10
Al siguiente día, y ya con un poco más de calma, Solveig y Muntu explicaron al tío Google, así como a Ahkona y Osun, cómo habían descubierto que podían usar la energía del agua. El Kraken se sintió algo contrariado por no haber pensado en darle este método a Solveig antes, ya que aunque para otras especies era un tipo de magia más avanzado, naturalmente para las sirenas era lo más sencillo, debido a su natural habilidad para cantar, que además de para comunicarse, les servía para orientarse en la oscuridad gracias al eco que producían y el amplio rango sonoro que permitía que midieran diferentes distancias. De cualquier manera, los felicitó y alentó a seguir practicando.
Mientras el día pasaba, los dos siguieron presumiendo su logro, aunque no tardaron mucho en quedar sin otro oyente que Delph, quien por su personalidad y además por ser el mayor, estaba muy bien armado con mucha paciencia. Aun así, le sorprendió un poco ver cómo Solveig y Muntu se miraban. Siempre había sabido que la manera en que su mamá y papá se miraban uno al otro era diferente a como los miraban a ellos o a las demás personas. Y ese mismo tipo de mirada la tenían sus abuelitos, sus tíos y muchas otras parejas. Se preguntó cuánto tiempo tardaría en encontrar a alguien que lo mirara de la misma forma, pero creyó notar que entre las de Muntu y Solveig había un leve parecido con aquellas miradas.
Sin embargo, la voz del pequeño tritón lo sacó de sus pensamientos: —¡Tú también puedes hacer magia así, Delph! Te gusta mucho cantar, ¿verdad? —exclamó Muntu.
El niño mayor sonrió levemente y negó con la cabeza: —La magia se las dejo a ustedes. A mí me gusta más cantar para que escuchemos las historias, así que cuando sea grande voy a viajar muchas veces para escuchar historias nuevas y cantar las que ya conocemos a los que no las han escuchado.
Aunque todavía faltaba mucho, debo mencionar que cuando alcanzan los quince años, los jóvenes tenían la posibilidad de viajar sin necesidad de ser acompañados por un adulto. Asimismo, esta es la edad promedio en la que sus pulmones maduran lo suficiente como para permanecer en la superficie sin ayuda, aunque su capacidad de respirar el aire es limitada a unos 20-30 minutos. Por eso, Delph, aunque no hablara tanto, sí se quedaba soñando despierto, ignorando a veces cuando le llamaban, perdido en sus ideas de poder recorrer, aun si no iba tan lejos, la vastedad del océano, escuchando y cantando nuevos relatos. Además de eso, y aunque sus papás tomaron las cosas con calma, sus abuelos y tíos estaban un poco preocupados por si acaso el muchacho había heredado una enfermedad un poco rara que padecía Leif, el último hermano de Ari, que había hecho que de bebé pudiera respirar aire con normalidad, pero disminuyendo con el tiempo su resistencia al mismo, de manera que al llegar a los quince años, en vez de poder permanecer más tiempo sin agua, ahora no pudiera salir de ella sin sentir que se ahogaba. Aunque según Anémona, no se debían preocupar, pues Delph no había sido más tolerante al aire de pequeño que al crecer.
Cuando volvieron a casa en el Atlántico Norte, casi un año después de iniciado el viaje, Delph tenía ya trece años, Solveig tenía ocho, Muntu, siete años, y los mellizos, dos años.
Pocos días después de volver, Anémona visitó Toivonpaikka de nuevo para informarse si había sucedido algo importante mientras no estuvieron. Efectivamente, era así, pues tanto Violeta como Haakon y Cressida mencionaron que, aunque aisladamente, habían aparecido cerca de las costas unas nuevas criaturas, parecidas a las sirenas, pero de un color pálido demasiado blanco, al punto de que parecían hechas de espuma. Aunque no parecían querer causar algún daño, sí eran muy espeluznantes, y los habitantes de la isla esperaban que Anémona pudiera decirles algo más específico acerca de esos seres.
Quien pudo darles respuesta, y al mismo tiempo una nueva duda, fue Osun: —Sí, he oído hablar de ellas, son fantasmas de sirenas que murieron a causa de los humanos —respondió la hechicera con tristeza en su voz, pues conocía algunas historias en las que aparecían estos seres, simplemente llamados espumosas.
Y Ahkona agregó: —Aunque las espumosas fácilmente se desvanecen, tienden a perseguir a los pescadores, quizá para asustarlos o para intentar vengarse. Debido a nuestro origen como especie, tenemos tanto el instinto como la habilidad para ocultarnos de los pescadores. Pero con el caso de las espumosas, de alguna forma el instinto se invierte y buscan a los humanos por venganza.
Esto hacía más extraña su aparición en los alrededores de la isla, tomando en cuenta el respeto de los pobladores humanos hacia los seres mágicos y la falta de hostilidad por parte de las espumosas.
—No comprendo, en la isla nunca nos han hecho daño, ¿por qué ahora aparecen? — fue la pregunta constante en la mente de Anémona.
Ahkona continuó: —Algunos humanos, de almas nobles y por tanto escasos, nos ven como un símbolo de libertad, no sólo como seres mágicos. Pero hay otros que aun desean volver a esclavizar no sólo a nuestra especie, sino a otras. De hecho, es uno de los temas más importantes a tratar en la siguiente reunión de hechiceros, pues aunque es una constante con la que los seres mágicos de todo el mundo batallan, aún se mantenía a raya a los sectores de la humanidad que propiciaban esto. Sin embargo, últimamente ha habido un incremento en el desequilibrio de las energías mágicas, de lo que se deduce que los humanos han ido cobrando fuerza para este desatinado propósito.
Osun añadió: —En el caso de los hechiceros humanos, incluso ellos han tenido problemas, tanto por la disminución del interés en la magia por parte de su especie y algunas más, como por la persecución que muchos han padecido, sobre todo en los países de Europa, y la zona de África y Asia que llaman "medio oriente". Es probable que esté relacionado con la aparición de las espumosas".
Hasta ahora, los niños y niñas habían permanecido muy callados, atentos a la narración, pero al llegar a este punto, una pequeña alzó su mano para hacer una pregunta importante: —Señor, pero yo había escuchado que nadie sabía cuál es el origen de las sirenas, ¿o sea que me estafaron?
El narrador rió y dijo: —No, lo que sucede es que solamente ellos conservaron la historia de su origen, pero para las otras especies esto ha sido un misterio, ya que como antes dije, aunque las sirenas mantienen toda su información a través de las canciones, sin inventar partes de la historia o modificarlas, los humanos y otras especies sí lo hacen, por lo que en nuestras manos sus relatos se van desfigurando hasta que no queda casi nada de verdad en estos. Por eso es que nadie de las especies terrestres sabe cuál es el origen de las sirenas.
Los peques se miraron entre ellos, asombrados pero convencidos de esta explicación, ya que a su corta edad habían experimentado la confusión de no saber qué de lo que la gente mayor les decía era cierto o falso, así que, aunque estaban escuchando la historia en voz de este señor desconocido, tuvieron la certeza de que había veracidad en sus palabras. Enseguida, le pidieron que continuara, lo que hizo de inmediato: "Bien, como decía, la canción describe lo siguiente:
— Las sirenas tenemos una historia que contar
De un pasado doloroso y difícil de olvidar
Pues es que venimos de un linaje antes cautivo,
Un pueblo que soñó y esperó,
mientras vivía en cadenas de dolor.
Valientes, algunos escaparon, pero aquellos
que los habían esclavizado, buscaron a los hechiceros
para convertir a los fugitivos en monstruos, aterrados
Y que así regresaran sumisos bajo su yugo.
Mas al ver luchar a los cautivos, los brujos conmovidos,
cambiaron su forma en medios peces,
en seres maravillosos, libres para nadar
y nunca volver a penar.
Las sirenas ahora libres, jugamos y cantamos,
recorremos la inmensidad del océano
poderoso, escuchamos nuestro
corazón con libertad.
Con plena conciencia de lo que
el pasado nos enseñó, la nobleza del
espíritu no se ha perdido.
Por eso no olvidamos el bien o el mal que recibimos,
recordando las lecciones aprendidas en el pasado,
con alegría, valor y fidelidad.
Por eso el amor dura para siempre.
No eliges compañeros solo por su belleza o voz,
sino también por su carácter noble y leal.
Aunque el tiempo pase, nuestro amor perdura,
pues nos elegimos por lo que somos,
y eso es algo que nunca cambiará.
Ese vínculo es indisoluble, un gran tesoro que conservar.
Confianza, ternura y devoción mutua,
fusionan las almas para siempre en la armonía.
Esta historia era la favorita de Muntu, y cuando Solveig la escuchó también quedó fascinada, aunque ambos tenían razones distintas: el pequeño tritón tenía mucha curiosidad por saber cómo eran los humanos actuales, pues era común para las sirenas evitar el contacto con ellos para evitar ser dañados, ya que consideraban que no estaban exentos del riesgo de ser cazados y comidos como otros peces. En cambio, a Solveig le llamó la atención justo lo contrario, cómo su especie había surgido del anhelo de la libertad, por lo que se sintió muy orgullosa".
—¡Qué gran historia! —exclamó una niña, muy emocionada, a los que el resto de la pequeña audiencia asintió.
—¿Entonces qué más pasó con las espumosas? — preguntó un pequeño.
El narrador se aclaró la garganta y siguió hablando:
"Anémona no dijo más al respecto de las espumosas, pero pensó en el caso de los animales cazados por la gente de Kuivuuden maa. Quizá en realidad no tenía qué ver una cosa con la otra, pero aun así le parecía sospechoso. De cualquier manera, la sirena vigiló las apariciones de las espumosas, tratando de averiguar las razones por las que se acercaban a Toivonpaikka, pero sin lograr ver más que una, que se esfumó al darse cuenta de que la estaban viendo. Aun así, Anémona estuvo atenta por si volvían a aparecer.
Sin embargo, poco antes de iniciar el invierno, la familia de Muntu regresó a su territorio, tan solo dos meses después, a causa tanto del incremento del frío como para no descuidar a los viajeros y habitantes de aquella región del océano, gracias a la comunicación del tío Google con los otros hechiceros mediante las bolas de cristal que cada uno tenía, Solveig pudo seguir hablando con su amigo, aunque no le gustaba tanto esto porque era más difícil jugar con él. No era extraño que Muntu se quedara horas hablando de lo que quería saber sobre la bóveda celeste, así que a veces ella sólo se quedaba escuchándolo, y para su propia sorpresa, sin aburrirse.
Ya se extrañaban los memes XD
A pesar del esfuerzo de la autora, que no sabe hacer versos, y de auxiliarse de una Inteligencia Artificial, no se consiguió que la canción tuviera una estructura acorde a la lírica del idioma español, así que se ruega al lector o lectora imagine que esto fue a causa de que al traducirse del idioma nativo de Toivonpaikka al español se perdió la rima y métrica originales. Gracias.
Aparte, la historia de la canción no se parece a la de la mitología griega porque para efectos dramáticos se tomó como base una leyenda de los pueblos afrodescendientes en la que ocurre algo parecido, siendo la heroína de la historia la diosa acuática MamiWata. Para más detalles pregunten al tío Google.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro