Curación sostuvo al pobre Marshall, el cual se desmayó en el acto, saliendo de él, todo el humo azul que se formó otra vez en la perrita dálmata. 

Curación: Gracias... Grhan. Fue de mucha ayuda.

La perrita asintió y salió corriendo al bosque, desapareciendo de su vista. 

*Semana más tarde*

Curación estaba caminando de un lado al otro en el templo de Mente, el Juez número 6. Se suponía Marshall ya tendría que haber recordado todo, pasó por todas las pruebas... y finalmente llegó la final. Recordar todo. 

Curación estaba más asustado que cuando enfrentaba monstruos más grandes que él. Estaba consciente que Marshall podría enojarse bastante por ocultarle todo, pero él merecía saber la verdad. 

Marshall finalmente salió del templo, anonadado por lo que el monje Mente le había mostrado. Sin duda ahora entendía porqué el entrenamiento. En su pecho ardía una llama que quemaba el pecho del dálmata. Pero no era ira o rencor. 

Curación: ¿Marshall? 

Marshall miró tristemente a Curación: Ustedes sólo quisieron que yo recuerde todo sin darme un colapso mental... ¿cierto?

Curación asintió nervioso.

Marshall: Sólo... sólo quiero conocer a... mis amigos... tiempo que no los veo. ¿Puedes hacerme ése favor?

Curación sonrió. Marshall no estaba molesto: Será un placer mi amigo. 

Y se fue corriendo, dejando a un Marshall pensativo.

"Entonces... ¿Tengo novia? ¿Esa dálmata que veo era ella? ¿Se llamaba Rosie?"

Pensamientos algo curiosos venían a la cabeza de Marshall, como si estuviera asustado, en pánico, pero a la vez emocionado.