Capitulo 3
El manto oscuro de la noche había caído, y con el la tranquilidad. O eso se suponía.
Fuera del hotel, apoyada en la esquina de una terraza, una sombra se escurría de la vista de la gente mientras escrutaba con ojos atentos y ávidos de información la ventana de la suite. Esa persona, cuyos prismáticos estaban fijos en la chica de pelo rojo que hablaba por teléfono con rostro angelical y gesto tranquilo, se relamía imaginando situaciones asquerosas que se agolpaban en su mente, teniendo aquella joven un papel protagonista.
Una llamada lo sacó de sus repugnantes fantasías. Sacó el móvil y contestó:
-Diga-
-Ebisu, soy Hotei. Informa.-
-Sigue en el hotel, parece que han contratado a alguien más aparte de los guardias.-
-¿Quién?-
-No lo sé, no he podido verle la cara. En fin, dime que no me has llamado solo para pajearte con mi voz, maricona.-
-El jefe quiere vernos, a los seis. Vuelve inmediatamente.-
-Entendido.-
Con eso, terminó la charla y empezó a recoger las cosas. Aquellos pensamientos tendrían que esperar.
~0~
Lu Bu terminó de limpiar su cuchillo. Debía estar preparado para cuando pasara algo. La cliente se había ido a dormir hace un rato, por lo que todo estaba bastante tranquilo. Para ser sincero, la primera charla con la cliente había ido mejor que otras que había tenido hasta ahora. Fácil, rápido y sin mucho lio ni presunciones, justo como a el le gustaban. Y hablando de gustar. . .
-Esa chica. . .-
La imagen de aquella joven se le había grabado en la mente por alguna razón. Incluso con el conjunto común que llevaba, podía ver que tenía un hermoso cuerpo, completo, proporcionado y bien dotado. Su pelo era suave y todo en ella desprendía amabilidad. Pero lo que más recordaba era su sonrisa. Tan llena de inocencia y ternura, como si fuera la sonrisa de una madre. No entendía que tenía de especial, ya había conocido algunas mujeres hermosas y otras amables a lo largo de su vida, pero ella tenía algo que atraía su atención. Un rasgo inusual, extraño, casi. . .
Divino.
Sin embargo, era también un asco intentando esconder que estaba asustada. Eso era mucho más común. Guardó el cuchillo en su funda y se encendió un cigarrillo. Era mejor quitar esos pensamientos inútiles de su cabeza. La noche era tranquila. Había dado unas cuantas vueltas alrededor del edificio para comprobar que todo estuviera en orden, y aparte de una pareja de jóvenes empalagosos comiéndose a besos en una esquina, no había encontrado nada raro. Pero incluso con esa tranquilidad, había algo que seguía inquietando, una extraña sensación de que algo se le escapaba. El coche de aquella mañana no había vuelto a aparecer, y eso lejos de alegrarlo, lo confundía más.
Decidió volver a entrar y cerciorarse de que todo iba bien. Cruzó la puerta y subió por el ascensor para comprobar el interior.
-Hey, tu. Ven aquí, quiero hablar contigo.- Uno de los guardias le llamó. Decir que parecía enfadado era como decir que el cielo es azul. Tenía la cara del típico viejo cascarrabias.-No se por qué el señor Thor decidió contratarte, pero conocemos tu historial. No eres precisamente una niñera de primera.-
-Me han contratado para asegurar su bienestar físico, nada más. Si cumplo con lo acordado ¿Qué importa de donde venga? Además, ¿por qué rayos debería importarme una mierda lo que tu pienses?-
-Soy el jefe de los guardias de la señorita Randgriz desde hace veinte años por orden de su padre. Será mejor que te comportes y no intentes nada raro o trates de hacerle algo.- El hombre habló con voz firme y fuerte, intentando intimidar.
-Pues es mala suerte. Siempre he sido un asco siguiendo ordenes. Prefiero hacer las cosas a mi manera. Y si crees que quiero hacerle algo a esa chica- Lu Bu se inclinó y le susurro al oído- Ni tu ni todos tus hombres seríais un problema.
El guardia fue a responder a aquella fanfarronada con un balazo, pero el tacto del frio acero del cuchillo en su yugular lo disuadió de seguir aquel empeño. Ni siquiera le había visto mover el brazo, o sentirlo siquiera. Con el sudor cayéndole por la frente, pudo notar como una presión maligna mezclada con una terrible sed de sangre chocaba contra él. Lo tenía claro, lo que tenía delante no era un ser humano.
~0~
La mañana del día siguiente transcurrió tranquila pero agotadora. Se trataba de una simple reunión con unos inversores para resolver algunas dudas, pero al final resultó en horas de negociaciones incesantes y apretadas. Randgriz subió al coche y le dijo a Lu Bu que volviera al hotel. Aunque aún se sentía algo incomoda en presencia de aquel hombre, podía disimularlo bien. De repente una llamada hizo vibrar su bolsillo.
-¿Diga?-
-¿Has conseguido que acepten el trato?- Una voz firme y profunda sonó al otro lado de la linea.
-Si padre. Han aceptado con gusto.- Respondió con un ligero temor en su voz.
-Bien. No falles. Recuerda por qué estás allí. Si surge algún cambio, informarme inmediatamente. Sabes que necesito estar al tanto del avance de esto.- Esas fueron las últimas palabras antes de colgar.
-Lo que necesitas es preocuparte por tu maldita hija.- El murmullo cargado de rabia salió sin querer de sus labios.
-¿Todo bien señorita?- Lu Bu preguntó desde el asiento del conductor.
-¡Ah, si! perdón. Necesitaré arreglarme antes de esta noche ¿podrías esperarme fuera de la habitación?.-
-No he visto ningún encuentro planeado para esa hora.-
-Es una fiesta que celebra una amiga. Mi padre no sabe de ella. De todas maneras hoy no había nada planeado para esas horas.-
-Puede ser peligroso. Y su padre puede preocuparse.-
-Je. Eso me gustaría verlo. . .-
Esa última frase dejó desconcertado a Lu Bu. Podía entender que en familias tan acaudaladas y centradas en los negocios hubiera menos contacto humano, pero el tono que había usado cuando hablaba por teléfono y justo ahora decían que había algo más.
Randgriz no dijo nada después de eso. Se pasó el resto del trayecto sin decir nada hasta que llegaron al hotel. Cuando llegaron al hotel, Subió a su habitación para relajarse un poco antes de prepararse. Encendió el ordenador y activó la video-llamada.
-¿Cómo está mi chica de los negocios cumpleañera?- Una voz jovial y alegre sonó por los auriculares.
-Hola Anne, ¿cómo va todo?-
-Genial. Todo está listo para esta noche. Por cierto, he oído que tu hermano mayor te ha asignado una niñera, ¿Cómo es?¿Es guapo?-
-Si te soy sincera, da un poco de miedo.-
-¿En serio? Si te hace algo iré personalmente a rebanarle el cuello.-
-Tranquila, algo me dice que es de confianza.-
-Por cierto- El tono de su amiga cambió a preocupación-¿Tu padre sigue como siempre?
-Me ha llamado hoy para comprobar que la charla había sido beneficiosa para nosotros. Ni siquiera se ha acordado.- Su tono expresó desgana.
-Ese imbécil. Tu no te preocupes que hoy vas a pasar el mejor cumpleaños de tu vida.-
-Gracias. Nos vemos en unas horas.-
Randgriz cortó la llamada y se echó en la cama, reflexionando sobre la frase sobre su padre- No se acordó. Más bien ni si quiera le importa- Las palabras salieron de su boca junto con las lagrimas. Llevaba mucho tiempo ocultando su dolor. Thor, sus hermanas y amigas estaban siempre lejos, ya fuera por su trabajo, o el de ella misma. Todo el mundo en la empresa la observaba como si fuera un premio que conseguir, mientras tapaban sus intenciones con alabanzas y cumplidos vacíos. Hacía mucho que no estaba cerca de alguien que la cuidara por que le importara ella, no su nombre o su familia.
-Señorita ¿Está visible?- La voz de Lu Bu llamó a través de la puerta.
-Si, adelante. ¿Qué ocurre?- Randgriz respondió mientras veía al hombre abrir la puerta.
-Han llegado algunas cartas a su nombre. Parecen ser de su familia.-
-Muchas gracias.- Dijo dándole una sonrisa dulce mientras este se iba.
-Por cierto, su hermano Thor me lo comentó hace dos días. Feliz cumpleaños.-Lu Bu dijo una sonrisa al cerrar la puerta.
Randgriz se quedó sorprendida, no solo por que él fuera alguien que se acordara de ello, sino por la sonrisa que le dio. Era una sonrisa mucho más tranquila y amable, algo que ella nunca hubiera visto posible en un hombre de sus características. Pensaba que era un hombre frio sin ganas de socializar y que le gustaría aterrorizar, pero tal vez, solo tal vez estaba equivocada.
~0~
La noche había llegado. Randgriz se miró en el espejo. Sus ropas se componían apenas de una camisa blanca ceñida que le llegaba por encima del ombligo, unos pantalones cortos por encima de las rodillas y unas botas con tacón. Como únicos accesorios llevaba su típico broche de orquídea y una pulsera de aro. Se revisó en el espejo por una última vez. Se veía preciosa. Cogió su bolso y salió por la puerta de su habitación. Al llegar al coche encontró a Lu Bu apoyado en el coche esperándola.
-¿A dónde señorita?-
Randgriz le dio la dirección de la zona de fiesta y Lu Bu condujo. Era una discoteca en uno de los barrios ricos de la ciudad, por lo que ella se sentía segura. El trayecto fue adornado por las fiestas de la noche en los bares y otros sitios. Cuando llegaron al sitio, se pudo notar que era gente adinerada la que venía aquí. El local era enorme, con grandes ventanas, mesas en la terraza y una capacidad de hacer ruido tan grande que se debía oír hasta fuera de la ciudad.
-Me quedaré aquí por si acaso. Si ocurre algo, no dude en contactarme.- Dijo Lu Bu al dejar bajar a la chica.
-Gracias.-
Ella cerró la puerta del coche y entró. El ruido era incluso más fuerte que fuera, y la gente se apelotonaba por todos lados. Randgriz se abrió paso por entre la marea de personas hasta la barra cuando unos brazos la rodearon por los hombros.
-¡Aquí esta mi niña!- Dijo la mujer de cabello rojo que ya tenía un vaso medio lleno en la mano.
-Hola Anne.-
-Vamos arriba, tenemos suerte. Shiva y Rudra están en la barra.-
Shiva era el dueño del lugar, famoso por poder preparar varias bebidas a la vez, como si tuviera cuatro brazos, y ver todo lo que pasaba en el bar como si tuviera cinco ojos. Además era famoso por tener tres novias, las cuales además eran amigas. Por lo que tenía entendido por Anne, eran una relación muy feliz y funcional, lo cual le daba aún más crédito.
-Así que esta es la hija del tuerto malvado. He oído que no te pareces para nada a tu padre.- Comentó el barman mientras agitaba un mezclador.
-Cómo la noche y el día. Esta primera la pago yo.- Dijo Anne mientras le extendía un billete de 20.
-No os preocupéis, esta noche lo vuestro corre de mi cuenta. Hay que conservar a los fieles clientes-
La noche empezó así. Bebida, baile, charlas con amigos, risas. Esos pequeños momentos de paz y alegría eran lo que más deseaba. Salir de aquel mundo burocrático donde siempre tenía que mantener la cara bonita y los buenos modales, a la vez que ser efectiva y útil. Simplemente ser ella, sin miradas inquisitorias o presiones por parte de su padre. Siempre había pensado que con ella era algo distinto. Siempre trataba de mantenerla a su lado, mientras que mostraba cero preocupación por que sus otras hijas se fueran. Tal vez fuera ella la que fuera diferente. No tenía el carácter de sus hermanas mayores, ni tampoco una madre a la que acudir. Tal vez por ello se aferró de pequeña a su padre, pero ahora era algo de lo que deseaba escapar y le era imposible.
Pero esa noche. Esa noche se iba a divertir, a desmelenarse y a disfrutar como nunca.
Lo que no notó fueron el par de ojos que la habían observado desde que entró al club. Unos ojos que no eran signo precisamente de que algo bueno estuviera tras ellos.
Por otro lado, Lu Bu estaba fuera, dentro del coche apartado. El móvil no había sonado ni había visto signos de que la situación se estuviera poniendo violenta. Puede que esa noche fuera tranquila. Puede que esa noche todo fuera bien.
O puede ser que acabara de ver el mismo coche de la estación de tren aparcado en un callejón. No lo había visto hasta entonces, pero las linternas de algunos chavales habían echo que reparara en el. Mismo modelo, misma matricula y sin conductor ni pasajeros. Un sexto sentido se encendió en la mente de Lu Bu, quien salió del coche y entró tras lanzar una mirada agresiva a los guardias, quienes solo bajaron la cabeza.
Ahora si que iba a ser una noche movida.
~~(0)~~
Aquí está el tercer capitulo. Siento haber tardado tanto pero he estado de exámenes estas semanas. Intentaré traer los capítulos más seguidos.
Espero que os guste.
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