Una de las cosas que han cambiado desde que empezó a salir con Asa fue el almuerzo. Antes la persona que le daba la comida en un trastesillo curioso con carne y su guarnición de arroz era Aki, aquel que hace de su hermano mayor desde siempre. Ahora la persona que le hace el desayuno no es nada más ni nada menos que Asa, su casi novia. Bueno, sí, están saliendo, pero no esa clase de salir. En palabras de la chica de cabello oscuro "hay que simular una relación antes de que empiece, así sabremos si funciona o no" que era algo similar a una especie de mes de prueba gratis en Spotify. La verdad no lo molesta, desde que empezaron a "salir", Asa le permite tomarle la mano, lo deja besarle las mejillas, lo ayuda con su tarea y le da los "buenos días" al mismo tiempo que suena su despertador como el "buenas noches" justo a un segundo de que cierre los párpados y quede totalmente dormido. Deseaba no ser ambicioso, pero algo que no le gustaba. Deseaba besarla, acariciar su cuerpo y de poder hacer lo que los novios hacen con sus novias, pero ella es más tímida y muy controladora, así que aquello... no se lo permite. Bueno, no es que esté desesperado, pero esas tetas parecen decirle que las toque, las apriete, se las lleve a la boca y..., mierda, que se le para.

Lunes por la mañana, un día mas o menos agitado, debe de entregar los deberes que hizo durante el fin de semana en conjunto con su casi novia, la cual, revisó exhaustivamente con tal de no ver un solo error en su escrito. En palabras de ella "¿Qué clase de novia sería si te dejo a tu suerte en tus estudios?", algo que dejó impresionado a Aki y de no ser porque es tremendamente gay con Ángel seguramente iría detrás de su casi novia. Como es de costumbre, Power le roba el almuerzo alegando que Asa seguramente le llevará de comer como siempre, que no necesita de más porque ya tiene quién le haga la comida, que pronto se irá y los abandonará. Es una berrinchuda. Solo suspira y la deja hacer su drama, total, tiene razón. Durante el camino a la escuela se pregunta qué habrá hecho de almorzar Asa, si serán salchichas con forma de pulpo con su respectiva guarnición de arroz, si será sushi como el pasado viernes (porque aunque ella lo odie, a él lo consiente) o si será su famoso origini. Sea como sea, está hambriento.

Y al dar la hora del receso no duda en ir a su encuentro. Tienen un lugar especial, cómo mierda no, si Asa lo hizo buscar un sitio en donde puedan estar sin ser molestados por otros alumnos o por su círculo de amigos. Sabe que ella es muy tímida aún con todo eso de ser novios -y por eso, aun no lo eran-, pero no le molestaba, si ella decía que saltara no dudaría y lo haría. Se supone que ya no se dejaría mandar por alguna chica, todo gracias al tremendo trauma generado por las malas mujeres que ha conocido en el pasado, ni siquiera Kobeni se salva porque intentó matarlo. Asa es diferente, contrario a Yoru, su gemela, que también ha intentado golpearlo. ¿Por qué las chicas son tan complicadas? Ni idea, pero agradece que Asa no lo sea. ¿Cómo describirla? Pues lo que tiene de bonita lo tiene de lista, es brillante, tenaz, responsable, es algo pesada, sí, a veces pelea porque no acepta sus errores y mas le vale a él disculparse por algo que no hizo a que ella decida alejarse. Ella es bonita, ¿han visto su rostro? Tan fino y suave. Con las ganas que tiene de besarla, pero ella es temerosa como una gelatina. Qué hambre tiene. Sube las escaleras a la azotea, sabe que está prohibido, pero le ha robado las llaves al conserje como para tener su lugar con Asa. Ella tan recta no es como para acceder estar ahí cuando se supone que es motivo de reporte, pero bueno, algo debía de pegársele de él. Luego de cerrar la puerta, ve a su casi novia sentada en el medio, ha preparado el piso con una manta como para picnic, hizo una especie de casita con otras mantas para cubrirse del sol y del aire, todo bien agarrado de lazos que no tiene ni idea de dónde los ha agarrado ni cómo los ha amarrado -le daría el beneficio de la duda-, pero ahí están funcionando como paredes y techo. Ella está sentada con los bentōs delante suyo, no duda en ir hasta ella, darle un beso en la mejilla y sentarse.

—Tardaste, sólo nos quedan veintitrés minutos para estar juntos —ella reclama mientras se cruza de brazos y mira a otra parte. Es tan linda, sus mejillas están rojas, mierda, quiere besarla, acariciarla, meterle el pilin, embara..., no, eso no, pero sí quiere hacérselo mucho.

—¿Cuándo hiciste esto? —le da la vuelta, mira los bentōs, ella abre los trastesillos y deja ver el contenido. Ha hecho onigiri, se le hace agua la boca, qué rico, no duda en tomar uno para metérselo a la boca, pero ella le pega en la mano.

—¿Ni un "gracias por la comida" antes de empezar? —ella tiene el ceño fruncido, es mejor hacer caso.

—Gracias por la comida, Asa.

—No me convence.

—¿Eh? Pero si he agradecido.

—Lo hiciste porque yo te dije.

Aprieta los labios, ella sigue con los brazos cruzados mientras hace un puchero. En serio es linda, le encanta, quiere besarla, así que se hace para adelante para poder acercar su rostro al de ella. De inmediato se pone colorada, pero no hace nada por querer alejarlo. Eso es bueno, ¿no?

—Si no te gusta, sólo dilo —no sabe porqué lo ha dicho, si Asa no quisiera que se le acercara ya se hubiera quejado, ella jamás se queda callada con algo que no le parece sin importarle en los problemas que se pueda meter. Aun así, ella asiente, como si entendiera su intención. La ve pasar saliva y él de igual manera lo hace. Deja un beso en su mejilla, luego uno continuo a ese comenzando con ello un camino de besos que se dirigen a su boca. Asa contiene la respiración cuando está a una uña de distancia de su boca. La ve cerrar los ojos, eso le ha dado ternura. Le deja un beso en la frente y se vuelve a acomodar en su lugar.

Toma el onigiri frente a la mirada crédula y avergonzada de Asa—. Gracias por la comida —y come de aquello, está delicioso, como siempre, no ha podido evitar sonreír, su casi novia es buena cocinando, es algo demasiado obvio.

—Pero... —desvía la mirada, roja—, creí que ibas a besarme.

—Lo hice —responde, ella aprieta más los labios y le arrebata el nuevo onigiri que pensaba comerse—. Oye, ya déjame com... —eso ha sido de pronto. Asa sostiene sus manos con fuerza mientras presiona sus labios contra los suyos en un estrepitoso beso. Abre los ojos muchísimo, asombrado, es su primer beso con ella, su primer beso normal sin vómito o que lo traten de matar. Cierra los ojos despacito cuando nota su insistencia contra su boca, pero de un tirón Asa lo empuja y lo hace quedar acostado en el piso. Ella se levanta y camina hasta quedar en su cabeza. Enrojece. Si trata de verla sus ojos se desviaran al interior de su falda y saber que sus bragas son blancas sólo le dan ganas de bajarselas. ¡Ojos al rostro!

—Pues come tú solo —ahora se marcha echa una furia. Hubiera ido detrás de ella, pero tras cerrar los trastes que usó para traer el onigiri se da cuenta de una nota escrita con la caligrafía más bonita que halla visto. Bueno, no es para menos, es la letra de Asa. Lo bueno de saber leer es entender lo que dice.

Y con la cara colorada se levanta de una vez—. ¡Sí quiero ser tu novio!

La nota escrita por Asa es probablemente la más bonita que recibirá en toda su vida. O quizás no, porque desde donde sea que Asa se esté ocultando, es obvio que sabe su respuesta de tremendo grito dado.

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Ojalá Wattpad no me lo tumbe.