ten ──── i found you
──────────── CHAPTER TEN,
I FOUND YOU ────────────
❛ Solo hay un tipo de felicidad en esta vida: amar y ser amados ❜
Los astrales quedaron en silencio, esperando algún transporte que los llevará al centro de la ciudad. Ninguno habló después de la pelea entre Giles y Calista, entendiendo las razones de ambos. Todo estaba tan lleno de tensión que decidieron cerrar sus bocas y esperar.
──── ¿Creen que la chica ya despertó? ──── Bronte cuestionó, manteniendo sus ojos cerrados.
Acacia creó una media sonrisa, satisfecha con lo que hizo ──── Karsten duro en despertar dos horas, supongo que todavía sigue en su sueño mágico ──── dijo, dándole un suave codazo al astral con diversión ──── Te perdiste la diversión.
──── Estoy seguro de que te encantará repetirlo para mí ──── él murmuró, mirándola con la misma diversión.
──── ¿Cómo sabremos dónde se encuentra el almacén que esa chica dijo? ──── Gaea preguntó, levantándose de su improvisado asiento ──── No conocemos las calles de este mundo.
Dion suspiró, observando la calle vacía ──── Hay letreros por todos lados. Podemos guiarnos o solo pedimos amablemente a los humanos que nos digan. Voy a morir si no pasa un camión ahora mismo.
──── ¿Poca paciencia, príncipe? ──── bromeó Gaea, arqueando una de sus delgadas cejas.
Antes que Dion pudiera replicar, el sonido de unas llantas hizo que los astrales se levantarán, intentando buscar el transporte que se estaba acercando.
──── ¡Ahí viene! ──── Calista señaló, soltando un suspiro ──── Finalmente un camión.
Gaea alzó sus manos, yendo al centro de la calle para forzar al camión a detenerse. Acacia ayudó a Bronte a levantarse, manteniéndolo a su lado por cualquier problema que pudieran tener con ese humano.
La velocidad del camión fue bajando hasta detenerse por completo. Una de las ventanas blindadas bajo, mostrando a un hombre de mayor edad con una gran sonrisa que la princesa de Poxzia reconoció como amigable.
──── ¿Qué están haciendo aquí? ¿Se han perdido? ──── el hombre gritó, sacándose la gorra que cubría su cabello canoso.
──── Si, necesitamos llegar al centro de la ciudad ──── Gaea respondió con el mismo tono de voz. Ella se subió en la grada del camión, colándose por la ventana ──── ¿Podría llevarnos? Hemos esperado por un buen tiempo bajo este calor.
Gaea era una astral con una gran belleza. Tenía los rasgos fuertes de su reino Tetris, un rostro delgado, ojos grandes y oscuros con una melena de color morado que creaba un halo de rizos.
Nadie podía resistirse a su carisma y belleza.
La princesa solo necesito de unos minutos para convencer al hombre en ayudarlos. Ella se giró, mirando al resto de astrales con una sonrisa.
──── ¿Qué esperan? El caballero nos dará un aventón.
Ella tomó posesión del único asiento delantero, dejando al resto la opción de ir en la parte trasera. Acacia agradeció en silencio que estaba cubierto por un enorme techo, el sol era demasiado fuerte y necesitaban un descanso antes de poder llegar a la ciudad donde buscarían al hijo perdido.
Acacia se impulsó para subirse, quitando el pesado candado para abrir las puertas del camión ──── Súbanse, mantendremos las puertas abiertas ──── le dijo al resto.
Antes de poder extender su mano a Calista, Giles agarró la cintura de la astral, alzándola para subirla en el camión sin pedirle permiso. Acacia soltó una silenciosa risa al notar el enojo en su amiga, aún molesta por las palabras que intercambiaron.
Dion ayudó a Bronte, aunque sanaba, su cuerpo todavía seguía resentido por la profunda herida en su pecho y el clima no ayudaba a mejorarse. Él se tiró al suelo, respirando pesadamente al sentir las palpitaciones de dolor en su brazo.
Acacia tiró su mochila, sentándose al lado del astral quien inmediatamente apoyó su cabeza en su hombro.
──── ¿Te sientes mejor? ──── preguntó, frunciendo sus cejas con preocupación.
──── Mira qué dulzura ──── murmuró en voz baja con diversión ──── Te preocupas por mí.
Acacia bufó, rodando sus ojos rojizos ──── Ya quisieras, solo no quiero cargar con tu cuerpo ──── dijo con un tono aburrido.
──── Intentaré creerte ──── Bronte comentó sonriente.
──── Voy a golpearte si sigues molestando ──── ella amenazó, entrecerrando sus ojos con una amenaza.
En el planeta, los astrales tenían un fuerte concepto del reino de Poxzia, llamándolos desalmados o provocadores de conflictos junto al reino de Neex. Acacia conocía los rumores que corrían de otros habitantes, pero nunca les puse atención, solo acepto esa reputación y la utilizó en su vida para poder mostrarles al resto que sí podía ser esa astral, aunque a los primogénitos les pudo enseñar otra faceta de su vida, una donde se preocupaba por cada uno de ellos.
──── Sabes que te quiero ──── Bronte susurró mientras cerraba los ojos.
──── Yo no ──── replicó Acacia.
Bronte solo tardó un par de minutos en dormirse. Su cuerpo se relajó por completo, dejando caer la pesada mochila que cada uno de los astrales mantenía cerca.
──── Él no está bien ──── Calista murmuró, guardando la botella de agua que salió de la mochila de Bronte ──── ¿Crees que la herida se haya infectado?
Acacia negó, sabiendo que Giles era el mejor astral en curar las heridas. Lo había visto ciento de veces curarse por sí solo, aunque fueran graves y profundas, todas llegaban a cerrarse como si nada sucedió.
──── Solo necesita descansar ──── musito la princesa, sintiendo la respiración del astral chocar en su brazo ──── No debe de ser fácil estar en este mundo con una gran herida. Le tomará un poco más de tiempo sanar completamente.
El viaje dilató un par de horas, lo suficiente para que los astrales repusieron sus energías que perdieron tras su huida del planeta astral. El camión se estacionó, haciendo que bajaran de la parte trasera para mirar la ciudad.
Las casas eran pequeñas, de madera y cerradas como si los habitantes no estuvieran ahí. Los carros pasaban a toda velocidad, intentando huir de algo que todavía no comprendían.
La ciudad estaba tan desolada que Acacia se preguntó si realmente habían llegado al lugar correcto.
──── ¿Qué pasa con la gente de este mundo? ──── Dion masculló, frunciendo sus cejas.
──── ¡Oye, linda! ──── el hombre gritó, llamando a Gaea ──── Ten cuidado, suelen ocurrir cosas extrañas en esta ciudad. Como puedes ver, no muchos les agrada vivir por aquí así que busquen los hoteles y bares en el lado norte, ahí encontrarán más personas.
──── ¿Cosas extrañas como qué? ──── ella preguntó, confundida.
──── Pedazos de meteoritos o personas extrañas creyéndose de otro planeta. De hecho, ustedes tienen ciertos parecidos ──── murmuró, mirando detenidamente a Bronte ──── Si necesitas algo, llámame. Los habitantes me conocen por aquí, soy Frank, a tu servicio.
Acacia se acercó a Gaea, interesada por lo que oyó. El hombre arrancó el camión, viendo por última vez una mirada por el espejo retrovisor, sus ojos se conectaron con la mirada rojiza de Acacia y solo encontró curiosidad por saber de dónde provenían.
──── Creo que llamaste su atención ──── bromeó Acacia, codeando a Gaea con picardía.
──── Tiene esposa, casado y dos hijos. Solo es un buen hombre pueblerino ──── excusó la astral, sonriéndole ──── No todos los humanos son malos, hay amabilidad si lo encuentras.
Acacia se quejó ──── Buh, no quiero lecciones sobre los valores que portan los humanos. Enfoquémonos en lo importante y decidamos qué camino agarraremos.
Dion dio varios pasos adelantes, concentrándose en seguir esos pequeños hilos invisibles que desprendía de su cuerpo en un intento de guiarlo al astral. El reino de Kordax se caracterizaba por tener ese don especial que era utilizado para encontrar a los astrales perdidos o descubrir grupos traidores que estaban escondidos en el planeta.
Por esa vez, Dion lo utilizaría en ese mundo de humanos para encontrar al hijo perdido. Cerró sus ojos, concentrado en que su don lo guiará por el camino correcto, aunque no conocieran las calles.
──── Derecha ──── dijo en voz baja. Parpadeó varias veces, enfocándose ──── Iremos a la derecha.
El resto de los astrales caminaron sin objeción. Los Kordax tenían un valioso don, rastreando a astrales con solo tener un poco de su esencia o en el caso del humano, la sangre del reino de Zoqri estará llamándolos desde su posición.
Caminaron por las calles, entrando a callejones sin salidas o caminos con desvíos. Dion empezaba a sentirse frustrado por no tener resultados, solo daba vueltas por ese mundo desconocido. El humano estaba moviéndose, demasiado que hacía difícil enfocarse en su posición sin entrar a un lugar donde no había camino.
──── Deberíamos tomar un descanso ──── Bronte propuso, dando un quejido cuando se sentó en la acera de la calle ──── Mire un parque hace unas cuadras atrás, tal vez encontremos asientos o agua para rellenar las botellas.
──── Esto es una idiotez ──── Dion masculló, golpeando la pared con frustración.
Habían llegado a otro callejón sin salida con casas igual de vacías que las anteriores. No entendía qué estaba sucediendo, no sabía si su don no funcionaba igual que en el planeta Astral o la presencia de tantos primogénitos lo hacía perder el enfoque en el verdadero que necesitaban.
Giles se acercó al astral de cabellera rubia, pasando su brazo para separarlo del resto y así tener una conversación privada. Intercambiaron palabras, las suficientes para tratar de calmar a Dion.
──── Es una gran idea ──── declaró Acacia, asintiendo a la propuesta de Bronte ──── De todas formas, hay que comer para seguir buscando.
Los astrales regresaron su camino, buscando el gran parque que Bronte vio. Estaba rodeado de robustos y grandes árboles, creando una gran sombra que hizo que Acacia se relajara. No estaba acostumbrada a ese intenso sol y estar caminando por varias horas, había hecho que sudara.
La princesa se sentó en una de las bancas, observando a un par de niños humanos que corrían alrededor de los árboles, unos persiguiendo a los otros y soltando carcajadas fuertes, sonreían sin problemas.
Una mano pasó por su rostro, haciendo que ella volviera a la realidad.
──── Saca todo lo que guardaste de la tienda ──── Calista pidió.
Acacia abrió la mochila, sacando las bolsas de pan, frituras y pesadas latas. Dejó en el fondo los dulces, sabiendo que su amiga se enojará si supiera que los agarró, aunque no era muy bueno para la misión. Calista reunió todo, leyendo las etiquetas mientras Acacia se alejó, agarrando otra banca para sí sola.
──── ¿Escapándote? ──── Dion bromeó, sentándose al otro extremo.
──── Necesito un tiempo a solas ──── confesó, arreglando su cabello oscuro ──── No estoy acostumbrada a pasar mucho tiempo con ustedes, sin ofenderlos.
Dion rio, apoyando sus codos en la mesa ──── Me sentiría mal, pero te entiendo. No estamos en casa para descansar y el día se está acabando demasiado rápido.
Ella soltó un suspiro, viéndolo tan apagado. Dion se exigía demasiado con su don y entendía que quería hacer todo bien, pero estar en ese mundo podía afectarlos de manera que desconocían.
──── Encontraremos al humano, Dion ──── Acacia dijo en voz baja, inclinándose para observarlo mejor ──── No ha pasado un día.
──── ¿Y si los astrales que bajaron anoche ya lo encontraron? ──── cuestionó, alzando una de sus claras cejas ──── Puede ser que lo tengan sufriendo o hiriéndolo lentamente hasta que muera y perdamos...
──── ¿Ellos tienen algún habitante de Kordax en su equipo? ──── interrumpió Acacia, frunciendo el ceño con una fingida interrogación ──── ¿Ellos tienen algún traidor que esté guiándolos? Porque no sabía que los Kordax estaban con el reino de Neex.
Dion cambió su expresión, negando con molestia ──── Jamás. Ningún habitante estará de acuerdo con ese reino lleno de ira y malicia.
──── Entonces no tienen ninguna posibilidad. Ni siquiera tienen registros de ese humano, están a ciegas.
──── Igual que nosotros ──── susurró el astral.
Acacia mordió su labio, pensando en las palabras correctas para subir el ánimo del astral. Ella se inclinó, entrelazando su mano junto a la de Dion en una suave caricia que llamó rápidamente la atención de él.
──── Nosotros te tenemos a ti. ¿Qué mejor representante de Kordax que su futuro rey que nos ayudará a detener una guerra? ──── habló, dando una leve sonrisa ──── Deja de menospreciar tu don y utilízalo como si estuviéramos en el planeta Astral, además, ser la víctima nunca fue tu mejor actuación ──── bromeo, haciendo que Dion alzará sus ojos dorados ──── Fuiste elegido, por todos los reyes y reinos de tu reino para venir aquí. Ahora pórtate como un príncipe y guíanos al hijo perdido.
──── Eso fue... lo más lindo que me has dicho ──── él dijo, sonriendo ligeramente.
──── Atesóralo, no volverá a pasar ──── bufó ella, mirando los espesos árboles de ese parque ──── Solo ando de mal humor.
Dion no perdió la sonrisa, entendiendo que la princesa siempre trataba de aparentar que no le importaba lo que sucedía con los primogénitos, pero todos la conocían perfectamente. Él subió su mano al collar que estaba escondido por su camisa, pasó sus dedos por el pequeño sol y respiro profundo, recordándose a sí mismo que su don los ayudará y por eso, no debe de darse por vencido.
──── ¡Acérquense, he hecho sándwich! ──── Calista anunció a los dos astrales, mostrando los improvisados emparedados con algunos vegetales.
Acacia le sonrió al astral, poniéndose de pie ──── A disfrutar un delicioso y nutriente sándwich ──── musitó.
La princesa agarró uno de los emparedados, comiéndolo con gusto. De inmediato supo que estaba hambrienta cuando ingirió el tercero junto a una botella de jugo caliente. El resto de astrales siguieron sus pasos, calmando el hambre que tenían después de una larga noche sin haber ingerido ningún alimento.
──── Deberíamos de buscar un lugar para darnos una ducha ──── Gaea murmuró, limpiando las migajas de su blusa oscura ──── O lavarnos el rostro.
──── Aguantemos todo el día hasta que podamos llegar al almacén de la chica humana. Debe de tener agua si su padre se esconde de la ley en ese lugar ──── Giles habló, amarrando su cabellera oscura ──── Aprovechemos la luz del día para buscar al hijo de Zoqri, después descansaremos toda la noche.
Una pelota roja golpeó el pie de Bronte, llamando la atención de todos los astrales. Un niño se acercó, ignorando la presencia de todos hasta que levantó su mirada, asombrándose por las personas poco usuales.
De inmediato su madre lo llamó con preocupación al notarlos, sabiendo que esas personas no eran humanas. Acacia frunció sus cejas, sorprendida de la reacción de aquella mujer hasta que recordó las palabras de Frank, el hombre que los ayudó a moverse a la ciudad, ellos parecían saber que había seres de otros planetas y podrían detectarlos con facilidad.
──── El sol está comenzando a bajar ──── Calista informó, viendo las nubes moverse con rapidez ──── Perdimos mucho tiempo en esperar por un transporte.
──── Agradezcamos que pudimos llegar a la ciudad. Hay que movernos o nos quedaremos estancados en este sitio ──── propuso Gaea, levantándose ──── Tenemos mucho que recorrer.
──── Antes quiero revisar la herida ──── Giles pidió a Bronte, sacando vendas nuevas ──── Las pondré por si llegas a necesitarlo.
Bronte asintió, quitándose la camisa que llevaba puesta. Una sonrisa de orgullo apareció en el rostro de Giles, notando que una cicatriz casi sana se encontraba donde la flecha atravesó su pecho, casi llegando a su corazón. El brazo también se encontraba mejor, lo suficiente para poder pelear y evitar alguna infección.
Una de las cosas buenas que poseían los astrales era la sanación, tomaban menos tiempo de lo requerido en que sus heridas fueran completamente cerradas, sin infección o cicatriz. Esa era una de las razones por las cuales eran muy buenos en las peleas. Un golpe era un simple cosquilleo en su piel y su resistencia duraba el doble de los humanos.
Por eso sabían que, si llegaban a declarar una guerra con los humanos, ellos morirían fácilmente.
──── Vamos, no podemos atrasarnos ──── Bronte dijo, poniéndose nuevamente la camisa ──── Estoy seguro que lo encontraremos hoy.
──── Parece que alguien está optimista ──── sonrió Acacia, contagiándose de su alegría.
Los astrales repartieron la comida y el agua, aligerando la carga de cada uno. No sabían por cuánto tiempo iban a caminar y prefirieron que todo fuera balanceado. Dion encabezaba el grupo junto a Giles, manteniendo su postura rígida y seria al pasar por grupos de humanos que los miraban con intriga en sus ojos.
Poco a poco iban entrando a un lugar de la ciudad donde había más humanos, las casas estaban en buenas condiciones y unos cuantos vehículos aparecieron en la calle. Después de todo, no era un lugar tranquilo y con pocos habitantes, eso sería un problema si llegaban a encontrarse con los otros astrales.
Meter a los humanos en sus peleas no sería bueno, podrían resultar heridos y sí debían de elegir a quién proteger, los primogénitos iban a decidir por ellos mismos.
──── Más personas ──── Calista susurró, apartando un mechón de su cabello rosado de sus ojos ──── ¿Crees que sepan quiénes somos?
──── Frank dijo que lo saben ──── Gaea respondió, soltando un suspiro ──── Solo finjamos ser turistas perdidos. No queremos meternos en problemas con ellos.
Acacia acarició el brazo tenso de Calista en una suave caricia ──── No te preocupes por ellos. Solo mira adelante e ignóralos, no tienen el suficiente valor para acercarse.
──── Esperen ──── Dion se detuvo, observando su alrededor que comenzaba a oscurecer ──── Lo sentí. Él está aquí.
──── ¿Por dónde? ──── Giles preguntó, viendo las casas y tiendas que los rodeaban. Todo estaba encendido, las personas se movían alrededor como si fueran atraídas a esos lugares ──── ¿Unos pasos atrás?
Dion negó, abriendo sus ojos dorados. La tensión apareció en su rostro, esforzándose en poder sentir al hijo de Zoqri en medio de esas personas. Un pitido empezó a aparecer en su oído izquierdo, haciendo que gruñera por ese incesante sonido hasta que su mirada se detuvo en un lugar y todo quedó en silencio.
──── Él está adentro ──── susurró, sin despegar su mirada ──── Puedo sentirlo. Él está dentro de ese bar.
y estamos a un paso de conocer al hijo perdido de Zoqri *aplausos*
díganme que les va pareciendo la historia, si el avance es rápido o lento, me encantaría leer sus comentarios :)
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