pues por culpa suya nos hemos atrasado. Creeme amigo mío, Han se llevará el mismo destino que todos los corruptos, pues él es uno.
Te mandaré la información lo antes posible, me alegra saludarte. Por cierto, mañana debemos reunirnos lo antes posible, la fase dos del baile ha comenzado y necesitamos pasar del vals a un buen Jazz, Tu música favorita, ¿No?
Con cariño, Sam"
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Hola hola.
¿Cómo están? Yo he estado bien, actualice tarde, así que espero estén durmiendo, no pierdan sus horas de sueño, es horrible no poder dormir.
Sin más que decir tengan buena semana, hay que seguirnos en insta, me gusta la interacción jajaja estoy como Sweetcherryblud, me gusta conocer gente no me culpen. Jaja 💞
Tomen agüita, lxs tqm. Bai.
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