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7-Solo quiero ser su amiga

KARA

No sé qué hora era cuando abrí los ojos, pero seguía siendo de noche. Pude ver a Lena mirando por la ventana, cruzada de brazos. ¿De verdad se había quedado? Sinceramente, pensé que se iría en cuanto me durmiese.

Noté una mano acariciándome el pelo y miré, viendo a Alex sentada a mi lado.

-Alex: Eh, hola... - dijo sonriéndome. Me fijé en que Eliza también estaba en el cuarto, junto a la ventana, al lado contrario del que estaba Lena.

-Kara: Alex, mamá... ¿ Qué..?

-Eliza: Nia nos llamó... ¿Estás bien, cielo?

-Kara: Sí... - miré a Lena, que me sonreía - Sigues aquí...

-Lena: Te prometí que me quedaría hasta que despertaras... - dijo acercándose.

-Kara: Gracias... - dije sentándome en la cama.

-Alex: ¿Quieres que detengamos a Mike....? – preguntó, mirando los moratones de mis brazos.

-Kara: No, tampoco ha sido para tanto... - suspiré, cogiendo las muletas.

-Eliza: ¿Dónde vas?

-Kara: Al baño, me hago pis...

Alex me ayudó a incorporarme y fui hacia el baño, volviendo algunos minutos después. Alex, mi madre y Lena seguían en la misma posición en la que estaban cuando me fui.

-Lena: Debería irme a dormir un poco. Mañana tengo que estar pronto en la clínica. Y después de comer tengo que preparar a mi nueva secretaria... - dijo, apretando mi hombro con suavidad - Sé que te dejo en buenas manos, Kara....

-Kara: Si.... - dije sentándome en la cama.

-Lena: Hasta dentro de unas horas...

-Eliza: Te acompaño a la puerta....

-Kara: ¿Qué hora es? – pregunté cuando vi a Lena salir del cuarto.

-Alex: Las cuatro de la mañana.

-Kara: ¡¿Qué?! ¡¿Y se ha quedado aquí todo el tiempo?!

-Alex: Sí... Oye, Kara, en cuanto a Mike... Puedo hacer que no pueda acercarse a ti, no me fío de él. Winn y Nia dicen que estaba como loco.

-Kara: Sí... Llamó cosa a nuestro bebé...

-Nia: Tu bebé... - dijo entrando - Ya le escuchaste Kara, no quiere saber nada de él... Y siento haber llamado a Alex y a tu madre, pero estábamos preocupados y tú no estabas bien y....

-Kara: Tranquila, lo entiendo. Gracias... - dije cogiendo su mano y sonriéndola.

-Alex: Sigue durmiendo. En unas horas tienes que ir a la clínica..

-Kara: ¿Me dejas luego en la universidad? No quiero perder más clases....

-Alex: ¿Y cómo volverás a casa? Tengo que trabajar, Kara.

-Kara: Cogeré el autobús...

-Alex: ¿Con las muletas...? ¿Y si te empujan, o te tiran...?

-Nia: Yo iré con ella, no le pasará nada...

-Alex: De acuerdo...

-Kara: ¿Tú no vas a dormir?

-Alex: Me tumbaré en el sofá...

-Kara: No... Alex, por favor, quédate conmigo... Aquí cabemos las dos...

-Alex: Está bien.... – dijo tumbándose a mi lado, a la vez que yo me tumbaba también.

-Nia: ¿Necesitas algo?

-Kara: No, gracias...

-Nia: Hasta mañana - dijo saliendo.

A la mañana siguiente, me desperté y tuve que ir corriendo al baño, de nuevo. Oh, Dios, no me acostumbraría a eso nunca.

-Alex: Eh... ¿Mi sobrino ya está dando guerra desde tan temprano? – bromeó.

-Kara: Esto es un asco...

-Alex: Ya se pasarán... Prueba a comer poco y varias veces... ¿Te preparo el desayuno?

-Kara: ¿Y mamá?

-Alex: Supongo que durmiendo en tu cómodo sofá...

-Kara: No quiero que duerma ahí, le dolerá la espalda.

-Alex: Sólo ha sido una noche... ¿Puedes ducharte sola?

-Kara: Sí...

Cuando bajé a desayunar, Eliza también estaba en la cocina. Nia se había ido pronto.

-Eliza: ¿Entonces vas a volver a clase hoy?

-Kara: Sí... Falta poco para los exámenes y no quiero perder las clases.

-Eliza: ¿Vas a seguir estudiando?

-Kara: Sí... Estoy embarazada, mamá, no me he quedado ciega ni nada por el estilo...

-Eliza: Lo sé... Pero vas a acabar agotada... Debes tener cuidado ahora...

-Kara: Sí... Por cierto, después de clase tengo que ir a la clínica de nuevo...

-Alex: ¿Por qué, hay algo mal...?

-Kara: No... La secretaria de Lena tiene que irse y Lena me ha ofrecido su puesto. Al menos, temporalmente...

-Alex: ¿Y se puede saber por qué esa mujer te ha ofrecido trabajo? Perdona, Kara, pero... Es tu doctora. Y no sólo pasa en tu casa una buena parte de su tiempo, sino que además, compra tus fotos y te da un trabajo. Es algo... Raro.

-Kara: Sólo está siendo amable, Alex.... Conoce mi situación y quiere ayudarme ¿qué tiene de malo?

-Eliza: Nada, cielo. Pero ya conoces a tu hermana. Todo el mundo le parece malo o sospechoso... Me alegro de que vayas a dejar ese maldito bar. Al menos, trabajando en la clínica, si te ocurre algo, podrán atenderte rápidamente.

-Alex: ¿Por qué siempre te pones en mi contra?

-Eliza: No lo hago, cielo. Pero me alegra que alguien se preocupe por tu hermana y quiera ayudarla.

-Alex: ¿Hasta qué hora estarás allí?

-Kara: No mucho, supongo... Te llamo cuando llegue a casa.

-Alex: Llámame cuando salgas de la clínica, por si puedo recogerte.

-Kara: Vale, plasta...

Desayuné y cogí mis cosas de la universidad, dejándolas en el asiento trasero del coche de Alex. Llegamos al a clínica y, como siempre, tras avisar de mi llegada, me senté en el sofá, esperando a que Lena me llamara. Cuando lo hizo, entré, pidiéndole a Alex que esperase fuera.

-Lena: ¿Qué tal dormiste?

-Kara: Mejor que tú, por lo que veo... Siento haber hecho que te quedaras.

-Lena: No importa. Me gusta tu compañía... - dijo sonriéndome mientras yo me sentaba en la camilla - ¿Qué tal el dolor?

-Kara: Me duele algo menos... - dije, mientras la miraba desenrollar la venda.

-Lena: Tiene muy buen aspecto... Aunque a ti no te lo parezca... - dijo divertida, mientras se ponía los guantes y cogía lo necesario para realizar la cura. - Bueno, vamos a ello...

Miré a Lena realizar la cura en silencio. La verdad era que estaba a gusto así, mirándola, sin hablar, viendo cómo limpiaba la herida con cuidado, procurando no hacerme daño, aunque a veces no podía evitarlo. Entonces me miraba con esos ojos verdes y me decía un suave "Lo siento", seguido de una sonrisa. Yo sólo podía asentir con la cabeza.

Tras la cura, Salí de la consulta, tras concertar una cita con Eve para el lunes, ya que hoy era viernes y el fin de semana la clínica cerraba.

Monté en el coche de Alex y fuimos la universidad. Tras aparcar, cogí mis muletas y fui a coger mi mochila cuando Alex me detuvo.

-Alex: Yo te la llevo. ¿Por dónde?

-Kara: Por aquí... - dije empezando a caminar. Tardamos más tiempo del que normalmente acostumbro para llegar a mi clase. Vi que mi profesora estaba allí, preparándose para la llegada de los alumnos. –Perdón... señorita Arias, ¿puedo pasar?

-Sam: ¡Kara! Claro... ¿Cómo estás? Tu amiga Nia me dijo que habías tenido un accidente y que posiblemente estarías un tiempo sin poder venir.

-Kara: No quería perder más clases...

-Sam: Te sentarás en mi silla. Así no creo que puedas sentarte en tu sitio..

-Kara: Gracias. Ah, por cierto, ella es mi hermana Alex. Alex, ella es Samantha Arias, una de mis profesoras...

-Alex: Un placer... - dijo mirándola, con una gran sonrisa y volviéndose hacia mí - ¿Por qué nunca me habías dicho que tenías una profesora así...?

-Kara: ¿Así cómo...?

-Alex: Tan.... Guapa.

-Kara: ¿En serio... te parece guapa? Bueno, nunca me había fijado en eso...

-Alex: Sí, es verdad... Tú prefieres a los idiotas como Mike...

-Kara: Alex...

-Alex: Lo siento.

Oh, creo que olvidé comentar que a mi hermana Alex le gustan las mujeres. Su última novia, Maggie, la dejó poco después de haberse comprometido, cuando ya tenían los preparativos de la boda bastante avanzados. Alex pasó una temporada de bajón, pero por suerte, ya estaba algo mejor. Aunque le costó varios meses recuperarse de eso. ¿Cuánto me costaría a mí recuperarme de mi ruptura con Mike?

-Sam: ¡Kara! – gritó, mirándome - ¿Estás bien?

-Kara: Sí, perdón, ¿decías algo?

-Alex: Tu profesora te estaba hablando de los exámenes...

-Kara: Lo siento, pensaba en otra cosa...

-Alex: ¿Segura que estarás bien?

-Kara: Sí, vete a trabajar. Vas a llegar tarde.

-Alex: Si necesitas algo, llámame...

-Kara: Sí...

-Alex: Adiós, Samantha... - dijo.

-Sam: Puedes llamarme Sam.

-Alex: Pues adiós, Sam... - dijo marchándose.

-Sam: ¿Así que tu hermana eh....? ¿Está soltera?

-Kara: ¿Perdón?

-Sam: Tu hermana... ¿Tiene pareja?

-Kara: No... ¿Por qué?

-Sam: Curiosidad...

-Kara: Ya... Por cierto, señorita Arias, es posible que falte algún día que otro a clases...

-Sam: ¿Por tu recuperación? No hay problema.

-Kara: No, yo... - mejor decirlo antes de que empezasen a llegar el resto de estudiantes – Estoy embarazada y...

-Sam: Entiendo... No te preocupes. Si no te encuentras bien, lo mejor será que te quedes en casa. Sé lo que es eso... Créeme...

-Kara: Gracias...

LENA

Después de que Kara se marchase tras su cura, paseé el resto de la mañana atendiendo a mis pacientes. Apenas había podido dormir. Me preocupaba Kara, y lo que ese tal Mike pudiese hacerle. Porque, siendo sincera, ese tipo no me gustó ni un pelo. No me gustó cómo habló a Kara, ni cómo la trató. No me gustó los moratones que dejó en los brazos de Kara y, juro por dios, que si no hubiese visto a Kara tan alterada, y a punto de caerse al suelo, habría sacado a aquél idiota a patadas de su casa, después de haberle dado tal guantazo, que le habría puesto la cabeza del revés.

Tampoco pude dejar de pensar en el beso de Kara. Y, aunque sé que sólo lo hizo para sacarme del lío en el que yo misma me había metido al decir que estaba con ella, no podía evitar sentir un cosquilleo en los labios cada vez que me acordaba de la suavidad de sus labios, a pesar de que los tenía fuertemente apretados contra los míos. Su sabor, su olor, que me invadió al tenerla tan cerca. Y sus ojos. Esos ojos tristes que suplicaban que todo eso acabase y ese tal Mike desapareciera.

Seguía sin saber por qué todo lo que le pasara a esa chica me afectaba tanto. Después de todo, sólo era una paciente más. Y, antes de eso, una chica con un gran talento para la fotografía, que merecía algo más que servir bebidas a unos cuantos borrachos en un bar. Al principio, sólo quería ayudarla. Pero ahora, quería algo más.

Quería que volviera a besarme, a mirarme, a pedirme que me quedase con ella hasta que despertase. Cuando la escuché decirme eso, mi corazón se aceleró de tal manera que pensé que me daría algo allí mismo. Desee decirle que, si me lo pedía, me quedaría con ella hasta que se congelase el mismísimo infierno.

De pronto, sentí abrirse la puerta y miré el reloj. La una. ¿Ya? Vaya, no había dormido nada, pero el tiempo se me había pasado volando.

-Lillian: Lena, hija, tu secretaria te estaba llamando, ¿por qué no contestas?

-Lena: Hola, mamá, perdona. Estaba distraída... - dije acercándome a abrazarla.

-Lillian: ¿No te habrás olvidado de que hoy quedamos para comer?

-Lena: No. Sólo dame un par de minutos que termine este informe.

-Lillian: Claro... - dijo sentándose y esperando a que yo terminase.

-Lena: Listo. Podemos irnos. Tengo que estar aquí a las tres para recibir a mi nueva secretaria.

-Lillian: ¿Nueva secretaria? ¿Qué pasa con Eve?

-Lena: Va a pasar un año fuera. Ha conseguido una beca en el extranjero. Cuando vuelva, entrará a formar parte del personal de laboratorio de la clínica.

-Lillian: Me alegro por ella. ¿Dónde quieres comer?

-Lena: ¿Qué tal en el restaurante que hay un par de calles más abajo?

-Lillian: Me parece bien, me gusta ese sitio.

Cuando llegamos al restaurante, pedimos nuestra comida y empezamos a hablar. Me gustaba pasar tiempo con mi madre. Era una mujer cariñosa y atenta y, aunque no tenía ni idea de medicina, le gustaba interesarse por mi trabajo y la clínica.

-Lillian: Pareces cansada, cielo...

-Lena: Sí, apenas he dormido. Una paciente me necesitaba.

-Lillian: Te implicas demasiado...

-Lena: Ella es... Especial.

-Lillian: ¿Cómo de especial? – Me preguntó.

-Lena: ¿Cómo?

-Lillian: Te conozco, Lena... Estás cansada, pero tienes un brillo en la mirada y una sonrisa que me dicen que por ahí hay alguien que te hace feliz... Y ha sido al hablarme de esa paciente tuya...

-Lena: ¿Qué...? No... No, es sólo.... Tendrías que ver las fotografías que hace. Son impresionantes. El otro día se las enseñé a Edward y estaría interesado en que Kara expusiera en la galería.

-Lillian: ¿Así que se llama Kara?

-Lena: Oh... ¿Cómo lo haces para conseguir sacármelo todo?

-Lillian: Soy tu madre, cielo. Como ya te he dicho, te conozco demasiado bien. Sólo sé que cuando algo te ilusiona, sólo debo dejarte hablar para que lo sueltes todo de golpe. ¿Y qué le ocurre a esa chica?

-Lena: Sabes que no puedo hablarte de mis pacientes... Al menos no sobre temas médicos...

-Lillian: Me alegra ver que sigues sabiendo separar las cosas... Bueno, ¿vas a ampliar la clínica al final?

-Lena: Sí. Quiero ampliar los quirófanos y las salas de parto. Cada vez tenemos más pacientes y nos quedamos cortos de espacio. También ampliaré el edificio de las habitaciones con una planta más.

-Lillian: ¿Tendrás para todo? Sabes que si necesitas dinero, tu padre y yo podemos dejártelo.

-Lena: Mamá, la clínica tiene beneficios más que de sobra para cubrir esos gastos y muchos más. Además, sabes que también cuento con los laboratorios Luthor y eso nos deja mucho dinero con todo lo que sacamos cada año al mercado y los nuevos avances médicos que vamos descubriendo.

-Lillian: Estoy orgullosa de ti. A pesar de pertenecer a una de las familias más ricas de National City, has sabido crearte tu propia fortuna por tu cuenta.

-Lena: Bueno, supongo que he heredado la buena mano de mis padres con los negocios...

-Lillian: Sí, supongo...

Seguimos hablando hasta casi las tres y media. Momento en el que pagué y volvimos hacia la clínica, se me había hecho tarde. Mi madre había insistido en venir para conocer a mi nueva secretaria.

Cuando entramos, vi que Eve estaba de pie en el mostrador y Kara sentada en su silla. Miraba algo en el ordenador, prestando atención.

-Eve: Señora Luthor, Lena... –saludó.

-Lena: Hola Eve... ¿Qué tal va Kara, es buena aprendiza? – bromeé.

-Eve: Desde luego... Aprende rápido, se queda muy bien con las cosas. Creo que en un par de semanas estará más que lista para quedarse sola.

-Lillian: ¿Kara...? ¿No será ESA Kara? – susurró en mi oído.

-Lena: Sí, esa misma... -dije, mirando de nuevo a Kara y a Eve – Kara, cuando mi madre se vaya pasa a mi consulta para hablar de tu contrato.

-Kara: Claro... Por cierto, soy Kara Danvers – dijo, saludando a mi madre con una sonrisa – Encantada de conocerla, señora Luthor.

-Lillian: Igualmente, Kara... - dijo entrando en mi consulta después. Cuando entré tras ella cerró la puerta y me miró – Es guapa... Pero es tu paciente, Lena. No sé si es buena idea que le des trabajo aquí.

-Lena: Lo necesita, mamá... Es estudiante, está embarazada y necesita el dinero y... Mierda, ¿cómo lo haces, en serio? No debería estar contándote esto... - dije, sentándome.

-Lillian: Lena, ten cuidado, hija. No quiero que sufras... - dijo cogiendo mi mano.

-Lena: Tranquila... Sólo quiero ayudarla. Kara tiene... o tenía novio.

-Lillian: Precisamente... He visto cómo la mirabas. Y conozco esa mirada.

-Lena: Sólo quiero ser una amiga para ella.

-Lillian: Aun así, ten cuidado, cielo... - dijo levantándose y caminando hacia la puerta. La abrió y salimos – Bueno, procura descansar, mañana es un día importante... Kara, ¿verdad?

-Kara: Sí, señora...

-Lillian: No dejes que se vaya tarde a casa. Eve...

-Eve: Lillian...

-Kara: ¿Día importante? – preguntó, mirando en el ordenador y la agenda.

-Lena: Kara, pasa un momento, por favor. Eve, no me pases visitas mientras estamos reunidas.

-Eve: Claro, Lena...

Kara pasó y cerré la puerta. Le hice un gesto para que se sentara y yo hice lo mismo, mirándola. Saqué una carpeta del cajón y se la tendí.

-Lena: Este es tu contrato. Léelo tranquila, y si tienes alguna duda, pregunta sin miedo.

-Kara: Claro... - dijo empezando a leer. Incluso concentrada en la lectura se la veía hermosa. No quise hablar para no interrumpirla, hasta que por fin, varios minutos después, me miró. -¿Esto está bien...? – preguntó, señalándome un punto que leí con calma.

-Lena: Sí. Todos los fines de semana libres... ¿te parece tan extraño?

-Kara: Mucho, sí... - dijo divertida – Desde que empecé a trabajar en ese bar, no he tenido ni un solo fin de semana libre. ¿Esto es lo que me vas a pagar, en serio?

-Lena: Sí... ¿Es poco...?

-Kara: ¿Poco? No, está... está muy bien, pero... ¿Seguro que no está mal escrito?

-Lena: Déjame ver... No, está perfecto.

-Kara: Bueno, entonces no tengo más preguntas... - dijo firmando y devolviéndome la carpeta.

-Lena: Bien...

-Kara: Oh, tu madre... dijo que mañana era un día importante, pero no he visto nada en la agenda.

-Lena: Sólo es una entrega de premios.

-Kara: ¡Cierto, los premios de medicina!

-Lena: ¿Lo conoces?

-Kara: Sí, Alex suele tirarse semanas hablando de eso y normalmente me toca verlo con ella. De verdad, no sabía que emitían esas cosas por la televisión, hasta que mi hermana me obligó a verlo con ella por primera vez....

-Lena: Es bueno que conozcas esas cosas si vas a trabajar aquí... En fin, no quiero entretenerte. Hoy salimos a las cinco. Puedo acercarte a casa si quieres.

-Kara: No, ya cojo el autobús y...

-Lena: Insisto. Así podemos seguir viendo algunas fotografías, si te parece bien...

-Kara: Claro...

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Me desperté de buen humor y decidí dejaros un regalito. A ver qué pasa a lo largo del día.

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