Sin regreso. Montaña y derrumbe.
Curación llevó a Marshall hasta una montaña nevada, y escalaron ambos. Una vez en la cima, Curación se sentó.
Marshall: ¿Qué haremos aquí? Todo el rato me dijiste que me darías aquí mi nuevo desafío para recuperar la memoria.
Curación sólo señaló la punta: Escalarás hasta allí y bajarás hasta aquí. *Sacó una mochila* Lleva esto. Es comida encaria, da fuerzas cuando lo necesitas, calor cuando lo mereces, y frescura cuando lo requieras.
Marshall se colgó su mochila. Respiró hondo, y empezó la subida.
Por la mitad, digamos que Marshall la pasaba sintiendo un poco de frío y bastante sed. Le parecía ver figuras o espíritus a su alrededor, cosa que no ayudaba. En el viento, podía distinguir una cachorra hosky de ropas cian y un gorro polar. Los ojos cristalinos parecían tan reales...
La cachorra sonrió y corrió hasta Marshall, pero se esfumó a 1 metro antes y sólo le llegó una brisa cálida. Algo que animó mucho más a Marshall. Los ojos de Marshall estaban brillando con determinación, con alegría y otro sentimiento que no distinguía. Pronto, Marshall ya ni sentía el frío. Su visión cambiaba poco a poco, y notaba a los otros seres. Sus aspectos físicos y sus fortalezas, incluyendo sus puntos débiles. Él no lo sabía, pero Curación ya se había adentrado en el cuerpo y en la mente de Marshall. Marshall sintió hambre, y rebuscó en su mochila. Se zampó el pan dorado que estaba dentro. Su cuerpo se llenó de energía encaria, se calentó su temperatura y su visión se aclaró. Empezó a correr en dirección a la cumbre.
Cerca de la cumbre, había un hombre vestido de negro intenso. Que al ver a Marshall, se sorprendió, pero se quedó callado y quieto. Marshall sólo siguió su camino, creyendo que era otro espejismo como la cachorra. Lo que no sabía, era que éste hombre era Ezekiel Black, el hechicero de la Magia Negra. El que lo había entrenado. En carne y hueso. Hablaremos de él mucho más adelante, pero ahora, Marshall ya había llegado a la cumbre del monte. Y fue su error, el no haber mirado a sus pies las grietas que se empezaron a formar. La cumbre se deslizó un poco y arrastró a Marshall hasta la base, con rocas y trozos de nieve cayendo sobre él, formando una prisión helada para el pobre Marshall. En su mente, Curación habló.
"Resiste Marshall. Ya voy por ti." Y Curación salió del cuerpo de Marshall y se materializó frente a él.
Con su forma física, Curación despechó fácilmente los bloques de nieve. Marshall se derrumbó frente a él, absorto en la memoria recuperada parcialmente. Recordó muchas cosas respecto al hombre que vio en la cumbre, pero seguía sin saber quién era.
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