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29-Chantaje

Anoche acabé tardísimo de escribirlo, así que os lo dejo hoy.

comentarios, votos, ideas... Ya sabeis, lo de siempre jajaja

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KARA

Sabía que estaba siendo egoísta al pedirle a Sam que viniera conmigo. Que deseaba estar con Alex en esos momentos. Yo también, no iba a negarlo. Me preocupaba mi hermana. Pero Lena nos necesitaba. Ruby se había ido con mi madre Y Nia y Winn se harían cargo de Katie.

Cuando llegamos a la comisaría, Sam se acercó a uno de los policías.

-Sam: Buenas tardes, soy Samantha Arias, la abogada de la señora Luthor. Necesito verla. – dijo, en tono serio y profesional.

-policía: Tendrá que esperar unos minutos...

-Sam: Bien, ella viene conmigo. – dijo, cogiéndome del brazo y pegándome a ella.

-Policía: ¿También es abogada? – preguntó, mirándome. Mi traje estaba lleno de la sangre de Alex, lo que le hizo desconfiar.

-Sam: Aparte de ser la esposa de la señora Luthor, es estudiante de derecho. Está haciendo sus prácticas conmigo y quiero que esté presente en el interrogatorio.

-Policía: Está bien... Pero tendrán que esperar.

-Sam: De acuerdo...

-Kara: ¿Hay que esperar mucho?

-Sam: No creo... ¿Estás bien?

-Kara: No, no lo estoy. Ella no ha hecho nada, Sam.... Bueno, ha matado a Mike, pero ha sido en defensa propia... - dije, intentando no llorar. Debía mantenerme fuerte y serena. Sufrir un ataque de ansiedad ahora, no ayudaría en nada a Lena. – Voy a llamar a mi madre, a ver qué saben de Alex...

-Sam: Sí....

Salí fuera para hablar y volví algunos minutos después. Sam estaba hablando con el policía de antes.

-Kara: Está en el quirófano. –dije acercándome – Tiene muy mala pinta, pero creen que podrán salvarla.

-Sam: Bien, ya podemos entrar.. – dijo conteniendo las lágrimas. La abracé con fuerza.

-Kara: Gracias por venir conmigo, Sam. Siento mucho hacerte estar lejos de Alex en estos momentos, pero...

-Sam: Tranquila. Tienes razón, Kara. Allí no podemos hacer nada. Pero aquí sí.... Vamos dentro.

Fuimos a la Sala de interrogatorios y allí estaba Lena, aún esposada. Tenía los ojos enrojecidos e hinchados. Le habían puesto una especie de pijama gris y no llevaba su vestido. Corrí hacia ella abrazándola.

-Kara: Lena, amor... ¿estás bien..?

-Lena: Kara, cariño...

-Policía: Apártese... - dijo separándome de Lena con un empujón.

-Sam: Eh... Acaban de casarse, deje que se abracen al menos... Además, nos han registrado antes de entrar. No tenemos nada...

-Policía: Sólo un minuto...

-Kara: Gracias... - dije volviendo a abrazar a Lena y besándola – Vamos a sacarte de aquí, amor... Te lo prometo, vamos a hacer todo lo posible..

-Lena: Creen que yo disparé a Alex y que maté a Mike a propósito, Kara...

-Kara: Tranquila, vamos a solucionar esto.

-Policía: Bien, se acabó el tiempo. Usted es su abogada – Miró a Sam y luego me miró a mí – Y usted es... Su esposa y la estudiante en prácticas de la señorita Arias... Bien... Antes de empezar, les gustará saber que tenemos un testigo de lo ocurrido y que tiene pruebas sobre los hechos.

-Kara: ¡Eso es genial!

-Policía: Si cree que el hecho de que alguien tenga pruebas de que su esposa mató a... Michael Matthews, y además intentó matar a una gente del F.B.I... Sí, es genial.

-Kara: Esa agente es mi hermana. Lena jamás le haría daño. Y Mike era un maldito hijo de...

-Sam: Kara... Cálmate. Lena no digas nada. Habla sólo si yo te lo digo. ¿Puedo saber qué les ha contado ese testigo?

-Policía: Al parecer, el señor Matthews se presentó en la boda de la señora Luthor y... Kara Danvers, con la intención de conocer a la hija que la señora Danvers y él tenían en común y a la que la señora Danvers no le dejó ver en ningún momento.

-Kara: Eso es mentira... Él no quería saber nada de su hija. – dije, molesta al escuchar aquello.

-Policía: Bueno, nuestro testigo era amigo del señor Matthews, así que conocía la situación.

-Kara: Le digo que...

-Sam: Kara... ¿Qué más les dijo?

Vi que Lena quería decir algo, pero Sam la miró y negó con la cabeza. Lena volvía a llorar y yo estaba a punto de derrumbarme también.

-Policía: Según nuestro testigo, la señora Luthor sacó un arma y apuntó al señor Matthews. Cuando él intentó hacerla entrar en razón, la señora Luthor disparó, pero falló y le dio a la señorita Danvers. Como no había conseguido su propósito, volvió a apuntarle. El señor Matthews intentó quitarle el arma, forcejearon, y la señora Luthor le disparó....

-Lena: ¡No fue así! ¡Ese desgraciado quería matar a Kara! ¡Nunca le importó su hija! ¡Secuestró a Kara, la violó...!

-Sam: Lena... cálmate... ¿Puedo saber el nombre de ese testigo?

-Policía: No... Prefiere que su nombre se mantenga en secreto.

Respiré profundamente, intentando controlarme. No podía perder el control ahora. No podía sufrir uno de esos ataques de ansiedad. No ahora, no ahí....

-Policía: ¿Se encuentra bien? – Me miró.

-Lena: Kara, cariño... - dijo preocupada.

-Kara: Sí... - dije mirándoles – Ese testigo miente. ¿Dice que tiene pruebas? Bien, que las presente...

-Sam: Kara...

-Kara: No, Sam. Que las presente y que dé la cara. Si es amigo de Mike, no lo considero un testigo fiable. Quiero ver esas pruebas. Y quiero hacer una petición, no como abogada, si no como esposa de la señora Luthor. Mi hermana está siendo operada en estos momentos. Está luchando por su vida. Pero sé que es fuerte y saldrá adelante. Tendrá que pasar unos días en el hospital. Pero cuando salga y volvamos a National City, quiero que mi esposa sea trasladada a una prisión de allí. Sé que después de la versión de ese... "testigo" va a ser imposible que mi esposa salga de prisión en un tiempo. Al menos, hasta que consigamos reunir las pruebas suficientes para demostrar su inocencia. Quiero que mi hija pueda ver a su madre. Porque ella es su madre, mi hija lleva su apellido y Lena tiene derecho a verla. – dije, mirándole fijamente, seria.

-Policía: Teniendo en cuenta que el señor Matthews también era de National City, no creo que haya ningún problema.

-Kara: Bien...

El policía empezó a interrogar a Lena poco después. El interrogatorio duró casi una hora y Sam le iba diciendo a Lena a qué podía responder y a qué no. Yo me mantuve al margen, por si metía la pata. Se supone que estaba de prácticas con Sam y aprendiendo, así que sólo podía limitarme a escuchar y callar.

Antes de marcharnos, volví a darle un abrazo a Lena y la besé.

-Kara: Vendré a verte mañana, amor. Ten cuidado, por favor...

-Lena: Kara...

-Kara: Te quiero... - dije, saliendo antes de que las lágrimas que intentaba controlar empezasen a salir. Me alejé corriendo y me senté, empezando a llorar. Noté que Sam se sentaba a mi lado y me abrazaba, pegándome a su pecho.

-Sam: Tranquila, Kara.... Lena no pasará mucho tiempo encerrada.

-Kara: Hay que ayudarla, Sam. Hay que encontrar a ese imbécil y hacer que diga la verdad....

-Sam: Lo haremos... Ahora vamos, aquí no podemos hacer nada más y Alex nos necesita.

-Kara: Sí... - dije incorporándome y viendo cómo se llevaban a Lena al calabozo. Ver su mirada llena de miedo, hizo que yo volviese a llorar.

Veinte minutos después, llegamos al hospital. Fui hasta mi madre y la abracé, llorando.

-Sam: Eliza, ¿cómo está Alex...?

-Eliza: Aún está dentro... ¿Y Lena?

-Kara: Lo tiene difícil... Muy difícil...

-Katie: Mami.... – dijo, estirando los brazos hacia mí...

-Kara: Hola, mi vida... - dije cogiéndola en brazos y sentándome a esperar con todos los demás - ¿Lionel y Lilian?

-Eliza: Han ido a ver qué pueden hacer por Lena... ¿Por qué lo tiene difícil, cielo?

-Kara: ¿se lo explicas tú, Sam? No puedo hablar...

-Sam: Claro. Al parecer hay un testigo que dice que.....

LENA

Mientras me introducían en el coche, escuché a Kara gritar que me ayudarían. No sabía cómo lo harían, pero confiaba en ella.

Cuando llegamos a comisaría, lo primero que hicieron fue pedirme que me quitara el vestido y lo metiera en una bolsa para que lo analizaran y me dieron un horrible uniforme de color gris. Examinaron mis manos, me tomaron las huellas, me pidieron algunos datos y luego me llevaron a una sala de interrogatorios. Me dejaron sola durante un buen rato y empecé a llorar.

No podía creer que esto estuviera pasando. Incluso muerto, ese desgraciado de Mike iba a conseguir arruinar la vida de Kara... Y la mía.

Algo después, la puerta se abrió y entró un policía con Kara y Sam. Kara corrió a abrazarme. Pude ver su precioso traje manchado de sangre, posiblemente de Alex. Alex... Esperaba de corazón que siguiera viva. Si le pasara algo, Kara no podría soportarlo. Kara corrió a abrazarme y el policía la apartó sin ninguna delicadeza.

Sam intervino y el policía dejó que Kara me abrazase de nuevo. Después, Sam me pidió que no hablase.

Por lo visto, además de como mi esposa, Kara estaba allí como ayudante de Sam.

El policía empezó a decir algo de un testigo que había visto cómo Mike iba a pedirle a Kara que le dejase ver a su hija, que yo saqué una pistola para matarle y por error le di a Alex y luego volví a intentarlo con Mike, que forcejeamos, que logré apartarme de él y le disparé.... Mentiras. Todo mentiras. Sam me pidió que no dijese nada, así que obedecí, no quería empeorar las cosas.

Miré a Kara. Oh Dios, iba a tener otro de esos ataques de ansiedad. "Respira, cielo, cálmate..." Pensé para mí. Vi que Kara levantaba la cabeza y empezaba a hablar con seguridad. La escuché pedir las pruebas que tenía ese testigo. La escuché pedir que me trasladasen a una prisión de National City cuando Alex saliera del hospital y todos volvieran allí, para que Kara pudiese llevar a Katie para que yo pudiera verla.

La miré, impresionada. Su pasión era la fotografía, y pintar. Pero no había duda que, si quisiera, sería una gran abogada. Si después de esto, era lo que quería, yo la apoyaría, aunque preferiría que hiciese lo que de verdad amaba.

Después de eso, el policía empezó a interrogarme. Sam me decía cuándo podía contestar y cuando callarme. Miraba a Kara, que estaba en silencio. Escuchando, mirando, aprendiendo... Tenía los labios apretados y, aunque intentaba mostrar tranquilidad, en su mirada pude ver que estaba muerta de miedo.

Cuando acabaron, Kara volvió a abrazarme, me besó y prometió volver al día siguiente. Quise decirle algo, pero se marchó corriendo. Y yo sabía por qué. No soportaba más verme esposada y con esa horrible ropa que me habían dado.

Me dejaron en mi celda, me quitaron las esposas y me senté, intentando no llorar.

Un par de horas después, el policía que me había interrogado se acercó.

-Policía: Luthor... Mañana a primera hora serás trasladada a la prisión de Los Ángeles, hasta que se firme tu traslado a National City.

ALEX

Abrí los ojos dos días después y miré a mi alrededor, confusa. Escuché una voz que me hablaba, aunque me costaba reconocerla. Tuvo que llamarme tres veces más por mi nombre para que supiera de quién se trataba.

-Sam: Alex, cariño... Eh... - dijo sonriéndome – Hola dormilona...

-Alex: Sam... - dije, intentando sentarme y sintiendo un terrible dolor a la altura de mi estómago.

-Sam: No, no te muevas, cielo... ¿Te duele? Llamaré a un médico.

-Alex: No, no te vayas.... – supliqué -¿Qué ha...? ¿Dónde está Kara... Lena...?

-Sam: No pienses en eso ahora...

-Alex: ¿Qué pasó, Sam?

-Sam: Lena está en la prisión de Los Ángeles. Le culpan de dispararte a ti y de matar a Mike. Un supuesto testigo empezó a contar un montón de mentiras sobre lo ocurrido y le creyeron.

-Alex: Dios... Kara debe estar destrozada.

-Sam: Lo está. Pero intenta mantenerse serena por Katie. Además, está haciendo de abogada conmigo para sacar a Lena de ahí... - dijo sonriéndome.

-Alex: Quiero verla... Y a mi madre...

-Sam: Están abajo, desayunando, volverán pronto.

Tuve que quedarme una semana en el hospital. Cuando salí, le pedí a Sam que me acompañara para conseguir información sobre el caso. Yo no podía participar en él, pero sí informarme. Y al haber un agente del F.B.I implicado, es decir, yo, mis compañeros se hicieron cargo y recibiría información de primera mano. Bueno, algo es algo.

Las cosas no pintaban nada bien para Lena. En esa semana, Kara se quedó por las noches conmigo. Cuando despertaba, la encontraba dormida en un sillón, a mi lado, con uno de sus libros de la universidad. O dormida, con la cabeza sobre mi cama, y el libro abierto al lado. Parecía más dispuesta que nunca a sacar esas dos asignaturas que le quedaron pendientes. Quizás, para poder ayudar a Sam y sacar a Lena de la cárcel.

Pasaron otros tres días hasta que me permitieron viajar de vuelta a casa, siempre y cuando prometiera no hacer esfuerzos y estar tranquila. ¿Estar tranquila cuando mi hermana y su mujer lo estaban pasando tan mal por culpa de un imbécil como Mike? Claro, podía hacer eso... Durante veinte segundos.

Tres días después, el dieciocho de Julio, Lena fue trasladada a la prisión de National City. Acompañé a Sam y a Kara para verla. Parecía estar bien. Al menos por fuera. Pero sus ojos estaban rojos e hinchados. Igual que los de Kara.

En National City fueron algo más estrictos con el tema de que Kara no hubiese acabado aún la carrera, así que sólo permitían que Sam, como abogada de Lena, pudiera visitarla a diario. Kara sólo podría hacerlo los días de visita.

En esos días, desde que recibí aquél disparo y conocí la situación de Lena empecé a platearme si este trabajo realmente merecía la pena. Estaban culpando a alguien inocente por las mentiras que alguien sin corazón había contado sobre lo sucedido aquél día. Me juré a mí misma que si Lena no salía antes de dos semanas, abandonaría el F.B.I y probaría suerte en la medicina.

LENA

Llegué a la prisión de National City alrededor de las cinco de la tarde y me metieron en una celda individual. Bueno, al menos no tendría que aguantar a una compañera incordiando todo el día y tratando de provocarme para que me metiera en líos, como ocurrió en Los Ángeles. A las tres horas de llegar, un guardia se acercó a mí y me tendió una carta que alguien le había dado. La abrí y leí:

"ESTO SÓLO ES EL PRINCIPIO"

No sabía exactamente lo que quería decir, pero no era nada bueno, eso seguro.

Al día siguiente, Sam vino a visitarme. Venía sola. ¿Y Kara? ¿Le había pasado algo? En Los Ángeles fue a verme cada día. Hoy no estaba. ¿Katie estaba enferma? ¿O Kara?

-Sam: Hola, Lena...

-Lena: ¿Y Kara, dónde está, está bien?

-Sam: Sí. Aquí han sido algo más estrictos. No la dejan entrar conmigo porque no acabó la carrera, así que... Sólo podrá venir a verte tres días a la semana. Domingos, Martes y Jueves.

-Lena: Entiendo... - dije apenada. Necesitaba verla.

-Sam: Está bien, Lena. No la dejamos sola. Eliza se ha quedado a dormir en vuestra casa con ella. Winn y Nia van todos los días a visitarla. Mis padres y Lex suelen llevarle comida. Lana está algo cansada estos días, pero la llama por teléfono tres veces diarias. Y Alex.. Bueno, la dejo allí por las mañanas y la recojo por las noches. No puede hacer muchos esfuerzos, pero no quiere separarse de su hermana. Y no puedo negárselo. Y yo también paso tiempo con ella. Está dispuesta a sacarse esas dos asignaturas que le quedaron para sacarte de aquí. Y tiene a Katie, que o la deja parar ni un segundo. Además, ya quiere correr...

-Lena: Bien... Así que quiere sacarse la carrera para sacarme de aquí. Lo que quiere decir que me quedaré aquí un tiempo más.

-Sam: En principio sí, pero espero que no sean más de tres meses, Lena. Intento conseguir pruebas, algún testigo... El problema es que esa playa suele estar abarrotada de gente, pero al cerrarla para vuestra boda, no había nadie por allí. Como los únicos testigos son todos familiares y amigos, no quieren creerles, así que está complicado. Pero te sacaremos de aquí - dijo, cogiendo mi mano - ¿Y tú cómo estás?

-Lena: Bueno, ayer, tres horas después de llegar me dieron una carta... - dije sacándola y entregándosela a Sam, que la leyó – Eso no me gusta, Sam. Por favor, tienes que estar muy pendiente de Kara. Si intentan hacerle algo....

-Sam: Tranquila, cuidaré de ella.

-Lena: No le digas nada, eso sólo la preocuparía. Por favor...

-Sam: Tranquila... Si vuelven a mandarte algo, pide que me llamen y vendré enseguida. ¿Puedo quedármela? Podría ser útil.

-Lena: Sí... - dije mientras veía cómo la guardaba con cuidado, sin tocarla demasiado.

-Sam: Bien, vendré a verte mañana. ¿Vale? Aguanta un poco....

KARA

Estaba enfadada. No... Estaba furiosa. Tampoco... Quería asesinar a alguien y que me metiesen en esa maldita cárcel con Lena. Sí, justo es. Pero no podía. Katie me necesitaba. Habíamos llegado hacía tres días a National City. Tres días sin ver a Lena. Pero hoy la trasladaban aquí, y podría verla. Me vestí, vestí a Katie y fuimos a buscar a Sam para ir a la prisión. Una vez allí, me dijeron que yo no podía entrar. Que aún no había terminado los estudios, y no podía entrar como abogado. Mierda. Tendría que esperar otros dos días para ver a Lena. Pero había algo que no entendía. Los días de visita eran los Martes, los Jueves y los Domingos. Hoy era dieciocho de Julio, Domingo, ¿por qué no podía verla? Ah, claro, era el primer día de Lena allí.

Sí, sin duda, quería asesinar a alguien. Pero no podía.

Katie no dejaba de llorar, así que le mandé un mensaje a Sam y me fui a casa con ella.

Cuando llegué, fui a dejarla para que jugase un rato y la noté caliente.

-Kara: ¿Qué te pasa, cielo...? – pregunté, preocupada. Le puse el termómetro y vi que tenía algo de fiebre. No mucho, pero lo justo para ponerme más nerviosa de lo que ya estaba. La bañé, le di algo de comer, le puse un pijama y la acosté en su cama. Sí, Lena y yo le compramos una cama antes de irnos a Los ángeles. Una cama con protección en los laterales para que no se cayese durmiendo. La dejé ahí y fui a buscar mi móvil para llamar a Alex y que le echase un vistazo. Mi madre estaría con ella, pues no estaba en casa cuando llegué. En ese momento, llamaron a la puerta. Abrí y me quedé helada al ver quién estaba allí.

-Kara: Tú... ¿Qué quieres?

-James: Hola Kara... - dijo entrando, como si nada.

-Kara: No te he dicho que pases.

-James: Ah, pero lo habrías hecho de todas formas. Quiero hablar contigo.

-Kara: Pues yo contigo no, lárgate.

-James: Nunca me has soportado, ¿verdad? Bueno, yo tampoco a ti, la verdad... Mike no era el mismo desde que te conoció.

-Kara: Mike siempre fue un gilipollas... Yo me di cuenta demasiado tarde.

-James: En fin, he venido a hablarte de negocios.

-Kara: No pienso correr ninguna carrera. Ni siquiera tengo moto.

-James: ¿Cómo..? Ah, no, no es por eso – dijo sentándose. – Verás, tengo algo que podría ayudar a tu mujer a salir de la cárcel.

-Kara: ¿Cómo dices?

-James: Como lo oyes. Tengo unas fotos y un video que demostrarían la inocencia de Lena y lo que ocurrió realmente en la playa aquél día.

-Kara: ¡¿Y a qué esperas para dárselo a la policía?! – grité.

-James: Eh, tranquila gatita, esconde las garras.... Tu... mujercita mató a mi amigo. Eso sí es verdad. ¿cierto?

-Kara: En defensa propia.

-James: Claro... Verás... El caso es que Mike me debía dinero. Mucho dinero. Pero tu esposa le mató antes de que pudiera devolvérmelo. Así que ahora, tú tendrás que hacerte cargo de su deuda.

-Kara: ¿Cómo dices?

-James: Es muy sencillo. Tú me consigues trecientos mil dólares en una semana, y yo le doy a la policía el vídeo y las fotos que demuestran la inocencia de... ¿cómo era? Ah, sí, Lena.

-Kara: ¿Intentas chantajearme?

-James: No. Quiero ayudarte, pero también quiero mi dinero. Sólo un par de condiciones. La primera. No debes decirle nada a nadie. ¿Entendido? La segunda, no puedes pedirle el dinero a la familia de tu mujer. Eso sería demasiado fácil. Debes conseguirlo por tus propios medios.

-Kara: ¿Y la tercera?

-James: Aaaahhh... Sí, había una tercera, pero la he olvidado. En fin, si quieres que tu mujer salga pronto de la cárcel, ten ese dinero en una semana.

-Kara: Es muy poco tiempo...

-James: Bien, que sean dos. Ni una más. ¿Está claro? –dijo levantándose.

Cuando James se fue, me senté en el sofá. Ese desgraciado tenía pruebas de la inocencia de Lena, lo que quiere decir, que estuvo en la playa aquél día grabando aquél vídeo y haciendo esas fotos que decía que tenía. Estaba compinchado con Mike, lo que me llevaba a.... Mierda, él era ese testigo que vio cómo Lena mataba a Mike y disparaba a Alex. Él era ese desgraciado mentiroso que había metido a Lena en todo este lío. Bien, mis ganas de asesinar iban en aumento.

No tenía ni idea de cómo iba a reunir tanto dinero en tan poco tiempo. Era imposible. De pronto, un llanto, seguido de varios "mami" y "mamá" llamó mi atención. Katie...

Corrí hacia el cuarto y la cogí en brazos. Le estaba subiendo la fiebre. Volví a ponerle el termómetro y comprobé que no me equivocaba.

-Kara: Ya, cielo, vamos a llamar a la tía Alex, ¿quieres?

-Katie: Mamá...

-Kara: Mamá no está ahora...

-Katie: Quiero a mamá...

-Kara: Mamá no está, cariño... - dije, mientras buscaba mi móvil. ¿dónde narices estaba?

Cuando lo encontré, llamé a Alex y esperé a que llegase. Como pensaba, mi madre estaba con ella. Así que al menos podrían ayudarme con Katie.


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No los tuve a tiempo para el capítulo anterior, pero aquí os dejo unas fotos de como iba vestida Kara en su boda. Cada una que elija la que más le guste, jajaja. Imaginaros a Katie vestida igual que Kara

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