"Perdón"

El detective caminó velozmente con pasos firmes por los pasillos de las instalaciones correspondientes a la delegación. Anhelaba hallar la ubicación de su colega para enfrentarlo por haberle ocultando información crucial sobre el caso en el que estaba trabajando, dejando emerger su furia, que ardía en todo su interior.
Reflexionaba para entender esa falta de transparencia, conduciendo a la conclusión de que tenía que haber un motivo suficientemente justificable para que actuara de esa manera.
Con determinación en sus ojos, se dirigió hacia la sala de documentación, donde sabía que lo encontraría. Al llegar, lo vio dialogando junto a Federico sobre los modernos modelos de motocicletas lanzadas recientemente por el mercado automotriz.

-¿Por qué no me comentaste sobre la información que te dieron los papás de Oliver?-interrumpió su conversación con mucha crudeza, sin la más mínima pena por ingresar al interior de esa manera.

-Justamente por esto, porque te pones como un maniático. Ni siquiera quería que supieras lo de la pieza de ajedrez porque te obsesionas con el caso...sabía que irías a interrogar a sus familiares haciéndoles transitar por el dolor una y otra vez.

-¡Deja de entrometerte! Yo estoy a cargo de la investigación, y les prohíbo que me oculten detalles como éstos- respondió elevando su tono de voz, dejando en evidencia su ira.

-Cristian tiene razón, estos crímenes te están destruyendo lentamente...luces desorientado, actúas de forma impulsiva y lo único que haces es pasarte en tu oficina queriendo hallar las respuestas a todo-afirmó Federico convencido de que lo mejor es que abandone la búsqueda.

-Somos tus amigos, solo queremos que estés bien...renunciar también es de valientes-dijo Beigh con el fin de que reciba de forma positiva cada una de sus palabras.

-Tengo una app de citas con chicas hermosas por si necesitas-añadió Federico de forma sonriente con el fin de eliminar el tenso momento que se sentía en el aire.

Pero Jones no estaba interesado en esa propuesta tan superficial. Desde siempre, pocas mujeres les parecían interesantes, después de su relación fallida con Florencia, había decidido cerrar su corazón a la posibilidad de amar de nuevo. La decepción y el dolor que había sentido después de la ruptura lo había llevado a pensar que el romance no era para él.

Con el tiempo, sobre todo luego de mudarse, él había encontrado una excusa perfecta para justificar su soltería: su oficio. Había utilizado su trabajo como una barrera para protegerse de la posibilidad de ser herido de nuevo. No quería arriesgarse a sentir el desengaño que había experimentado en su relación anterior. Con cada uniforme que vestía, se decía a sí mismo que su vida estaba dedicada a servir y proteger, y que no había el espacio suficiente para "perderlo" en una pareja.

En aquella ocasión, había descubierto la infidelidad de su novia con el entrenador del gimnasio al que asistía. Ante la dolorosa realidad, la joven se quiso defender asegurando que Noah, en su orden de prioridades siempre colocaba en la cima a sus investigaciones, siendo ella una última opción. No obstante, ella no quería dejarlo, no sabía como romper esa relación con el prestigioso detective de aquella ciudad. Por eso había prolongado la situación, continuando con la deshonesta idea de engañarlo con aquel esbelto sujeto musculoso que la entrenaba tres veces por semana. Ante reclamos de ambos lados, tomaron la irremediable decisión de separarse luego de una monótona relación de dos años y medio. Los padres de Flor, en una ocasión le advirtieron a su hija. Su madre había anticipado que ese noviazgo fracasaría por lo distintos que eran. Si bien ella creía que a ciertas parejas les funcionaban, hay diferencias tan relevantes, que son inevitables no destruir lazos.

Al escuchar lo que sus amigos policiales tenían para decirle, se molestó tomando para nada bien cada una de las oraciones emitidas en aquellas palabras. Suspiró, y con un cierto dolor dijo:

-Discúlpenme si lo único que hago es hacer bien mi trabajo, lo siento si mi inspiración es hallar a un criminal que amenaza a esta localidad destruyendo vidas y familias consigo...perdón si no puedo ser como ustedes, alejados de la culpa al saber que por no arriesgarme, el sufrimiento aumenta de forma exponencial-comentó disminuyendo su tono de voz, un poco decepcionado de sus colegas, al pensar que lo subestimaron por no poder resolver el caso hasta el momento.

Ellos, solo buscaban su bienestar fisiológica y psíquica, sin embargo, el orgullo de Noah parecía ser más fuerte, debido a que ahora, tras esas palabras contenidas de preocupación, estaba más motivado en intrincarse en la mismísima oscuridad para encontrar respuestas, sin importar si debía arriesgar su salud en el intento.

Al salir de la estación, tempestuoso por el tenso momento vivido hace unos minutos, se dirigió al Registro Civil en busca de las actas de defunción de los dos niños mencionados en la carta de Oliver.
Era la manera de comprobar de que cada oración escrita en la misma, contenía un cierto grado de certeza. Con esto, tenía la ilusión de aumentar su motivación en busca de desmantelar los tétricos acontecimientos poco esclarecidos que mantienen anonadados a cientos de habitantes del pueblo.
Tras varias insistencias de su parte, la asistente había cedido para que pueda acceder a ese tipo de información.

Había descubierto que ambos niños eran hermanos mellizos con síndrome de down, que habían perdido la vida tras un incendio que envolvía circunstancias extrañas.
Tras leer la información, recordó aquella vez, en el que sus colegas, durante una tarde, agotaban el tiempo bisbiseando sobre el incidente juzgando a los familiares de esos niños por dejarlos solos en su residencia. Si su memoria no fallaba, evocaba las palabras de ese día en su mente, afirmando que cuando llegaron los bomberos, vieron cenizas a su alrededor y que sus vecinos intentaron extraer a los jovencitos pero no pudieron porque su madre los había encerrado por seguridad.

Tras quedar paralizado por reconstruir en su memoria ese tipo de hechos, bastante ansioso, suplicaba que el tiempo transcurriera de forma más rápida, para poder de esa forma, dirigirse al único lugar que podía brindarle la información que estaba buscando.