Esto se pasa de mi.
El señor Vida preparó una habitación para Marshall. Una medio grande y espaciosa. Adornada con símbolos... más bien raros. Pero en la noche no podía dormir. no paraba de pensar en la Border Collie. Algo le decía que el Señor Vida no le mintió al decir que si era un recuerdo doloroso.
Marshall sólo durmió al decirse a sí mismo que ella lo esperaría. Al amanecer alguien golpeó su puerta. Marshall no quería despertar, pero lo terminó haciendo. Parpadeo y limpió sus ojos celestes.
Marshall: ¿Quién es?
???: Hola Marshall. ¿Estás listo para entrenar?
El Extraño bvestía ropa moderna. Vaqueros tejanos, un chaleco naranja y una camisa celeste. En su cabeza estaba un casco blanco puro. Sonreía amablemente y sus ojos verde intenso parecían penetrar en Marshall.
Marshall: ¿Quién eres?
Curación: Me llamo Curación Hijo de Vida. Y por ahora soy tu entrenador. Ven a desayunar en mi restaurante.
Curación bajó por las escaleras volando. En sentido literal. Levitaba sobre el suelo a escasos centimetros. Marshall no sabía que hacer. Sólo intentó seguir el paso a ese extraño ser que era rápido. Bajo las escaleras y corrió tras ese ser.
Curación esperaba a Marshall al final del camino. Detrás de el, una fortaleza se alzaba amenazante. Era de estilo medieval, con banderas color blanco y dorado.
Un soldado con armadura negra, capa y casco azules y un hacha en su cinturón miraba desde arriba. La puerta de la fortaleza era peculiar. Con su puerta ordinaria... Pero en hielo puro. Unas estalactitas de hielo aparentemente afiladas estaban bloqueando el paso. Marshall se acercó a Curación.
Marshall: Oye... ¿Qué es esto?
Curación alzó una ceja: Una fortaleza.
Marshall: Si pero... esa puerta...
Curación: Es agua encantada. Mi primo, Agua hijo de Muerte manipula las puertas.
Marshall:Otro nombre abstracto.
Curación sonríe: Jaja. Ya te dijo mi padre que es por nuestra naturaleza. En fin. *Levanta la mirada hacia el Guardia* Agua!! Abre la puerta!!
El tal Agua miró hacia abajo y pudo ver a su primo. Sonrío y levantó la mano a modo de saludo. Luego asintió con la cabeza e inmediatamente las estalactitas se elevaron, dejando paso a nuestros protagonistas. Curación guió a Marshall por las calles de piedra de la Fortaleza, y lo llevó a un restaurante. Por el camino, Marshall pudo ver que el sitio parecía medieval, pero algunas puertas y carretas eran tecnológicos. Un par de cámaras enfocaban desde las puertas. Algún que otro encario pasaba y saludaba. Unos satiros y driadas cruzaban cargando alimento y bebida. Todo era... mágico. Una sensación incómoda de bienestar invadió a Marshall. Luego, una chica joven de pelo castaño y ropa de caza antigua se acercó. Ella tenía un aura plateada que transmitía esa sensación de paz.
Curación la miró y sonrió: Hola Pacífica.
Pacífica: Hola Curación. Vengo de ayudar a Sonido en su cacería.
Curación: Oh. ¿Viste a Oculto? Tengo que hablar con el.
Marshall: Hola, Soy Marshall.
Pacífica miró a Marshall y sonrió de una forma... que le recordó a la border collie.
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