Con suerte la torre entera se encontraba desierta con unas que otras personas desembarcando su aventura como turistas, por lo tanto fuimos a uno de los restaurantes más conocidos y lujosos como era "Le jules verne". Algo que admirábamos de aquel restaurante era su brillante vista hacia toda París y como era de noche podía resaltar del todo, justo antes de entrar Dinah tiró de mi brazo tomándome por desprevenida.

- Hey ¿crees que sea seguro entrar así ?- señaló nuestros atuendos.

Oh por dios no me había dado cuenta de ese detalle.

- Es equis ¿Quién nos dirá que no estamos bien vestidas?.

-O tal vez que no es la ocasión...

Me detuve por un segundo a ver mi vestido deseando que no llegara a ser un tanto extravagante cuando... podía ser todo lo contrario; largo, ancho, brillante, llamativo y poco casual cuando de por sí el morado lo profundizaba.

- A la mierda lo que piensen- tiré de su mano entrando como la Ana de Frozen la cual representaba mi espíritu.

En cuanto abrí la puerta no llegué a notar gran variedad de personas a mi suerte, entramos un tanto relajadas sin pasar demasiado desapercibidas tomamos asientos junto al ventanal y rápidamente agarré la carta muy concentrada como si él no estuviera presente, pero Dinah bajó la carta sigilosamente el con un dedo cosa que me hizo volver a mirar hacia la dirección contraria.

<<Mierda, ¿Porque aquí y porqué ahora?>> Porqué no podría ser el momento indicado por lo menos el día en el que me gane un Grammy y por cosa rara del destino quiera venir a cenar en la torre. ¿Es muy difícil cumplir eso tan simple para mí Alá?.

Miré de reojo nuevamente y da la mala suerte de que ya se estaba aproximando hacia la mesa.

- ¿No y que íbamos a pedir pizza?- preguntó Dinah confusa.

- Si...

<<Maldicion estoy frita>>

- ¿Entonces para que tanto...

- Sígueme la corriente- susurré en una súplica.

- Pero...

- Buenas noches señoritas o mejor dicho -miró su reloj- buenos días.

Dinah lo miró con intriga estando a punto de empezar a formular preguntas.

- Dinah el es Garin...- reconocí con decepción.

- Un placer- extendió su mano amistosamente enseñando su reluciente reloj de Technomarine. Eso ya era algo, descubrí que después de todo la educación si había pasado por el en pocas palabras.

-Oh... encanto.- me susurró Dinah con una mirada de picardía.

Por favor que no cometa una estupidez- le supliqué a mi consciencia sólo para Alá.

- No más encantadora que usted claramente. - Dinah soltó una risa chillona después de lo que había escuchado.

¿Ahora que hice?.

- Y... Garin exactamente ¿que estas haciendo aquí?- lo miré fijamente a sus verdosos ojos quitándole el interés.

- Invité a cenar a una chica -señaló con elegancia de si mismo luego de sonreír como un Collins.

<<Como si eso fuera a importarme cariño>>

- Pero descuida es mi asistente solo vino para ayudarme a corregir unos documentos.

- Mmm ok y calculándolo en sí ¿cuánto tiempo nos quitarás porque mi amiga y yo sinceramente estamos muy... ¡Auch¡ - Dinah me había clavado el tacón justo en el dedo gordo y en modo de disculpas me observó con una tierna sonrisa de "Lo ciento".

- Bitch

-¿Que?- intervino Garin.

- Que quiero un Bistecs si no es mucha molestia- corregí de forma exigente con falta de oxígeno.

<<De seguro no tienes tanto dinero como suponen mis padres>>

- Oh claro, yo invito si les importa.

- No gracias- respondimos al unísono.

- Es que... habíamos echo un reto y yo perdí así que me enfrento a mis consecuencias - solté una carcajada disimuladamente.

Su expresión se endureció observándome con seriedad- ¿Así que ahora asumes lo que haces o lo que te conviene?

Hubo un largo silencio.

<<maldito imbesil>>

Pero antes de que pudiera decirle algo enseguida se había marchado para atender una llamada, haciendo en una pequeña reverencia antes de marcharse. En cuanto había atendido la llamada desapareció a una velocidad determinada por la puerta de entrada.

- ¿Quien era él y por qué te habló de esa manera?

Inspiré hondo y desvíe la mirada con los ojos presionados por un segundo.

- Odette...

- Dinah el es mi prometido- di a entender con suma vergüenza.