43-Milagros
KARA
Habían pasado cuatro días desde que los bebés de Alex y Sam nacieron. Era veinticuatro de Mayo y Alex y Sam decidieron venir a comer con los pequeños para que pasaran un rato con nosotras. Mi madre había decidido irse unos días con ellas para ayudarlas. Durante un par de semanas al menos, mientras Alex terminaba de recuperarse del parto.
Así que allí estábamos Sam, Alex, mi madre y yo, con Katie y los bebés, cuando sentí abrirse la puerta de casa.
-Kara: ¿Lena?
-Lena: Hola cariño... - dijo besándome.
-Kara: Has vuelto muy pronto, ¿estás bien?
-Lena: Sí, sólo algo cansada... Hola Alex, Sam... - la escuché decir – Eh, pero mira quién ha venido... - dijo, acariciando las manos de los bebés - ¿Os apañáis bien?
-Alex: Sí, más o menos....
-Sam: Menos mal que Eliza y Ruby nos echan una mano... Es una locura...
-Eliza: Bueno, tienen que organizarse un poco mejor, pero no lo hacen mal... - dijo, riéndose – Lo que me da pena es dejar a Kara aquí sola tanto tiempo... - dijo, cogiendo mi mano.
-Kara: Tranquila, mamá, me apaño bien... Y Katie no da nada de guerra. Además, Nia y Winn vienen a ayudarme todas las mañanas y Lena está conmigo por las tardes...
-Eliza: Lo sé, cielo, pero aun así...
-Kara: Ahora es Alex quien te necesita... - dije sonriéndola.
-Alex: Y no sabes cuánto...
Sentí a Lena sentarse en el sofá y acercar mi silla a ella.
-Kara: ¿Seguro que estás bien, amor...?
-Lena: Sí, ha sido una mañana de locura... Creo que ya no volveré hasta dentro de unos meses...
-Kara: Me parece bien, tienes que descansar un poco...
-Lena: Tú también, pareces agotada... - acarició mi rostro.
-Kara: Las sesiones con Clark cada vez son más duras... Pero merecerán la pena...
-Lena: Eso espero, mi vida... Porque ya no soporto más verte así...
-Kara: Recuerda lo que hablamos, ¿Vale? Sólo unas semanas más...
-Lena: Sí...
-Alex: ¿Unas semanas más para qué?
-Lena: Kara me prometió que si no tenía ninguna mejoría en dos meses, volveríamos al hospital a que le hicieran más pruebas. Tanto en las piernas como en los ojos...
-Sam: Eso es una buena idea, Kara. Quizás haya algún otro tipo de ejercicios que te vayan mejor o...
-Kara: Bueno, aún faltan unas semanas...
-Lena: Voy a darme una ducha, ahora vuelvo...
-Kara: No tardes, comeremos pronto...
-Lena: Sí, señora... - bromeó.
Tras la comida, Alex, Sam y mi madre se fueron con los pequeños Kyle y Helena. Me acomodé en el sofá y Lena se recostó sobre mí. Acaricié su vientre, notando cómo el bebé daba patadas.
-Kara: Si está así todo el día, no me extraña que estés cansada, amor. Menudas palizas te mete...
-Lena: Bueno, tiene ratos... Katie, cielo, ven aquí... - dijo llamándola.
-Kara: ¿Qué haces?
-Lena: No deja de mirarnos... Ven, mira, pon la mano aquí.
-Katie: ¡Hola bebé! – gritó, cuando notó al bebé moverse. Las primeras veces no le gustaba porque pensaba que el bebé estaba haciendo daño a Lena y Katie solía echarse a llorar. No quería que nadie, ni siquiera su hermanito, hiciera daño a su mamá. Pero cuando le dijimos que así era como el bebé le decía hola cuando tocaba la tripa de Lena, la cosa ya empezó a gustarle algo más.
Pasamos casi toda la tarde en el sofá, algo raro en Lena, que no solía parar de moverse en ningún momento.
-Kara: Lena, amor, sé que ya te lo he preguntado varias veces, ¿pero seguro que va todo bien?
-Lena: Sí... Ya te lo he dicho, cielo, estoy cansada. Ha sido una mañana de locura... Parecía que regalásemos piruletas o algo en la clínica, no había más que niños....
-Kara: ¿No os dedicáis a eso...? - bromeé.
-Lena: No sólo a eso, ya lo sabes. Hacemos de todo, Kara.
-Kara: Lo sé... Pero es que estás demasiado tranquila...
-Lena: Estoy demasiado cansada... y si vuelves a preguntarme si estoy bien, te comes lo primero que tenga a mano.
-Kara: Vale, vale, qué genio... - dije riéndome. - ¿Quieres algo de cenar?
-Lena: ¿Pedimos algo? No me apetece cocinar...
-Kara: Eso es muy ra... Vale, pedimos la cena. Mejor me callo porque seguro que me estás echando una de esas miradas asesinas tuyas...
-Lena: Sí, mejor... Y cómo te lo sabes. ¿Qué te apetece?
-Kara: Lo que tú quieras...
-Lena: Vale... - dijo sacando su teléfono y pidiendo la cena mientras Katie me contaba una historia sobre un dragón que había visto en los dibujos de la televisión.
Después de la cena, no tardamos demasiado en irnos a dormir. Lena parecía realmente cansada, aunque no dejó de moverse en toda la noche. Posiblemente, estaría nerviosa, teniendo en cuenta que apenas faltaban tres semanas para que nuestro hijo naciera y Lena seguía un poco asustada. Intenté calmarla abrazándola y acariciando su vientre con suavidad, pero ella siempre acababa levantándose y dando vueltas de un lado para otro.
-Kara: Lena, amor, para un poco, ven aquí...
-Lena: ¿Te he despertado? Lo siento...
-Kara: No, llevo un rato despierta. Anda, ven conmigo... -La noté meterse de nuevo en la cama y la volví a abrazar, besándola - ¿Estás nerviosa...?
-Lena: Sí, un poco...
-Kara: Me pasó lo mismo con Katie. El último mes no dejaba de pensar en el momento de tenerla en brazos. Pero mira, decidió llegar antes... Aunque me gustaría que este se quedase aquí dentro hasta que llegue su momento... Así puedo tenerte así abrazada unas semanas más...
Noté que Lena tardó bastante en dormirse, y apenas lo hizo durante una hora. Nos levantamos a desayunar y fui a buscar a Katie mientras Lena se ocupaba del desayuno.
Desayunamos tranquilamente, como cada mañana, aunque podía escuchar a Lena moverse en la silla, inquieta. Poco después, sonó el timbre. Era Clark, tan puntual como siempre. Le di un beso a Lena y fui con Clark para empezar con nuestra sesión, pero ahora, era yo la que estaba inquieta, tenía la sensación de que algo iba a ocurrir.
LENA
Era veinticuatro de Mayo. Ese día, como cualquier otro, fui a la clínica a trabajar, a pesar de la insistencia de Kara de que me quedase en casa descansando, ya que apenas faltaban tres semanas para que naciera nuestro hijo.
Le prometí que iría esa semana y que ya no volvería hasta dentro de varios meses. La mañana estaba siendo algo ajetreada. Tenía a un par de médicos enfermos y al resto se nos acumulaban los pacientes.
Eran cerca de las once y media y estaba atendiendo a un niño con un brazo roto y un buen corte. Iba a tener que ponerle una inyección para evitar infecciones, coser la herida y escayolarle el brazo. Pero él no parecía tener demasiadas ganas de colaborar. Lloraba, gritaba y pataleaba, revolviéndose como un gusano. Sus padres intentaban sujetarle cuando yo me acerqué para ponerle la inyección. Pero me acerqué demasiado y recibí una patada en el vientre que casi me dejó sin aire. Por suerte, Lucy estaba conmigo y me ayudó a sentarme. Los padres del niño se quedaron blancos y empezaron a regañarle. Quise decirles que no pasaba nada, que estaba asustado y no lo había hecho a propósito, pero en ese momento era incapaz de hablar.
Lucy pidió a otro de los médicos que viniera a ocuparse del niño y me llevó a una de las habitaciones de la clínica para que descansara un rato y asegurarnos de que todo estaba bien. La patada no había sido demasiado fuerte, pero era necesario esperar un rato por si acaso.
Cuando logré recuperarme, Lucy me dijo que ella se encargaría de mis pacientes y me pidió que me fuera a casa. No discutí. Pero lo mejor sería no decirle nada a Kara sobre lo que acababa de ocurrir. Además, últimamente solían darle fuertes dolores de cabeza que, sumados al esfuerzo de las sesiones, la dejaban agotada. No quería cargarla con más.
Así que la una de la tarde, llegué a casa y vi que allí estaban Alex, Sam y Eliza con los pequeños Luke y Helena.
-Kara: ¿Lena?- Preguntó.
-Lena: Hola cariño... - dije besándola
-Kara: Has vuelto muy pronto, ¿estás bien?
-Lena: Sí, sólo algo cansada... Hola Alex, Sam...
Se quedaron a comer y, cuando se fueron, Kara y yo nos pasamos toda la tarde tumbadas en el sofá. Kara me preguntó varias veces si todo iba bien. No quería decirle lo que había pasado, porque se pondría histérica, así que le dije que sí, hasta que, cansada de que me preguntase siempre lo mismo la amenacé con comerse lo que encontrase a mano si volvía a preguntar.
Después pedí algo para cenar. Pizza para Kara y algo más ligero para Katie y para mí. Lo cierto era que no tenía mucha hambre.
Nos acostamos temprano, pero era incapaz de dormir. Nos habíamos asegurado de que todo estaba bien, pero no podía evitar sentirme nerviosa. Así que no dejaba de dar vueltas en la cama. Kara me abrazaba de vez en cuando, pero yo me apartaba. Empecé a sentir algunas molestias, a las que no di mayor importancia, ya que podía ser algo normal o producido por los nervios, debido a la cercanía del parto, y cada dos por tres me levantaba para dar una vuelta por la casa, caminar por el cuarto... Lo que fuera para distraerme, ya que era incapaz de dormir.
-Kara: Lena, amor, para un poco, ven aquí...
-Lena: ¿Te he despertado? Lo siento...
-Kara: No, llevo un rato despierta. Anda, ven conmigo... -Me metí con ella en la cama y Kara volvió a abrazarme, besándome- ¿Estás nerviosa...?
-Lena: Sí, un poco...
-Kara: Me pasó lo mismo con Katie. El último mes no dejaba de pensar en el momento de tenerla en brazos. Pero mira, decidió llegar antes... Aunque me gustaría que este se quedase aquí dentro hasta que llegue su momento... Así puedo tenerte así abrazada unas semanas más...
Sonreí y acaricié sus manos. Me sentía segura así, entre sus brazos, pero seguía nerviosa y no quería que lo notara. Intenté escaparme otra vez, pero esta vez se había asegurado de sujetarme bien fuerte. Finalmente, conseguí dormir cerca de una hora.
Nos levantamos y nos preparamos para ir a desayunar. Kara fue a por Katie y yo preparé el desayuno, para siempre.
-Lena: Aquí tienes, ojitos azules... - dije, dejando su plato sobre la mesa cuando llegó con Katie.
-Kara: Hacía mucho que no me llamabas así, lo echaba de menos... - dijo sonriéndome.
-Lena: Lo sé, lo siento... - dije besándola.
Desayunamos tranquilamente. Poco antes de quedarme dormida, supe que las molestias que tenía, eran simplemente que estaba de parto. Pero aún faltaba bastante para que el bebé naciera, así que decidí que Kara tuviera su sesión con Clark y luego le diría de ir al hospital.
Cuando Clark llegó, se llevó a Kara al cuarto para empezar con la sesión y yo empecé a recoger todo lo del desayuno. Después, fui al cuarto de juegos para jugar un rato con Katie, hasta que sentí un fuerte dolor en el vientre. Un dolor que no era normal.
Me levanté y, como pude, fui hacia el cuarto donde estaban Clark y Kara. Cuando abrí la puerta, Clark estaba sentando a Kara en la silla. Estaba completamente sudada y parecía cansada.
-Lena: Siento interrumpiros, pero...
-Clark: Lena.... – dijo acercándose y ayudándome a llegar hasta la cama.
-Kara: ¿Qué pasa?
-Lena: Tenemos que ir al hospital – dije, casi llorando – Me duele muchísimo...
-Clark: Déjame ver... -dijo examinándome. Sentí una contracción y grité. Kara cogió mi mano, asustada.
-Kara: Amor...
-Lena: No pasa nada, cielo... El bebé se ha adelantado, ¿Vale?
-Clark: Llamaré a una ambulancia... - dijo saliendo.
Kara se quedó conmigo, agarrando mi mando con fuerza y acariciando mi pelo.
-Clark: Ya está aquí la ambulancia – dijo poco después – Kara, ve con ella. Yo cogeré vuestro coche e iré allí con Katie...
-Kara: ¿Va todo bien?
-Clark: Sí, pero si no se dan prisa, el bebé nacerá por el camino. Va muy rápido...
Poco después estaba en la ambulancia, con Kara a mi lado, de camino al hospital.
Apenas tardamos cinco minutos en llegar. Los enfermeros ayudaron a bajar a Kara, sentándola en la silla y fuimos al interior. Me llevaron directamente a una de las salas de partos, con Kara siempre a mi lado, cogiendo mi mano, mientras un enfermero empujaba su silla.
-Lena: Kara... ¿Vas a entrar, verdad...? ¿Puede entrar? – pregunté.
-Kara: Tranquila amor... Sí, voy a estar contigo...
-Médico: Sí, puede entrar... - dijo tranquilizándome.
-Lena: Bien...
Colocaron a Kara a un lado de la camilla, donde no molestara demasiado y pudiera coger mi mano.
Había pasado un buen rato, cuando una enfermera entró y se acercó a mí
-Enfermera: Señora Luthor, su cuñada, la señorita Danvers, ha llegado e insiste en estar presente. Me ha dicho que su presencia es importante.
-Kara: ¿Alex?
-Lena: Sí, le pedí que estuviera aquí. Hágala pasar.- dije, apretando la mano de Kara con fuerza, mientras sentía otra contracción. Cada vez eran más fuertes y dolorosas.
Alex entró poco después.
-Alex: Clark me llamó. ¿He llegado a tiempo? – dijo, enseñándome la pequeña cámara que tenía en su mano.
-Lena: Sí...
-Kara: ¿Alex, qué...?
-Lena: Quería estar presente, Kara. – dije, sintiendo de nuevo una fuerte contracción.
-Kara: ¿Por qué?
-Alex: Porque quiero ver nacer a mi sobrino, por eso...
-Kara: ¿Y Katie?
-Alex: Fuera, con Clark y con mamá.
-Médico: Bien, vamos a empezar, señora Luthor... - dijo.
-Lena: Sí... - dije, mientras Kara besaba mi mano.
-Kara: Vamos, amor...
-Médico: Empuje, señora Luthor...
El parto estaba siendo rápido, aunque algo doloroso. Sólo esperaba que el bebé estuviera bien y que las únicas consecuencias de la patada que me dio aquél niño en la clínica, fue que el parto se adelantase. O tal vez, sólo fue una coincidencia...
-Lena: Oh, Dios, ¡Kara, te voy a matar! – grité poco después.
-Kara: Vale, amor, pero luego... Ahora estás muy ocupada – dijo sonriéndome- Vamos, sigue, lo estás haciendo muy bien...
-Lena: ¡¿Y tú qué sabes?!
-Kara: Estoy aquí, Lena, lo sé...
-Lena:¡Oh, joder!
-Médico: Un poco más, señora Luthor.
Poco después, escuché un fuerte llanto y sonreí.
-Alex: Ahí está mi sobrino...- dijo, mientras se lo llevaban para limpiarlo.
-Kara: Ya está, amor... - dijo llorando.
La miré y empecé a llorar yo también. En parte, de alegría. Por fin nuestro hijo estaba con nosotras. Y en parte, por Kara. Me dolía tanto que no pudiera verle...
Acaricié el rostro de Kara, sonriéndola.
-Lena: Te quiero, Kara... - fue lo único que se me ocurrió decir.
-Kara: Y yo a ti, amor...
Algo después, cuando ya había terminado todo el proceso del parto, el médico puso al niño en mis brazos. Le miré, acariciando su carita, mientras lloraba y reía a la vez.
Me giré de nuevo para mirar a Kara y la vi con la cabeza agachada y la mano en la cabeza.
-Lena: Kara, cariño, ¿estás bien...?
-Kara: No... Me duele la cabeza, y estoy algo mareada...
-Lena: Cielo... - dije cogiendo su mano, preocupada – Por favor, ¿pueden ayudarla?
Una de las enfermeras se acercó y sacó a Kara de la sala. Mientras, le pidieron a Alex que saliera para poder lavarme y prepararme para subir una habitación.
Llevaba ya un rato en la habitación con Alex, cuando trajeron a Kara.
-Lena: Kara, cariño, ¿estás mejor?
-Kara: Sí... Siento haberte preocupado, amor. Demasiadas emociones hoy...
La dejaron a mi lado y cogí su mano. Alex se había quedado conmigo, haciéndome compañía y grabando la primera comida del bebé.
-Alex: Es precioso, Lena. Kara, es un niño guapísimo. Tiene...
-Kara: El pelo negro, como el de Lena, sí.
-Lena: ¿Cómo lo sabes?
-Kara: Y unos ojos preciosos... Y mira, frunce el ceño igual que tú....
-Lena: ¿Kara...? – pregunté, confusa. ¿Cómo sabía todo eso?
-Alex: Lo has dicho por decir, ¿verdad?
-Kara: No... Bueno, lo cierto es... Que aún veo algo borroso, pero puedo ver, más o menos.
-Lena: ¿Cómo que más o menos?- pregunté.
-Kara: Hace unas semanas, empecé a ver una especie de... sombras. Poco a poco, mi vista se fue aclarando. Podía notar la luz.
-Lena: Entonces, ¿los dolores de cabeza que has estado teniendo estas últimas semanas, eran por eso?
-Alex: Y por eso cerrabas tanto los ojos últimamente.
-Kara: Sí, amor. Quería que fuera una sorpresa. Estaba esperando para ver si antes de que nuestro hijo naciera, mi vista estaba totalmente recuperada. Pude ver a mis sobrinos, aunque estaban algo más borrosos que nuestro hijo. Supongo que mis ojos aún tienen que adaptarse un poco más a la luz.
-Lena: ¡Kara, cariño, eso es maravilloso! – dije, volviendo a llorar. Esta vez de alegría – Pero debería verte un médico y...
-Kara: Tranquila... Clark y Nia se encargaron de llevarme cuando se lo dije.
-Lena: ¿Ellos lo sabían?
-Kara: Sí, pero no te enfades con ellos. Les pedí que no dijeran nada. Como ya te he dicho, quería que fuera una sorpresa.
-Lena: No me voy a enfadar, sólo voy a matarles por no decirme nada.
-Kara: No podían... Se lo dije como su paciente, así que...
-Lena: Mierda... - dije, riéndome.
-Kara: Y acaba de verme uno ahora, está todo bien, no te preocupes...
-Alex: Sólo por curiosidad – dijo, sin dejar de grabar- ¿Qué fue lo primero que viste cuando empezaste a... ver mejor?
-Kara: A Lena, por supuesto. Y a Katie. Cerré los ojos, porque no quería ver otra cosa que no fuese a ella. Así que cuando ella volvió a casa del trabajo, y se sentó con Katie, las miré. Aunque sólo veía una especie de sombras borrosas, pero eran ellas.
-Lena: Mi vida... - dije, con nuestro hijo aún en brazos y mirando a Kara. Estaba siendo un día maravilloso.
-Kara: Hay algo más...
-Lena: ¿Más...? – pregunté, mientras Kara se alejaba un poco con la silla.
-Kara: Sigue grabando, Alex..-dijo, sonriendo.
La miré. Vi cómo apoyaba las manos en los reposabrazos de su silla, e intentaba levantarse.
-Lena: Kara... Cariño, ten cuidado. Por favor, ayúdela... - dije a la enfermera que seguía allí.
-Kara: No... - dijo cuando la enfermera quiso sujetarla. Kara se puso de pie muy despacio y se quedó así, quieta, mirándome.
-Alex: Puedes levantarte... - dijo, llorando al ver a su hermana de pie.
Yo también lloré. Ver a Kara allí, de pie, mirándome, fue lo más maravilloso del mundo. Bueno, lo segundo más maravilloso. Tener a nuestro bebé en brazos, era lo primero. Le miré, acariciando su carita.
-Alex: Oh, dios... -dijo.
Entonces, me giré de nuevo hacia Kara y vi que avanzaba hacia mí, con pequeños pasos, como los de un bebé empezando a caminar. La enfermera se mantuvo a su lado, por si acaso.
Tardó un poco, pero Kara finalmente llegó hasta la cama donde yo estaba y se apoyó con ambas manos.
-Lena: Por favor, su silla... - dije. Apenas había recorrido un metro, pero Kara parecía agotada por el esfuerzo. Temía que se fuera al suelo. La enfermera acercó la silla de Kara y la ayudó a sentarse.
Entonces Alex dejó de grabar y corrió hacia Kara, abrazándola.
-Alex: Esto es increíble, Kara... - dijo- Sabía que lo conseguirías...
-Kara: Tenía motivos para hacerlo, Alex... Conseguí ponerme de pie hace unas semanas. Los primeros días, no podía dar más de tres o cuatro pasos. Cada paso es un gran esfuerzo y me deja agotada, pero quería poder levantarme y jugar con mis hijos. Aún me queda bastante por hacer...
-Lena: Pero ya has hecho lo más difícil, cariño.
KARA
Nuestro hijo ya estaba con nosotros, y yo me sentía más feliz que nunca. Después del parto de Lena, tuve que salir un rato de la sala de partos. Me dolía la cabeza y me sentía algo mareada, así que cuando Lena pidió que me ayudasen, no me negué. No quería que se preocupara, así que dejé que me sacaran de allí. Además, ella estaba con Alex.
Cuando los médicos me atendieron, me llevaron a la habitación donde estaba Lena. Cuando entré, Alex seguía allí.
No quería que Lena se preocupara más de la cuenta, y yo ya no podía esperar más, así que adelanté un poco las sorpresas que tenía para Lena.
Cuando Alex quiso decirme cómo era mi hijo, me adelanté diciendo que su pelo era como el de Lena y tenía unos ojos preciosos. Lena y Alex se quedaron sin palabras y les conté que podía ver.
*********************FLASHBACK**********************
Hace unas semanas estaba en una de mis sesiones con Nia, cuando empecé a sentir un fuerte dolor de cabeza.
-Nia: Kara... Kara, ¿estás bien?
-Kara: No...
-Nia: ¿Qué te pasa? – preguntó, acercándose a mí.
-Kara: Me duele mucho la cabeza...
-Nia: ¿Quieres que vayamos al hospital?
-Kara: No... - dije con un gesto de dolor.
-Nia: ¿Estás segura...? Parece que te duele bastante... ¡CLARK!
-Kara: No es necesario, de verdad...
-Clark: ¿Qué pasa?
-Nia: Kara no se encuentra bien, dice que le duele la cabeza. Habría que llevarla al hospital.
-Clark: Kara... - dijo arrodillándose delante de mí- Eh... ¿estás bien? ¿Te ha pasado esto antes?
-Kara: Un par de veces, pero no era tan fuerte...- dije, casi llorando por el dolor.
-Clark: Vale, nos vamos...
-Kara: Pero...
-Clark: Kara, aunque hayan pasado varios meses desde el atropello, no podemos fiarnos de los golpes en la cabeza. Y el tuyo fue muy fuerte. Así que nos vamos ahora mismo, ¿de acuerdo? Probablemente no sea nada, pero hay que asegurarse.
-Kara: No le digáis nada a Lena. No hasta que sepamos algo, ¿?vale? No quiero preocuparla sin necesidad...
-Clark: Está bien...
Una vez en el hospital, me hicieron varias pruebas. Tras descartar posibles complicaciones por el golpe y cosas más graves, llegaron a la conclusión de que posiblemente estuviese relacionado con mi ceguera temporal.
-Médico: Es posible que estés iniciando el proceso de recuperación de tu vista, Kara. Aunque habrá que esperar, ¿de acuerdo? ¿Notas algo, aparte del dolor?
-Kara: No...
-Médico: Bueno, es algo que irá mejorando poco a poco. No intentes forzar nada, o podrías empeorar, ¿de acuerdo? Te veré en una semana para saber si has mejorado algo.
-Kara: Bien... Gracias.
Volvimos a casa y de nuevo, pedí a Nia y a Clark que no dijesen nada a Lena. No quería darle falsas esperanzas. Y tampoco quería creármelas yo.
Una semana después, aún no podía ver, aunque podía "sentir" la luz queriendo entrar en mis ojos. A los pocos días, veía sombras, demasiado oscuras para poder distinguir quién o qué era lo que tenía delante. Pero sin duda, estaba recuperando la vista.
Unos días después, mis ojos distinguían la luz y la oscuridad, pero seguía sin poder distinguir a la gente o los objetos que tenía delante. Tenía que cerrar los ojos continuamente, ya que tenía ligeros mareos y no quería preocupar a Lena, ni a nadie. Y quería que fuera una sorpresa. Sólo Clark, y Nia, lo sabían. Como "Paciente" suya que era, debían saberlo para ayudarme mejor con mis ejercicios y la terapia.
Cuando sentí que ya podía distinguir mejor las formas y los rasgos, cuando Katie me dejó uno de sus juguetes en las manos, cerré los ojos con fuerza. No quería ver nada, ni a nadie. Quería que lo primero que mis ojos vieran de nuevo eran las dos personas a las que más quería en el mundo. Mi mujer, y mi hija. Lena y Katie. Así que mantuve los ojos cerrados, hasta que Lena llegó del trabajo y, después de besarme, se sentó con Katie. Entonces abrí los ojos. Seguían siendo dos manchas algo borrosas, pero podía ver perfectamente el pelo rubio y los ojos azules de Katie, mirándome, y su sonrisa. También pude distinguir los ojos verdes de Lena, mirando a nuestra hija y luego a mí. Y por primera vez, pude ver su abultado vientre. Alargué la mano y lo acaricié, intentando contenerme para no dar ninguna señal de lo que estaba ocurriendo en ese momento. No quería que supieran nada, aún no. No hasta que pudiera ver en condiciones. Pero un par de lágrimas me traicionaron y bajaron por mis mejillas.
-Lena: Kara, cariño, ¿estás llorando, qué pasa? – preguntó, cogiendo mi rostro entre sus manos.
-Kara: No es nada... Me duele un poco la cabeza...
-Lena: ¿Un poco...?
-Kara: Estaba imaginando lo preciosa que debes verte ahora, con nuestro hijo creciendo en tu interior... - dije, acariciando de nuevo su vientre – Creo que me he emocionado demasiado...
-Lena: Mi vida... - dijo besándome – Cómo me gustaría poder cambiarme por ti en estos momentos. No sólo par que pudieras verme a mí, o a Katie. Sino para que también vieras cómo te vemos nosotras a ti ahora mismo...
-Kara: ¿Y cómo me veis?
-Katie: Guapa... - dijo, haciéndome reír.
-Lena: Y fuerte... Hay que ser muy fuerte para hacer todo lo que estás haciendo, Kara. Y llevar las cosas como las estás llevando. Eres mi heroína...
El día que nacieron los bebés de Alex, ya veía algo mejor. Aún eran manchas borrosas, pero podía distinguir algunos rasgos y ya sabía a quién tenía delante. Podía reconocer a la gente que quería por algo más que sus voces. Y podía saber dónde se encontraban.
Y justo, cinco días después de que nacieran mis sobrinos, nuestro hijo decidió que era el momento de salir. Así que el día veinticinco de Mayo, fue uno de los mejores de mi vida. Aún no veía bien, pero sí con la claridad suficiente como para ver los rasgos de nuestro bebé. Su pelo, sus ojos, ahora de un color grisáceo, pero que esperaba que fuesen como los de Lena. Ese gesto de Lena, de levantar la ceja cuando algo le molestaba. Podía ver todo eso en nuestro bebé. Y podía ver la cara de cansancio de Lena, y su sonrisa, sus lágrimas de alegría. Estaba realmente feliz.
***********FIN FLASHBACK************
Dejé de recordar, y volví a centrarme en el lugar en el que estaba y las personas con las que estaba. Alex, Lena y nuestro hijo. Tuvimos una pequeña conversación y, tras pedirle a Alex que siguiera grabando todo, decidí que era hora de darles la otra sorpresa que me guardaba. Me alejé un poco de la cama de Lena y, con un gran esfuerzo, me puse de pie y empecé a caminar lentamente hacia ellas. Sus caras de alegría fueron suficiente motivo para caminar, con pasos cortos, la distancia que me separaba de Lena. No sería mucho más de un metro, pero me parecía eterno. Mis pasos no eran más grandes que los de un bebé, casi como los de una hormiga. Era más de lo que había andado hasta ese momento con la ayuda de Clark. Pero quería llegar a Lena.
La enfermera que me había llevado a la habitación se quedó a mi lado y, cuando me apoyé en la cama de Lena, agotada, me acercó la silla y me ayudó a sentarme.
*************FLASHBACK**************
Había conseguido levantarme hacía un mes. La primera semana me costaba mucho mantenerme en pie. El primer día, no fui capaz de mantenerme derecha más de dos segundos. Clark tuvo que sujetarme para que no me cayera. El segundo día, aguanté unos segundos más. El tercero, algo más. Una semana después, era capaz de aguantar más de dos minutos de pie antes de tener que sentarme. Entonces empecé a intentar caminar. Clark cogía mis manos con fuerza y caminaba de espaldas, haciendo que yo avanzase hacia él. Igual, estaba siendo un proceso lento. Los tres primero días, me daba tanto miedo, que no era capaz de dar más de tres pasos seguidos.
Los siguientes días, ya daba alguno más, pero aún no llegaba a los diez que Clark me había pedido como objetivo. Al as tres semanas, había conseguido avanzar y superar los doce pasos. Pero siempre como un bebé.
Además, estaba necesitando más que nunca la ayuda de Nia. Ahora mismo, saber que podía hacerlo, pero que no avanzaba, me frustraba mucho, me hacía llorar de rabia. Me estaba impacientando. Quería andar, y quería hacerlo YA. No quería esperar más. No quería ir como un caracol. Pero Nia me hacía ver que tenía que tomarme las cosas con calma e ir poco a poco.
**********FIN FLASHBACK**************
Esa mañana, cuando Lena nos interrumpió, diciendo que estaba de parto, estaba agotada. Había intentado dar algún paso más, pero no había conseguido avanzar ni medio metro.
Así que, cuando vi que había conseguido caminar la distancia que me alejaba de Lena y nuestro bebé, me sentí feliz de nuevo.
Alex dejó de grabar y se acercó, abrazándome.
-Alex: Esto es increíble, Kara... Sabía que lo conseguirías...
-Kara: Tenía motivos para hacerlo, Alex... Conseguí ponerme de pie hace unas semanas. Los primeros días, no podía dar más de tres o cuatro pasos. Cada paso es un gran esfuerzo y me deja agotada, pero quería poder levantarme y jugar con mis hijos. Aún me queda bastante por hacer...
-Lena: Pero ya has hecho lo más difícil, cariño.
Cuando Lena cogió mi mano, no pude evitar echarme a llorar. Me levanté un poco, con ayuda de Alex, y besé a Lena y a nuestro hijo. Luego abracé a mi hermana durante algunos segundos y volví a sentarme.
Un rato después, la gente empezó a entrar en la habitación. Las primeras en entrar fueron mi madre y Katie, que corrió conmigo en cuanto me vio. La cogí y la senté en mis rodillas, riendo.
-Eliza: ¿Va todo bien, ¿por qué estáis llorando?
-Lena: Porque Kara acaba de darnos dos sorpresas increíbles, Eliza....
-Eliza: ¿Ah, sí, cuáles?
-Kara: Espera a que lleguen los demás y lo sabréis.
-Eliza: Está bien... – dijo centrándose de nuevo en Lena y el bebé. - ¿Puedo cogerlo?
-Lena: No, aún no. Primero tiene que cogerlo Kara, aún no ha podido hacerlo, ¿verdad, cariño? – dijo, mientras se levantaba y lo dejaba con cuidado en mis brazos, después de bajar a Katie al suelo.
-Eliza: ¿Y se puede saber qué habéis estado haciendo aquí las tres hasta ahora?
-Alex: Tu nieto ha estado comiendo, mamá. Y Kara tuvo que salir un momento, así que no pudo cogerlo hasta ahora....
-Kara: Es precioso... - dije, mirándole fijamente a los ojos. Luego miré a Lena – Gracias, amor...
Katie miraba a su hermano y acariciaba su mano despacito.
-Lena: Es tu hermano, cielo...
-Katie: Es muy pequeño...
-Kara: Tú también eras así...
-Katie: ¿Así de pequeña?
-Kara: Sí, así de pequeña...
Katie se acercó y le dio un beso en la cabecita, para luego ir con Lena y tumbarse a su lado, abrazándola.
-Eliza: Katie estaba muy asustada. Decía que Lena gritaba mucho... Clark no sabía cómo calmarla cuando yo llegué.
-Lena: Mamá está bien, cielo... No te preocupes...
-Katie: Vale....
Los siguientes en llegar fueron los padres de Lena.
Lillian se acercó a abrazar a Lena y Lionel lo hizo después, con lágrimas en los ojos al ver a su nieto.
-Kara: Katie, ven aquí... - dije, mientras le devolvía el niño a Lena. – Mamá tiene que estar con tu hermanito...
-Katie: Sí, mami... - dijo sentándose de nuevo sobre mí.
Un rato después, llegaron Winn y Nia. Winn traía un montón de globos, unas flores para Lena y un regalo para el bebé.
-Lena: Mira, el único que se ha acordado de traerme algo, a ver si aprendéis – dijo Lena, riéndose – Gracias Winn...
-Winn: Bueno, también es de Nia...
-Lena: Y gracias Nia... - dijo, abriendo el paquete que le había dado Winn y sacando un pijamita con una especie de capucha que tenía unas orejas de osito.
-Winn: Hace calor para ponérselo ahora, así que lo hemos comprado más grande, para cuando haga frío. Estará calentito y muy mono....
-Lena: Gracias chicos...
-Lillian: Mi nieto va a estar guapísimo con eso. – dijo riéndose.
Luego llegaron Clark, Sam y Ruby, que habían ido a comer algo a la cafetería. Sam había traído a Kyle y a Helena, que dormían tranquilos en su carrito.
-Sam: Pero mira qué cosita... Quién lo diría, al final sí que nacieron casi a la vez...
-Alex: Sí, cielo, pero ninguna ha ganado la apuesta.
-Kara: ¿Qué apuesta?
-Alex: Sam decía que Lena y yo éramos capaces de ponernos de parto el mismo día y a la vez... Yo decía que era imposible. Que podían adelantarse, o retrasarse... Sobre todo el vuestro.
-Sam: Y al final, se adelantaron todos, y nacieron con cinco días de diferencia....
-Alex: Pero no a la vez...
Los últimos fueron Lex y Lana, que no encontraban con quién dejar al pequeño Alessandro.
Después de eso, todos quisieron coger a nuestro hijo, así que Lena y yo decidimos que lo justo era que lo cogieran por orden de llegada. Así que primero lo cogió Alex, luego Eliza, Nia y Winn, Sam y Clark, y luego Lana y Lex.
-Eliza: Bueno, lo más importante... ¿cómo se llama mi nieto?
-Lena: Pues... Kara, cielo, ¿elegiste su segundo nombre?
-Kara: Desde el momento en el que me lo pediste, lo tenía muy claro, amor... - dije acercándome a su oído y diciéndole el nombre.
-Lena: ¿En serio?
-Kara: Por supuesto.
-Lena: Kara, cariño eso es... - dijo llorando.
-Kara: ¿No te gusta?
-Lena: Me encanta, cariño... Entonces... Está decidido. – dijo, llorando con el pequeño en brazos, mientras yo cogía su mano– Os presentamos a Cian Kieran Danvers-Luthor.
-Kara: Espera, ¿qué...? – dije - ¿Cómo que Danvers- Luthor? Lena, amor...
-Lena: Y Quiero que Katie sea Desde hoy Luthor-Danvers...
-Kara: Pero...
-Lena: Quiero que lleven los dos apellidos, cariño.
-Kara: Eso es... precioso, amor, pero... - dije, llorando de la emoción - ¿No sería mejor que los llevasen en el mismo orden? Son hermanos y...
-Winn: Bueno, lo más justo es que Katie llevara primero el apellido Danvers, porque es hija de Kara y... que Cian llevara primero el de Luthor, porque ha sido Lena quien lo ha parido y...
-Nia: Winn, cállate, no lo compliques más, cielo.
-Winn: Vale...
-Lena: Y hay algo más. Hoy Kara me ha hecho dos regalos increíbles, ¿verdad, cariño? ¿Por qué no se lo cuentas? ¿O se lo muestras? Alex, ¿Puedes ayudarla?
-Alex: Claro... - dijo acercándose a mí.
-Kara: Bueno, yo... - dije, mirándolos a todos- Puedo ver. Aún no bien del todo, pero... Puedo veros a todos, y distinguiros.
-Winn: No te creo... Hagamos una prueba.- dijo, poniendo a Nia delante de mí y escondiéndose detrás de ella – Tócame la nariz.
-Kara: Lo haré cuando salgas de detrás de Nia. Pero sí puedo tocar la de ella – dije, tocando la nariz de Nia.
-Eliza: ¡Kara, cielo! – dijo corriendo a abrazarme. -¿Desde cuándo?
-Kara: Así, como veo ahora, un par de días.
-Lillian: Eso es una gran noticia... - dijo abrazándome.
-Lena: No la abracéis aún, esperad... Apartaros un poco, dejadla espacio.
Todos se apartaron, quizás, pensando que me estaban agobiando al tenerlos a todos tan cerca. Alex le pidió a Katie que bajase de nuevo al suelo.
-Alex: ¿Puedes, o estás demasiado cansada para hacerlo? – me preguntó.
-Kara: Creo que puedo, pero quédate cerca... - dije, levantándome de nuevo. Alex me sujetó del brazo, soltándome cuando me quedé de pie. Empecé a caminar de nuevo, despacio. Pero apenas había dado seis pasos cuando las piernas me fallaron. Por suerte, Alex me sujetó.
-Clark: Demasiado por hoy, Kara... - dijo ayudando a Alex a sentarme.
-Kara: Pero antes pude caminar más.
-Clark: ¿Antes?
-Alex: Nos lo enseñó antes de que llegarais todos.
-Clark: ¿Cuánto más?
-Kara: No sé, desde ahí, como un metro...
-Clark: Eso es genial, pero es demasiado para un solo día, ¿vale? Con calma, Kara.
-Eliza: ¡Esto es un milagro!
-Clark: Kara lleva semanas esforzándose. Esta mañana avanzó medio metro... - dijo sonriendo.
-Nia: Clark y yo lo sabíamos porque estamos ayudando a Kara con su rehabilitación, pero ella quería que fuese una sorpresa para todos. Sobre todo para Lena.
-Lena: ¿Estás bien, cielo? – preguntó, cogiendo mi mano preocupada.
-Kara: Sí, amor...
-Lena: Por hoy ya está bien... Deberías irte a casa y dormir un poco.
-Kara: No pienso moverme de aquí...
No pude hablar más con Lena, porque de repente todo el mundo empezó a abrazarme y a hacer preguntas. Cuando todos se fueron, sólo nos quedamos Lena, Katie, el pequeño Cian y yo en el cuarto. Mi madre quiso quedarse fuera para llevarse después a Katie con ella.
-Kara: Lo has hecho muy bien, amor. Estoy muy orgullosa de ti... - dije, acariciando su pelo, sonriendo.
-Lena: ¿Tú estás orgullosa de mí? Eres tú la que se ha esforzado cada día durante meses por volver a andar y poder ver de nuevo, ¿y estás orgullosa de mí? Yo sí que estoy orgullosa de ti, mi amor...
-Kara: Pero has hecho algo precioso, mírale... - dije, mirando a Cian, que dormía en la pequeña cuna que habían dejado junto a Lena.
-Lena: Y tú has hecho algo grande, Kara. Algo casi imposible, mi vida...
-Kara: ¿Vamos a discutir ahora por ver quién ha hecho las cosas mejor?
-Lena: No... Pero tú has sido mejor... - dijo, cerrando los ojos.
-Kara: Duerme un poco... Te lo mereces. Yo me ocupo de nuestro hijo... Te quiero. – dije, alzándome un poco para besarla en los labios.
-Lena: Kara, basta por hoy, cielo... - dijo, ya casi dormida.
-Kara: Está bien...
Cuando Lena se durmió, le pedí a mi madre que se llevase a Katie a casa. Yo me quedaría allí, con Lena, a su lado. Cuando mi madre se fue, cogí la mano de Lena, apoyé la cabeza sobre la cama y me quedé dormida, mirándola.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro