Hace treinta años el mundo moderno colapsó, y abrió paso a la decadencia humana.

La naturaleza se sublevó contra los humanos.

Los cultivos fueron devastados por plagas.

Los ríos se secaron.

Los pocos animales que quedaban comenzaron a morir.

Y del cielo cayó fuego clamando venganza contra nosotros.

Ahora, treinta años después, los supervivientes de la catástrofe han tenido que adaptarse a un nuevo orden mundial impuesto por desconocidos.

La libertad es tan sólo una utopía, un anhelo lejano al que agarrarse cuando la soledad acecha por las noches.

La opresión seguirá su curso, por lo menos hasta que alguien logre parar la rueda.

Aunque, ese momento está mucho más cerca de lo que todos creen.

Que comience el juego.