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Capitulo 14

-Odi...

Conducida por el olor rodé los ojos hacia la mesa donde se encontraba situada la pizza. Dentro de poco perdía la concentración a medida que razonaba, no sabría si decir si era una pesadilla o... un producto de mi imaginación. Todo se encontraba tan radiante a medida que analizaba con profundidad el humor que había entre los demás. Se notaba la poca tensión que había. Nadie olfateaba el miedo y mucho menos el peligro. Comencé a agradecer de que nadie fue consciente de que me había quedado dormida de una manera olvidadiza mientras formaba parte de un sueño terriblemente profundo y algo traumante.

Miré hacia donde estaba mi amiga que me observaba con desconcierto - ¿Pasa algo odi?

De repente se me escapó una risotada como si me hubieran contado un buen chiste, en cuanto había visto la caja de pastillas en mi bolso mi cielo comenzó a desnublarse dándome conciencia de todo lo que había sucedido mientras Dinah me observaba con cara de tener pocos amigos. Lo cual era cierto.

- ¿Que fue eso?- preguntó paralizada del asombro.

- Nada... es que había tenido una pesadilla eso es todo. ¿Tienes hambre? porque yo si.

Tomé el plato y coloqué dos trozos de pizza que hacían humo por si solo. El olor era delicioso. Sin aguantarme para utilizar los cubiertos agarré el trozo y me lo zampé de una gran mordida, absorbiendo todo el queso derretido.

Dinah me observó como si fuera un extraño y no su mejor amiga.

- Y yo que pensaba que eras la bella y yo la bestia- comentó con sobresalto.

Tragué sin disimulo y sonreí como una tonta- A veces la vida puede dar giros.

- Eso veo...- respondió delirante y sin llegar a entender lo suficiente decidió seguirme el rollo.

Sentí mi garganta algo seca.

- ¿No tienes sed?.

- Recuerda que no nos quisieron vender la champaña por aparentar ser algo "inmaduras" llevando estos vestidos.

- No importa quiero un jugo ¿tu quieres?, también hay refresco, zumo...

Con una mirada aprobatoria llamó al mesero de manera educada captando su atención con rapidez. En cuanto llegó a la mesa nos mostró una carta de bebidas siendo Dinah la que escogería a continuación mientras yo me mantenía inevitablemente paralizada observándolo de pies a cabeza. - Es él. Mi mente lo reconoció, se veía igualito que en el sueño sin ninguna diferencia. Intenté recordar su nombre pensando en su madre y en algunas personas que había conocido hasta que me llegó la idea de llamarlo por su nombre. Quería comprobar algo de aquel sueño, necesitaba una solución a mis dudas.

- Liam- exclamé mirándolo a los ojos.

Había intentado evitarme mirando hacia ambos lados de manera disimulada.

De acuerdo entonces digamos que nunca recibiste tu primer beso conmigo ya que soy una equis ¿no es así?. Nunca conocí a tu padre ni a tus amigas y mucho menos intentaste salvar mi vida apenas crucé esa puerta sin detenerme para hacerte caso porque todo fue un sueño. << Es más el no quería enamorarse ni tampoco tener relaciones así que ¿de que me estoy quejando? >>

- ¿A quién llamas?- preguntó Dinah confusa.

Desprevenida miré con el rabillo del ojo hacia otra dirección donde se situaba la mesa solitaria de mi prometido, mis ojos chocaron con los de él al saber que me estaba observando fijamente con sus penetrantes ojos a pesar de que estábamos a cierta distancia. Se me hizo un nudo en el estómago al tiempo que me había llegado una migraña poderosa. Los ojos de Dinah anunciaban telepáticamente << si no me dices te degollo >>.

- Ahh perdón- reí con antelación. - Iba a decir Dinah pero te llamé Liam por dios, iba a decirte que también quería un dulce de fruta por favor.

Inspiré hondo << estuvo cerca >>.

- En seguida y el dulce lo tiene que retirar en caja, ya la atenderé- comentó guiñándome un ojo. 

Me recorrió un escalofrío por el pecho y los brazos, seguía siendo igual de sorpresivo y lindo.

- Ohhh claro pero antes debo ir al baño, ¿ podría...

- Puerta izquierda- señaló un pasillo luego de haber adivinado.

- Gracias- corrí con disimulo hasta encerrarme en un cuarto.

Tomé mi celular y comencé a marcarle a mi madre con los dedos algo temblorosos. Recordé como fue su actitud hostil conmigo ante lo ocurrido con papá. << Ella no es así... Sólo fue un sueño>>.

- ¿Hola?

- ¡mamá! ¿Como estas? ¿Como está papa? ¿Podrías buscarme pronto?- exclamé con aire de exageración.

- Em... todo bien, la verdad, en estos momentos estoy hablando con él - su voz se escuchaba relajada- ¿Como está Garin? El dijo que las llevaría a casa...

Oh no, esto no puede estar pasando.

- ¿Qué? ¿Y porqué no me buscas tú... Estás bien?- Tenía el corazón en la boca, era la primera vez que me sentía tan presionada.

- Odette ¿ha ocurrido algo? ¿Porqué de pronto me llamas para preguntarme como estamos tu padre y yo? ¿Hay algún problema con Garin?.

- No ninguno, es sólo que no nos conocemos lo suficiente como para permanecer a su lado eternamente y... - no podía mentirle- había tenido una pesadilla acerca de ustedes y Dinah, estoy algo nerviosa.

Hubo un momento de silencio. Preferí decirle la verdad desde otro punto para no entrar en detalles, no puede saber que estoy tomando Zolpidem. No después de las terribles reacciones que he tenido en parte de mi infancia.

Ella exhaló con un aire de suficiencia- Ohh cariño, ¿Quisieras hablar sobre ello en estos momentos o te incomoda?.

- No para nada, pero me sentiría más segura si te lo contara en casa ya sabes. Estando en medio de esta gente no creo que sea buena idea- me estremecí un poco fingiendo sentir algo de incomodidad.

- Vale, ¿has hablado con Garin acerca de ello?.

<< Maldita sea >>

- Pues no ya que es un tema que quería hablarlo primero con la "familia" - aclaré con retenimiento.

Suspiró - Recuerda que Garin formará parte de esta familia y no puedes estar excluyéndolo tanto. Busca la manera de pasar más tiempo con él, sé que en el fondo no es mala persona. Sólo dale su tiempo y todo cambiará. Su padre me ha dicho que es muy comprensivo como su madre, tal vez si le cuentas...

- ¡No!

Me imaginé su expresión de sobresalto.

- Quería decir... que no después de contártelo a ti por supuesto- reí con nerviosismo - Es que en mis pesadillas el siempre se ha vuelto un problema, es el protagonista y no creo que se sienta cómoda sabiendo que en mis pesadillas casi siempre sale él siendo el malo de la película. Después yo sería la que lo excluye, pero por los momentos no todavía.

Otras veces había tenido pesadillas similares a esta reciente en las que Garin, como casi siempre, era mi prometido acosador, en cada una se encontraba torturándome de distintas formas sin llegar a su objetivo el cuál era desgarrarme por dentro. En mis sueños la actuación del engreído demostraba que vivía en la época medieval, por ello guardaba sus "instrumentos de tortura" como le decía en sueño.

- En cuanto llegues quiero que me hables acerca de eso y... ¿Esas pesadillas pasan constantemente?

- No tan seguido.

- Bien, Garin te llevará en seguida. Le acabo de avisar.

- ¡mamá! ¿Porqué lo hiciste?- exclamé. Mierda ahora que hago... - No tenías porque haberle dicho.

- El te va a llevar tranquila, respira hondo. Te está esperando me tengo que ir, ya hablaremos.

¡¿Que me está esperando?! Seguro sabe que entré al baño, es un hecho que Dinah debió decirle. ¿Ahora que hago? Necesito salir de aquí tarde o temprano. Comencé a revisar el historial de llamadas hasta que por fin pude ver luz, había guardado unas llamadas que había echo recientes a taxis, podía librarme de esta.

Lentamente abrí la puerta de entrada al baño para buscar con uno de mis ojos la mesa de Dinah, se encontraba sola con cara de disgusto. Llevaba rato esperándome y como si fuera poco Garin se encontraba también en la mesa con el teléfono a la mano. Nuevamente me encerré y comencé a llamar al taxi, luego de tres intentos la llamada no me caía. ¿Ahora qué?. 

Una mujer casi de treinta había entrado al baño para lavarse las manos y con cara de insuficiencia fui a su lugar.

- Disculpe, ¿sabrá de un sitio en específico en donde podría localizar un taxi a estas horas?

La mujer con la cola de caballo y cabellos castaños me observó con indiferencia a pesar de que se mantenía con mucha decencia- Lo siento pero a partir de estas horas ninguna red taxista se encuentra disponible y tampoco lo estarán en todo el día de mañana hasta que la situación mejore. ¿No le habían explicado nada acerca de las leyes?.- Preguntó con un delicado acento poco pronunciado.

- ¿Perdón? - tosí con disimulo - Digo... no, no estuve al tanto. ¿Van a celebrar algo?.

La mujer de sutileza me contempló sintiéndose algo horrorizada, mantuvo los ojos en blanco por un corto tiempo hasta que un móvil comenzó a sonar dejando un mensaje, una vez que lo revisó término sintiéndose airada. Pensé que por un momento se había olvidado de mí ya que la señora simplemente volvió a retocarse los pómulos frente al espejo y se encaminó hacia la puerta sin decir ni una palabra.

Ya comenzaba a extrañarme un poco. Nunca había visto una mujer tan sospechosa.

- Eh... ¿señora?.

La mujer se volvió hacia mí con una sonrisa desmesurada luciendo esta vez más tranquila de lo normal, o eso me parecía.

- ¿Si? - me observó de pies a cabeza - ¿que edad tienes? Eres muy joven para andar tan sola.- exclamó con sorpresa.

- Tengo 15, bueno dentro de poco los tendré y estoy con una amiga pero a ella la van a recoger primero que a mí y no tengo quién me pueda llevar de vuelta al hotel.

La mujer puso cara de tristeza mostrándose de lo más comprensible a mis pies.

- Oh cielo- suspiró paciente- Podría hablar con mi chofer para llevarte al hotel donde te alojas ¿Te parece?

No me lo esperaba. Por un momento pensé que un taxi me llevaría de vuelta y no una mujer que se mostraba de lo más simpática en el fondo. La vida daba muchas vueltas eso era algo susceptible y con ansias le acepté muy agradecida por todo.

- De nada cielo, me gusta hacer favores de echo.

<< Oh señora si usted supiera >>

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