34-Déjame explicarte
KARA
Mi madre me hizo pasar a la casa y me llevó al pequeño salón, haciendo que me sentase en el sofá y sentándose conmigo, sin dejar de abrazarme en ningún momento.
-Eliza: Ya, cariño... ¿qué pasa, por qué estás así...? ¿Le ha pasado algo a Lena?- preguntó. Entonces yo empecé a llorar con más fuerza. Ella cogió mi rostro entre sus manos y me hizo mirarla – Kara, ¿qué pasa?
-Kara: He visto a Lena, medio desnuda y besándose con Eve, mamá... - dije finalmente.
-Eliza: ¿Lena? ¿Estás segura de lo que has visto, cielo?
-Kara: ¿Quieres que te describa la escena con todo detalle? Porque podría hacerlo... - dije, molesta.
-Eliza: Vale, tranquila... - dijo pegando mi cabeza a su pecho y acariciando mi pelo.- ¿Quieres que hable con ella y..?
-Kara: ¡NO! Y si llama, no quiero que le digas que estoy aquí
-Eliza: Está bien... ¿Quieres que llame a tu hermana?
Asentí. Sí, necesitaba a Alex. Ella siempre era un gran apoyo...
-Kara: ¿Puedes llamar también a Winn y a Nia?
-Eliza: Claro... Túmbate un poco, iré a prepararte una tila para los nervios.
-Kara: Gracias... - dije, volviendo a llorar al quedarme sola.
Cuando Alex llegó, fue directa al sillón. Me senté y ella se sentó a mi lado, abrazándome, sin decir nada, cosa que agradecí. Me sentía agotada, pero no podía dormir. Sam y Ruby venían con ella, pero se quedaron algo apartadas, en silencio.
Winn y Nia llegaron poco después. Mi madre sacó algunas sillas, pero Winn y Ruby tuvieron que sentarse en el suelo.
-Alex: ¿Vas a contarnos lo que ha pasado?
-Kara: Lena me ha estado engañando con Eve. –dije, intentando estar tranquila – Hoy fui a llevarle algo de cena al laboratorio y la vi allí, sin bata, sin blusa... y besándola.
-Winn: Pero Lena te adora, Kara... No lo entiendo.
-Kara: No lo entiendo ni yo, Winn. Pensé que me quería, que quería que formáramos una familia juntas...
-Alex: Voy a matarla...
-Kara: Quiero que me hagáis un favor. Si os pregunta por mí, no le digáis dónde estoy. Katie y yo nos quedaremos aquí un tiempo, hasta que encuentre algo...
-Nia: Lo siento mucho, Kara...
-Kara: No es tu culpa...
Eliza me dio otra tila y la cogí, medio sonriéndola.
En ese momento, el teléfono de mi madre empezó a sonar.
-Eliza: Es Lena..
-Kara: No le digas que estoy aquí...
-Eliza: ¿Lena? Hola... ¿Pasa algo? ¿Kara? No, no está aquí. No tengo ni idea. Me pidió que me quedase con Katie esta noche. Pensé que tendríais planes... Sí, vale, si llama se lo diré... Adiós... - dijo colgando y mirándome – Dice que quiere hablar contigo.
-Kara: Yo con ella no...
Después, sonaron los teléfonos de Alex, Winn y Nia. Todos negaron saber mi paradero y todos me dieron el mismo mensaje de parte de Lena. Quería hablar conmigo.
-Alex: Intenta descansar... - dijo, al ver que mis ojos empezaban a cerrarse por el cansancio.
-Kara: ¿Podéis acompañarme mañana a recoger algunas cosas a la casa? Katie y yo necesitamos ropa...
-Winn: Por supuesto.
-Nia: Me gustaría acompañarte, Kara, pero tengo una entrevista de trabajo y...
-Kara: Ve... No te preocupes... Hay algo más... Le He pedido el divorcio a Lena.
-Nia: ¿Qué...? Kara, ¿no crees que te estás precipitando?
-Kara: No... Sam, ¿podrías ocuparte tú del papeleo?
-Sam: Yo no llevo divorcios... Pero le pediré a una amiga que se encargue.
-Kara: Bien. No quiero nada suyo. Sólo mis cosas y las de Katie, nada más. No quiero ni la casa, ni dinero... Nada.
-Sam: Bien...
Cuando se marcharon, mi madre se fue a dormir con Katie, que estaba en su cuarto, y Alex se quedó conmigo. Se preparó una especie de cama en el suelo que consistía en una almohada, una sábana, y una manta. El sofá me lo dejó a mí.
-Kara: Alex, no... ven, aquí cabemos las dos. Y tú no deberías dormir ahí.. ¿Y si el tratamiento funcionó y estás embarazada? Vamos, ven... - dije, casi obligándola a ocupar el medio sofá que le había dejado para ella.
-Alex: En serio Kara... Estás pasando un mal momento, ¿Y te preocupo yo? Deberías pensar más en ti.
-Kara: Lo sé...- dije suspirando.
A la mañana siguiente, fuimos a la casa. Quedamos allí con Winn a las ocho. A esa hora, Lena ya debería estar en la clínica desde hacía un buen rato. O quizás, ni había dormido allí. Winn había traído un par de maletas para llevar la ropa.
Nada más entrar. Sentí una punzada de dolor en el pecho. Caminé un poco y me quedé clavada, pálida.
-Alex: ¿Qué pasa?
-Kara: Lena está en casa... - susurré, señalando hacia el sofá, donde ella estaba durmiendo – Démonos prisa antes de que se despierte. No quiero hablar con ella...
Alex y Winn recogían algo de ropa de Katie, algunos juguetes y su peluche favorito, mientras yo me encargaba de mi ropa. De pronto, sentí a alguien detrás de mí. Lena estaba en la puerta, mirándome, en silencio.
-Lena: Kara... ¿Qué... qué haces?
-Kara: ¿Tú qué crees?
-Lena: Cariño, no es lo que...
-Kara: Te dije que no volvieras a llamarme así.
-Lena: Déjame explicártelo...
-Kara: No tienes que explicarme nada, lo vi todo perfectamente... - dije cerrando la maleta y tratando de salir.
-Lena: Por favor, hablemos... - dijo sujetando mi hombro.
Intenté apartarla de un empujón.
-Kara: No quiero hablar contigo, Lena...
-Lena: Kara...
De pronto, alguien estampó a Lena contra la pared, apartándola de mí.
-Alex: Te ha dicho que no quiere hablar...
-Lena: Alex, no te metas, por favor...
-Alex: Kara, vete, Winn está abajo con las cosas de Katie.
-Lena: ¿Las cosas de... ¿ ¡¿Te la vas a llevar?!
-Kara: Es MI hija, Lena. – dije marchándome.
-Lena: ¡KARA!
Me alejé, pero Alex no me siguió, así que me detuve, mirándola.
-Alex: ¿Recuerdas lo que te pedí, Lena? Te pedí que no la hicieses daño.
-Lena: No he hecho nada, Alex...
-Alex: ¿Y recuerdas lo que te dije que pasaría si le hacías daño? – dijo, ignorando las palabras de Lena. De pronto, le dio un puñetazo – No te acerques a ella... - dijo acercándose a mí y cogiendo la maleta – Vamos...
-Kara: No debiste golpearla... - dije, cuando subimos al coche, tras dejar las cosas en el maletero.
-Alex: Es lo mínimo que se merece... Vamos, Winn.
Winn arrancó y me quedé mirando por la ventanilla, mientras Lena salía corriendo de la casa. Se detuvo al ver que no podía alcanzarnos. Juraría que estaba llorando, pero puede que sólo fuese mi imaginación.
Volví a sentarme bien en el asiento, y volvimos a casa de mi madre. Ya volvería a por el resto de mis cosas, o les pediría a Winn y Alex que lo hicieran.
Volví a llorar al acordarme de que, justo hoy, Lena tendría que saber si el tratamiento había funcionado. Intenté pensar en otra cosa.
LENA
Recogí el anillo que Kara había tirado a mis pies, mirándolo durante algunos segundos, acariciándolo y guardándolo en mi bolso. Recogí los cristales y la comida que había en el suelo. No entendía lo que había pasado exactamente. Sólo podía recordar tres palabras que no hacían más que repetirse en mi cabeza "QUIERO EL DIVORCIO"
Ahora que las cosas empezaban a ir bien... Furiosa, tiré todo lo que había sobre una de las mesas, haciendo que todo se llenase de cristales. Me corté con algo, no sé con qué, pero no me importó. Empecé a gritar y a llorar de rabia. A esas horas ya no quedaba nadie en el edificio, aparte del guardia de la entrada. Y no podría oírme.
Tardé un buen rato en tranquilizarme. Cuando lo hice, cogí el móvil y llamé a Kara. Lo tenía apagado. El miedo me invadió. Había venido en la moto. ¿Y si le había pasado algo? Estaba muy alterada para conducir...
Si la perdía....
Intenté alejar ese pensamiento de mi cabeza. Llamé a Eliza, quizás ella supiera algo.
-Lena: Eliza... ¿Esta Kara contigo...? ¿No? ¿Y no sabes dónde puedes estar...? No, no teníamos planes... Si la ves o hablas con ella, ¿puedes decirle que me llame lo antes posible, por favor? Gracias... Adiós – dije colgando.
Luego llamé a Alex, a Winn, a Nia... Nadie sabía nada de Kara. Mi miedo fue creciendo. Empezaba a imaginarla en cualquier sitio, muerta, con el cuello partido, debajo de algún camión.... De mil maneras diferentes. No podía dejar de pensar que había tenido un accidente y la había perdido para siempre, sin saber por qué.
Me curé el corte, recogí un poco el desastre que había organizado y me iba a marchar a casa. Pero estaba demasiado nerviosa para conducir. Así que llamé a un taxi. Mientras esperaba, vi las pruebas que confirmarían si Alex y yo estábamos embarazadas. Debía realizarlas al día siguiente. Pero sabía que no estaría con ánimos para ir a trabajar. Me hice la mía y esperé el resultado. Cuando lo vi, volví a llorar. El mundo se me estaba cayendo encima.
Apunté en un papel que llamasen a Alex para realizarle las pruebas y lo dejé sobre la mesa de Lucy. El taxi aún no llegaba, así que volví a llamar al teléfono de Kara, por si tenía suerte. Apagado. Ya no tenía miedo, ahora era pánico. Empecé a llamar a los hospitales de la zona, por si habían ingresado a Kara. Me sentía aliviada cuando me decían que no, pero ese alivio sólo duraba unos segundos, así que les dejaba una descripción de Kara, y mi teléfono, por si llegaba alguien así durante la noche. Sólo pude llamar a dos cuando llegó el taxi. Le di la dirección de la casa y, una vez allí, dejé mis cosas en cualquier sitio y me senté en el sofá, llamando a los hospitales restantes.
Era muy repetitivo. Preguntaba, me decían que no, me sentía aliviada dos segundos, dejaba la descripción de Kara y mis datos... Y vuelta a empezar. Me acurruqué en el sofá, abrazándome a mí misma. Me quedé dormida, pero de madrugada me desperté con un fuerte grito. Me levanté, me tomé una pastilla para poder dormir y volví a cerrar los ojos poco después.
Cuando desperté a la mañana siguiente, escuché ruido en las habitaciones.
"¡KARA!" Pensé, corriendo hacia nuestro cuarto, sonriendo. Pero la sonrisa de mi cara apenas duró unos segundos. Allí vi a Kara, guardando su ropa en una maleta. Se iba...
-Lena: Kara... ¿Qué... qué haces?
-Kara: ¿Tú qué crees?
-Lena: Cariño, no es lo que...
-Kara: Te dije que no volvieras a llamarme así.
-Lena: Déjame explicártelo...
-Kara: No tienes que explicarme nada, lo vi todo perfectamente... - dijo, cerrando la maleta y tratando de salir.
-Lena: Por favor, hablemos... -respondí sujetando su hombro.
Intentó apartarme de un empujón.
-Kara: No quiero hablar contigo, Lena...
-Lena: Kara...
En ese momento, Alex me apartó de ella, empujándome contra la pared. Estaba furiosa.
Le dijo a Kara que las cosas de Katie ya estaban en el coche y escuché cómo mi corazón se rompía en millones de pedacitos pequeñitos. Cuando le pregunté a Kara si se iba a llevar a Katie, me respondió con un "ES MI HIJA, LENA" tan frío, que me heló hasta la sangre. Alex volvió a hablarme.
-Alex: ¿Recuerdas lo que te pedí, Lena? Te pedí que no la hicieses daño.
-Lena: No he hecho nada, Alex...- quería explicárselo, pero era incapaz de pensar con coherencia.
-Alex: ¿Y recuerdas lo que te dije que pasaría si le hacías daño? – dijo, ignorándome. De pronto, me dio un puñetazo que me dejó algo atontada – No te acerques a ella... - volvió junto a Kara, que nos miraba. Cogió la maleta que Kara había hecho y se alejaron – Vamos...
Cuando conseguí reaccionar, salí corriendo para buscar a Kara, pero el coche ya se alejaba.
Empecé a llorar con fuerza, mirando cómo Kara se iba. Mis ojitos azules se iban, la había perdido. Y de nuevo, no entendía por qué.
Ese viernes, la cena familiar fue una cena con mis padres, Lex, Lana y yo... Kara y su familia, no estaban. Tampoco Winn y Nia. Y lo entendía, eran amigos de Kara desde niños. Pero los echaba terriblemente de menos a todos. Nia seguía ayudándome a intentar superar mi pequeño trauma del tiempo que pasé en prisión, pero cuando le preguntaba por Kara, no me decía nada.
Esa misma tarde, antes de la cena, Kara había permitido que Nia trajese a Katie a nuestras sesiones para que pudiera verla. Por lo que me contó Nia, Katie no dejaba llorar llamándome y Kara no podía soportar ver sufrir a su hija. Así que decidió que Nia la traería. Bueno, quizás Katie fuera lo que, de alguna manera, aún nos uniría un poco.
El lunes, día 27 de Septiembre, Sam vino a entregarme los papeles del divorcio que había pedido Kara. Papeles que me negué a firmar, por supuesto. También me dijo, que Kara sólo aceptaría hablar conmigo sobre asuntos relacionados con Katie. Nada más. Faltaba poco más de una semana para mi cumpleaños y, sólo de pensar que lo pasaría sin Kara hacía que mi alma se partiera en pedazos. Y no sólo mi alma. Mi corazón, y mi vida entera, se estaba haciendo pedazos. Sólo llevaba seis días sin verla, pero me estaban pareciendo seis años.
El día uno de Octubre, Lana y Lex tuvieron a su bebé. Un precioso niño al que llamaron Alessandro Liam Luthor.
Seis de Octubre, mi cumpleaños. No lo celebré, decidí pasarlo sola en casa. Tenía la esperanza de que Kara viniera. Pero no apareció, aunque sí envió a Katie para que se quedase conmigo hasta la mañana del sábado, momento en el que Nia volvería a recogerla.
Todo ese tiempo me centré en el trabajo. Por las mañanas iba a la clínica, por la tarde a los laboratorios, donde Eve y yo seguíamos trabajando en nuestro proyecto, que se había complicado un poco. Eve se sentía muy mal por lo ocurrido hacía dos semanas y se culpaba de que las cosas entre Kara y yo estuviesen así. Pero el día de mi cumpleaños y los dos siguientes, los pasé completamente sola con Katie.
Había pasado un mes, estábamos a ocho de noviembre, Lunes. Y ese día tenía una extraña sensación. Aparte de eso me encontraba muy cansada y con acidez de estómago. Además de un horrible dolor de cabeza. Apenas podía concentrarme. Todo este asunto con Kara me tenía bastante deprimida. El trabajo era mi vía de escape. Y las pocas horas al día que pasaba con Katie. Aunque en la última semana apenas la había visto, ya que había estado enferma y Kara no quería que saliera mucho a la calle, ni tenerla de un lado para otro.
Unos días atrás había enviado a Winn a por sus cámaras y su material de pintura. Cada noche, antes de irme a dormir, pasaba por los estudios de Kara y me quedaba allí, durante casi una hora mirando sus fotos, sus cuadros, sus dibujos... Ver las vitrinas vacías, sin sus cámaras, era como un puñetazo directo a la boca del estómago. Entonces entendía que la cosa iba en serio. Kara no volvería a casa. Quien sí volvió en un par de ocasiones fue Sam, para pedirme de parte de Kara que firmara los papeles del divorcio. Los había leído más de cien veces, me los sabía de memoria. Kara no quería NADA. Sólo sus cosas, las que siempre fueron suyas antes de casarnos. No quería nada más. Los libros que le regalé, los dejó aquí, igual que la cámara.
Volviendo al ocho de noviembre... Estaba con Eve revisando los últimos datos de nuestra investigación, cuando escuché un fuerte ruido, una explosión, quizá. Sentí un fuerte golpe en la cabeza. Vi a Eve en el suelo, a mi lado. Luego... todo se volvió negro.
ALEX
Estaba muy preocupada por Kara. Intentaba aparentar que estaba bien, convencerse a sí misma de que pedirle el divorcio a Lena había sido la mejor opción. Me dolía verla así, con los ojos rojos de llorar, sin apenas salir de casa de mi madre... Sólo la vi alegrarse un poco cuando una semana después de recoger los resultados, Sam y yo reunimos a Ruby, Kara y mi madre, para darles la noticia de que el tratamiento había funcionado y estaba embarazada. Ese día, durante unas horas, mi hermana volvió a sonreír. No dejó de abrazarme y de tocar mi vientre. La Kara que vi ese día, era mi hermana. No la que vi la semana anterior y tampoco la que vi durante el mes siguiente.
Como prometí, en cuanto supe de mi embarazo, pedí hacer trabajo sólo de oficina o investigación. No quería poner en riesgo la vida de mi bebé.
El ocho de noviembre, recibimos el aviso de una explosión en los laboratorios médicos Luthor. No había agentes disponibles y como lo único que había que hacer era investigar e interrogar a los heridos, que habían serio varios, y a los testigos, me enviaron allí.
Poco después de llegar, vi que sacaban a Lena en una camilla. Sangraba por la cabeza y le habían inmovilizado el cuello y un brazo. No es que Lena fuese mi persona favorita en esos momentos. Por su culpa, Kara estaba sufriendo. Incluso más de lo que sufrió al romper con Mike. Pero deseaba que Lena estuviera bien.
Pasaron a mi lado y Lena sujetó mi mano.
-Lena: Alex... - dijo. Parecía algo atontada.
-Alex: Lena... - dije, con un tono muy seco.- Tengo que realizarle algunas preguntas, ¿señora Luthor. Está en condiciones de responder?
-Lena: ¿Cómo está Katie...? Nia me dijo que estaba enferma...
-Alex: Señora Luthor, estoy aquí por trabajo, no he venido a hablar de mi familia.
-Lena: Por favor, Alex...
-Alex: Ya está bien. Sólo fue un pequeño resfriado.
-Lena: ¿Y Kara?
-Alex: Kara está bien... - dije mirándola – Llévensela. Ya la interrogaré en el hospital.
Vi cómo se la llevaban y cómo detrás iba esa tal Eve en otra camilla. Juraría que vi a Lena llorar mientras se alejaba, pero seguí con mi trabajo.
Una vez en el hospital, me encargué de interrogar a los heridos, aunque pedí que otra persona se encargase de interrogar a Lena, diciendo que era mi cuñada y yo no debía hacerlo. Porque aún lo era, porque no quería firmar los papeles de divorcio que Kara le envió. Me pregunté si lo hacía por venganza hacia ella, o porque realmente la quería y había algo más detrás de todo esto.
Después del trabajo fui a ver a Winn, después de saber que los servidores de los laboratorios habían sido destruidos y era imposible acceder a las grabaciones de seguridad. Y necesitábamos esas grabaciones para saber qué pasó realmente y qué provocó la explosión. Si había alguien que pudiese acceder a ellos, ese era Winn.
La verdad es que ese chico era capaz de entrar donde fuera en sólo unos segundos. No sólo era un gran informático, sino que además era un Hacker de primera. Yo misma había tenido que hacer la vista gorda más de una vez con él. De no ser por eso, debería haberle metido en la cárcel hace mucho.
-Alex: Necesito que encuentres algo, Winn, lo que sea. Te pagaré por el trabajo.
-Winn: No será necesario, Alex. Eres la hermana de Kara, lo que te convierte también en mi hermana, ya que Kara y yo somos como hermanos y...
-Nia: Winn... Céntrate, cielo.
-Winn: Vale, cuando tenga algo te lo diré. Pero necesitaré alguna información... - dijo, apuntándolo en un papel que guardé. – Cuando tenga esos datos, podré empezar a trabajar.
-Alex: Gracias Winn... - dije, besándole en la mejilla.
-Winn: ¡Por fin, he conseguido un beso de las dos hermanas Danvers! Aunque sea en la mejilla, pero un beso es un beso... - dijo riéndose.
-Alex: Eres un idiota...
-Winn: Sí, pero un idiota al que Kara y tú adoráis...
-Alex: Eso es cierto... Hasta mañana – dije saliendo y volviendo a casa.
Estaba a punto de cumplir nueve semanas de embarazo, lo que quería decir que estaba de poco más de dos meses. Me habían crecido los pechos, algo que a Sam le encantaba. Iba al baño a menudo a hacer pis y los olores de algunas cosas que antes me gustaban, empezaban a parecerme insoportables, y al revés.
KARA
Los días iban pasando. Los primeros días en casa de mi madre eran horribles. Casi no dormía, y apenas podía comer. Tenía tal nudo en el estómago, que me era imposible comer nada. Katie no hacía más que llorar porque quería ver a su mamá. Sí que permití que Nia la llevase a sus sesiones con Lena para que pasaran un tiempo juntas. No lo hacía por Lena, lo hacía porque no soportaba ver sufrir a mi hija. Al menos, era lo que me repetía cada día.
El día del cumpleaños de Lena, dejé que Katie se quedase varios días con ella.
Supe que el bebé de Lana y Lex había nacido unos días antes, pero no me pareció correcto presentarme en el hospital ni en su casa, cuando acababa de pedirle el divorcio a su hermana.
También, unos días antes del cumpleaños de Lena, Alex nos anunció que su tratamiento había funcionado y estaba embarazada. Me alegré muchísimo por ella y por Sam, se lo merecían. Sobre todo Alex, ya que ese siempre había sido su sueño. Ser madre. No sabía si Lena también estaría embarazada o no. Pero la falta de noticias me hizo pensar que ella no se había quedado embarazada. No le había dicho nada a Nia en sus sesiones sobre el tema. Así que esa era la única opción. No había funcionado. Más tarde, incluso, llegué a pensar que nunca se realizó el tratamiento, ya que eso entorpecería su relación con Eve.
Cuando le di a Sam los papeles del divorcio para que se los entregase a Lena, sentí que mi corazón se había muerto del todo. Ya no era ese poquito que se moría en mi interior cada vez que le pasaba algo a Lena. Mi corazón había muerto, igual que mi matrimonio y mi relación con Lena.
Me estaba hundiendo en la tristeza. Apenas salía de casa de mi madre, me pasaba las noches mordiendo una almohada mientras lloraba para que nadie me escuchase. Le pedí a Winn que trajese mis cámaras y mi material artístico, pero que dejase los libros de fotografía y la cámara que me regaló Lena allí. Pensé que la fotografía o la pintura me animarían un poco, pero no era así.
Sólo me animaba un poco el estar con Katie, con mi hija. Jugar con ella, hacerle algunas fotografías... Intentaba aparentar estar bien por Alex y mi madre. Pero era una muerta en vida. Así me sentía. Muerta, vacía por dentro. Engañada, destruida, completamente destrozada... No era, yo, era consciente de ello. Pero tampoco hacía nada por evitarlo.
El tiempo fue pasando, mandé a Sam a casa de Lena un par de veces a ver si ella podía hacer que firmase los papeles. Pero Lena se negaba.
El ocho de noviembre, estaba tumbada en el sofá, viendo la televisión, mientras Katie jugaba en el suelo. En ese momento, avisaron de una explosión en los laboratorios médicos Luthor. Di un salto y me senté en el sofá. Según las noticias, no hubo muertos, sólo heridos leves. Me preguntaba si Lena estaría allí. Fue como si hubiesen podido oírme, pues en ese momento dijeron que Lena Luthor estaba entre los heridos.
No sabía por qué, se suponía que debía odiarla, pero mi primera reacción fue ir a ducharme, vestirme y pedirle a mi madre que se quedase con Katie. Minutos después, salía hacia el hospital.
Cuando llegué allí, pregunté por Lena. Como aún era su esposa, no me pusieron ninguna pega. Entré y busqué la habitación. Tenía un vendaje en la cabeza y otro en el brazo, pero parecía estar bien. Iba a marcharme en silencio, tal y como había llegado, cuando la escuché.
-Lena: Kara... Cariño, has venido...
Me quedé en la puerta, mirándola.
-Kara: Sólo vine a asegurarme de que estás bien. Que ya no estemos juntas no significa que te desee nada malo am... Lena.
-Lena: Kara, tenemos que hablar...
-Kara: Ya te dije que sólo hablaríamos sobre Katie. Si lo que tienes que decirme no está relacionado con eso, entonces no hay nada de lo que hablar... - dije, clavándome mis propias uñas en las palmas de las manos, de lo apretados que tenía los puños. En el fondo, seguía amándola. Verla ahora me estaba matando. Quería acercarme, quería besarla, cuidarla, ser capaz de sanar sus heridas con un beso, con una caricia. Quería sentir sus labios, sus manos... Pero no podía. No podía perdonarla. Y eso dolía. Dolía muchísimo. Era como si un millón de avispas clavasen su aguijón en mi pecho a la vez una y otra vez, una y otra vez. – Tengo que irme... Espero que te mejores, Lena... - dije, marchándome lo más rápido que pude. Ella estaba viva, estaba bien, y era lo único que importaba.
Después de eso, pasé otro mes sin ver a Lena, aunque dejé que Katie se quedase dos semanas con ella durante las tardes para hacerle compañía.
El ocho de Diciembre, decidí mandarle un mensaje a Lena. Quedé con ella en una cafetería para hablar sobre el divorcio y convencerla de que firmase los papeles de una vez. La vi esperando en la puerta y me detuve, mirándola. Hacía algo de frío e iba bien abrigada. Pero me parecía que estaba más hermosa que nunca. Se había recuperado bien de las heridas de la explosión, algo que me alegró. Tras asegurarme de que no venía ningún coche, fui a cruzar. Entonces escuché un ruido a mi izquierda. Sentí un fuerte golpe y tuve la sensación de volar. Mi cabeza golpeó el suelo con brutalidad.
-Lena: ¡¡KARA!! – Gritó, corriendo hacia mí. Lo último que recuerdo fue ver y oír a Lena frente a mí, gritando de nuevo mi nombre. Sólo me dio tiempo a mirarla dos segundos y varias lágrimas rodaron por mis mejillas. Entonces la sonreí, y cerré los ojos, cansada.
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