"Frena tus impulsos"

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Las paredes frías de la clínica cubrían la tristeza de las familias de las dos jóvenes que batallaban para que su corazón no deje de emitir su último latido.
Su único consuelo era la fe, mientras la fiel compañía sus lágrimas, suplicando extender el plazo de vida de las recientes hospitalizadas.

Noah había llegado al centro de salud, cautelosamente caminó con veloces pasos hacia donde se encontraba su colega, aquel que le había informado sobre el accidente.

—Que bueno que estás aquí. Éstas son las piezas—aseguró Federico entregándole los dos objetos ubicados en el interior de una bolsa transparente.

—¿Cómo están las chicas?

—La situación de la copiloto es difícil, no tenía puesto el cinturón de seguridad y el impacto fue letal. La otra joven está más estable—respondió él tratando de verse empático ante la situación.

—Es demasiado extraño—son las palabras que Jones emitió tras ver concentrado, las dos piezas de ajedrez con las mismas formas y colores que las tres anteriores encontradas en la residencia.

—¿Crees qué alguien pudo provocarlo?

—No puedo asegurarlo, pero es demasiado extraño como dos sucesos que parecen no tener relación alguna, conectan a cinco individuos con la misma cantidad de elementos de un juego de mesa en circunstancias confusas por la sustancia que los cubre—afirmó él un poco confundido, sumergido en un mar de dudas.

—Con respecto a eso, piensas bien, revisamos al vehículo, los frenos del automóvil fueron cortados—expresó Federico con un rostro demostrando preocupación.

—¿Cómo dices? Entonces claramente el accidente fue provocado ¿hablaron con los familiares? Necesitamos recolectar la mayor cantidad de información relevante para el caso—respondió Noah, ahora más impaciente.

—No, aún no le mencionamos nada de esto, creo que no es el momento.

Pero él ignorando por completo cada una de las palabras de su colega, se desplazó hacia la sala de espera, lugar donde se encontraban reunidas ambas familias.

—Buenos días, soy el oficial Noah Jones, y aunque considere que no es el momento más oportuno, necesito hacerles algunas preguntas...Todo indica que este evento infausto no fue accidental, sino provocado.
Al escuchar sus palabras, todos quedaron atónitos ante la fuerte confesión del profesional, siendo motivo de bisbiseos instantáneos.

—Necesito que me brinden datos específicos para descubrir la verdad. Traten de recordar si observaron sucesos extraños días antes, acontecimientos poco comunes en relación con ellas— afirmó él tratando de que puedan facilitarle datos relevantes.

—Un día antes del accidente, mi hija me comentó que la alarma de su casa había sido activada, tras ser revisada, la situación indicó que solo era un bulo, quizás si le hubiésemos puesto más atención a ese evento, hoy todo sería diferente —respondió Lidia, la mamá de Agustina con lágrimas que se desplazaban por su rojiza mejilla.

—Es el único suceso extraño oficial, por lo menos el que es de nuestro conocimiento —aseguró su esposo, padre de la conductora.

—Melisa creo que no tuvo acontecimientos extraños detective—dijo Jazmín de forma cortante, omitiendo exteriorizar su pensamiento de acusación en contra de Agustina, por el antecedente mencionado anteriormente.

Sin más información, todos le imploraban que descubra la realidad detrás de ese evento poco esclarecido, preocupados por pensar que alguien quiso hacerles daño, camuflándolo como un incidente vial.

La pequeña ciudad había sido testigo de infinidades de accidentes de tránsito a lo largo de los años. A pesar de sus pocos habitantes, la prisa en contrarreloj de las personas, generaban siniestros viales terribles, unos peores que otros claro, donde los vehículos damnificados eran el mínimo inconveniente. En situaciones críticas, decenas de personas sufrían lesiones graves y/o muertes locales. En menos de un minuto, se puede perder la vida, con el afán de no perder más tiempo en el camino.

La intersección de la avenida principal y la carretera siempre había sido un punto candente para los conductores imprudentes y peatones distraídos. No obstante, ninguno de los accidentes anteriores había sido tan devastador como el que ocurrió en esta ocasión, debido a que unos elementos e indicios malintencionados indicaban la conclusión de inseguridad, pareciendo devorar la luz de la justicia.

La intersección donde ocurrió el accidente había sido cerrada al tráfico, y la policía había determinado un perímetro de seguridad para proteger a los residentes. Los vecinos estaban hablando entre sí, intentando hacer sentido de lo que había ocurrido, especulando innumerables motivos de culpabilidad a las chicas por su imprudencia al desfasarse de la ruta.

Tras recibir un mensaje de confirmación sumamente importante, Noah decidió regresar a su puesto de trabajo de manera urgente, pero antes le ordenó a su colega una importante tarea:

—Federico, necesito que recopiles todos los datos que puedas de las dos jóvenes, yo me haré cargo de indagar después a las respectivas personas. Ahora debo irme, una persona que estuvo ese día dentro de la vivienda de Sandra Buiz debe declarar.

En la delegación se encontraba Micaela, una mujer joven de baja estatura, piel tenue con varios símbolos con tinta y un cabello grisáceo charcoal bastante maltratado debido a su sacrificado trabajo.
Estaba ubicada en una silla de la fría sala esperando al oficial. Por la ventana, observaba a las personas de su alrededor, mientras era consumida por la intriga de saber qué tipo de preguntas le harían.

—Buenas tardes, disculpe la demora—saludó él con cierta velocidad luego de sentarse frente a ella para poder iniciar con el interrogatorio.

—No se preocupe.

—Disculpe que la haya contactado por teléfono, pero necesitaba hacerle algunas preguntas...espero no se moleste con la señora Sandra por facilitarme su contacto, me lo dio cuando la interrogué.

—Está bien, pero por favor sea rápido con las interrogaciones, mi marido y mi hijo salieron, y necesito estar en mi casa antes de que vuelvan—suplicó calmando su nerviosismo tomando el vaso de agua situado en frente de ella.

—¿No saben qué está aquí? Uno de sus jefes fue encontrado sin vida en circunstancias extrañas el día viernes, es normal que haya una investigación de por medio—aseguró el oficial fruncido el ceño mientras la miraba con un poco de asombro.

—Sí, pero prefiero que no sepan de este encuentro, se preocuparían.

—Bien, empecemos...según tengo entendido, usted trabaja brindando servicios domésticos en la residencia de Sandra Buiz y Eduard Bianco—aseguró él mirándola, mientras acomodaba sobre la mesa la libreta con sus anotaciones.

—Sí, hace varios meses la señora me contactó, recibió buenas referencias mías... y yo como lo necesitaba, acepté el trabajo—respondió un poco intranquila.

—¿Tiene horarios laborales fijos dentro de esa casa?

—Sí, tres veces por semana de 19 a 21:30 p.m.—afirmó mientras aumentaba la cantidad de agua en el vaso gracias a la jarra situada al lado derecho.

—Tranquila, no tiene que estar nerviosa...son unas simples preguntas—comentó Jones, un poco sorprendido tratando de entender su lenguaje corporal.

—Sí, lo sé, es que es la primera vez que estoy involucrada en una interrogación sobre la muerte de alguien cercano a mí.

—Yo no estoy hace mucho en este pueblo pero ¿antes ha ocurrido algo similar?

—No, creo que no, por lo menos que yo sepa.

Noah notaba un nerviosismo un poco extraño en la joven, intentaba descifrar sus movimientos involuntarios para entender el motivo que la llevaba a actuar de esa determinada manera. La miraba de forma detenida, con intenciones de deducir si se trataba de una actitud producto de la inexperiencia o era una mujer que fingía para omitir datos relevantes entorpeciendo el proceso para hallar la verdad.

—¿Usted estuvo esa noche en la vivienda no?

—Sí, pero yo salí de su casa antes de que vengan los amigos de mi patrón.

—¿A qué hora con exactitud?—indagó ejerciendo presión con un tono un poco cortante.

—No recuerdo, pero habrá sido antes de las 21:30 p.m.—respondió bastante más segura, sin muchos nervios.

—¿Tiene testigos que lo demuestren?—preguntó mientras arrugada el entrecejo a propósito, acompañado de una mirada profunda con el fin de ver su reacción.

—¡Sí!—afirmó luego de un extenso intervalo de tiempo pensando.

—¿Quién?

—Cuando salí, mientras caminaba hacia mi casa, saludé a la señora Torner, estaba sentada en la vereda de su casa, es usual que lo haga...como verá, es bastante chismosa.

—Hablaré con ella...ahora debo hacerle una pregunta más.

—Diga.

—¿Tiene en mente alguna o varias personas que cree que querían dañar a estos hombres?

—No, me resulta difícil creerlo aún. Mi patrón era querido en el pueblo, y si bien no los conocía a los otros dos, la gente del barrio decía que eran buenas personas, que alegraban las mañanas con su programa de radio—respondió con lágrimas en sus ojos, un poco conmovida por la situación.

Jones ya no podía retenerla dentro de la delegación, no tenía mas preguntas, y a pesar de observar extrañas actitudes de su parte, no podía acumular pruebas para dejarla allí teniendo como base conjeturas basada en hechos visuales. De esta forma, agradeció su tiempo y le rogó que no viaje a otro sitio, por lo menos hasta resolver el caso.

Tras ese suceso, minutos después de despedirla, Noah comenzó a investigar sobre los 3 nombres dados por Sandra en su última conversación.
Tres personas habían conflictuado con ellos en su ambiente laboral.
Fue ahí cuando varias horas después, descubrió que Thomas Moore había muerto por vejez hace dos años atrás. Jeremy Campbell se mudó a Londres ante una propuesta profesional de trabajo. Pero el verdadero misterio, era Mery Clem, que hasta el momento no había rastro sobre ella.

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