Cielo Estrellado
Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Isaías 40:30-31
Santiago José.
La audacia de una muerte heróica siempre conmueve a los héroes; especialmente si dejaron un legado intachable: Jennifer lo había dejado en mí, en realidad había dejado una cicatriz en mi alma y en mi sangre por el intento de ritual que juntos concluimos durante una original transfusión de sangre.
Hasta hace poco Leonardo Carrasquel abandonó el Centro Religioso del Nihilismo, estuvo ciego durante varios años hasta que pudo quitarse la venda de los ojos. Curiosamente recordaba cuando el y Jennifer escucharon en la iglesia la ponencia del Ciego Bartimeo, a veces ve por las mañanas al Pastor Carlos García, está más anciano y viudo desde hace varias temporadas, echa de menos a su regordeta esposa, seguramente hará una Donación generosa para los gastos del Tempo.
Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados, no tiene nada que ver con la profesión que elegiste estudiar. Leonardo Carrasquel tenía miedo de no aceptar la realidad y no ser lo suficientemente maduro para afrontar los problemas de la vida. Así que cada vez que se siente triste rebusca entre sus papeles una hoja amarillenta de un cuaderno escolar, está escrita con algunos errores de ortografía, pero hace que se arrepienta de regresarse a sus inicios de maldad:
No, aún no es el Fin...
Jennifer es una chica que vive encerrada en una cúpula de cristal; y no porque lo quiera, sino porque sufre de muchísimas enfermedades... Para ella ser una persona sociable No estaba en sus planes, simplemente porque el destino no lo había querido así. Hasta que llegó Santiago a su vida, y le mostró que podría encender la lámpara de la felicidad cuando quisiera.
Santiago es un fracasado estudiante de periodismo, soñador, irresponsable e incompetente... Pero con muchos sueños por cumplir.
Y los cumplió, porque ahora es Agente Ejecutivo de Empresas Del Corazón.
Lo que no sabía es que esa lámpara podría pagarse tarde o temprano...
Existen muchas palabras que tienen como sufijo la palabra "Fobia" pero nunca pensé que detrás de una persona a la que muchos acusaban de practicar la promiscuidad, fuera una completa antisocial reflejada en el título encabezado de esta historia: La Filofobia.
"El miedo a enamorarse no es una enfermedad"
Pero Jennifer está muerta ahora... ¿Hay salvación?
¿Puede una historia narrarse sin el nombre de los protagonistas? intentaré hacerlo.
Nuestros Protagonistas son dos personas que forjaron una muy bella amistad desde chicos; hasta que el tiempo lo separa por seis largos meses, para luego reencontrarse y darse cuenta que las hojas del calendario los hicieron cambiar mutuamente.
Ambos deciden hacer como si nunca se conocieron, hasta que se reencuentran en una Empresa Editorial cuyo Legado pertenece a la Nueva novia de nuestro protagonista, sencillamente porque la salvó de la quiebra con una de sus obras.
¿Hay salvación para esta chispa de Amor que se sentía apagada? ¿El interés estará por encima de los verdaderos sentimientos?
¡Los acompaño a descubrirlo!
¡Créditos a quien corresponda!
Existen muchas jóvenes como Jennifer que se esconden detrás de muchos recipes médicos, la mayoría ni siquiera llega a los 18 años Porque sus días están contados. Yo conocí a una persona así, y con todo el dolor que me causa narrar lo acontecido recomiendo, tratando de no ser una persona insensible, que sean condescendientes, aprendan a practicar la tolerancia y la empatía cuando no quieran aceptar tu cariño, y lo más importante, nunca las dejes sumidas en la soledad.
La formación de mi talento como escritor se la debo a ella; me ayudó a explotar mi talento, específicamente ese accesorio que viene de fábrica, y que, dicho sea de paso, no tiene nada de excepcional.
La ambición, la suerte, las ganas y un poco de talento me llevaron por las sendas correctas. Y su terco Ateísmo confabulado con su reciente convertimiento al cristianismo la llevaron a su anhelado destino: El Cielo Estrellado dueño del Señor del Universo.
Pero a veces siento que me habla, sobre todo cuando estoy solo y pienso en ella. Mis compañeros de clases decían que era un claro signo de pérdida de cordura; pero yo sabía que mentían y que no estaban en lo cierto.
Cuando pude editar mi primer libro, en el cuál están varios de los escritos que les compartí, junto con otros inéditos; expresé durante la rueda de prensa que el libro estaba dedicado a mi gran musa, una musa que se había ido de paseo por las estrellas, pero que pronto volvería. Contaba de manera anecdótica que la había dejado en una estación de tren, llevaba muchísimas maletas y yo la ayudaba con su equipaje, estaba asustada por emprender un viaje sola, pero le aseguraba que no sentiría ningún dolor; la pequeña, confiando en mis dulces palabras subió con cautela al vagón de primera clase; cuya estancia contrastaba irónicamente con los grandes salones de su anticuada mansión mantuana.
Seguidamente se asomó por la ventanilla y empezó a gritar frases de despedida, entre mis anteojos brotaron Dos lágrimas: del derecho una de felicidad, porque sabía que ya no iba a sufrir; mientras que el de la izquierda derramó una impregnada de incertidumbre y misterio...
Esa fue la última vez que la ví.
El auditorio pensaba que era una antigua novia que se había ido al extranjero a estudiar, aplaudían con frenesí, me felicitaron por mi obra literaria y al estrechar mi mano me colmaban de esperanzas diciéndome que mi amada volvería a mí.
Cuando aclaraba que esta persona sufría de múltiples enfermedades, todos la acusaban de hipocondríaca: Artritis Rematoidea, Cáncer de Páncreas, Diabetes tipo 1, fibromialgia, trombopatia plaquetaria, Gastritis Crónica, hipertensión Arterial, una arritmia, un prolaxo en la válvula mitral, Fibrosis Quística de páncreas, Vasculitis, síndrome de Cushing, una mala absorción intestinal, epilepsia, Bronquitis... Y muchas otras más que ya no recuerdo en este momento. Los periodistas me elogiaban ya que era una hipérbole muy poética. Y yo me cansaba de aclarar con denuedo que este verso fue escrito con toda la sinceridad del mundo.
El libro se llamaba Jennifer: Letra de Una Canción Desesperada. La obra se convirtió en el Best seller de principios del año 2024. Todos en las calles comentaban lo dura y cruda que había sido la vida de este personaje ficticio, pero yo en mi mente sabía claramente que solo una persona podía haber cargado con una cruz repleta de enfermedades: la más pesada de todas fuera de Jesucristo, y muy atrás, lamentándose poco a poco y con caminar torpe se acercaba Jenny. Sé que compararlo para muchos será una blasfemia, pero no consigo un símil más adecuado para la ocasión que éste.
Varios de sus consejos y palabras habían quedado tatuadas en mi corazón, inclusive me tatué su nombre en una región innombrable de mi cuerpo, es por ello que siempre usaba suéteres y camisas manga larga para asistir a la iglesia del pastor Carlos, para ocultar mi pecado delante de los feligreses. Antes de fallecer la pastora Zulay todos los días me preguntaba por Jennifer, en realidad su mente se empezaba a nublar de olvido, principio de una enfermedad de Alzheimer, y yo, con aire de pena, siempre le contestaba con el mismo amor y la sonrisa de siempre:
—Está de viaje Pastora, muy pronto volverá a la iglesia y nos sentaremos a charlar con usted los domingos por la tarde.
Esto nunca ocurrió aquí en el plano terrenal. Seguramente si pudieron tomar el té en la mesa del Rey junto al Cielo Estrellado.
Todas las noches esperaba con ansias las visitas de mi amada, las cuales eran algo intermitentes. En este momento les doy la libertad de pensar lo que quieran, algunos se inclinarán a la idea de qué es mi mente jugándome una mala pasada, mientras que los más apegados a la Fantasía apoyarán mi teoría de que Jennifer me visita para seguir aconsejándome sobre los caminos de la vida:
—¡Seguramente pensaste que te ibas a quedar por fuera! Pero no, mereces subir también a dar un paseo pese a tus irresponsables responsabilidades y tu quietud por la vida. Este Tren te da el consejo de que empieces a ver la vida de un modo más serio, y que no traigas esa maleta cargada de problemas que solo te hace caminar más lento. ¡Solo déjate ayudar! ¡Déjate enseñar! Y aprende a ser corregido, así tu tengas la razón... ¿Sabes algo? Estoy muy orgullosa de tí, y sé que llegarás a ser un excelente editor. ¡Te Amo inmensamente mi Santiago!
Claro, la última frase de amor la inventaba en mi mente, porque Jenny nunca me lo diría, sobre todo si la miraba a los ojos como si buscara el secreto más profundo que se escondía en su iris. A veces me sentía cansado y con hambre, y todo era producto de la tristeza; recuerdo que durante el sepelio le habían trenzado los cabellos como a una niña de 8 años, y la habían enterrado junto a su extraña muñeca de porcelana. Estuve más de 3 horas mirándola esperando que de alguna forma despertara por arte de magia.
Pero la muerte es irreversible.
No logró graduarse de médico, pero en mi inocencia creo que Dios la mandó a llamar para atender a los Ángeles cuando se quebraran sus alas o se les subiera la presión arterial. Con su rostro ruborizado desarrolló desde un principio un hábil plan para promocionar la salud y prevenir la enfermedad, con resultados altamente satisfactorios, tanto fue conocida en el cielo que Dios le otorgó un reconocimiento por su ardua labor médica, y un pequeño diploma en donde estaba escrito con letras de oro su nombre: Jennifer Cárdenas.
Ella en sí era una persona que no se volvería a presentar en mi caminar por la Vida "La perfección no Importa, Solo hace falta Sinceridad" y su sinceridad, aunque no me gustase su beata forma de demostrarla, Era Genuina.
Fin
¡Nos Vemos en una Próxima Historia!
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