36-Atrapada
WINN
Bajé a la cafetería y pedí un café. Mientras esperaba, me metí en las cámaras de la ciudad, incluidas las de tráfico y revisé las grabaciones del día del atropello de Kara. Me había afectado verla así allí arriba. No podía ver y, al parecer, tampoco podía caminar. Kara iba a necesitar mucha ayuda para asimilarlo, pero, por ahora, lo único que podíamos hacer por ella era saber quién la atropelló.
Llevaba unas dos horas mirando las grabaciones, cuando algo llamó mi atención. Era el modelo de coche que Lena dijo que tenía Eve. Lo estuve siguiendo atentamente, hasta que vi como atropellaba a Kara. Conseguí capturar la matrícula y limpiar la imagen para verla bien. Cuando pude verla claramente, entré en la página de tráfico y metí el número de la placa. No había duda, era el coche de Eve. De nuevo, guardé toda esa información en el pendrive. Kara no podría verlo, pero posiblemente a Alex le serviría como prueba. Apagué mi portátil y salí corriendo hacia donde tenían a Kara. Por el pasillo choqué con Alex.
-Winn: Alex, te estaba buscando...
-Alex: Y yo a ti... Han llevado a Kara a una habitación...
-Winn: Dime a cual, porque Kara, Lena y tú debéis ver esto.
-Alex: Winn, deberías tener más cuidado con lo que dices.
-Winn: ¿Qué, por qué?
-Alex: Porque Kara no puede ver nada...
-Winn: Cierto.... Bueno, pues Lena y tú... Vamos.
La seguí hasta la habitación. Allí vi a Lena cogiendo su mano con fuerza y a Kara con un gesto de dolor.
-Winn: ¿Qué le pasa?
-Lena: Se le está pasando el efecto de los calmantes.
-Alex: Avisaré a un médico.
-Lena: Kara, grita si tienes que hacerlo, cariño... - dijo, acariciando su mejilla con cuidado.
Kara negó con la cabeza. Maldita cabezota... Pensé, sonriendo.
Alex volvió con el médico poco después, que le colocó una nueva bolsa de calmantes en la vía.
-Médico: Tardará un rato en hacerle efecto, pero pronto se sentirá mejor.
-Lena: Gracias...
Decidí esperar un poco. Al menos, hasta que Kara estuviese mejor.
-Alex: ¿Mejor...? – preguntó quince minutos después.
-Kara: Sí...
-Winn: Bien, porque tengo que deciros algo a las tres. Fue Eve quien atropelló a Kara. Lo tengo todo guardado en este pendrive – dije, tendiéndoselo a Alex – Ten, por si te sirve como prueba.
-Alex: Gracias...- Se lo guardó en el bolsillo.
-Lena: Voy a matar a esa maldita hija de...
-Kara: No, tú no harás nada... - dijo- Piensa en el bebé, Lena...
-Lena: ¿Quieres que quede libre?
-Kara: No. Pero no quiero que te pase nada a ti... o a nuestro hijo. Creo que tengo una idea... Alex, ¿aún tienes los micrófonos y las cámaras que usamos para pillar a James?
-Alex: Sí.
-Kara: Bien, escuchad...
KARA
Saber que no podía ver, y tampoco andar, fue un golpe duro. En ese instante, deseé estar muerta.
No podría ver las caras de mi madre y los demás cuando lo supieran. Pero podía imaginarlas. Exactamente igual que cuando Mike me secuestró y violó. Casi podía hasta sentir su lástima y compasión, como la otra vez. No quería eso.
Quería estar muerta.
Pero cambié de opinión en cuanto supe que Lena estaba embarazada.
Cuando puso mis manos sobre su vientre, aún plano, y me dijo que estaba embarazada, una oleada de felicidad me invadió. Ahora tenía un motivo por el que luchar. Aunque no pude evitar que algo de rabia se instalara en mí en ese momento. No podría ayudar a Lena con su embarazo, más bien, ella me tendría que ayudar a mí y no podía permitir que hiciera eso. Si intentaba sujetar mi peso y se caía, o se golpeaba... No, no lo permitiría.
Lo que más me dolía era no poder ver cómo nuestro hijo o hija crecía dentro de ella. Estaba segura de que Lena se vería realmente hermosa con esa barriguita creciendo mes a mes. Entonces recordé las palabras del médico. Mi ceguera podría ser temporal... Esperaba poder ver a Lena antes de que el bebé naciera.
Aproveché un momento que nos dejaron a solas, cuando Alex fue a buscar a Winn para informarle de que me pasaban a una habitación, para hablar con Lena.
-Kara: Amor...
-Lena: ¿Sí...? – dijo cogiendo mi mano.
-Kara: Lo siento mucho... De verdad, no sé cómo pude pensar que tú...
-Lena: Ya no pienses en eso...
-Kara: ¿Podrás perdonarme?
-Lena: No tengo que perdonarte nada...
-Kara: Pero te he...
-Lena: No voy a negarte que lo pasé mal. Pero, el que me dejases ver a Katie, o el tenerla algunos días, me daba esperanzas de que te lo pensaras mejor y no quisieras el divorcio.
-Kara: Katie... - dije. ¿Cómo podía haberme olvidado de ella? - ¿Está bien?
-Lena: Está con tu madre y con Sam, no te preocupes.
-Kara: Quiero verla... - dije- Quiero decir, quiero...
-Lena: Cuando llegue tu madre, le diré que entre con Katie, ¿quieres?
-Kara: Lena... - dije llorando de nuevo.
-Lena: Sssshhh, tranquila, cariño, voy a quedarme a tu lado, ya te lo he dicho. Pase lo que pase, lo superaremos juntas. Por nosotras, por Katie y por el bebé.
-Kara: Te quiero...
-Lena: Yo también te quiero, señora Luthor... - Dije, notando cómo Lena deslizaba algo en mi dedo. Lo toqué.
-Kara: Mi anillo... Lo guardaste...
-Lena: Como ya te dije, esperaba que recapacitaras sobre eso. Siempre lo he llevado encima, con una cadena al cuello.
-Kara: ¿Por qué...?
-Lena: Porque era todo lo que me quedaba de ti y no iba a renunciar a ello...
Quise seguir hablando, pero un terrible dolor me hizo casi doblarme en la cama.
-Kara: ¡Aaahhh! ¡Joder!
-Lena: ¿Qué pasa? Kara, cielo...
-Kara: Me duele muchísimo, Lena...
-Lena: Se debe estar pasando el efecto de la medicación, tranquila, voy a buscar al médico.
-Kara: Hummmp... No... Quédate, puedo aguantar un poco...
-Lena: Kara, te duele, estás sufriendo...
-Kara: Por favor... Quédate...
-Lena: Está bien... Apretaré el botón de llamada, espero que alguien esté allí ahora.
Poco después, escuché llegar a Alex y a Winn. Alex fue a buscar al médico y escuché decir que me estaban poniendo más medicación. Pasó un rato hasta que empecé a encontrarme mejor.
Tras la noticia de que Eve había sido quien me había atropellado, desee levantarme y partirle los dientes de un puñetazo.
-Lena: Voy a matar a esa maldita hija de...
-Kara: No, tú no harás nada... - dijo- Piensa en el bebé, Lena...
-Lena: ¿Quieres que quede libre?
-Kara: No. Pero no quiero que te pase nada a ti... o a nuestro hijo. Creo que tengo una idea... Alex, ¿aún tienes los micrófonos y las cámaras que usamos para pillar a James?
-Alex: Sí.
-Kara: Bien, escuchad...
Poco después, escuché a mi madre entrar en la habitación.
-Eliza: Kara, cariño... - dijo abrazándome.
-Kara: Au...
-Eliza: Lo siento... ¿Estás bien? Sabes quién soy, ¿verdad?
-Kara: Sí mamá, mi memoria está bien...
-Eliza: Gracias a Dios... Mira, he traído a Katie...
-Alex: Mamá... Kara no puede verla... De hecho, no puede vernos a ninguno. Está ciega.
-Eliza: ¡¿QUÉ?! No... Toma Lena, coge a Katie... - sentí' las manos de mi madre sobre mi rostro.
-Kara: ¿Me estás mirando? – pregunté. Tenía la sensación de que tenía sus ojos clavados en mí.
-Eliza: Sí... ¿Recuperarás la vista?
-Lena: Es pronto para saberlo, puede que sea algo temporal, tienen que hacerle más pruebas.
-Alex: Y hay algo más. Deberías sentarte, mamá...
-Eliza: ¿Por qué...? ¿Qué puede ser peor que el que mi hija se haya quedado ciega?
-Kara: Que tu hija no pueda caminar... - dije.
-Eliza: ¿Cómo que no...? ¡¿No puedes...?! Oh, Dios...
-Alex: Mamá... Escucha... Van a operar de nuevo a Kara dentro de dos días. Es muy posible que pueda volver a caminar. Han sido sus piernas las afectadas, no la columna. Pero le va a costar mucho. Va a necesitar que estemos a su lado, apoyándola....
-Eliza: Por supuesto... No voy a dejar a mi hija sola...
-Kara: Mamá... – dije estirando el brazo hacia donde escuchaba su voz y la sentí coger mi mano entre las suyas, besándola– No quiero compasión, ¿vale? Ni que sintáis lástima. Voy a hacer todo lo posible por volver a caminar. Lena y nuestro bebé van a necesitarme...
-Eliza: ¿Vuestro bebé... Qué be...?
-Kara: Lena está embarazada.
-Eliza: ¿Lena está...? ¡¿Es eso cierto, Lena, estás embarazada?!
-Lena: Sí, Eliza, vas a ser abuela.
-Eliza: Pero... ¿De cuánto?
-Lena: El mismo tiempo que Alex, lo hicimos juntas...
-Kara: Eh, amor, me prometiste que harías algo cuando mi madre llegara. Y Alex también...
-Lena: No quiero dejarte so..
-Kara: No estaré sola. Mi madre está aquí, y los demás no tardarán en llegar. Marchaos, y contadme luego como están nuestro hijo y mi sobrino.
-Lena: Está bien, lo haremos... - dijo besándome en los labios – Vamos, Alex.
-Kara: Esperad... ¿Podéis dejar a Katie sobre mí?
-Lena: Claro...
Sentí un peso sobre mí y acaricié el rostro de Katie. Volví a llorar, pero esta vez de alegría.
-Kara: ¿Por qué estás tan callada, cariño? – pregunté.
-Katie: La abela dijo que estabas malita y no había que hacer ruido...
-Kara: Mami está un poquito mejor ahora... ¿Me das un abrazo?
-Eliza: Cuidado con los cables, cielo...
Noté cómo Katie se movía con cuidado para tumbarse sobre mí y rodear mi cuello con sus bracitos. Después, me besó en la mejilla.
LENA
Salí del hospital y subí en El taxi con Alex. Sam quiso acompañarnos. De camino a la clínica, no pude evitar romper a llorar. No había querido hacerlo delante de Kara.
-Alex: Lena... - dijo abrazándome.
-Lena: No merece esto, Alex... Se lo va a perder todo... - dije, acariciando mi vientre.
-Alex: Pero le has dado un motivo para luchar... -Puso su mano sobre mi vientre – Uno más aparte de Katie y tú... Es cierto, no se lo merece. Pero no se ha merecido nada de lo que le ha pasado hasta ahora. Bueno... Puede que tú sí. Y Katie. Habéis sido lo único bueno en la vida de Kara en los últimos años.
-Lena: Gracias... - dije cogiendo su mano.
-Alex: Y de verdad, Lena, siento haberte golpeado y haberte tratado así. No sé cómo pude creerte capaz de engañar a Kara...
-Lena: Alex, te entiendo... Yo habría hecho lo mismo... Y, si Kara y yo nos hubiésemos separado finalmente y ella... Hubiese conocido a alguien y ese alguien la hubiese hecho daño... Te juro que la habría matado...
Cuando llegamos a la clínica, hice llamar a Lucy y pasamos a su consulta. Yo fui la primera.
-Lucy: Bien Lena, ¿lista?
-Lena: Sí... - dije, sintiendo un líquido frío sobre mí. Cuando empecé a ver la imagen sobre la pantalla volví a llorar.
-Alex: ¿Estás bien...?
-Lena: Sí... Pero desearía que Kara pudiera verlo también...Espera, coge mi móvil y grábalo. Quiero que lo vea cuando vuelva a ver, porque lo hará... Estoy segura.
-Sam: Ya lo grabo yo... - dijo, cogiendo mi móvil y empezando a grabar.
-Lucy: Todo parece correcto. El latido es fuerte....
-Lena: ¿Has oído, Kara? – dije, mirando a Sam – Un latido fuerte...
-Lucy: Bien, señorita Danvers.... – dijo, mirando a Alex mientras yo me limpiaba y me incorporaba.
-Lena: Dame, seguiremos grabando. Kara querrá ver esto también.
-Sam: Me parece bien... - dijo, dándome el móvil y cogiendo la mano de Alex, que ya se había tumbado.
-Lucy: Bien, vamos a ver... Ahí está....Un momento...
-Alex: ¿Qué, qué pasa, algo va mal?
-Lucy: No... Hay... Sí, ahí está el otro...
-Sam: ¿Qué otro?
-Lucy: Hay dos latidos. Son dos bebés... Ahí está uno... - dijo señalándolo- y ahí el otro.
-Alex: ¿Dos...? Oh, Dios...
-Sam: ¡Eso es genial!- dijo, besando a Alex.
-Alex: ¿Dos de golpe...?
-Lena: Cariño, mira la cara de tu hermana... - dije, haciendo un primer plano de Alex con una cara medio de alegría y medio de espanto. Luego giré la cámara hacia mí – Vamos a ser tías por partida doble....
Después de las ecografías, volvimos al hospital. Nia, Winn, Lex, Lionel y Lillian estaban fuera, con Katie.
Eliza estaba con Kara, acariciando su mano.
-Eliza: Está dormida...
-Lena: Es normal, la medicación que le dan para el dolor es muy fuerte.
-Eliza: Dime la verdad, Lena... ¿Está sufriendo?
Miré a Alex
-Lena: Sí. Y lo pasará mal, pero vamos a ayudarla entre todos. Se pondrá bien.
-Alex: Kara es fuerte, mamá.
-Eliza: Lo sé...
-Lena: Si no os importa quedaros con ella unas horas, iré a ducharme y a hacer un par de cosas. Me quedaré con ella esta noche.
-Eliza: Claro, ve....
Cuando llegué a casa, me duché e hice algunas llamadas.
Supuse que cuando Kara volviera, le sería imposible subir a nuestro cuarto. Yo no podía subirla en brazos. No porque no estuviera dispuesta a hacerlo. Cargaría con Kara en mis brazos toda la eternidad si fuera necesario. Pero con el embarazo, ese esfuerzo era impensable. Así que fui a un cuarto que había en la planta baja y al que aún no le habíamos dado ningún uso.
Era lo suficientemente grande como para poner un armario, un par de mesillas, una cama de matrimonio para Kara y para mí y otra más pequeña para que Katie durmiera con nosotras. Porque una cosa tenía clara. No iba a dejar a Kara sola en ningún momento. Y tampoco podía dejar que nuestra hija durmiera sola arriba. Así que lo mejor era instalarnos abajo.
Kara pasaría lo menos dos semanas más en el hospital tras su operación, así que daba tiempo de pedir todo el mobiliario y que lo instalaran. Además, pediría que instalasen una ducha con mejor acceso en el baño de abajo, para que Kara no tuviera problemas si quería darse una ducha.
Cuando terminé de organizarlo todo, volví al hospital para quedarme con Kara.
Esa noche Kara la pasó con algunas molestias. Cuando se le volvió a acabar la medicación para el dolor, pasó un buen rato hasta que pudieron traerle más. Me dolía verla así, pero debía ser fuerte. A Kara todavía le quedaba un largo camino para recuperarse. Si lo hacía...
Al día siguiente, todo el mundo volvió a visitar a Kara. Les pedí que vinieran poco a poco, pero que no vinieran más tarde de las ocho, ya que la operación de Kara estaba programada para primera hora de la mañana y quería que descansara.
Eliza volvió a traer a Katie, algo que la animaba bastante. Kara jugaba con ella como buenamente podía, hasta que Katie se quedó dormida mientras Kara la cantaba.
-Lena: A mí nunca me cantas...
-Kara: Tendré que hacerlo, no es la primera vez que me lo dices... - dijo sonriendo.
-Lena: Me encantaría... - dije besándola.
Cuando todos se marcharon, me senté al lado de Kara y cogí su mano. La noté nerviosa.
-Lena: Tranquila, cariño, estaré contigo...
-Kara: ¿Lo prometes?
-Lena: Lo prometo... Ahora descansa.
Por la mañana, vinieron a despertarnos para llevar a Kara al quirófano. Me puse un uniforme de cirugía, los guantes y la mascarilla y cogí la mano de Kara.
-Kara: ¿Puedes estar aquí, seguro? ¿No será malo para el bebé?
-Lena: No. Todo esto está bien desinfectado y esterilizado, no pasará nada. – Acaricié su pelo, besándola – Y cuando despiertes, seguiré a tu lado.
-Médico: Señora Luthor, vamos a empezar...
-Lena: Te quiero...- dije besándola antes de que empezasen a anestesiarla.
Tras ocho largas horas de operación, salí del quirófano. Estaba algo cansada y tenía los ojos enrojecidos de haber estado llorando. Mi familia y la de Kara estaban en una sala de espera privada, donde nadie podría molestarles. Tras informarles del resultado de la operación y la situación, iba a ir a comer algo cuando un montón de periodistas se me echaron encima y empezaron a preguntarme por Kara. Les pedí que esperasen en una sala habilitada para la prensa.
Fui a la cafetería, comí algo rápido pero contundente y subí a la sala de prensa.
EVE
Estaba en casa, tumbada en el sofá haciendo zapping en la televisión, cuando vi a Lena en uno de los canales. Se estaba sentando en lo que parecía la sala de prensa de un hospital.
-Lena: Empecemos... Pero por favor, dense prisa, debo volver con mi esposa... - dijo, apoyando la cabeza en su mano mientras varias lágrimas salían de sus ojos.
-Periodista: Señora Luthor, ¿puede contarnos lo que pasó y cómo se encuentra su esposa ahora?
-Lena: Hace tres días, alguien atropelló a mi esposa y se dio a la fuga. Kara recibió un fuerte golpe en la cabeza que le ha ocasionado la pérdida de la vista. También tenía las piernas rotas, y completamente destrozadas, para lo que se requirió una operación de urgencia la misma noche del atropello, pero perdió la movilidad de las mismas. Mi esposa estaba mal, pero consciente. Hoy fue necesaria una nueva operación para ver si podría recuperar la movilidad de sus piernas. Pero hubo complicaciones, creemos que por la lesión sufrida en la cabeza, y Kara ha entrado en coma...
-Periodista: ¿Cree que se recuperará?
-Lena: Kara es fuerte, y confío en que acabe despertando. No sé si lo hará en unas horas, en unos días, unas semanas, unos meses... O nunca. Pero yo estaré a su lado para el momento en el que despierte o... se vaya para siempre. ¿Alguna pregunta más? ¿No...? Si me disculpan... - dijo levantándose y saliendo.
Apagué la televisión, me levanté del sofá y estampé el mando contra la pared.
-Eve: ¡¿Es que esa estúpida niñata no piensa morirse nunca?! – Grité.
La odiaba, la odiaba con toda mi alma. Ella era la culpable de que mi hermano estuviera muerto, mis padres en la cárcel y de que yo hubiese perdido a Lena, la mujer de la que llevaba enamorada varios años. Aunque sabía que yo no le interesaba en lo más mínimo. Sólo como amiga, o como empleada . Pero no me importaba, porque Lena apenas tenía citas con nadie y, si las tenía, no solían durar más de una comida o una cena.
Tenía esperanzas de poder reunir algún día el valor suficiente para contarle lo que sentía por ella y escuchar su respuesta, aunque pudiera ser dolorosa.
Pero todo cambió cuando conoció a esa... Kara Danvers. Lena apareció algo entristecida una mañana en la clínica. Teníamos una buena relación, podría decirse que Lena y yo éramos amigas, por eso no dudé en preguntarle qué le ocurría. Me dijo que había tenido que atender a una chica en urgencias. Una pobre camarera, embarazada y que había tenido un accidente de moto. Me contó que le había ofrecido su ayuda y atenderla en la clínica sin cobrarle. Bueno, eso no me extrañó, Lena acostumbraba a hacer ese tipo de cosas por la gente de vez en cuando.
Pero todo mi mundo empezó a derrumbarse cuando vi cómo Lena miraba a esa chica, cómo la sonreía y cómo la tocaba. Ver a Lena poner su mano en la espalda de esa chica para ayudarla y ver cómo acariciaba su espalda después, me ponía enferma. Conmigo nunca se había mostrado tan cariñosa. Bueno, lo cierto era que nunca se había mostrado tan cariñosa y atenta con nadie. Y no era porque sus pacientes o empleados no le importásemos. Siempre sabía cuándo alguien tenía un mal día o no estaba bien, y le mandaba a casa, pagándole la jornada de trabajo completa igualmente.
No le importaba escuchar tus problemas y apoyarte. Como mucho, apretaba tu mano, o tu hombro y medio sonreía. Lena era muy cerrada a mostrar sus sentimientos a nadie.
Pero con ella.... Era tan diferente... Se la veía tan... feliz...
Lo peor fue cuando me pidió que la enseñase mi trabajo, ya que le había ofrecido mi puesto mientras yo me iba a estudiar fuera durante un año con una beca que me habían concedido. Y, cuando volviera, trabajaría para Lena en los laboratorios.
No había duda de que Lena la quería cerca. Además, juraría que conocía a esa chica de algo.
Mientras estuve fuera del país, me enteré por medio de mi hermano que Kara era su ex, que el hijo que esperaba era de él y que ella y Lena estaban saliendo.
Me enfurecí y quise volver antes de tiempo. Le pedí a mi hermano que intentara romper esa relación como fuera. Y lo intentó, vaya si lo intentó, la secuestró, la violó, y él acabó en la cárcel. Pensé que eso sería suficiente, que después de la violación, esa niñata no dejaría que Lena la tocase, que ella se cansaría y la dejaría, pero no fue así.
Lena se mantuvo a su lado, pero fue Kara quien se alejó de ella, desapareciendo. Bueno, por fin hacía algo bueno esa camarera...
Pero al parecer, Lena la encontró por casualidad en uno de sus viajes y volvieron a estar juntas.
Después supe que tenía una sobrina y que mis padres la habían secuestrado. Al parecer, Kara estaba hundida y a punto de enloquecer. Pero de nuevo, Lena removió cielo y tierra para encontrar a la niña y lo consiguió.
Lo peor de todo fue cuando supe que Lena y Kara iban a casarse. Eso terminó de desesperarme.
Yo no me llevaba bien con mis padres. Para ellos, yo estaba viviendo en otro país, lo bastante lejos de ellos. Incluso me quitaron los privilegios que tenía como manejar su dinero cuando fuera necesario. Mike era el único que sabía que yo estaba en la ciudad y el único que me apoyaba. Mientras él estaba en la cárcel, firmó algunos documentos que me permitían tomar control de todos sus privilegios. Y eso incluía manejar la fortuna de mis padres a mi antojo. Y más cuando ellos también estaban encerrados y no podían tocar ni un solo céntimo.
Así que contraté a un amigo de Mike, un tal James, para que le ayudase a escapar de la cárcel, y que mi hermano evitase esa boda como fuera. Para ello, fue necesaria una gran cantidad de dinero para sobornar a varios policías de National City, a otros cuantos en los ángeles, y a un par de jueces, abogados... Lena entraría en la cárcel por culpa de esa niña egoísta, pero al menos eso la mantendría alejada de ella.
Y sí, Lena entró en prisión, pero a cambio de eso, Mike murió. Tardé un tiempo en reponerme. Perder a Mike fue un duro golpe, pero me decidí a atacar cuando supe que Kara había conseguido pruebas para sacar a Lena de la cárcel. Todo por culpa de James y sus ansias de sacar más dinero o tirarse a Kara.
Entonces fue cuando decidí volver. Le había contado a Lena que había empezado a salir con alguien y no iba a volver a National City, pero lo cierto era que llevaba un tiempo aquí. Así que volví a llamar a Lena, le dije que mi relación no había salido bien y que quería volver a la ciudad y que si aún seguía disponible ese puesto en el laboratorio.
Me gustaba estar con ella, pero me ponía enferma ver ese anillo en su dedo cada vez que veía su mano. Para que nada resultase sospechoso, incluso ayudé a Lena en su tratamiento para quedarse embarazada. Bueno, no me importaría tener que cuidar a ese bebé si funcionaba. Después de todo, tampoco era de Kara. Era como si Lena hubiese decidido tener ese bebé sola y yo cuidaría de los dos.
Quería venganza. Venganza por la muerte de Mike. Así que idee la forma de hacerle creer a Kara que su querida Lena tenía una aventura conmigo. Lena y yo pasábamos muchas horas en el laboratorio en un proyecto que ideamos juntas. Intentaba entretenerla siempre con alguna excusa para que Lena llegase a casa lo más tarde posible, cada día. Creo recordar que un día me comentó que Kara estaba celosa porque ella y yo pasábamos demasiado tiempo juntas. Así que cuando vi a Kara llegar al edificio algo después, puse mi plan en marcha.
Tiré un líquido altamente corrosivo sobre la camisa de Lena, fingiendo que había sido un accidente. Tuve que ayudar a Lena a quitarse rápidamente la bata y la camisa antes de que el líquido llegase a su piel. Tampoco quería herir a Lena. En ese momento vi que Kara se acercaba y fingí tropezar, lanzándome sobre Lena y besándola. Mi plan funcionó a la perfección. Kara se puso furiosa, me dio un buen bofetón y me alejé, no sin antes escuchar cómo Kara le pedía el divorcio a Lena. Por fin algo salía bien...
Pero no, Lena se negaba a renunciar a Kara. Seguía enamorada de Kara, a pesar de que ella se negaba a verla, o a hablar. Lena se negaba a hablar con nadie, o a ver a nadie, a no ser que fueran sus padres o su hermano. Así que no pude acercarme a ella con la intención de consolarla, como quería hacer.
Ya no podía más, si Lena no era mía, no lo sería de nadie, aunque tuviera que matarla.
Así que construí una bomba con un temporizador que coloqué en el laboratorio, en la sala justo enfrente a la que estábamos Lena y yo. Como sabía cuándo explotaría, me aseguré de estar en una posición segura para poder cubrirme y sufrir los mínimos daños. Sería muy sospechoso si yo hubiese salido ilesa. Por casualidad, Lena también se encontraba en un lugar bastante protegido en ese momento, por lo que sufrió daños leves. Algo de lo que me alegré después, pues me arrepentí de intentar matarla en cuanto la vi en la camilla de camino al hospital.
Entonces, sólo me quedaba una opción. La más fácil, la menos dolorosa, la definitiva. Matar a Kara.
Así que, el día uno de Diciembre, decidí que seguiría a Kara a todas partes, buscando el momento oportuno para acabar con ella. Ya fuese con la pistola que llevaba en mi bolso, empujándola a la carretera contra un autobús, o lo que fuera. Tardé ocho días, pero al final vi mi oportunidad. Kara se dirigía a una cafetería, al parecer había quedado con alguien. Cuando fue a cruzar, arranqué el coche y pisé el acelerador, embistiéndola con fuerza y lanzándola varios metros hacia adelante. Además, recuerdo haberle pasado por encima. Aunque no sabía si lo que atropellé fueron sus piernas, su pecho, su cabeza... Pero esperaba que fuese suficiente para matarla. Antes de huir del lugar, miré por el retrovisor y vi que no se movía.
Pero no... Esa maldita se negaba a morir, parecía decidida a quedarse y a seguir robándome lo que más quería.
Así que cuando vi a Lena dando la noticia en la televisión, supe que era el momento perfecto. Tenía tiempo de sobra. Me duché, me puse ropa discreta y fui al hospital. Estuve dando unas cuantas vueltas, intentando ocultarme de las cámaras de seguridad y tratando de que nadie me reconociera. Llevaba allí treinta minutos cuando vi salir a Lena abrazada a otra mujer. Creo que era la hermana de Kara. Iban hacia la cafetería. Aproveché y entré en la habitación. Vaya, sí que tenía mal aspecto. Kara estaba conectada a varias máquinas, con un respirador artificial, llena de cables y tubos por todas partes. No había duda, todo indicaba que estaba en coma. Totalmente indefensa.
-Eve: Hola, Kara.... – dije sonriendo – Parece que tienes más vidas que un gato. Pero hoy se acaba tu suerte... Lena será mía... La última vez fallé, pero hoy, sí voy a matarte.
Miré a mi alrededor y vi una almohada sobre el sillón en el que estaba segura que Lena pasaba las horas junto a Kara. La cogí y me acerqué de nuevo a ella, quitándole el respirador y poniendo la almohada sobre su nariz y boca, apretando con fuerza, intentando ahogarla.
En ese momento, sentí una pistola sobre mi cabeza.
-Alex: F.B.I. Suelta esa almohada y aléjate de ella. Muy despacio...
Maldije interiormente y, cuando me giré vi a la hermana de Kara apuntándome.
-Eve: Qué oportuna...
-Kara: Sí, muy oportuna... - dijo.
-Eve: ¿Cómo? Espera... Estabas en coma, las máquinas...
-Lena: Las máquinas fueron manipuladas para hacerte creer que Kara estaba en coma. – dijo, entrando en la habitación - Sí, hubo una operación. Estuve presente para asegurarme de que todo iba bien. La operación duró seis horas. Luego pasaron otras dos horas hasta que Kara despertó de la anestesia. Sabía que estarías viendo la televisión y di esa rueda de prensa. Sabemos que fuiste tú quien puso la bomba en los laboratorios, y quien atropelló a Kara. Querrías acabar tu trabajo, así que te tendimos una trampa. Esta habitación está llena de cámaras y micrófonos. Has confesado que intentaste matarla y hoy has vuelto a intentarlo. Vas a pudrirte en la cárcel...
-Alex: Evelyn Matthews, queda detenida por colocar una bomba en los laboratorios médicos Luthor y por intento de asesinato en dos ocasiones.- dijo, esposándome.
-Eve: ¡No, eso no puede ser...! ¡Lo hice todo Por ti, Lena! ¡PORQUE TE QUIERO!- Grité, dejando salir las lágrimas contenidas durante años. - ¡Ella no te merece, no es nada más que una simple camarera! ¡Una muerta de hambre que sólo quiere tu dinero y que le pagues sus caprichos, como esas exposiciones! ¡Si llega a hacerse famosa te dejará tirada, sola, se olvidará de ti!
-Kara: Yo no soy así, Eve, no me interesa el dinero de Lena...
-Lena: Eso es cierto... Cuando me pidió el divorcio, no me pidió nada. Sólo lo que era suyo antes de casarnos. El dinero que tiene en su cuenta, sus cámaras, su material de arte, y poco más...
-Eve: ¡Para engañarte, Lena! ¡Su hija lleva tu apellido, seguro que pensaba utilizarla para sacarte hasta el último céntimo después! ¡Seguro que...! –dije, notando de pronto un fuerte puñetazo en la cara. - ¡Eh, eso es agresión, tú, la del F.B.I, me ha pegado!
-Alex: Yo no he visto nada...
-Kara: Yo he visto aún menos.
-Eve: Ah, pero esas cámaras que habéis colocado lo han grabado todo... - dije riéndome.
-Kara: No todo... - dijo mostrándome un pequeño mando que tenía en su mano – Las desconecté justo cuando Alex te esposó.
-Eve: ¡No puedes ver!
-Kara: No necesito ver para pulsar un botón... y en estos momentos agradezco no poder ver nada. Seguro que ver tu fea cara me darían ganas de vomitar.
-Alex: Eve, eres tan torpe, que intentaste huir estando esposada y te golpeaste con la puerta en la cara. Vaya, debió doler. Vamos, abajo te espera un coche para llevarte derechita a la cárcel... Vendré después. – dijo, mirando a Kara y a Lena.
Minutos después, estaba entrando en un coche, esposada, de camino a la prisión de National City.
LENA
Cuando Alex se llevó a Eve, me acerqué a Kara, besándola.
-Lena: Cariño, ¿estás bien?
-Kara: Sí... ¿y tú? –Dijo, buscando mis manos. Cogí las suyas y me acerqué, dejando que me tocase para asegurarse de que estaba bien.
-Lena: Estoy perfectamente, mi vida.
-Kara: ¿Te has hecho daño en la mano?
-Lena: Un poco... Pero me he quedado bien a gusto...
-Kara: Debes tener cuidado ahora... - dijo, poniendo una de sus manos en mi vientre – Y no te preocupes por mí, amor... Voy a luchar por ti, por Katie, y por nuestro bebé... Estaré bien, si vosotras lo estáis.
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