I

Leonardo Carrasquel, dicho sea entre paréntesis, no fue en sus inicios una persona amargada. Aunque nunca había asistido a las carrozas de carnaval se ocultaba sabiamente detrás de un disfraz anticuado de diablo danzante. No hablaba con nadie, exceptuando a su hijo al cual solo le daba órdenes, hasta que finalmente falleció; no hablaba con su madre, a la cual había recluido en un ancianato de primera calidad; y tenía muchos años en los cuales había olvidado a su padre, el cual siempre consideró un estorbo en el Arbol Genealógico.

Un Nihilista es quien cree que la vida no tiene propósito, valor o importancia incluida su propia vida. Pero si esta afirmación fuera real, estás personas dejarían de comer, se descuiderían en su aspecto personal y finalmente se suicidarían; en nuestro caso Leonardo Carrasquel se sumía en su trabajo para no tener de conectarse con la realidad.

Todo había empezado con la muerte de su Hijo. Tuvo un prematuro éxito en el negocio de la escritura, las primeras manifestaciones de su nihilismo fueron una actitud negada a las belleza de la vida, posteriormente se fue agregando un despotismo regido por la Constitución de la República para al final terminar en la silla de una oficina vacía, de la cual nunca se escuchaban elogios, solo reprensiones para hacer las cosas perfectas que nunca se lograban desde que había tomado las riendas hace 15 años.

Los 18, 19 y 20 Años no non fáciles; Pierdes amigos, cometes Errores, caes, Te golpea la Realidad, pierdes variadas oportunidades, atraviesas diferentes Fases de Inseguridad, siempre hay un Corazón Roto, se apaga la Confianza de la Mayoría de las Personas que Conoces, Lloras de vez en Cuando, haces Cosas que nunca Pensaste que Harías, y al Final te encuentras a tí mismo y Te Vuelves más Fuerte...

A pesar de todo Siguen Siendo los Mejores Años de tu Vida que se recuerdan con regocijo, pero Leonardo no tenía este idealismo. Faltaba agregar a esta explicación su soledad y frustración.

Los años pasaron como tuercas enroscándose sabiamente en su destino: las personas trabajaban arduamente, él escribía uno que otro artículo y siempre daba entrevistas vía online... Pero de un año para acá empezó a bloquearse, sentía que no tenía nuevas ideas para seguir escribiendo, y empezaba a sentir que no estaba cumpliendo con su rol de padre, en realidad nunca lo cumplió.

Había delegado la crianza de su único hijo a muchas nanas y maestras. Su ausencia siempre estuvo presente; de manera indirecta lo llamaba por medio de recaudadores de impuestos, y el joven muchacho añoraba poder ver a su padre cara a cara, Aunque solo fueran 5 minutos.

Cuando por fin se pudo dar esa oportunidad, las caretas se cayeron y se quebraron en el piso, su padre no era una persona amable y empática, seguramente en un pasado lo fue, pero ahora solo quedaban pequeños rastros de cenizas, en su lugar había un monstruo comehumanos que se enojaba con facilidad y exhalaba órdenes de perfección y simetría.

La voz de su madre lo había llamado Leonardo, el amor no correspondido de su Esposa lo etiquetaba de Leonel, y su hijo que estaba en el último eslabón de la cadena balbuceaba con denuedo Papá Carrasquel.

La posición nihilista de Papá Carrasquel era muy obvia, sentía que la vida no tenía sentido, que todo lo que había pasado entre su niñez, adolescencia y ahora adultez no servía de nada, y al final todo se iba a reducir a polvo... Ya no podía creer en nada ni en nadie, su única creencia era que la vida no tenía sentido.

A pesar de todo esto en sus inicios se había convertido por intermitentes períodos en un inigualable individuo servicial, formaba parte del comité que se quedaba en juntas durante varios días, las cuales se extendían a duras penas durante largas semanas. Puedo asegurar que debido a su hidalguía y profesionalismo le fue delegado el cargo de presidente de Empresas Del Corazón. Fue una gran sorpresa, Pero para no quedar como un mal agradecido y no derrochar falsa modestia lo aceptó a regañadientes.

Los subalternos expresaban entre cuchicheos que esas quejumbrosas amonestaciones se ligaban de manera montaraz a sus hermosos consejos para redactar cualquier cosa, ya sea una epístola, crónica, microrrelato o novela... Aunque en estos tiempos actuales ya no sé envían al mercado este tipo de creaciones artísticas, lo más visto eran pequeños artículos periodísticos que salían cada fin de semana, los que en la década de los 60 y 70 era llamado Sabatinos y Semanarios.

La persona apegada a esta doctrina experimentaba su propia ruina, mientras a su alrededor había tornados de decadencia total, el pesimismo era notable, y el odio y el resentimiento tenían un puesto fijo en las primeras butacas del teatro. El sentido de la acción se quedaba vacío, los valores morales y éticos se volvían ficticios y al final solo quedaba el despotismo para refugiarse en las oficinas de la empresa.

Es muy fácil explicarlo: si tienes una planta, tienes que cuidarla todos los días; los cuidados incluyen agua pero no en exceso; que tengas sol, pero no demasiado; y que se le cante todas las mañanas para que la flor pueda abrir sus pétalos... Si no estás dispuesto a hacer ninguna de estas tareas, ten por seguro que nunca tendrás un resultado satisfactorio; el color verde pasará rápidamente a mostaza, y de mostaza pasará a marrón, las hojas se volverán como cenizas, Y si intentas tocarlas lo más esperado es que se deshagan entre tus dedos.

Sé que hay muchos cabos sueltos en este relato, y están sedientos de una respuesta contundente. La misma es muy simple: yo no tengo que aclararles nada, la aclaración es vedada Y ustedes pueden pensar lo que gusten. Mi intuición me indica que debo confundirlos Para que saquen propias conclusiones... Los estoy enseñando a hacer los deberes escolares de manera autónoma, para cuando yo no esté no se sientan estancados porque nunca logran lo que se proponen.

II

Eduardo Antonio.

Así como lo dice el título encabezado, es el miedo persistente e injustificado a la muerte.

Para la clase de hoy me he decidido en escribir un poco sobre ese personaje de la Literatura Universal, mi Profesor ha quedado maravillado y Jennifer también, espero que ustedes corran con la misma suerte.

Hoy me despierto con el alma hecha pedazos, Hoy me despido sin querer decir adiós; Vete despacio para no sentir tus pasos, Vete en silencio para no escuchar tu voz.

Sí, hoy Domingo solo puedo pensar en la letra de esa canción tan lúgubre, lo
cual solo hace revivir en mi interior recuerdos vívidos sobre acontecimientos tan exaltados donde la alegría y las carcajadas eran las protagonistas; en realidad aún no entiendo como una persona puede atentar contra su vida de una forma tan enternecedora; y de esa forma tan horrible y dolorosa: ¡ahorcada! Muchas personas recurren a un revolver, un veneno diluido en comida o bebidas o en un cuchillo...

Aún recuerdo cuando uno de mis tutores nos contó una experiencia vivida con un paciente depresivo que
luego de tanta platica médico-paciente, le dijo entre lágrimas y desesperación:

—Doctor, quiero morir, ¡Quiero morir! ¡Ayúdeme a intentarlo de nuevo!

Demás está decir que en pocas horas se había lanzado por la ventana del consultorio y había caído en el estacionamiento en una caída mortal... Murió al instante.

Nosotros no podemos cambiar los pensamientos de los demás, eso es único y exclusivamente de ellos; ellos deciden si hacen de este mundo su propio cielo o su propio infierno... y aunque muchos deciden ir por el camino angosto de la Salvación Divina, otros deciden caminar por el sendero llano que los lleva directo a las puertas de la Muerte, de la perdición, de... ¡La muerte! Y ese
camino no se puede corregir cuando ya se está cerca del final.

Luisana no merecía tener un fin tan oscuro, ella tenía muchas metas por
cumplir, aunque la medicina no fuera parte de ellas; tenía una familia algo
disfuncional pero yo me atrevo a decir que la amaban en el fondo. Su hermano Francisco había quedado solo y triste; su madre, una alcohólica y fumadora vivía sedada todos los días; de su padre nunca supe nada, solo que trabajaba en uno de los periódicos locales... ¡Esa familia estaba incompleta! ¡Dios mío mi Luisi de Luz! ¡¿Por qué fuiste tan desconsiderada con todos tus amigos, familiares y conocidos?! Pero sobretodo: ¿Por qué no pensaste en tu familia desde un principio? ¿No pensaste en el dolor que les dejaría tu partida tan voluptuosa?

¡No!

¡Siempre habías pensado en tonterías de brujería, el Tarot y la Esotérica que pasaba el signo los domingos! ¡Los Domingos! El día de tu partida...

No te niego que siento miedo,
De enfrentarme a la Vida sin tí...

A veces me da miedo ¿Sabes? Uno tiene que abrazar todos los días a la
persona que ama, porque no sabes cuándo será la última vez que lo hagas o que la vida te dé esa oportunidad; yo tenía dos meses sin verla, sin abrazarla, sin darle un beso, sin escuchar "Te Quiero mucho mi Roberto" a veces se me hacía difícil asimilar su ausencia, la cual tenía que vencer, pero hasta ahora no he podido.

Unas de las razones por las que iba a la Universidad era para sentir
sus cálidos abrazos que eran una de sus pocas muestras de amor y sinceridad para con nosotros; otras veces esas pequeñas muestras de afecto no eran imprescindibles para comenzar una conversación; otras veces pasaba días sin hablarnos como si estuviera disgustada con el grupo, pero lo raro era que conmigo siempre había sido igual de afable, a su manera claro está.

Nunca pude conocer a fondo si Luisi tenía un talento o no; eso nunca se lo
pregunté, solo me conformé con saber que trabajaba en una panadería en sus tiempos libres y en las tardes iba a un curso de matemáticas con su hermano; los días de universidad iba con intermitencias, lo cual daba lugar a que los tutores la reprendieran por su indisciplina. Así pasaron los días, de lunes a viernes y el reloj daba múltiples vueltas a su eje, y todos esperábamos que ella mejorara, cosa que nunca pasó y terminó retirándose de la carrera...

Un mes más tarde nos enterábamos de su suicidio, inmolación, sacrificio o
muerte, llámenlo como quieran pero a duras penas solo son sinónimos que
embellecen de una forma u otra el lenguaje; hoy se cumple una semana de lo ocurrido y solo imaginarme ese ataúd con un espectro entre verde y morado me llena de dolor, porque mi Luisi era una muchacha sana, rozagante y llena de vida; no era esa especie de fantasma ambulante que yacía inerte en esa urna tan escalofriante y negra; Luisi solo estaba dormida, era lo que yo
pensaba ido mientras veía las imágenes que mis compañeros me enviaban desde el cementerio, hasta que colocaron el féretro en la fosa y empezaron las paletadas de tierra a caer, en ese momento supe que si estaba dormida, pero para siempre, ¡Sus ojos semiabiertos se habían apagado y cerrado para siempre...!

Mientras escribía también estaba llorando, en ese momento llegó una Sombra tumultuosa y asquerosa, con un enorme sonrisa de oreja a oreja, a pesar de estar adolorida de las articulaciones.

Empecé a hablar solo y a disimular mi tristeza expresando que me habían raspado en una materia... ¡Cuál no sería mi sorpresa cuando ví que traía un diario! Había sido escrito en sus tiempos de ocio, y quería compartir su contenido conmigo.

Fecha: 15-10-2023
Hora: 11:58 am
Evento: ingresó a la morgue del Hospital Andreani Pieretti una (1) occisa por suicidio.
Sector: Pueblo Nuevo Sur.

Municipio: Simón Rodríguez
Parroquia: Edmundo Barrios.
Cuadrante: 12.

Bajo los lineamientos de la Gran Misión Cuadrantes de la Paz,
Funcionarios del instituto autónomo de la policía Bolivariana del Estado Anzoátegui, adscritos al centro de coordinación policial El Tigre y pertenecientes a la brigada Hospitalaria, informan a la superioridad el ingreso de una occisa identificada como Luisana Karina de Jesús González, titular de la cédula de identidad v-30.895.764 de 20 años de edad, residenciada en el sector Oro Negro, avenida Creación Cultura edificio Esmeralda, siendo evaluada por detectives del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, informando
diagnostico técnico asfixia mecánica (ahorcamiento) a consecuencia de haberse quitado la vida...

Haberse quitado la Vida...

¡Haberse quitado la Vida...!

En ese momento tuve que creer en las palabras tan parlanchinas de la doctora Evelia. Empecé a rezar en mi mente tantas oraciones retrógradas que ya ni recordaba. Nunca antes había tomado la primera comunión y a duras penas me sabía de memoria el credo.

Corrí rápidamente a la oficina de la doctora, ni siquiera pedí permiso, entré con taquicardia y la encontré escribiendo. Les puedo asegurar que no llenaba ninguna estadística, estaba escribiendo varias epístolas.

Yo claramente sabía que mi tutora era una persona cundida en conocimientos técnicos y medicinales, pero nunca pensé que fuera escritora también. Así que entre cuchicheos y planes taimados decidimos llegar al fondo de todo. No sabíamos si era un paciente escapado de la psiquiatría, no sabíamos si era alguna persona del panel de guardia que nos quería jugar una broma, o si en realidad El Escalofrío había vuelto. No teníamos el apoyo de Santiago Así que tendríamos que descubrirlo nosotros dos.