twenty six ──── love stroke
────────── CHAPTER TWENTY SIX,
LOVE STROKE ──────────
──── ❛ La muerte no nos roba a los seres amados, al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo ❜
──── Eso no se siente bien ──── Alexander musitó desde su posición en el suelo oscurecido.
Acacia se agachó, pasando su mano por la espalda del astral, dándole palmadas con suavidad. El viaje por el puente fue demasiado para un humano que no tenía la costumbre de desaparecer por los cristales.
En cuánto llegaron al planeta astral, Alexander se derrumbó sobre sus rodillas, sintiendo su cabeza explotar y las náuseas haciendo estragos en su estómago.
──── Lo sé ──── ella susurró, preocupada por él ──── Pero estarás bien, es pasajero.
──── No puedo levantarme ──── negó, agitando su cabeza ──── Voy a desmayarme si lo hago.
Acacia levantó la mirada, preocupada de lo que podía suceder por el cambio de aire y planeta del cual su cuerpo no estaba adaptado. Calista se acercó, ofreciendo una botella de agua que ayudó al astral.
Pasando unos minutos, Alexander levantó su cabeza, viendo su alrededor con curiosidad. Los primogénitos permanecieron a su lado, ocultando el lugar y dejando expuesto una densa oscuridad que lo hizo levantar asustado.
──── ¿Qué demonios es eso? ──── comentó sin separar la mirada.
──── Eso es un abismo, lo llamamos oscuridad divina ──── Gaea contestó, también mirando el vacío que le daba miedo desde que era pequeña ──── Si caes, morirás y no hay forma de salir de ese lugar.
──── Suena tenebroso, ¿por qué no ponen cercas o algo así? ──── Alexander propuso ──── Los letreros funcionan.
──── Los astrales deben de aprender ──── respondió Giles, cruzando los brazos ──── Si te acercas, caes así que no lo hagas.
──── Y los letreros solo dañaría la esencia del planeta ──── Bronte completo, mirando el cielo oscurecido.
──── ¿Preparado para levantarte? ──── cuestionó Acacia, arqueando sus cejas ──── ¿O sigues pensando que vas a vomitar?
Alexander asintió, agarrando la mano de Acacia para ponerse sobre sus temblorosas piernas. Ya con su estatura, pudo ver por encima de las cabezas del resto, viendo la gran mansión que estaba alejada y como las casas, estructuras por líneas parejas, eran tan hermosas.
──── Wow ──── murmuró, abriéndose camino entre los astrales.
──── Asombroso, ¿no? ──── Acacia sonrió, posicionándose a su lado ──── Este es mi reino, sé bienvenido.
Los hijos salieron de la oscuridad, abriéndose paso por las casas de los habitantes del reino de Poxzia. A lo largo, pudo verse el templo con su árbol creciendo más por las estrellas que parecían intensificar su brillo.
──── ¡Alto! ──── varios guerreros con espadas se acercaron, preparados para atacar ──── Identifíquese.
Acacia se abrió paso, mostrándose con su porte y elegancia. Tal como lo esperó, los guerreros bajaron sus armas, dando una reverencia ante la princesa.
──── Princesa Acacia, reino de Poxzia ──── anunció uno de ellos, bajando su mirada.
──── Bienvenida sea ──── aportó un segundo guerrero ──── Hemos esperado por usted por mucho tiempo.
Con el nombramiento de la futura reina, los habitantes encendieron sus luces, alumbrando las calles y saliendo para ver a sus acompañantes con asombro.
Giles agarró a Alexander de los hombros, dejando que Acacia controlara a su pueblo cuándo se dirigían a ella, tocando sus manos y preguntando dónde estuvo.
Las risas de los niños eran fuertes, corriendo alrededor de las piernas de los primogénitos. Acacia sacudió sus cabellos y jaló sus mejillas con fuerza por diversión, tal como solía hacerlo.
El pueblo estaba esperando por Acacia y la esperanza que prometieron traer.
──── Lamento haber tardado mucho tiempo ──── ella anunció en voz alta, observándolos ──── Pero ya volví, prometo que resolveremos los problemas que surgieron en mi ausencia.
Un coro de agradecimiento surgió, asintiendo y dándole paso hacia el gran astral que esperaba afuera por su presencia. Mantuvo su postura en alto ante la mirada de su padre, enseñando que podía tomar el control de su reino.
──── Padre ──── Acacia habló, dando una reverencia.
──── Rey de Poxzia ──── habló el resto de los astrales, imitando su acción.
Alexander fue empujado por Dion, también agachándose antes que el astral se ofendiera por su irrespeto.
──── Padre, te presento a Alexander, hijo del rey de Zoqri. Alexander, mi padre, el rey de Poxzia.
Alexander pudo ver las similitudes entre Acacia y su padre, mayormente en la mirada dura que ambos le regresaron por no decir nada. Tragó nervioso, quedándose refugiado entre los acompañantes.
──── Pido disculpas por las circunstancias en que fuiste traído ──── habló el rey, manteniendo su voz serena ──── Su padre, el rey de Zoqri, lo mantuvo escondido por razones de salvaguardar su vida. Ahora pido que ayude a nuestro planeta ante la amenaza que está sufriendo.
──── Lo ha...haré o intentaré ──── balbuceó el astral nuevo.
El rey asintió, dando una mirada a su hija con un gran significado, ¿realmente sería nuestro rey? Por su titubeo y timidez, no podía estar seguro si podría aguantar lo que estaba sucediendo, pero confiaba en que ese tiempo, lo ayudarían a entender.
──── Sigue acostumbrándose ──── Acacia defendió al astral nuevo, mirando a su padre ──── Se crío bajo un régimen diferente, pero aprenderá, nuestras costumbres están en él.
──── Eso cambiará ──── el astral aceptó, asintiendo ──── Todos tenemos un astral dentro, solo hay que despertarlo.
Los primogénitos se miraron entre sí, decidiendo si era el tiempo adecuado para informarles que el astral en Alexander ya se había mostrado. Al estar en silencio, Giles decidió hablar, cambiando el tema.
──── Con su permiso, rey de Poxzia ──── Giles habló, dando un paso adelante ──── ¿Cómo están nuestros padres?
──── Durante el tiempo que se fueron hubo problemas, tuvimos que recurrir a medidas drásticas como el poco contacto y uso del Templo ──── informó, cruzando los brazos ──── Sus padres serán notificados mientras tanto, pido que se queden en mi casa, son bienvenidos.
El rey dio una seña a uno de los guerreros, este asintió para adentrarse a la casa. Los primogénitos persiguieron al astral, llegando al recibidor donde Alexander soltó un suspiro de la impresión.
Acacia se vio envuelta por dos brazos, reconoció el cabello y el olor que desprendió al instante. Mev se separó, observándola con ojos llorosos.
────Me alegra mucho que hayas vuelto ──── Mev secó una lágrima de su mejilla ──── Pero mírate, esas heridas y ropa asquerosa ──── arrugó su nariz en disgusto.
Acacia río ──── No tuve opción ──── intentó excusarse.
──── Mev, por favor. Hay invitados ──── pidió Tany llegando por detrás con las manos cruzadas en su espalda. Se acercó a Acacia, dando una sonrisa ──── Gracias por volver en una pieza.
──── Sabía que me querías ──── bromeó en voz baja.
Tany dio varios pasos atrás, cambiando su expresión con rapidez.
──── Bienvenidos, primogénitos, también estoy muy feliz de verlos, a todos por igual. Cada uno tendrá a dos acompañantes para verificar su estado ──── anunció, extendiendo la mano a los astrales que se formaron en una línea recta ──── Me encargaré del hijo del rey de Poxzia. Mev, por esta ocasión estarás sola.
──── No te preocupes por mí ──── asintió la mencionada con una media sonrisa.
──── ¿Quieres reemplazarme con Alexander? ──── Acacia replicó, alzando una de sus cejas.
──── Claro que lo hará ──── Bronte se entrometió, dándole un empujón ──── Eres necia.
──── Solo será por este momento, Acacia ──── Tany respondió, intentando ocultar la diversión.
──── Vamos ──── Mev pidió, señalando el pasillo.
Todos dieron la vuelta, señalando a sus respectivos príncipes y princesas. Antes de poder disolverse, Alexander los detuvo.
──── Esperen, ¿qué se supone que haré? ──── interrogó él, confundido.
Cada uno se miró e inmediatamente formaron un círculo, teniendo privacidad ante las miradas de los astrales.
──── Primero mantente tranquilo ──── Calista habló ──── Los astrales nos ayudarán en nuestra apariencia, solo verán si hay heridas graves o mal tratadas.
──── Exacto ──── aceptó Giles, dándole un asentimiento ──── El rey de Poxzia notificara a nuestros padres de la llegada y veremos qué sucede después, ¿sí?
──── Lo que quiere decir es que por el momento disfruta. Tany no es mala, bueno, un poco ──── Acacia dudó, frunciendo los labios.
──── Por alguna razón es tu dama ──── Dion se burló.
──── ¡Astrales jóvenes, no perdamos tiempo! ──── regañó Tany desde su posición.
Los astrales asintieron, disolviéndose. Acacia se quedó atrás, agarrando la mano de Alexander con suavidad.
──── Todo está bien, sé que debe de ser agobiante, pero Tany te ayudará en todo ──── murmuró ──── Ya estamos a salvo, Alexander, nadie se atreverá a entrar en esta casa.
──── Ella no se mira muy agradable ──── confesó él en voz baja ──── ¿No podemos cambiar?
La astral río, dándole la razón.
──── Solo no te resistas a lo que pide, ¿sí? Después cenaremos, solo será un par de horas para prepararse.
Él asintió, persiguiendo a la astral que ayudaría a limpiarse. Antes de irse, Acacia pudo ver la curiosidad en los ojos de su dama mientras sacudía los dedos, despidiéndose de Alexander.
Acacia fue a su habitación, tirándose a su cálida cama con las almohadas, extrañando la comodidad que solo el planeta astral podía ofrecer.
──── ¿Qué ocurrió cuando estábamos abajo? ──── ella preguntó, cruzando las piernas.
Mev se acercó, pasando el cepillo por el largo cabello oscuro de su princesa.
──── Lo esperado, el rey de Neex se puso furioso cuándo se dio cuenta del plan en contra de su reinado. Tanto que quiso declarar la guerra contra los reyes.
──── ¿Y lo aceptaron? ──── preguntó con curiosidad.
──── No, lo tranquilizaron antes que su locura lo llevara a un lugar peor. Se decidió cerrar el Templo temporalmente, sin entradas ni salidas por precaución.
──── ¿Mi padre ha podido mantener la calma?
Mev sonrió ──── Por sorpresa, lo hizo. Ahora deshagámonos de esa ropa.
Acacia subió los brazos, dejando que la tela se desplazará hasta tenerla fuera. Mev escondió un grito tras su mano al ver el cuerpo deteriorado, lleno de moretones y heridas que seguían cerrando.
──── Tranquila ──── susurró ella, sin importarle como se encontraba ──── Ya no duelen.
──── Solo... es muy difícil de ver.
Con manos nerviosas, Mev comenzó a realizar su rutina, dando un baño con suavidad al cuerpo desnudo de Acacia.
Los diferentes envases de pomada relajaron los músculos de Acacia, necesitando quitarse los recuerdos que el mundo humano dejó en ella.
──── ¿No hay acceso para nada? ──── Acacia preguntó, quejándose de dolor.
──── En ocasiones ──── respondió distraída.
──── ¿Cómo cuáles? ──── indagó.
──── Visitas de casas aliadas, los reyes se repartieron los bienes y armas por emergencia. Creen que necesitaran evacuar al pueblo si el rey de Neex sigue con su capricho.
──── Esperemos que no sea necesario ──── musitó con preocupación.
Una guerra no iba a ser algo fácil para el planeta. Estaban divididos y cualquiera podría ganar.
Mev escogió un atuendo sencillo a comparación de los grandes vestidos. Sabía que la princesa debía estar más tranquila y no poner peso a su cuerpo adolorido.
──── Esto te encantará.
La dama sacó una falda transparente junto a un top, ambas piezas tenían el escudo tejido con hilos rojizos, mostrando su casa con orgullo. Sin dudar, se lo puso encima, sintiéndose mejor.
──── Por esta vez dejaremos lo extravagante ──── le dijo, cerrando los botones a su espalda ──── Mereces un descanso.
──── ¿También de los tacones?
La sonrisa cómplice que devolvió su dama lo confirmó. Una caja blanca salió del armario, conteniendo un par de botas largas color rojo con un tacón fino, deslumbrando por lo nuevo que era.
──── Es una maravilla ──── confesó, asombrada de lo que llevará.
──── Sí Tany estuviera aquí, me hubiera matado ──── Mev susurró.
──── Seguro lo haría ──── asintió, dándole una sonrisa ──── Igualmente te echaré la culpa.
A pesar de sus quejas sobre sentirse usada, Acacia no pudo estar más agradecida de volver a casa donde había seguridad, sin miedo a ser atacados en medio de la noche y lo mejor era que tenía a los astrales a su alrededor, dando tranquilidad.
Dos toques en la puerta alertaron la entrada de otro astral, Mev abrió e inclinó la cabeza mostrándole respeto a su rey. Acacia observó cómo su padre entró, dando una sonrisa dura.
──── Quisiera hablar con Acacia por unos minutos ──── pidió directamente a Mev.
──── Sí, señor. Por esta noche hemos terminado ──── explicó, dejando los pendientes en una mesa.
Salió de la habitación, cerrando con suavidad la puerta. El rey se mantuvo parado, esperando que su hija se diera la vuelta para enfrentarlo, tal como enseñó que lo hiciera.
──── ¿Te has enredado con el humano? ──── él preguntó sin titubeos. Acacia abrió la boca en impresión, tomada en sorpresa ──── Sé que anda detrás tuyo.
──── Eso no es cierto, padre.
──── Claro que lo es ──── replicó, manteniendo la voz firme.
──── Solo se siente seguro a mi alrededor ──── explicó, forzándose a parecer tranquila ──── Yo fui quién lo protegió en el primer ataque.
──── No puedes mentirme, hija ──── dijo, apretando los labios ──── Esa no era la misión. Ahora, gracias a ti, tendremos un futuro rey con el corazón roto, será vulnerable.
Acacia levantó la mirada, plantando los pies con decisión.
──── Nadie dijo que le rompería el corazón ──── habló con tono gélido.
Dos furias aparecieron en los ojos del rey ante la respuesta. En otro momento, Acacia bajaría la mirada, pidiendo disculpas por el temor que la abarcaría, pero en esa situación, no lo hizo.
──── Lo harás porque no hay ninguna manera que sigas con Alexander ──── escupió su nombre con arrogancia ──── Recuerda que el reino es primero, ¡jamás hay que darle la espalda!
──── ¿Por qué no puedo estar con él? ──── interrogó en voz baja ──── Soy capaz de ser una reina y una compañera, además, realmente me agrada.
──── ¿Manchar tu sangre por un humano? ──── masculló con odio, apretando los puños.
──── Tal vez sea hora de cambiar todo ese régimen ──── habló sin contener su boca en decir lo que había pensado durante tanto tiempo ──── Juntar todos los reinos y tener un solo rey, tendríamos menos problemas.
Él rio con ironía ──── ¿Crees que hay algún primogénito que daría su reino como una golosina? ¿Crees que ellos dejarán sus inicios por un patético amor que inició en pocos días?
──── Yo lo haría ──── susurró.
Toda palabra que Acacia emitió esa noche fue desechadas al sentir una picazón en su mejilla, tan fuerte que movió la cabeza tras la cachetada que su padre propinó.
──── ¡Eres una deshonra para este reino! ──── musitó con odio, el desprecio filtrándose en su voz ──── Vender a tu reino por un enfermizo amor que no durará, ¿qué pensarían los habitantes de ti? ¿Qué pensaría tu madre sobre dejar tus cargos por un humano? Arrepiéntete, Acacia, antes que tus palabras jueguen en contra.
El rey de Poxzia salió del dormitorio dejándola parada en medio de la habitación sin decir una palabra o sentir, todas sus emociones se entumieron con el primer golpe que obtuvo de él.
Se dejó caer al suelo, en un intento de retener las lágrimas que salían. Sabía que fue una tonta al hablar, tan descarada al intentar convencer a su padre de algo que no sería posible y dejar un reino que fue construido por su propia sangre.
Acacia fue la última en llegar a la mesa, posicionando en el asiento derecho, junto a su padre mientras que el resto tomó sillas al azar. Mantuvo una expresión serena, absteniéndose de dar comentarios o bromear como lo hacía Dion para calmar los nervios de Alexander ante la intensa mirada del rey de Poxzia.
Toda distracción fue innecesaria cuando posó la mirada en la astral, viendo los movimientos elegantes y la forma en que parecía estar bien cuándo era lo contrario.
──── Primero, agradezco a todos por estar reunidos en esta mesa, es grato tener a otros príncipes y princesas bajo el techo de la casa del reino de Poxzia ──── habló el hombre, dando una simple sonrisa ──── Han sido tiempos difíciles, pero con esperanza, tendremos al planeta astral bajo un manto de paz.
──── Agradecemos la invitación ──── Dion respondió ──── En lo personal, llevaba tiempo sin visitar está casa.
──── Yo siempre vengo ──── interrumpió Calista, chasqueando la lengua con diversión ──── Soy como una habitante más.
──── Antes de seguir hablando sobre invitaciones ──── Giles intervino, apoyando sus brazos sobre la mesa ──── Quisiera saber si pudo contactar a nuestros padres.
──── Lo he hecho, prefieren venir por la mañana antes que ustedes vayan a los reinos. Con las familias reunidas, iniciaremos el plan para comunicarse con el rey de Neex o algún aliado que esté en paz.
──── ¿Qué pasará cuando lo haga? ──── Alexander preguntó con curiosidad.
──── Conversaremos sobre los juramentos como siempre ──── Bronte se burló, moviendo su dedo sobre el diseño de la mesa ──── También tendrán que corroborar que eres el hijo legítimo del rey de Zoqri o podrían asesinarte por saber la identidad del Planeta Astral.
Alexander tragó en seco, sintiéndose nuevamente nervioso. No tenía idea que pudieran asesinarlo solo por conocer a su planeta, la muerte podía afrontarla, pero saber que unos hombres podrían separarlo de Acacia, eso si llegaba a molestarlo.
──── Pero no sucederá ──── el rey de Poxzia calmó las frustraciones del nuevo invitado ──── Porque eres el hijo del rey de Zoqri, todo está en la sangre.
──── Sí, amigo. Estarás bien, solo te pedirán una gota de sangre ──── Dion aportó, encogiéndose de hombros.
──── Veo que tienes fuertes amistades con los primogénitos ──── mencionó el rey.
──── Lo hizo ──── asintió Dion ──── Es un buen astral para crecer en el mundo humano.
──── ¿Sí? ──── replicó, levantando las cejas con curiosidad ──── Entonces, no veo problemas. Solo tendrás que ponerte a su nivel en entrenamiento y mantener los sentimientos para uno mismo.
──── ¿Cómo se hace eso? ──── él masculló.
──── Personalmente te enseñaré. Hice lo mismo con el resto, por ejemplo, mi hija sabe diferenciar los sentimientos dentro de una pelea por lo que facilitará dejar ir a aquellos que son un estorbo en su camino.
Acacia lo observó, manteniendo su mirada fija en unos segundos para bajarla a su plato vacío. Cho llevó la cena, una comida diferente a los platillos humanos ya que los astrales cosechaban sus alimentos.
──── ¿Ocurrió algo malo durante su estadía con los humanos?
──── De hecho, sí ──── Gaea asintió ──── Nos encontramos con los primogénitos.
──── ¿Realmente los enviaron?
──── Sí, casi al final. Pudimos escapar en términos medios, por los juramentos no nos hicimos tanto daño ──── explicó, encogiéndose de hombros.
──── Hablando de ese juramento, Alexander también lo tendrá. Si algún astral trata de matarte irá inmediatamente a la cárcel y seguido de su muerte.
──── ¿Soy intocable? ──── replicó el astral dando una sonrisa.
──── Algo así ──── asintió el rey.
──── ¡Sí, es lo que esperaba! ──── Dion gritó, alzando sus manos con alegría.
Acacia miró por encima de su hombro a Cho cargando una bandeja llena de copas de un alcohol conocido como dulce, un nombre bastante peculiar para la forma en que afectaba a los que ingerían el líquido.
──── Por más que me encanten, no quiero embriagarme está noche ──── Bronte se excusó, tomando la copa ──── Solo tomaré un trago.
──── Con eso es suficiente para terminar mal ──── Giles bufó, negando la oferta.
──── No deberías de probarlo, Alexander ──── Acacia intervino, observando cómo el interés brillaba en su rostro ──── Terminaras delirando.
──── Eso es muy cierto ──── Calista asintió, dándole apoyo mientras ofreció su vaso de agua fresca ──── Mejor hidrátate.
──── Sí, algún día lo probaras ──── Gaea sonrió, dándole un leve empujón ──── Para cada astral tiene un sabor particular, el mío siempre es mora.
──── ¿Cambia de sabores? ──── Alexander masculló, dirigiendo su mirada a las copas ──── Eso sí es interesante.
──── Lo es ──── Dion apoyó, agitando su alcohol con diversión ──── Una de las mejores creaciones del reino de Poxzia.
──── Por alguna razón dan las mejores fiestas ──── Gaea contó, sintiendo los efectos de su bebida.
──── ¡Me alegra oír eso! ──── exclamó el rey, terminando su trago con facilidad ──── Muchos se quejan porque no tenemos límites o consciencia de lo que hacemos.
──── Realmente no lo tenemos, padre ──── Acacia aportó, negando.
Un guerrero entró en medio de la conversación, llamando la atención de Alexander por la forma en que se inclinó, hablando directamente al rey de Poxzia.
──── Gracias ──── murmuró, asintiendo ──── ¡Con su permiso, primogénitos!
Se levantó de la silla, sacudiendo su largo abrigo rojizo para salir. Su mirada se posó en Acacia, sabiendo lo que haría, siempre víctima de sus impulsos.
No tardó en imitar la posición de su padre, dejando la servilleta en la mesa para alcanzar a su padre. Sus tacones sonando por la prisa que llevaba.
──── Padre ──── llamó ──── ¿Qué sucede?
──── Te informaré después, regresa con los invitados ──── pidió de manera suave.
──── Estoy segura que Calista tomara mi lugar ──── replicó con la misma calma ──── Es parte de este reino.
El rey se detuvo, entendiendo que su hija no se calmaría con solo unas palabras. Refugió sus manos en los bolsillos, mirándola desde su altura.
──── El rey de Vala se puso en contacto con nosotros a través de un guerrero. He notado que parece confuso con su decisión de ser parte de las creencias del rey de Neex.
──── ¿Qué se hará? ──── interrogó, enarcando una ceja.
──── Me aprovecharé de su indecisión para que sea nuestro medio de mensajes ──── informó ──── Hablar con el rey de Neex antes que se dé cuenta que Alexander está en el planeta astral.
──── ¿Y esperaremos que nos agende con una cita? ──── dijo sarcásticamente.
──── Acacia, celebremos por ese detalle ──── interrumpió el hombre, frunciendo los labios ──── Es lo que tenemos y de ahí comenzara nuestra guerra.
──── Puedo ayudarte ──── habló la astral, cruzando los brazos ──── Si el rey está confuso significa que Laria también lo está.
──── No creo que tú seas la opción para ella ──── negó ──── Si utilizaré a un astral será Bronte, tienen una relación, ¿no?
──── Ella lo atacó, dudo que se hablen de nuevo.
──── Lo hará si se le ordena ──── determinó el hombre.
El rey dio unos pasos adelantes. Antes de entrar a la oficina, titubeó en la puerta, dando la vuelta para confrontar a su hija.
──── Lo vi ──── él susurró.
──── ¿Qué viste? ──── preguntó confundida.
──── Vi al rey de Zoqri en el humano ────confesó en voz baja, sus ojos tiñéndose con tristeza ──── Es exactamente igual, ahora puedo entenderlo.
era necesario que el padre reaccionara de esa forma, las relaciones entre primogénitos es difícil y fue algo que siempre puse :'(
díganme que les va pareciendo la historia 🧡
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