Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

30-Cambio de planes

se va poniendo interesante la cosa

bueno, lo de siempre, comentarios, votos, bla, bla, bla....  o esta señorita os atacará de madrugada


----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

KARA

Cuando Alex y mi madre llegaron, las hice pasar.

-Alex: Kara, ¿Qué pasa?

-Kara: No lo sé. Tiene fiebre y no para de llorar.... – dije, con Katie en brazos.

-Alex: Déjala sobre la cama... - dijo.

Hice lo que Alex me pidió y empecé a caminar, nerviosa, de un lado a otro de la habitación.

-Eliza: Kara, cielo, ¿estás bien?

-Kara: No, no estoy bien... Katie está enferma, quiere a Lena... ¡Y yo no sé cómo explicarle que Lena no va a venir en quién sabe cuánto tiempo!

-Eliza: ¿Sólo eso...? – preguntó, mirándome.

-Kara: Sí, sólo eso – dije. Aunque lo que realmente quería decir era "No. Resulta que Mike tenía un amigo aún más imbécil que él que tiene pruebas de la inocencia de Lena, y que me pide una cantidad absurda de dinero para entregarlas y que Lena salga. Pero como no puedo deciros nada, tengo que reunir esa cantidad en dos semanas o Lena se pasará el resto de su vida en la cárcel". Pero no podía decir nada de eso. - Me preocupa Katie... ¿Qué le pasa, Alex?

-Alex: Parece una infección de oído. Puede que le entrase agua cuando la bañabas, sin darte cuenta, pero no es nada grave. Tendrá unos días malos, pero se pondrá bien.

-Kara: Vale... - dije cogiéndola de nuevo.

-Alex: Iré a buscar una medicina para ella...

-Eliza: No, dime cuál es y voy yo. Tu herida aún no está curada del todo, cariño...

-Alex: Vale, trae esto... - dijo, apuntando algo en un papel y tendiéndoselo a Eliza.

-Eliza: Vuelvo enseguida.

-Kara: Vale....

-Alex: ¿Vas a contarme qué te pasa? – preguntó, cuando mi madre se marchó.

-Kara: Nada...

-Alex: Kara...

-Kara: Katie nunca se había puesto enferma, estaba preocupada, Alex...

-Alex: No va a morirse por una infección de oídos...

-Kara: ¡Me asusté, ¿vale?! Además, todo el tema de Lena, esas dos malditas asignaturas que no me entran ni aunque me abran la cabeza y metan los libros ahí a presión....

-Alex: Deberías relajarte un poco.. Dame a Katie y vete a dormir un rato. Pareces un Zombie.

-Kara: No, Alex, tú aún estás recuperándote....

-Alex: Mi herida está bien, mira... - dijo mostrándomela. – Si tengo que cogerla, lo haré por el otro lado. No me hará daño, no te preocupes. Mientras intentaré calmarle un poco el dolor y bajarle la fiebre.

-Kara: Eso debería hacerlo yo, Alex, soy su madre...

-Alex: Pues su madre ahora no tiene cabeza para centrarse en nada... Así que te vas a ir a dormir por lo menos un par de horas. Luego, ya veremos.

-Kara: Está bien....

-Alex: Descansa un poco... - dijo abrazándome y cogiendo a Katie después.

Me metí en el cuarto y cerré la puerta. Me apoyé en ella y me senté en el suelo, llorando en silencio. Ese maldito de James... Era imposible conseguir la cantidad que pedía en tan poco tiempo. Intenté centrarme y pensar. Me levanté, fui al baño y me di una ducha. Me puse algo más cómodo y me senté en la cama, con un cuaderno y un bolígrafo. Pensé qué podría hacer para conseguir el dinero lo antes posible. Una opción era llamar al dueño de la galería de arte, y pedirle una exposición para el fin de semana siguiente. Lo apunté, busqué su teléfono y le llamé. Nada. Por desgracia, no tenía hueco hasta dentro de al menos, tres meses. Tachado.

¿Vender las fotos por internet? Bueno, podía probar. Lo apunté.

¿Vender algunos cuadros? No, no podía pintar tan rápido. Ni que tuviera supervelocidad o algo así y pudiera pintar doscientos cuadros y venderlos en una semana... Descartado.

¿Vender la moto...? No, eso implicaría pedirle a Lena que me dijera dónde la tenía guardada y querría saber por qué quería venderla. Además, me importaba demasiado para deshacerme de ella.

Furiosa, lancé un cojín contra la pared. Luego tiré el cuaderno y el bolígrafo al suelo, me puse el despertador y me tumbé un rato. Quizás dormir me ayudaría a despejarme y pensar mejor.

Dos horas después, me desperté. Alex tenía razón, esa pequeña siesta me había ido bien. Salí al salón y allí estaban Alex y mi madre. Katie se había dormido con la cabeza sobre las piernas de Alex.

-Alex: ¿Has podido dormir?

-Kara: Sí, gracias... - dije sentándome en el sillón - ¿Cómo está...?

-Alex: Agotada, como tú... ¿Quieres que nos quedemos esta noche? Puedo llamar a Sam y...

-Kara: No, tranquilas. Iros a casa. Tú necesitas descansar, Alex. Y tú también, mamá. Podré apañarme...

-Alex: ¿Segura?

-Kara: Sí... ¿Qué clase de madre sería si no pudiese ocuparme de Katie sola?

-Alex: De acuerdo... Tienes que echarle esas gotas en los oídos cada ocho horas y una de esas pastillas – dijo, señalando los medicamentos que había sobre la mesa. – Si le sube más la fiebre, o le duele mucho, mee llamas y te acompaño a urgencias para que le den algo.

-Kara: Espero que eso no sea necesario...

-Eliza: ¿Te preparo algo de cenar antes de irnos?

-Kara: No, gracias... - dije sonriéndolas.

Llamaron al a puerta y fui a abrir. Eran Lionel y Lillian. Debían pensar que podría morir de hambre sin Lena, porque cada vez que venían, traían algo de comida.

-Lillian: Comida china. Lena nos contó que te encanta.

-Kara: Gracias.

-Lillian: ¿Estás bien? Tienes una cara un poco...

-Kara: Sí, es que... acabo de levantarme. Me eché un rato, estaba cansada.

-Lionel: Eso está bien.. ¿Y mi nieta?

-Kara: Dormida. Tiene infección de oído y está un poco... nerviosa.

-Lillian: Vaya... - dijo entrando, junto con Lionel. Saludaron a mi madre y a mi hermana y nos sentamos a hablar. Cuando los cuatro se marcharon, acosté a Katie en su cama, comí algo y me puse a estudiar. Pero era incapaz de concentrarme. ¿Y si robaba un banco...? No, Katie ya tenía bastante con una madre en la cárcel por algo que no había hecho. No necesitaba a la otra encerrada por una estupidez.

-Kara: ¡James, maldito hijo de.... Fruta! – dije, al ver a Katie en el salón, mirándome - ¿Qué pasa, cariño, te duele?

Katie asintió y me acerqué a ella, cogiéndola en brazos. Le di las medicinas y algo de comer. Me senté con ella en el sofá a ver una película de dibujos y, cuando se quedó dormida la acosté de nuevo. Iban a ser dos semanas muy largas.

Avisé a Winn y a Nia para que no viniesen porque Katie estaba enferma y sólo quería estar con ella.

LENA

Había pasado una semana desde que llegué a la prisión de National City y recibí aquella carta. Kara vino a visitarme los tres días de visita. El martes, el jueves y el domingo. La notaba algo extraña. Parecía nerviosa o preocupada por algo. Le pregunté si había pasado algo, temiéndome lo peor y me comentó que Katie estaba enferma y ella estaba preocupada, aunque sólo era una infección de oídos. Yo me quedé algo más tranquila, aunque tenía el presentimiento de que Kara me ocultaba algo.

Los primeros días allí habían sido algo... Incómodos. La gente allí parecía odiarme y yo no entendía el por qué. No había hablado con nadie, ni me había metido con nadie desde que llegué.

Lo único que me daba fuerzas, eran las fotografías de Kara y Katie y un par de libros que Kara me trajo el primer día que pudo venir a visitarme.

No tenía privilegios, me trataban igual que al resto... Así que no comprendía ese odio hacia mí. ¿Quizás porque era la nueva? ¿Celos? Era muy consciente de las miradas que recibía. Yo era la nueva, guapa y rica... Y estaba claro que no era la única a la que le gustaban las mujeres por allí. Así que, ¿por qué no... ¿ Podrían ser celos pensando que le quitaría la "novia" a alguna. Qué estupidez... ¿Para qué iba a querer yo hacer eso? Si ya tenía a lo más grande en este mundo y mi cabeza, mi alma y mi corazón estaban siempre pensando en Kara y Katie. ¿Tendría que tatuarme sus nombres para que se diesen cuenta de que nadie en esa prisión podría interesarme lo más mínimo?

El primer día fui completamente ignorada. El segundo, empezaron las miradas extrañas. El tercer día, mi bandeja salió volando por los aires en la comida y en la cena. El cuarto, me escupieron en la comida. El quinto, me echaron varios vasos de agua por encima. El sexto, me empujaron en las duchas y me di un buen golpe contra la pared. Por suerte, no se veía. El séptimo... Ese día fue el peor de todos.

Tras la visita de Kara, en la que la seguía notando algo extraña, y en la que ella volvió a decirme que todo estaba bien, fui a cenar. Luego, me dirigí a mi celda. Allí vi a un par de presas hurgando en mis libros y me acerqué, furiosa.

-Lena: ¡Eh! – grité.

-Presa 1: Vaya, mira, la ricachona. ¿Qué pasa, no te gusta que te toquen tus cosas...?

-Lena: No, no me gusta...

-Presa 2: ¿Es tu novia...? – preguntó, mirando una de las fotos de Kara – Es guapa.... ¿Esta es su hija...?

-Lena: No es asunto vuestro.

-Presa 1: Es cierto, sólo hemos venido a darte un pequeño... aviso...

-Lena: ¿Un avi..? – pregunté, pero un fuerte puñetazo en el estómago me dejó sin aire. A ese le siguieron varios más. Cuando quise darme cuenta, estaba en el suelo, recibiendo varios puñetazos y patadas por todo el cuerpo. En algún momento, perdí el conocimiento. Pero antes de eso sólo pude decir una cosa – Kara....

KARA

Pasó una semana desde que Lena llegó a la prisión de National City y yo recibí la visita de James.

Katie ya estaba algo mejor de infección de oído, así que la excusa de que estaba preocupada y nerviosa por ella, se me estaba acabando. En esa semana fui a visitar a Lena. Le llevé algunas fotos y un par de libros para que estuviese entretenida. Ella decía que estaba bien, pero sus ojos me decían todo lo contrario. Esos ojos verdes que me daban la vida cada vez que los miraba estaban tristes, apagados, casi sin luz.

Las visitas y la compañía de mi madre, Alex, Sam, Ruby, Lex y Lana, Lionel y Lillian, Nia y Winn, me ayudaban a distraerme y les agradecía que estuviesen ahí. No podían hacer más, pero lo que ellos no sabían es que para mí, tenerles cerca era suficiente. Sobre todo cuando Lex y Winn se juntaban y hacían payasadas para hacer reír a Katie.

El domingo, después de verla, volví a casa, me duché, bañé a Katie, la di de cenar y me acosté. Estaba realmente cansada. Pero no podía dormir, mi mente estaba en otro lugar. No había conseguido casi nada del dinero que me pedía James. Vendí algunas de mis fotografías, pero pocas. Incluso vendí algunas de mis cámaras. Me dolía en el alma deshacerme de ellas, pero Lena era más importante.

Pero no era suficiente. La cantidad que pedía James era demasiado elevada. Ni haciendo seis exposiciones seguidas, habría conseguido juntarlo. Era imposible.

Llevaba cerca de una hora en la cama cuando mi móvil sonó.

-Kara: Sam... ¿ocurre algo? – pregunté confusa.

-Sam: Kara, tienes que venir al hospital ahora. Es Lena...

-Kara: ¿Lena? – pregunté, incorporándome de golpe - ¿Qué ha pasado, está bien?

-Sam: Le han dado una paliza en la cárcel. Vente para acá, YA.

-Kara: Sí... - dije levantándome. Me lavé un poco, me vestí con lo primero que pillé. Unos vaqueros y una camiseta. Luego vestí a Katie, llamé a un taxi y fui hacia el hospital. Allí vi a Sam, hablando con un médico.

-Kara: ¡Sam! – dije, corriendo hacia ella, con Katie en brazos.

-Sam: Kara... - miró al médico – Es su esposa.

-Kara: ¿Cómo está, qué ha pasado?

-Médico: Parece que le dieron una buena paliza. La golpearon por todas partes y ahora mismo está sedada. Cuando la trajeron estaba inconsciente, pero despertó mientras la examinábamos y parece que no hay daño graves. Aparte de un montón de moratones, una muñeca rota y algún que otro rasguño, su vida no corre peligro.

-Kara: ¿Puedo verla?

-Sam: Sí. Hay dos guardias en la puerta, ya he hablado con ellos y he pedido que te dejen pasar la noche con ella.

-Médico: Lo siento, pero la pequeña no puede entrar.

-Kara: Sólo cinco minutos... Lleva toda la semana queriendo ver a su madre...

-Sam: Será mejor que no la vea, Kara. Dámela, me la llevaré a casa.

En ese momento, vi a Alex acercarse a nosotras.

-Alex: Kara... - dijo abrazándome- ¿La has visto?

-Kara: No. Iba a entrar ahora. Sam me estaba diciendo de quedarse con Katie...

-Alex: Claro, nosotras nos ocupamos. Mamá, Winn y Nia vienen de camino. Los padres y el hermano de Lena también. Estaban fuera de National City por asuntos de trabajo.

-Kara: Bien, los veré a todos mañana – me giré hacia el médico - ¿Dónde está?

Le seguí, y cuando entré en la habitación tuve que taparme la boca para no gritar.

Lena estaba tumbada en la cama, con la cara hinchada, un ojo cerrado, el labio partido... Tenía la mano izquierda escayolada, algunas heridas en las que habían tenido que darle puntos por la cara y los brazos.... Parecía salida de una película de terror. Me acerqué a ella y cogí su mano, acariciando su pelo con cuidado. El médico se marchó y me dejó sola con ella, tras cerrar la puerta. Los dos guardias se quedaron fuera, vigilando.

-Kara: Lena... Amor...- susurré – Estoy contigo...

-Lena: Ojitos azules... - dijo, abriendo el ojo que no tenía herido.

-Kara: Hola... - dije sonriéndola – Mira cómo te han dejado... - intenté contener las lágrimas.

-Lena: ¿Cómo estás...?

-Kara: ¿Cómo estoy yo....? Lena, por favor... Si pudieras verte, no harías preguntas tan estúpidas, amor... ¿Te duele?

-Lena: Sólo si me río...

-Kara: Lena, basta de bromas, por favor... - dije preocupada.

-Lena: Un poco...

-Kara: ¿Llamo a un médico?

-Lena: No... Me han puesto medicamentos para el dolor. Podré aguantarlo...

-Kara: ¿Qué ha pasado?

-Lena: No lo sé... Creo que no les he caído bien... - bromeó de nuevo.

Pasé toda la noche con ella, sin soltar su mano, ayudándola a beber agua y en todo lo que necesitara. La besé con cuidado en la frente. Casi me daba miedo tocarla. Temía que, si apretaba un poco más fuerte de lo normal, podría terminar de romperle algún hueso que tuviese medio roto en alguna parte, o abrirle alguna de las heridas... Cuando Lena volvió a dormirse, lloré, mirándola. No sabía si esto tenía algo que ver con James, pero si él era el culpable, entonces tendría que pedirle a Alex que cuidase de Katie, pues era muy probable que yo pasara el resto de mis días en esa prisión, junto con Lena. Porque pensaba cortarle las pelotas con un cuchillo desafilado a ese malnacido. Luego le sacaría los ojos y, si mi estómago seguía entero para ese entonces, es decir, si no había vomitado hasta mi primera papilla con esa macabra escena que estaba formando en mi mente, se los haría comer... Sí, justo, eso es lo que le haría. Como poco...

A la mañana siguiente, me despedí de Lena con un beso... No, con un roce de mis labios con los suyos. No me atrevía ni a besarla, no quería hacerle daño, no quería hacerle sentir más dolor...

Salí de la habitación y, tras hablar con la familia de Lena, la mía, Winn y Sam, cogí a Katie y me fui a casa a dormir un poco. Si es que podía. Sabía que Lena estaba en buenas manos. Todos ellos se habían quedado allí, toda la noche, por nosotras... La única forma que tenía de agradecérselo en esos momentos era comer algo y tratar de descansar para poder quedarme con ella de nuevo por la noche.

Tres horas después, el timbre de la puerta me despertó. Abrí, medio dormida aún, vestida sólo con una camiseta de tirantes y un pantalón corto de pijama que dejaba muy poco a la imaginación.

-Kara: Tú... - palidecí de golpe – Sólo ha pasado una semana....

-James: Sí, lo sé... Pero he cambiado de opinión. Quiero mi dinero ahora...

-Kara: No lo tengo...

-James: No lo tienes.... Vaya, eso no es bueno, Kara, nada bueno... Sabía que no lo tendrías, y mira lo que le ha pasado a tu mujercita por no cumplir con tu palabra.

-Kara: ¡¿Tú pediste que le diesen una paliza?! – grité, dándole un puñetazo que me dolió más a mí que a él.

-James: Sólo en parte- entró y cerró la puerta detrás de él, mirándome – Ahora entiendo por qué Mike estaba contigo. No era por tu personalidad, sino por ese... cuerpazo que tienes... ¿No llevas sujetador? – preguntó, tirando de mi camiseta para mirar – No, no llevas... Eso me gusta...

-Kara: Puedo darte lo que tengo – Me aparté rápidamente de él.

-James: ¿Sabes...? Cambio de planes... No quiero el dinero.

-Kara: ¿Y qué quieres? – pregunté, retrocediendo. Miré hacia donde estaba mi cuarto. Katie dormía allí y temía que James quisiese hacerle daño.

-James: Tranquila... Tu mocosa está a salvo... Pero responderé a tu pregunta. Te quiero a ti...

-Kara: ¿Cómo?

-James: Quiero que seas mía. Igual que lo fuiste de Mike, e igual que lo eres ahora de Lena Luthor...

-Kara: ¿Cómo te atreves a...?

-James: Ssshhh... Primero escucha lo que tengo que decirte. Te propongo algo. Pasa una... No, tres noches conmigo y entregaré esas pruebas a la policía.

-Kara: ¿Te has vuelto loco? No pienso hacer eso. Destrozaría a Lena...

-James: ¿Estás segura....? Elige, Kara... Le rompes el corazoncito a tu mujer pasando tres noches conmigo, o se pudre en la cárcel hasta el fin de sus días... ¿Qué prefieres? ¿Qué sufra, pero tenga la opción de rehacer su vida... o que sufra y pase el resto de du vida deseando que la maten para salir de una vez de ese horrible lugar? Porque te aviso... La vida de Lena no va a ser fácil ahí. Demasiada gente la quiere muerta....

Le miré, aterrada. No podía hacer eso, no podía traicionar a Lena de ese modo... Pero, si le contaba las razones por las que lo hice... Ella lo entendería, ¿verdad? Lo entendería y me perdonaría... O no.

Una cosa si tenía clara. No quería verla detrás de esas rejas nunca más.

-Kara: Vale, tú ganas, acepto...

-James: Bien... Chica lista... - dijo, intentando besarme.

-Kara: Pero no hoy... Dame unos días, por favor...

-James: ¿Unos días?

-Kara: ¡Tres! Tres días... Tengo que buscar una excusa para que alguien se quede con Katie esas noches....

-James: De acuerdo, tres días... - dijo apartándose – Esperaré el cuarto con impaciencia... Adiós, Kara.... Y recuerda, es nuestro secretito, si dices algo... Lena pagará las consecuencias– dijo saliendo, con una enorme sonrisa en la cara.

No podía moverme, me sentía petrificada. Me senté en el suelo durante varios minutos, intentando controlar un ataque de ansiedad que sabía que no tardaría en llegar. Pero quien llegó, poco después, fue Katie, corriendo torpemente hacia mí y abrazándome.

-Kara: Katie, cielo, trae el teléfono de mami... - dije, intentando que no me viera así. Se fue y volvió poco después con el teléfono en la mano. A pesar del estado en el que me encontraba, no pude evitar sonreír al verla acercarse a mí, corriendo como un pingüino. Un precioso pingüinito rubio de ojos azules. – Gracias, cielo.... – dije, intentando calmarme algo más. Cuando sentí que estaba más o menos tranquila, llamé a Alex.

-Alex: Kara... ¿Has podido dormir?

-Kara: Alex, necesito que Lex y tú vengáis a casa. No digáis nada, sólo venid, por favor...

-Alex: ¿Estás bien?

-Kara: No.... Por favor, venid ya...

-Alex: Kara, ¿estás teniendo otro ataque de ansiedad? Eh, respira... Vamos enseguida. Intenta calmarte. Espera un segundo – dijo. Escuché que hablaba con alguien, posiblemente Lex. Luego la escuché disculparse con los demás, diciendo que iba con Lex a ver si podía averiguar algo más sobre lo ocurrido con Lena y luego volví a escucharla dirigiéndose a mí - ¿Sigues ahí?

-Kara: Sí...

-Alex: Vale, no hables si no puedes, pero escúchame... Voy a estar hablándote hasta que lleguemos...

-Kara: Vale... - dije acariciando el pelo de Katie, que jugaba a mi lado. En ese momento, mi vista se posó en la cámara que me regaló Lena y tuve una idea. O igual era un locura, pero se lo comentaría a Alex y a Lex.

El timbre sonó un rato después. Me levanté, temblando y fui a abrir. En cuanto vi a Alex, colgué el teléfono y la abracé con fuerza, llorando.

-Alex: Ya está, estamos aquí... Kara, mírame... - dijo sujetando mi rostro entre sus manos mientras Lex entraba y se aseguraba de que Katie estaba bien. - ¿Qué pasa...?

-Kara: Tengo que contaros algo... Será mejor que os sentéis.

Se sentaron en el sofá. Lex dejó a Katie en el sillón y le puso los dibujos para que se entretuviera.

-Lex: ¿Qué ha pasado, Kara, por qué estás así? ¿Es por Lena? – preguntó. Se me hacía tan raro verle tan serio... Lex, el que siempre bromeaba, como Winn...

-Kara: No sé cómo contaros esto. Quizás debí hacerlo antes, pero....

-Alex: Habla, Kara... - dijo cogiendo mi mano.

-Kara: Hace una semana... - dije, contándoles todo lo ocurrido con James, sin poder parar de llorar. Las caras de Alex y Lex pasaron de la incredulidad, a la furia.

-Lex: ¡Maldito hijo de P...! – Gritó, levantándose de golpe. Alex señaló a Katie detrás de él - ¡Fruta!

-Alex: Debiste decirnos esto antes, Kara... ¡Lo que está haciendo James, es un delito! ¡Y grave! Podría pasarse veinte años en la cárcel.

-Kara: Losé... Y sé que estáis enfadados. Pero lo que menos necesito ahora es que me regañéis, ¿vale? Lo que necesito es vuestra ayuda... Igual es una tontería, pero... Creo que tengo una idea para evitar todo esto...

-Lex: Habla...

-Kara: Estaba pensando en... la forma de evitar el tener que acostarme con James y, se me ocurrió que, podría instalar micrófonos y micro cámaras, y hacer que lo confesara todo. Estoy casi segura de que me vigila... por eso necesito vuestra ayuda. Necesito que Lex compre todo lo necesario. Y tú, Alex, podrías instalarlo. Sabes cómo funcionan esas cosas, ¿no?

-Alex: Bueno, normalmente lo hacen otros, pero sí, sé instalarlo si es a lo que te refieres.

-Kara: Bien, entonces, necesitaría que lo trajerais mañana. Para que no sospeche, mejor que no lleguéis juntos. Que vengáis los dos, dos días seguidos, sería sospechoso...

-Alex: En eso te doy la razón.

-Lex: Si eso hace que Lena salga de la cárcel, compré lo mejor que haya en el mercado.

-Kara: Gracias... - dije, cogiendo sus manos – Por favor, no digáis nada a nadie.... Y si algo sale mal..

-Alex: Nada saldrá mal. Estaremos cerca, esperando para entrar y detenerle.

-Kara: Bien, marchaos ya...

-Alex: ¿Estarás bien...?

-Kara: Sí... - dije. Cuando se marcharon, senté a Katie conmigo en el sofá- Mamá volverá pronto, cielo, te lo prometo....

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro